FUERTE DESARROLLO EN URUGUAY EN LA CRÍA DE LANGOSTAS
ROJAS
En Maldonado se lleva adelante un emprendimiento
acuícola que, desde el año 2000, se perfecciona en la cría de langostas
de pinzas rojas, especie australiana, que por su rusticidad se adapta a
diferentes medios climáticos, permitiendo la conformación de una
actividad rentable antes no conocida en el país.
El tecnólogo de la granja Acuicultura Punta Negra,
Enrique Leivas, destacó que este emprendimiento pudo lograrse gracias al
apoyo del Programa de Desarrollo Tecnológico -que funciona en la órbita
del Ministerio de Educación y Cultura- que financió casi el 50% de la
inversión inicial que requirió este emprendimiento.
Del mismo modo, el Instituto Nacional de
Colonización, proporcionó el terreno en arrendamiento, ubicado en el
balneario Punta Negra de Maldonado.
Por su parte, la Dirección Nacional de Recursos
Acuáticos, que trabaja en el Plan Nacional de Acuicultura, está
realizando una serie de talleres técnicos junto a consultores de FAO,
donde este emprendimiento fue seleccionado como ensayo demostrativo.
Esta granja de cultivo, surgió frente a la necesidad
que vivía el sector turístico previo a la crisis del año 2002, donde un
empresario del sector gastronómico y una licenciada en hidrobiología
estudiaron las posibilidades de criar algún tipo de especie que no se
hubiera explotado anteriormente.
Por tal motivo, se importó un plantel de langostas
desde Miami, para iniciar las investigaciones donde se observó la
tolerancia de la especie a los distintos parámetros ambientales.
Posteriormente, se ensayó un modelo de ingeniería
para hacer que este emprendimiento se convierta en una actividad
productiva rentable. En ese marco, el Programa de Desarrollo Tecnológico
asistió financieramente este proyecto, para que pudieran profundizarse
las etapas de investigación y desarrollo.
La inversión total que lleva esta iniciativa superó
los 120 mil dólares, de los cuales el PDT contribuyó con casi el 50%.
La cría de langosta roja se realiza con aguas
subterráneas, ya que éstas permiten contar con mayor bioseguridad y un
mejor mantenimiento técnico debido a que el agua subterránea mantiene su
temperatura, lo cual permite regular la temperatura en los estanques.
Leivas, explicó que actualmente, en el área acuícola
existe un problema bastante común sobre las raciones necesarias para
llevar adelante esta tarea. Por tal motivo, esta empresa abrió una línea
de investigación dentro del proyecto PDT, destinada específicamente a la
nutrición. Para ello, se contrataron especialistas en nutrición animal
de Facultad de Ciencias, quienes desarrollaron las raciones para esta
especie.
A su vez, se elaboró una microplanta para la
elaboración de raciones, adaptando herramientas que existen en el
mercado, para los usos específicos de la acuicultura. En ese sentido, el
tecnólogo explicó que con un radiador de automóvil se construyó la
secadora de raciones y con una máquina hormigonera se conformó una
mezcladora.
Para sacar este nuevo producto al mercado, esta
granja introdujo las degustaciones de esta especie, como un mecanismo de
validación del producto por parte de los consumidores, asociándolo
directamente con el sector gastronómico, donde tuvo gran receptividad.
La demanda de este producto se da básicamente dentro
del mercado interno consumidor de camarones. Frente a la escasez de
camarón que este grupo empresarial percibió, sobre todo en verano, la
langosta roja comenzó a funcionar como sustituto, aunque en poco tiempo
forjó su propia identidad.
Actualmente, esta empresa se encuentra en la fase de
transferir tecnología para combinar este emprendimiento con otras
actividades productivas. En ese sentido, está comercializando el
know-how -que cuenta con la certificación UNIT9001- de cómo llevar
adelante esta actividad, proporcionando los conocimientos necesarios
para instalar una granja de cultivo, con inversores brasileros.
De esta manera, se conforman dos unidades de negocio:
la langosta como producto final y la tecnología para la cría de esta y
otras especies. En ese sentido, también se trabaja junto a la
Intendencia de Paysandú, para hacer un ensayo con aguas termales, puesto
que éste es un animal de origen tropical.
Además, en el marco del proyecto con FAO, se solicitó
a la Intendencia de Maldonado el préstamo de maquinaria para poder
realizar excavaciones y construir más estanques, donde se continuaría
con la investigación en esta materia
Esta joven empresa, recién está en una etapa
comercial incipiente, motivo por el cual produce 850 kilos de langosta
roja por año, en ¾ hectáreas de estanques, distribuidos en espejos de
agua, sin embargo, Leivas afirmó que con éstas instalaciones, podría
producirse más de una tonelada y media de langostas anuales.
La tasa interna de rentabilidad es del 23% y el costo
de cada langosta oscila entre 8 y 13 dólares. Con aquellos animales que
no alcanzan el tamaño necesario para ser comercializados por unidad, se
los procesa y extrae la carne de la cola, vendiéndose a 25 dólares, el
kilo.
Recientemente, se incorporó un túnel de frío para
congelar el producto y comercializarlo en ese estado, así como también,
cuentan con una cámara de frío para el correcto mantenimiento.
En cuanto a la generación de puestos de empleo, este
emprendimiento tuvo una fuerte demanda de personal especializado en
nutrición, sanidad animal, biología, ingeniería hidráulica, industrial y
química.
Leivas, resaltó la importancia del apoyo del PDT
hacia emprendimientos innovadores y la apertura del Instituto de
Colonización frente a una actividad nueva en el medio rural como lo es
la cría de langosta.
El apoyo del PDT, fue fundamental para la etapa
inicial del proyecto, donde a través del ensayo y el error, se fueron
confeccionando las herramientas necesarias para mejorar la producción de
esta especie. |