06/06/07


VÁZQUEZ: “URUGUAY MERECE UN SISTEMA DE PROTECCIÓN SOCIAL”
En el acto de presentación del Diálogo Nacional sobre Seguridad Social, el Presidente de la República destacó la necesidad de implantar un Sistema de Protección Social y enfatizó que nunca antes en Uruguay un gobierno planteó un debate tan amplio sobre el tema.

El Presidente Tabaré Vázquez sostuvo que el Uruguay merece un Sistema de Protección Social, “lo cual es más que seguridad social”. Este Sistema deberá contar con las siguientes características. Primero, que integre la salud, la educación, el empleo, la vivienda, la cultura, el desarrollo local, la reforma del Estado, la innovación y la investigación científica y tecnológica. Segundo, que reduzca al mínimo los riesgos y potencie al máximo las posibilidades de todos los uruguayos, principalmente de los más desprotegidos. Tercero, que sea un sistema financiado de manera sustentable y cuarto, que su construcción coexista e interactúe con otras reformas culturales y políticas públicas que ya están en curso en el marco de un proyecto estratégico de país.

Vázquez explicitó las líneas rectoras políticas con las que el gobierno encarará el  tema de la previsión social, asegurando que todo gobierno debe tener, además de valores, principios, propuestas y compromisos programáticos, ciertas claves de gestión. La primera de ellas es trabajar con perspectivas estratégicas fijando objetivos que trasciendan el período de sus respectivos mandatos.

 “Pasar de la ganancia pequeña y efímera a las conquistas con sentido histórico, porque el futuro no es un horizonte inalcanzable”, dijo Vázquez. Y en este sentido añadió que es necesario elaborar políticas de Estado para lograr consensos entre todos los actores de la sociedad y en todo el sistema político.

La segunda clave es “no caer en la trampa” del falso dilema de crecer o repartir, porque repartir sin crecer conduce inexorablemente a quebrantos económicos, conflictos sociales y crisis políticas que erosionan a la democracia y a la libertad. Y en ese contexto se debe tener claro que no hay desarrollo sin crecimiento económico y que no hay crecimiento sin Estado, elemento insustituible en la tarea de distribuir los beneficios del crecimiento entre toda la población; y para esto se necesitan políticas públicas fuertes y eficaces.

Indicó que la vejez es un riesgo cierto e inexorable y que para asumirla y prepararla sin inseguridades, la sociedad debe anticiparse y resolver esa incertidumbre para ser una sociedad justa, solidaria y responsable. Para esto es que existe la  Seguridad Social, apuntó.

En el día de hoy se presenta este debate sobre Seguridad Social apuntando a discutir, analizar y buscar los acuerdos necesarios para avanzar positivamente en el tema. En este sentido, el Presidente destacó la característica fundamental de esta etapa que se inicia y es que nunca antes en Uruguay un gobierno planteó un debate tan amplio sobre la seguridad social en sus contenidos, alcances y convocatoria; “porque en este diálogo no hay y no puede haber exclusiones porque no podemos admitirlas”, puntualizó Vázquez. Y agregó: “no profesamos el agnosticismo ciudadano; creemos en la sociedad y por ello es que convocamos a la gente”.

PALABRAS DEL SEÑOR PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA EN EL ACTO DE PRESENTACIÓN DEL DIÁLOGO SOCIAL

PRESIDENTE VÁZQUEZ: Autoridades Nacionales, Autoridades del Cuerpo Diplomático y de Organismos Internacionales acreditados en Uruguay, académicos, empresarios, trabajadores, amigas y amigos, queridas uruguayas y queridos uruguayos. En primer lugar les ruego me permitan expresar cual es la línea conductora de las palabras que voy a emitir con respecto a este tema. Teníamos dos opciones entre las cuales elegir para encarar nuestra presentación en el día de hoy.

Una de ellas era hacer un diagnostico y dar números y resultados de la situación actual, que ha mejorado por ejemplo en lo que refiere al Banco de Previsión Social. El aumento record de afiliados al Banco de Previsión Social, los acuerdos logrados entre empresas y el Banco en cuanto al cumplimiento de las deudas que existían, el trabajo sobre la informalidad etc, etc.

Y la otra opción que fue por la que finalmente optamos, es la de explicitar cual es el pensamiento, o cuales son las líneas rectoras políticas con las que queremos encarar este tema de la Previsión Social. Pero como decimos siempre, gracias por participar en este encuentro, lo primero es lo primero, y bienvenidos al Edificio Libertad, una de las sedes del gobierno de la República Oriental del Uruguay.

Pero los gobiernos no solamente han de tener sedes, también y principalmente han de tener valores y principios, así como propuestas y compromisos programáticos, han de tener además, lo que podríamos denominar ciertos o ciertas claves de gestión y a esto es precisamente a lo que me quiero referir. Entre esas claves de gestión, hay dos a las cuales considero oportuno resaltar en esta oportunidad. La primera de ellas, trabajar con perspectiva estratégica, es decir, aunque los gobiernos pueden cambiar de partido que lo ejerce, y  en los hechos esto sucede afortunadamente, es bueno que se fijen objetivos que trasciendan el período de sus respectivos mandatos, o en otras palabras,  no hay que encerrarse en el área propia, hay que jugar, en este país futbolero lo podemos así decir, en toda la cancha,  y hay que convertir los logros en patrimonio. Hay que pasar de la ganancia pequeña y efímera a las conquistas con sentido histórico, porque el futuro no es un horizonte inalcanzable, el futuro llega, siempre llega, pero hay que construirlo. Para todo esto,  tenemos que elaborar políticas de Estado y para elaborar políticas de Estado tenemos que lograr consenso, entre todos los actores de la sociedad civil, pero también en el sistema político todo de nuestro país y a esto apuntamos: lograr políticas de Estado en el tema de Seguridad Social. En segundo lugar, creemos que no hay que caer en la trampa del falso dilema de crecer o de repartir, crecer sin repartir o repartir sin crecer conduce inexorablemente a quebrantos económicos, conflictos sociales y crisis políticas que erosionan a la democracia  y a la libertad.  En ese contexto hay que tener claro que no hay desarrollo sin crecimiento económico, pero también  que no hay crecimiento sin Estado y que éste es insustituible en la tarea de distribuir los beneficios del crecimiento a toda la población mediante políticas públicas fuertes, eficaces y eficientes.  Si esto no lo hace el Estado, por cierto el mercado no lo va a hacer y no tiene porqué hacerlo porque la tarea del mercado es otra.

Mencioné estas dos claves de gestión porque estimo que la temática que motiva la instalación de este diálogo es una muy buena, yo diría una excelente oportunidad para demostrarlas. Es una buena oportunidad para el gobierno, por supuesto, por sus responsabilidades, por sus competencias y por los rasgos que lo identifican, pero no solamente el gobierno, pues al fin y al cabo crecer con desarrollo y actuar con sentido estratégico no son atribuciones exclusivas de los gobiernos, también son una responsabilidad de todos los sectores de la sociedad y por cierto,  de todos quienes aquí estamos.
Amigas y amigos, a diferencia del desempleo o la enfermedad, la vejez es un riesgo cierto e inexorable. Basta solamente con vivir para llegar a ser viejos. La vejez como el futuro llega, no es una condena, no hay que eludirla, hay que asumirla y sobre todo prepararla

Si una persona no sabe como podrá mantenerse y vivir dignamente cuando no pueda trabajar, en razón de su edad u otra causa, esa inseguridad marcará gran parte de su vida.

Si una sociedad no se anticipa a ese riesgo y resuelve esa incertidumbre, entonces, no es una sociedad justa, ni solidaria, ni siquiera responsable. Anticiparse a ese riesgo y disipar esa incertidumbre es la razón de ser de la Seguridad Social en tanto –voy a citar acá la definición de la OIT- protección que la sociedad proporciona a sus miembros mediante una serie de medidas públicas, la OIT dice “contra” yo cambiaría este término y  diría para atender las consecuencias económicas y sociales derivadas de la maternidad, el desempleo, el accidente laboral, la enfermedad, la vejez y la muerte y también la protección en forma de asistencia médica y de ayuda a las familias con hijos. Tal es también el desafío de este diálogo que el rigor no comienza hoy ni parte de cero, el país ya tiene una historia como lo decía muy bien el doctor Bruni y es sobre esa historia, sobre esa base que tenemos que comenzar a discutir, a analizar y buscar los acuerdos necesarios para avanzar positivamente en este tema.

En efecto, la Seguridad Social tiene su historia en nuestro país y como toda historia tiene luces, sombras y una amplia gama de matices intermedios, pero no es mi intención repasar aquí y ahora esa historia, me limito a decir, que pelearse con ella puede servir como catarsis, pero nada más y que ésta como cualquier otra historia es útil si se conoce, se asume, se elabora y se proyecta en la construcción de un futuro mejor. Tampoco es necesario reseñar en esta ocasión el lugar que la Seguridad Social ha tenido y ocupa en la agenda política y ciudadana del Uruguay, pero sin ignorar lo anterior, sin desconocer que la Seguridad Social es por decirlo llanamente un asunto muy conversado por la sociedad uruguaya, es pertinente destacar una característica de la etapa que hoy se inicia, nunca antes, un gobierno planteó un debate tan amplio sobre la Seguridad Social, tan amplio en sus contenidos y alcances, pero amplio también en su convocatoria, porque en este diálogo no hay y no puede haber exclusiones, no puede haberlas y no podemos admitirlas pues una reforma que incluya a todos los uruguayos no puede hacerse de espalda a ellos o en nombre de ellos. Para transformar a la sociedad hay que creer en ella y a la gente más que invocarla hay que convocarla y abrir caminos de participación ciudadana.

Nosotros no tenemos una visión idílica de la sociedad, pero tampoco profesamos el agnosticismo ciudadano, creemos en la sociedad y por ello es que convocamos a la gente, tal vez es discutible, pero tal vez no sea la forma más sencilla ni rápida para construir el sistema de protección social que el Uruguay merece, pero sin duda es la forma que creemos más legítima, más sólida y también será más duradera.

Amigas y amigos no oyeron mal, no hubo distracción, ni error, he dicho sistema de protección social que para nosotros, apasionados de la libertad, la democracia y la igualdad ante la Ley, pero sobre todo la igualdad ante la vida, significa algo más que Seguridad Social.

Sistema de Protección Social: primero, que integre la salud, la educación, el empleo, la vivienda, la cultura, el desarrollo local, la reforma del Estado, la innovación, la investigación científica y tecnológica; segundo, que reduzca al mínimo los riesgos y potencie al máximo las posibilidades de todos los uruguayos y principalmente de los actualmente más desprotegidos, que los tenemos y que como gobierno reconocemos que tenemos todavía un enorme problema y un gran trabajo que realizar para luchar contra la pobreza y la marginación; tercero, que sea un sistema sustancialmente financiado de manera sustentable y cuarto; cuya construcción coexista e interactúe tanto con otras reformas estructurales y políticas públicas que ya están en curso como con el proyecto estratégico de país en que las mismas al igual que este sistema se inscribe.

Amigas y amigos una fórmula casi infalible de anular un diálogo, es abrirlo con un exclusivo monólogo que adormezca o espante a quienes tienen que dialogar, por lo tanto mi intervención termina aquí nomás en este momento, agradeciendo a todos ustedes la actitud de dialogar, agradeciendo también a los organismos nacionales e internacionales que han coadyuvado a la realización de este diálogo y expresándoles mi esperanza y mi confianza en que el mismo sea fructífero para todos y para ese todo que se resume en esa palabra de siete letras que palpita en nuestros corazones y golpea en nuestras conciencias: Uruguay. Muchas gracias. 

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