13/06/07


GOBIERNO DEBATE Y PROYECTA LA REFORMA DE LA SEGURIDAD SOCIAL
La conferencia "Reflexiones luego de dos décadas de reformas de la región" dio comienzo al "Diálogo Nacional sobre Seguridad Social", del que participarán representantes iberoamericanos que compartirán experiencias obtenidas con las reformas en seguridad social implementadas en sus países, durante las últimas dos décadas.

En el marco del Diálogo Nacional sobre Seguridad Social, inaugurado por el Presidente Tabaré Vázquez, la semana pasada, se realizó hoy la conferencia denominada "Reflexiones luego de dos décadas de reformas en la región", organizada por la Comisión Sectorial de Seguridad Social y la UDELAR, con el apoyo del Sistema de las Naciones Unidas en Uruguay y la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI).

La apertura estuvo a cargo del Sub Director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, Conrado Ramos, quien excusó la ausencia del Director de la Oficina, Enrique Rubio, por motivos de salud. Inició su exposición recordando las palabras del Presidente Vázquez, cuando expresó la necesidad de crear un Sistema de Seguridad Social.

Ramos reflexionó sobre la importancia que tiene este tipo de encuentros, donde la comparación de estudios y de experiencias es básica para pensar en posibles cambios. Agregó que los procesos de reforma de la seguridad social no deben ser pensados desde esquemas ideales, sino que tienen que tener en cuenta las historias dependientes y las matrices históricas de los Estados, por eso, es bueno trabajar sobre otras experiencias. Cuando el gobierno, en consulta con los actores de la sociedad civil, diseña políticas de reforma, deben ser pensadas sobre esquemas realistas de políticas, donde es fundamental cuáles son los actores y los intereses involucrados con los que deberá negociar, para proponer una matriz de política determinada.

En este sentido, expresó su agrado por el inicio de este análisis que permitirá seguir avanzando hacia una agenda de futuro, donde se deberá pensar cómo articular y asistir a una cobertura de riesgo que ya dejó de ser tradicional, porque las vulnerabilidades se fueron deslizando, evitando, al mismo tiempo, las dicotomías entre las políticas asistenciales y las universales. Asimismo, aseguró que la estrategia de reforma del sistema de protección social deberá ser pensada desde esta matriz de pensamiento.

El Coordinador Residente de las Naciones Unidas y Representante Residente de PNUD en Uruguay, Pablo Mandeville, se refirió a los principales problemas y desafíos en la seguridad social existentes en América Latina: baja cobertura; inadecuada definición de prioridades; financiamiento insuficiente inestable y procíclico; deficiente desempeño institucional y altas desigualdades e inequidades, especialmente en materia de género y de categorías ocupacionales. En este sentido, centró sus apreciaciones en los desafíos en cobertura, financiamiento y desigualdades.

Explicó que la baja cobertura, se debe mayormente al proceso de informatización y precarización del mercado de trabajo, porque según las cifras existentes al respecto, la población asalariada formal es cada día menor y el crecimiento económico que experimenta la región no contribuye a un incremento significativo del empleo asalariado. En cuanto al financiamiento, dijo que es producto del envejecimiento de la población y de las limitaciones del régimen contributivo, en el marco de la precarización del mercado de trabajo.

Mandeville indicó que con el objetivo de superar estos problemas, varios países latinoamericanos introdujeron a partir de 1981, reformas estructurales en sus sistemas de seguridad social, dentro de las cuales se incluyeron cambios en cuanto al régimen de financiamiento con participación total o parcial de cotizaciones de capitalización y con la administración privada de los fondos de pensiones, modificaciones a los parámetros regulatorios como la edad de retiro o las tasas de cotización. Destacó que estos sistemas reformados, obtuvieron básicamente una naturaleza mixta.

Por otra parte, dijo que las fuentes de financiamiento de la seguridad social basadas en criterios contributivos son limitadas y debido a las restricciones para afrontar todos los gastos con recursos de contribuciones, estos sistemas incorporan cada vez más el financiamiento a partir de impuestos generales.

Una de las principales justificaciones utilizadas para realizar las reformas de los años 80, fue la necesidad de introducir un vínculo más estrecho entre cotizaciones y beneficios, logrando que las cuentas individuales dieran origen a una creciente cobertura, porque las personas experimentarían mayor responsabilidad e incentivos para aportar al sistema con continuidad. Pero, luego de años de haber implementado estas reformas, se concluyó que los sistemas reformados no trajeron el aumento esperado de la cobertura y una de las principales razones fue, que el haber supuesto que los trabajadores tendrían empleos largos y estables y que su proceso de jubilación sería normal, no fue acertado, ya que el segmento informal del mercado de trabajo emplea actualmente alrededor de la mitad de la fuerza laboral de la región con contratos precarios.

Las reformas promovidas durante la década del 90 se caracterizaron por centrarse en dos importantes pilares, el sistema público de reparto y el individual de capitalización. En el régimen público, se establecen tasas de retribuciones sujetas a contribuciones previas al retiro, y en este sentido, las diferencias de las prestaciones entre hombres y mujeres surgen por las distintas edades de retiro o por las diferencias experimentadas en la trayectoria individual de cada trabajador. Esto se traduce en que las mujeres se veían beneficiadas debido a la mayor expectativa de vida que los hombres. Lo contrario ocurre con los sistemas de capitalización individual, porque al dividir el ahorro generado, entre los años supuestos de vida, una vez jubiladas las mujeres, reciben pensiones más bajas que los hombres, debido a su mayor esperanza de vida.

En este sentido, Mandeville propone considerar este punto en estas instancias de debate que comienzan hoy sobre la seguridad social.

Finalmente, el jerarca concluyó que los problemas centrales de los sistemas de seguridad no giran entorno a la modalidad de la administración de los fondos de pensiones y jubilaciones, sino que al igual que 25 años atrás, sigue siendo necesario centrarse en cómo aumentar la cobertura del sistema de pensiones en un contexto de progresiva precarización e informalización del mercado de trabajo y en cómo financiar el sistema dada esta precarización y el envejecimiento de la población, así como también estudiar cómo eliminar las actuales desigualdades, en especial en materia de género.

El Embajador Extraordinario y Plenipotenciario del Reino de España en Uruguay, Fernando Valderrama y de Pareja, hizo uso de la palabra recordando la fecha del 15 de junio como la recuperación de la democracia en España, tras una larga dictadura de 36 años.

A continuación, destacó la contribución española en este proyecto, en el marco del apoyo que brinda la Agencia Española de Cooperación Internacional para la gobernabilidad en América Latina, que refleja la apuesta de la cooperación española en Iberoamérica y la reforma del sistema de Naciones Unidas en Uruguay, considerado país piloto en América Latina para esa reforma.

En este sentido, Valderrama dijo que existen otros tres proyectos aprobados para Uruguay, destacando el aporte de 528 millones de euros, realizado por España en año pasado al Sistema de Naciones Unidas, para el cual se están elaborando y concretando otros proyectos. Subrayó que es con el objetivo de promover el diálogo, que la Agencia Española de Cooperación Internacional promueve y participa en este Diálogo Nacional sobre Seguridad Social.

Cerrando la apertura, el Rector de la Universidad de la República, Rodrigo Arocena, hizo uso de la palabra enfatizando en la importancia que tiene esta actividad para la Universidad y destacó que Uruguay vive una ocasión única de avanzar hacia un nuevo desarrollo, que en sus 50 años de vida jamás presenció.

Señaló que la Universidad espera colaborar con este proceso de diálogo, porque este nuevo desarrollo por el que atraviesa Uruguay, se basa naturalmente en una comprensión afinada de lo hecho bien y mal y de las largas discusiones latinoamericanas en cuanto al papel del Estado y del mercado. En este sentido, Arocena aseguró que el nuevo proceso de desarrollo se da desde la suma de los actores; reflexionó en cómo incorporar a los sectores pasivos como actores del desarrollo, desde una contribución ciudadana, desde lo que han aprendido y pueden enseñar. En este contexto, destacó que la Universidad apoya los grandes diálogos que ha protagonizado Uruguay, sobre temas como la educación, la defensa y ahora la seguridad social, entre otros. Agregó que el diálogo, a pesar de ser una perspectiva de conflictos generada por intereses, experiencias y visiones distintas no es problema para la democracia. Asimismo, el rector dijo que el problema no es el conflicto en sí, sino los bloqueos y todavía en el país existen bloqueos que, impulsando diálogos como este, tal vez se puedan eliminar.

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