El pasado martes 19 de junio, al concluir la 5º sesión del Consejo de Derechos Humanos, fue electo como uno de sus vicepresidentes el representante de nuestro país ante las Naciones Unidas con sede en Ginebra, embajador Alejandro Artucio.

Dicha distinción, según los observadores, implica un nuevo desafío para nuestro país mirando hacia el futuro del Consejo de Derechos Humanos, “pero también un reconocimiento a la labor desarrollada por nuestro representante, experto reconocido y respetado internacionalmente”.

El Consejo de Derechos Humanos fue creado conforme a la Resolución 60/251 de la Asamblea General de Naciones Unidas durante el año 2006, como órgano subsidiario de la Asamblea General. Uruguay es uno de sus 47 miembros fundadores y aspira a ser reelecto próximamente.      

En esta oportunidad, al finalizar la 5º sesión, en el marco de un espíritu de consenso y cooperación, fueron aprobados dos documentos: uno que consagra la Construcción Institucional del Consejo- el cual incluye un mecanismo de evaluación periódica universal- y otro referido al Código de Conducta para relatores y expertos.

La consagración de ambos instrumentos en forma consensuada constituye, a juicio de los expertos, un mecanismo que dota al Consejo de Derechos Humanos, no solo de los medios necesarios para asegurar su futuro funcionamiento, sino de una hoja de ruta que obligue a sus miembros.