URUGUAY TRABAJA PARA CONTENER LA VIOLENCIA DE GÉNERO
Al culminar el Seminario internacional sobre
Violencia de Género, el experto argentino, Jorge Corsi, realizó una
exposición resaltando la importancia de no confundir la violencia de
género, con una respuesta agresiva que pueda aparecer en un conflicto
puntual, ya que la violencia de género es un proceso de control y
dominio sobre la víctima.
En el marco del Seminario Internacional "Hacia un
Uruguay, país libre de Violencia Doméstica", quinto módulo del Proyecto
"Fortalecimiento Institucional de la Justicia para un desarrollo
equitativo" ejecutado por el Instituto Nacional de las Mujeres (INAMU),
el licenciado argentino, Jorge Corsi, docente y experto en el tema de
violencia de género diserto esta mañana sobre la violencia de género.
Corsi, inició su exposición enfatizando en la
necesidad de reflexionar sobre los modelos de asistencia con que se está
trabajando y a qué paradigma responden. En todos los países la violencia
doméstica se denomina de distintas maneras, pero coincidiendo en que
todo ámbito doméstico contiene espacios de peligrosidad para las
distintas personas que lo habitan, se desprende que la violencia se da
según el género y la generación. Es decir que los más vulnerables son
las mujeres y los niños.
En cuanto al tema de la violencia de género, se deben
tener en cuenta dos conceptos básicos, primero que la violencia de
género es masculina y que no se debe confundir la violencia con
respuestas agresivas que puedan aparecer en un conflicto interpersonal,
porque el que ejerce violencia busca controlar a la otra persona
atemorizándola y sometiéndola, no permite que exista el conflicto y la
otra persona se somete. Para entender cuándo existe violencia, se deben
analizar los modos de circulación del poder, porque en muchos casos el
poder no se evidencia claramente. La violencia de género puede definirse
como un proceso de control y dominio que ocasiona daños visibles e
invisibles y no como un estado que ocurre puntualmente. Una vez que se
haya identificado el problema, se propondrán medidas para intentar
revertir este proceso tan complejo.
En este sentido, existen dos modelos para intervenir,
el Modelo Asistencialista y Modelo Transformador. El primero atiende las
consecuencias, se basa en el daño producido se centra en el estado de la
víctima, espera la demanda y brinda diferentes apoyos, económico,
vivienda, casas de acogida, asesoramiento legal, social y trabajo, entre
otros. Este modelo actúa pero no resuelve el problema de fondo y por
esto se utiliza en todo el mundo pero es cuestionado.
El Modelo Transformador investiga, interviene sobre
las causas del problema, investiga los factores intervinientes, se
centra en los procesos de victimización, promueve cambios sin esperar la
demanda, es basado en políticas de Estado que promuevan cambios
estructurales. El problema que presenta este modelo es que los
resultados demoran años en concretarse.
Para Corsi se debe empezar a pensar desde una
perspectiva transformadora pero sin dejar de lado el modelo
asistencialista que actúa de inmediato.
Dentro de las intervenciones a realizar en el
problema de la violencia de género, se deben diferenciar las
intervenciones preventivas y las asistenciales y las específicas e
inespecíficas, así como también los diferentes tipos de asistencia
legal, social y psicológica que deben presentarse siempre en la misma
proporción.
La intervención psicológica es un proceso de
reparación psicosocial, los términos utilizados, terapia, tratamiento,
reinserción, recuperación y reparación.
Finalizando su intervención, el experto dijo que para
atender a las mujeres víctimas se debe tener bien claro la diferencia
entre el diagnóstico de stress post traumático presentado en personas
que padecieron acontecimientos limitados o situaciones de shock y el
proceso traumático complejo, que se da en las mujeres que padecieron
situaciones prolongadas de violencia. Este último, provoca en la mujer
consecuencias que se dan en múltiplos niveles, cognitivo, emocional,
comportamental, socioafectivo, sociolaboral y socioeducativo y en el
funcionamiento biológico.
Una vez atravesado todos estos diagnósticos y
procesos, se llega al objetivo central que es la reparación psicosocial
que consiste en la restitución del poder personal donde se retoma el
control sobre su propia vida en todos los niveles, económico, social,
psicológico, físico y moral, entre otros. |