Estados Unidos y España son los que reciben al 70% de los uruguayos que emigran. Por concepto de remesas se reciben en Uruguay un promedio anual de U$S 38,5 según el Instituto Nacional de Estadística. El 31% de las personas que emigraron entre los años 2000 y 2006 envían remesas a sus hogares de origen. En el año 2006, 110.000 ciudadanos regresaron al país y un 11% lo hizo debido a los cambios políticos.

El Instituto Nacional de Estadística, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) presentaron el "Informe sobre la migración internacional" que resume los principales resultados sobre el tema surgidos del análisis de la Encuesta Nacional de Hogares Ampliada del INE.

El informe se estructura en base a tres grandes capítulos que desarrollan temáticas referentes a emigración, inmigración y retorno.

El primer capítulo presenta datos de la emigración que se desarrolló entre los años 2000 y 2006, cuyos hogares de origen aún permanecen en nuestro país.

El 55% de las personas que emigró durante este periodo son básicamente jóvenes de 20 a 29 años, franja en la que predominaban 145 hombres sobre 100 mujeres que emigraron del país.

El 60% de estos ciudadanos cuando salieron del país eran hijos del jefe o jefa de hogar, evidenciando, así, que la emigración era parte de la emancipación de los hogares de origen.

En esta encuesta, España y Estados Unidos concentraron aproximadamente el 70% de las opciones como destino migratorio, mientras que la República Argentina, que en épocas anteriores incorporaba la mitad de los emigrantes uruguayos, solamente recibió el 11,9% y la República Federativa de Brasil el 4,7%.

Entre las razones para emigrar predominaron argumentos relacionados con las dificultades para conseguir trabajo en el mercado nacional para los hombres y las mujeres adultas. Asimismo, para los más jóvenes la reunificación familiar fue el argumento más contundente, especialmente en los niños y jóvenes menores de 15 años.

Los datos brindan información que expresa que el nivel educativo de las personas que emigran es superior al promedio de la población residente en Uruguay. Sin embargo, el porcentaje de personas con nivel de educación terciaria y universitaria es menor que las de las "olas" migratorias anteriores.

Asimismo, el estudio informa que entre las ocupaciones de los emigrantes en sus países de residencia actual, predominan los trabajos calificados, aunque el porcentaje de profesionales, técnicos y personal directivo es menor que el observado en los períodos anteriores.

Se constató, además, que la expectativa de los emigrantes en cuanto a su situación laboral mejoró en un 81%, incluso un 60% que no contaba con fuentes laborales en nuestro país encontraron trabajo en su país actual.

También, existe una presencia importante de trabajadores que cumplían actividades en la oferta de servicios, así como vendedores, funciones que igualmente cumplen en los países de residencia actual.

Los trabajadores calificados de la industria y los artesanos fueron otros de los grupos de ocupaciones que optaron por la emigración, tanto en décadas previas como en la emigración reciente. La evidencia presentada en la encuesta tiende a rechazar la idea generalizada de que los emigrantes ocupan trabajos de menores estatus que en Uruguay, ya que se observaron distribuciones similares en sus ocupaciones.

Los vínculos de los emigrantes con sus familiares en el país se pueden considerar "fuertes", aunque más de la mitad de ellos no visitó nuestro país desde el momento en que partió hacia otras Naciones.

En ese contexto, los hogares que reciben remesas son el 2,8% del total de los encuestados y el 3% de los hogares pertenecientes a localidades con 5.000 o más habitantes.

En cuanto a los montos de remesas mensuales, los resultados de la encuesta muestran que la media recibida es de U$S 113 mensuales para el año 2006. Con respecto al volumen total de las remesas, se recibieron en el año 2006, U$S 38,5 millones.

El total de las remesas es en promedio el 13,5% del total de los ingresos de los hogares que las reciben.

Entre los hogares que perciben remesas, los que son unipersonales o nucleares monoparentales son los que absorben una proporción mayor en su ingreso, en cambio los hogares nucleares biparentales con hijos tienen un porcentaje menor de aportes desde el exterior del país.

El 31% de los emigrantes recientes envían remesas a sus hogares en Uruguay. En ese sentido, influye el grado de parentesco ya que los cónyuges y ascendentes como padres y suegros envían remesas en un 57%, en cambio, los hijos, yernos, nueras y nietos lo hacen en un 30% de los casos.

Desde la década de 1960, Uruguay, dejó de recibir población inmigrante. Actualmente, en el territorio nacional convive un sector significativo de personas nacidas en el exterior del país, cuyos padres fueron exiliados políticos y retornaron al territorio nacional luego de la instauración de la democracia.

La información de la investigación indica que el 35% del total de inmigrantes son nacidos en la República Argentina, el 15,6% en la República Federativa de Brasil, un 20,6% son españoles junto a un 6,3% de italianos.

El 65% de la inmigración se encuentra radicada en Montevideo y el resto en el interior del país.

Los resultados permiten constatar que la migración de retorno ha tenido una magnitud considerable en las últimas décadas, existiendo en el año 2006 un porcentaje de 3,3% de la población uruguaya, aproximadamente 110.000 personas que regresaron al territorio nacional.

Las décadas de 1980 y 1990, como los años 2000-2006 son los de mayor retorno, los flujos de regreso más identificables son de ciudadanos que por motivos políticos vivieron en México y Venezuela.

También, se constataron retornos significativos desde España y Estados Unidos en los primeros años de la década actual.

Los retornantes que volvieron debido a los cambios políticos representan el 11% del total de la población encuestada.