07/08/07


DESINTEGRACIÓN FRENA COMERCIO LATINOAMERICANO
Latinoamérica no está integrada en transporte, energía y telecomunicaciones, según lo analizado por ALADI en los Talleres sobre Actualización del Proceso de Integración, pero el organismo trabaja en la implementación de un modelo metodológico portuario y en la digitalización de documentación de acuerdo a los requerimientos internacionales.

También, a través de la implementación de nuevas formas virtuales de trabajo se logró superar las limitantes de relacionamiento entre los países desde el punto de vista financiero.

La identificación de realidades y objetivos en cuanto a integración en materia de transporte, energía y telecomunicaciones realizada por la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALADI) permite tramitar nuevas herramientas de gestión y posibilita el comercio sobre base digital en el marco institucional actual.

Desde el mes de abril y hasta el 31 de agosto, ALADI imparte talleres a cargo de técnicos especialistas sobre la Actualización del Proceso de Integración de Latinoamérica.

El Programa incluye talleres sobre La Evolución de la integración regional en el marco de la ALADI; Soluciones de controversias; Propiedad Intelectual; Inversiones y Compras del Sector Público; Logística y Facilitación Aduanera; Integración digital: comercio electrónico y TICs; El Tratamiento de las asimetrías en los procesos de integración; certificación de origen digital, entre otros.

En ese marco, el Jefe del Sector Comercio de Servicios del Departamento de Integración Física y Digital de la ALADI, Néstor Luraschi, disertó sobre las actuales infraestructuras de comunicación en el continente y sus obstáculos para la integración; la evolución de los modelos energéticos; las telecomunicaciones, el transporte marítimo, aéreo, terrestre y los controles aduaneros.

ALADI sostiene que la integración es un proceso de interconexión de redes de transporte, telecomunicaciones y energía que se producen en el marco de políticas y estrategias comunes.

De esta manera es necesaria una planificación racional en un marco normativo organizado y una infraestructura adecuada que permita y facilite una correcta circulación de bienes y personas dentro de un espacio de integración.

Este concepto en la práctica no se aplica a los países subdesarrollados de la región en los cuales la integración es parcelada, situación que atenta contra la productividad de los países porque el actual comportamiento de la infraestructura de comunicación física no es adecuado. Esta situación no favorece los procesos de redes de transportes e incide en forma incorrecta en la circulación de bienes, personas y servicios.

La región carece de un sistema de transporte, energía y telecomunicaciones organizado en forma regular y armónica, si bien existen conexiones de prestaciones de servicios, no hay un marco normativo que sustente y favorezca la creación de redes que faciliten la optimización de recursos comunes disponibles, lo cual es un obstáculo a la integración.

Tampoco, existe una prestación de servicios correcta en materia de transporte, energía y telecomunicaciones, la cual es ineficiente, situación que altera la competitividad de la región en el mercado internacional.

En este escenario los mejores servicios son prestados por los sistemas portuarios y las peores prestaciones son dadas por los servicios aduaneros, elemento que no favorece la integración regional como debería.

Para contribuir a una infraestructura adecuada se creó en el año 1990, por parte de la ALADI, la Conferencia de Transporte de Ministros de América del Sur, organización que realizó un inventario priorizado de proyectos de infraestructuras en materia de integración física: transporte, energía y telecomunicaciones.

En el año 2000, Brasil organiza el proyecto y convoca a una reunión de Presidentes Latinoamericanos y de ahí surge la iniciativa para la Infraestructura Regional Sudamericana (IRSA) y por primera vez en la historia los organismos de financiamiento de la región se ponen de acuerdo y trabajan coordinamente para llevar adelante emprendimientos.

Actualmente, en la región en materia energética coexiste una evaluación de beneficios equilibrada con beneficios compartidos en igual forma por parte de los actores políticos junto a una importante ejecución de obras por parte de privados.

En ese sentido, para avanzar en la temática energética y dejar atrás la inequidades es necesario impulsar un regionalismo abierto, diseñar mecanismos de cooperación e incrementar la institucionalidad, además de regular sistemas no solamente en gas y electricidad, como hasta ahora.

En materia de telecomunicaciones, existe una alta heterogeneidad en todos los países de la región, continúan las brechas digitales en cuanto al acceso a las tecnologías y se percibe un escaso nivel de utilización de herramientas tecnológicas en la estructura productiva. A pesar de ello, el sector telecomunicaciones es el más integrado físicamente en la región, con pocos obstáculos burocráticos para el comercio internacional.

En Latinoamérica, el transporte terrestre por carretera y por ferrocarril; acuático: marítimo y fluvial; y el aéreo, son servicios horizontales que impactan y atraviesan todos los estamentos de la sociedad y como consecuencia benefician o perjudican al conjunto de la economía en lo relativo a bienes y servicios.

En la zona prevalece una superposición en materia de transporte marítimo; el sistema ferroviario internacional prácticamente no existe ya que funcionan solamente 5 conexiones internacionales y solo dos son utilizadas ya que el 75% de las exportaciones de la región se traslada en el territorio de los países por ferrocarril.

El transporte aéreo tiene un bajo grado de desarrollo, una gran descapitalización de las compañías aéreas, alta inversión, baja rentabilidad, los costos operativos son excesivamente altos, con pesada carga tributaria directa e indirecta.

No se detecta una cooperación entre los transportistas de los diferentes rubros, ni complementación en la región, la cual mantiene un bajo nivel de capacitación y difusión de actividades en torno a sus cometidos específicos.

Por su parte, en controles aduaneros la infraestructura física de las áreas de inspección fronteriza son inadecuadas, además de reducidos los niveles de seguridad, los servicios complementarios son de baja calidad o inexistentes con una supremacía del factor humano que es quien decide que objetos pasan y cuales no.

El gran desafío de ALADI es consolidar una organización eficiente que contribuya a ampliar y profundizar la integración de América Latina para que la misma sea capaz de adaptarse permanentemente a la dinámica regional e internacional.

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