03/08/07


URUGUAY TRABAJA PARA CONTENER LA VIOLENCIA DE GÉNERO
Al culminar el Seminario internacional sobre Violencia de Género, el experto argentino, Jorge Corsi, realizó una exposición resaltando la importancia de no confundir la violencia de género, con una respuesta agresiva que pueda aparecer en un conflicto puntual, ya que la violencia de género es un proceso de control y dominio sobre la víctima.

En el marco del Seminario Internacional "Hacia un Uruguay, país libre de Violencia Doméstica", quinto módulo del Proyecto "Fortalecimiento Institucional de la Justicia para un desarrollo equitativo" ejecutado por el Instituto Nacional de las Mujeres (INAMU), el licenciado argentino, Jorge Corsi, docente y experto en el tema de violencia de género diserto esta mañana sobre la violencia de género.

Corsi, inició su exposición enfatizando en la necesidad de reflexionar sobre los modelos de asistencia con que se está trabajando y a qué paradigma responden. En todos los países la violencia doméstica se denomina de distintas maneras, pero coincidiendo en que todo ámbito doméstico contiene espacios de peligrosidad para las distintas personas que lo habitan, se desprende que la violencia se da según el género y la generación. Es decir que los más vulnerables son las mujeres y los niños.

En cuanto al tema de la violencia de género, se deben tener en cuenta dos conceptos básicos, primero que la violencia de género es masculina y que no se debe confundir la violencia con respuestas agresivas que puedan aparecer en un conflicto interpersonal, porque el que ejerce violencia busca controlar a la otra persona atemorizándola y sometiéndola, no permite que exista el conflicto y la otra persona se somete. Para entender cuándo existe violencia, se deben analizar los modos de circulación del poder, porque en muchos casos el poder no se evidencia claramente. La violencia de género puede definirse como un proceso de control y dominio que ocasiona daños visibles e invisibles y no como un estado que ocurre puntualmente. Una vez que se haya identificado el problema, se propondrán medidas para intentar revertir este proceso tan complejo.

En este sentido, existen dos modelos para intervenir, el Modelo Asistencialista y Modelo Transformador. El primero atiende las consecuencias, se basa en el daño producido se centra en el estado de la víctima, espera la demanda y brinda diferentes apoyos, económico, vivienda, casas de acogida, asesoramiento legal, social y trabajo, entre otros. Este modelo actúa pero no resuelve el problema de fondo y por esto se utiliza en todo el mundo pero es cuestionado.

El Modelo Transformador investiga, interviene sobre las causas del problema, investiga los factores intervinientes, se centra en los procesos de victimización, promueve cambios sin esperar la demanda, es basado en políticas de Estado que promuevan cambios estructurales. El problema que presenta este modelo es que los resultados demoran años en concretarse.

Para Corsi se debe empezar a pensar desde una perspectiva transformadora pero sin dejar de lado el modelo asistencialista que actúa de inmediato.

Dentro de las intervenciones a realizar en el problema de la violencia de género, se deben diferenciar las intervenciones preventivas y las asistenciales y las específicas e inespecíficas, así como también los diferentes tipos de asistencia legal, social y psicológica que deben presentarse siempre en la misma proporción.

La intervención psicológica es un proceso de reparación psicosocial, los términos utilizados, terapia, tratamiento, reinserción, recuperación y reparación.

Finalizando su intervención, el experto dijo que para atender a las mujeres víctimas se debe tener bien claro la diferencia entre el diagnóstico de stress post traumático presentado en personas que padecieron acontecimientos limitados o situaciones de shock y el proceso traumático complejo, que se da en las mujeres que padecieron situaciones prolongadas de violencia. Este último, provoca en la mujer consecuencias que se dan en múltiplos niveles, cognitivo, emocional, comportamental, socioafectivo, sociolaboral y socioeducativo y en el funcionamiento biológico.

Una vez atravesado todos estos diagnósticos y procesos, se llega al objetivo central que es la reparación psicosocial que consiste en la restitución del poder personal donde se retoma el control sobre su propia vida en todos los niveles, económico, social, psicológico, físico y moral, entre otros.

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