31/08/07


FUERTE DESARROLLO EN URUGUAY EN LA CRÍA DE LANGOSTAS ROJAS
En Maldonado se lleva adelante un emprendimiento acuícola que, desde el año 2000, se perfecciona en la cría de langostas de pinzas rojas, especie australiana, que por su rusticidad se adapta a diferentes medios climáticos, permitiendo la conformación de una actividad rentable antes no conocida en el país.

El tecnólogo de la granja Acuicultura Punta Negra, Enrique Leivas, destacó que este emprendimiento pudo lograrse gracias al apoyo del Programa de Desarrollo Tecnológico -que funciona en la órbita del Ministerio de Educación y Cultura- que financió casi el 50% de la inversión inicial que requirió este emprendimiento.

Del mismo modo, el Instituto Nacional de Colonización, proporcionó el terreno en arrendamiento, ubicado en el balneario Punta Negra de Maldonado.

Por su parte, la Dirección Nacional de Recursos Acuáticos, que trabaja en el Plan Nacional de Acuicultura, está realizando una serie de talleres técnicos junto a consultores de FAO, donde este emprendimiento fue seleccionado como ensayo demostrativo.

Esta granja de cultivo, surgió frente a la necesidad que vivía el sector turístico previo a la crisis del año 2002, donde un empresario del sector gastronómico y una licenciada en hidrobiología estudiaron las posibilidades de criar algún tipo de especie que no se hubiera explotado anteriormente.

Por tal motivo, se importó un plantel de langostas desde Miami, para iniciar las investigaciones donde se observó la tolerancia de la especie a los distintos parámetros ambientales.

Posteriormente, se ensayó un modelo de ingeniería para hacer que este emprendimiento se convierta en una actividad productiva rentable. En ese marco, el Programa de Desarrollo Tecnológico asistió financieramente este proyecto, para que pudieran profundizarse las etapas de investigación y desarrollo.

La inversión total que lleva esta iniciativa superó los 120 mil dólares, de los cuales el PDT contribuyó con casi el 50%.

La cría de langosta roja se realiza con aguas subterráneas, ya que éstas permiten contar con mayor bioseguridad y un mejor mantenimiento técnico debido a que el agua subterránea mantiene su temperatura, lo cual permite regular la temperatura en los estanques.

Leivas, explicó que actualmente, en el área acuícola existe un problema bastante común sobre las raciones necesarias para llevar adelante esta tarea. Por tal motivo, esta empresa abrió una línea de investigación dentro del proyecto PDT, destinada específicamente a la nutrición. Para ello, se contrataron especialistas en nutrición animal de Facultad de Ciencias, quienes desarrollaron las raciones para esta especie.

A su vez, se elaboró una microplanta para la elaboración de raciones, adaptando herramientas que existen en el mercado, para los usos específicos de la acuicultura. En ese sentido, el tecnólogo explicó que con un radiador de automóvil se construyó la secadora de raciones y con una máquina hormigonera se conformó una mezcladora.

Para sacar este nuevo producto al mercado, esta granja introdujo las degustaciones de esta especie, como un mecanismo de validación del producto por parte de los consumidores, asociándolo directamente con el sector gastronómico, donde tuvo gran receptividad.

La demanda de este producto se da básicamente dentro del mercado interno consumidor de camarones. Frente a la escasez de camarón que este grupo empresarial percibió, sobre todo en verano, la langosta roja comenzó a funcionar como sustituto, aunque en poco tiempo forjó su propia identidad.

Actualmente, esta empresa se encuentra en la fase de transferir tecnología para combinar este emprendimiento con otras actividades productivas. En ese sentido, está comercializando el know-how -que cuenta con la certificación UNIT9001- de cómo llevar adelante esta actividad, proporcionando los conocimientos necesarios para instalar una granja de cultivo, con inversores brasileros.

De esta manera, se conforman dos unidades de negocio: la langosta como producto final y la tecnología para la cría de esta y otras especies. En ese sentido, también se trabaja junto a la Intendencia de Paysandú, para hacer un ensayo con aguas termales, puesto que éste es un animal de origen tropical.

Además, en el marco del proyecto con FAO, se solicitó a la Intendencia de Maldonado el préstamo de maquinaria para poder realizar excavaciones y construir más estanques, donde se continuaría con la investigación en esta materia

Esta joven empresa, recién está en una etapa comercial incipiente, motivo por el cual produce 850 kilos de langosta roja por año, en ¾ hectáreas de estanques, distribuidos en espejos de agua, sin embargo, Leivas afirmó que con éstas instalaciones, podría producirse más de una tonelada y media de langostas anuales.

La tasa interna de rentabilidad es del 23% y el costo de cada langosta oscila entre 8 y 13 dólares. Con aquellos animales que no alcanzan el tamaño necesario para ser comercializados por unidad, se los procesa y extrae la carne de la cola, vendiéndose a 25 dólares, el kilo.

Recientemente, se incorporó un túnel de frío para congelar el producto y comercializarlo en ese estado, así como también, cuentan con una cámara de frío para el correcto mantenimiento.

En cuanto a la generación de puestos de empleo, este emprendimiento tuvo una fuerte demanda de personal especializado en nutrición, sanidad animal, biología, ingeniería hidráulica, industrial y química.

Leivas, resaltó la importancia del apoyo del PDT hacia emprendimientos innovadores y la apertura del Instituto de Colonización frente a una actividad nueva en el medio rural como lo es la cría de langosta.

El apoyo del PDT, fue fundamental para la etapa inicial del proyecto, donde a través del ensayo y el error, se fueron confeccionando las herramientas necesarias para mejorar la producción de esta especie.

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