Principios con pragmatismo
Vázquez: los gobernantes deben garantizar un clima
favorable para hacer buenos negocios
El Presidente expuso ante la Cámara
de Comercio de Los Ángeles y presentó a Uruguay como
país integrado en la región y en el mundo, señalando
que el aislamiento es negación de progreso. Explicó
fundamentos de su Gobierno y recordó que la dimensión
internacional ha estado presente desde que Artigas
promoviera un tratado comercial con Monroe. Dijo que el
país está comprometido con el MERCOSUR pero que no es
incompatible con un esquema de relaciones bilaterales.
El Presidente Vázquez agradeció por
la organización del encuentro de trabajo y señaló
puntos en común de Uruguay y California. Recordó que
muchos emigrantes uruguayos allí se han radicado y
además, que el Embajador de EE.UU. en Uruguay es
californiano. Refiriéndose a Frank Baxter, dijo que se
trata de un querido amigo y de un excelente
representante.
Acto seguido, Vázquez desarrolló
cinco puntos que le fueron encomendados por la
ciudadanía uruguaya. Primero, anotó: el Uruguay social
y lo definió en tanto que la mayor riqueza de un país
es su gente y la dignidad en que vive.
Luego se refirió al Uruguay
productivo y a la necesidad de recalificar el valor del
trabajo, la generación de empleo y una estrategia de
desarrollo sostenible.
En cuanto a lo que denominó: Uruguay
innovador, dijo que es clave de desarrollo. Cuando
definió al Uruguay democrático, apuntó que no hay
desarrollo sin democracia y que no hay democracia sin
ciudadanos, con sus derechos y sus responsabilidades.
Finalmente, habló del Uruguay integrado a la región y
al mundo y sentenció que el aislamiento es la negación
del progreso.
Vázquez dijo también que nuestra
política exterior está basada en el compromiso con la
paz, la soberanía y la solidaridad, en el más absoluto
rechazo a todo tipo de terrorismo, violencia y
discriminación; en el respeto al derecho internacional;
en la reafirmación del multilateralismo y en el
reconocimiento a la indivisibilidad de todos los
derechos humanos.
Sostuvo el mandatario, que el
Gobierno que él preside promueve una política exterior
de regionalismo abierto. Explicó el compromiso que
tenemos con el MERCOSUR y que Uruguay trabaja para que
más países ingresen al mismo y para que se corrijan
asimetrías, disfuncionalidades y se avance en
integración.
Recordó que él mismo, semanas atrás
realizó gestiones frente a la Unión Europea para
reactivar un Tratado de Asociación. Anunció también que
próximamente visitará países del Sudeste Asiático con
el fin de abrir puertas y establecer marcos de
cooperación.
El Presidente Vázquez precisó que
esa vocación y compromiso de Uruguay con la integración
regional, no son incompatibles con un amplio esquema
de relaciones bilaterales, en el que dio cabida a los
Estados Unidos.
Recordó que ya en 1817, José Artigas
promovió un tratado de comercio con el gobierno de
James Monroe, que por razones ajenas a ambas partes se
frustró.
Indicó que luego del tiempo
transcurrido, en el 2006, las exportaciones de bienes a
Estados Unidos representaron el 13% del total de
nuestras exportaciones; la carne representó casi el 50%
de las exportaciones a ese país.
Informó también que, en lo que va
de 2007, EEUU es el segundo destino de nuestras
exportaciones, equivalente a 415 millones de dólares.
Vázquez sostuvo que en este camino
hay que perseverar, conjugando principios y
pragmatismos y, en ese sentido, rememoró los dos
encuentros habidos con el presidente Bush, así como
otros, mantenidos con distintos jerarcas del gobierno
estadounidense. Dijo que en esas oportunidades se
reafirmó la voluntad de profundizar el intercambio
comercial entre ambos países. Hizo referencia también
al Acuerdo marco de Comercio e Inversiones que ambos
gobiernos firmaron el 25 de enero pasado, donde ambas
partes reafirmaron su compromiso para incrementar las
oportunidades económicas y coordinar esfuerzos para
promover mayor liberalización a través de la
Organización Mundial del Comercio. Puntualizó que este
acuerdo comprende diversas áreas: facilitación y
liberalización del comercio e inversiones bilaterales.
Asimismo, cooperación en materia sanitaria y
fitosanitaria; derechos de propiedad intelectual;
tecnología de la información; comunicaciones, comercio
electrónico; comercio de servicios y compras
gubernamentales.
Sostuvo que los gobernantes deben
garantizar un clima favorable para hacer buenos
negocios. A propósito, el Presidente aclaró que es el
sector privado quien hace los negocios y entendió que
la mayoría de la concurrencia tendría interés en
escuchar a los Ministros de Economía e Industrias y que
por tanto estaba dispuesto a ceder la palabra a ellos.
El Presidente de la República,
agradeció la cordialidad con que fue recibido y
extendió una invitación a conocer Uruguay, un país
sencillo, hospitalario y confiable, donde según dijo no
es necesario apelar a métodos espurios para hacer
buenos negocios. Concluyó diciendo que nuestro país no
es perfecto, pero tiene muchas cosas buenas y quiere
seguir progresando en un mundo mejor.
PALABRAS DEL PRESIDENTE DE LA
REPÚBLICA, TABARÉ VÁZQUEZ, EN LA CÁMARA DE COMERCIO DE
LOS ÁNGELES, CALIFORNIA, EEUU
PRESIDENTE VAZQUEZ: Después de lo que
dijo el señor embajador sobre Uruguay, no tengo más
nada que agregar.
Amigas y amigos, agradezco a la Cámara
de Comercio de los Ángeles, la organización de este
encuentro de trabajo, y, a todos ustedes por participar
en el mismo.
Es para mí muy grato estar aquí. Y
trasmitirle en primer término el saludo y los
sentimientos de amistad del Gobierno y de la ciudadanía
de la República Oriental del Uruguay. Un país
geográficamente pequeño y lejano, pero sólo
geográficamente. En otros órdenes –por cierto más
importante que la distancia y que el propio territorio
– Uruguay y California tienen mucho en común, tanto que
muchos emigrantes uruguayos se han radicado aquí, y que
el embajador de Estados Unidos en Uruguay, es
californiano y es un querido amigo; y es además, un
excelente representante de todos ustedes.
El Ministro de Economía y Finanzas,
contador Danilo Astori, y el Ministro de Industrias,
Energía y Minería, señor Jorge Lepra, expondrán sobre
temas específicos que interesan a ustedes y a nosotros.
Pero antes, les ruego me permitan hacer muy brevemente
algunas consideraciones de carácter general.
Amigas y amigos, la tarea que la
ciudadanía uruguaya me encomendó realizar durante el
período de Gobierno 2005-2010, puede enunciarse en
cinco grandes áreas estrictamente vinculadas entre sí.
En primer lugar, el Uruguay social.
Construir un Uruguay social, integrado, porque la mayor
riqueza de un país –como ustedes saben – es su gente y
la dignidad en que vive.
En segundo lugar, construir el Uruguay
productivo, porque recalificar el valor del trabajo,
generar empleo, producir, competir más y mejor, es
fundamental en una estrategia de desarrollo sostenible.
En tercer lugar, el Uruguay innovador,
porque la innovación no es adorno de la modernidad sino
una clave de desarrollo.
En cuarto lugar, el Uruguay
democrático, porque no hay desarrollo sin democracia,
como forma de gobierno, y no hay democracia sin
ciudadanos, y la ciudadanía implica generar derechos y
además asumir responsabilidades.
Y en quinto lugar, el Uruguay integrado
a la región y al mundo, porque ningún país y menos uno
como el nuestro, puede darse el lujo de la soledad. El
aislamiento es la negación del progreso.
Y desearía referirme a las políticas
instrumentadas en estas áreas, así como los avances y
asuntos pendientes en cada una de ellas, pero la
necesaria brevedad de intervención no me lo permite.
Sin perjuicio de ello, haré algunas referencias a lo
que denominamos el Uruguay integrado a la región y al
mundo.
La dimensión internacional en el
Uruguay, está presente mismo desde antes de existir el
Uruguay como se conoce en los días de hoy. Nuestra
Constitución, como Nación independiente, nuestra
afirmación como Estado de derecho y nuestras
posibilidades de desarrollo, han estado y están y
estará seguramente fuertemente vinculadas a la
inserción internacional, no sólo en la región sino
también en el mundo.
De ahí entonces, la importancia que
asignamos a la instrumentación de una política
exterior, basada en valores y principios tales como:
Primero, el compromiso con la paz, la
soberanía y la solidaridad.
Segundo, el más absoluto rechazo a todo
tipo de terrorismo, violencia y discriminación.
Tercero, el respeto al derecho
internacional.
Cuarto, la reafirmación del
multilateralismo.
Quinto, el reconocimiento a la
indivisibilidad de todos los derechos humanos, sean
políticos, sociales, económicos, civiles o culturales.
No son por cierto, valores y principios
novedosos, ni exclusivos, pero créanme que son
coordenadas que identifican al país y lo orientan en
procesos tan irreversibles, polifacéticos y
ambivalentes, como el regionalismo y la globalización.
En tal sentido, el Gobierno que presido, promueve e
instrumenta una política exterior de regionalismo
abierto. Quisiera explicarles sobre este concepto.
Por vocación y convicción, estamos
comprometidos con el MERCOSUR, sistema de integración
–que como ustedes saben – compartimos con Argentina,
Brasil y Paraguay, y al que están asociados o en vías
de vinculación, Chile, Bolivia, Venezuela y México.
Uruguay que actualmente desempeña la Presidencia Pro-tempore
del bloque, trabaja por más y mejor MERCOSUR. Es decir,
para que más países ingresen al mismo, para que este el
MERCOSUR corrija sus actitudes –perdón – sus actuales
asimetrías y difuncionalidades y para que avance en
términos de integración energética, de
infraestructuras, complementación productiva,
cooperación científica y tecnológica, uso racional de
los recursos naturales, preservación del medio ambiente
y encuentro de cultura. Creemos, necesitamos, deseamos,
y trabajamos, por un MERCOSUR que lejos de encerrarse
en sí mismo, interactúe con otros procesos de
integración, pues en el mundo actual, no hay razón que
justifique la soledad o el aislamiento. Yo mismo, hace
pocas semanas realicé gestiones ante mis pares de la
Unión Europea, para reactivar la negociación de un
Tratado de asociación MERCOSUR y Unión Europea,
estancadas desde hace tres años, y visitaré dentro de
pocas semanas, países del Sudeste Asiático, para abrir
puertas y establecer marcos de cooperación porque –
reitero - la soledad y el aislamiento son la negación
del progreso. Pero la vocación y el compromiso de
Uruguay con la integración regional no son
incompatibles con un amplio esquema de relaciones
bilaterales, entre las que se encuentran las relaciones
con los Estados Unidos de Norteamérica, relaciones que
vienen de lejos, en varios campos, y entre ellos,
obviamente, el comercial. Basta recordar que ya en
1817, el precursor de nuestra independencia nacional,
general don José Gervasio Artigas, promovió un tratado
de comercio con el gobierno de James Monroe, que por
razones ajenas a ambas partes se frustró.
Mucho tiempo y muchas cosas han pasado
desde entonces y aquí estamos. Que en el año 2006, las
exportaciones de bienes a Estados Unidos hayan
representado el 13% del total de nuestras
exportaciones, que la carne represente casi el 50% de
nuestras exportaciones a este país, y, que en lo que va
del año 2007, Estados Unidos sea el segundo destino de
nuestras exportaciones equivalente a 415 millones de
dólares, dan cuenta de un largo camino recorrido y
también, de un largo camino por recorrer.
Por cierto, que no ha sido ni es ni
será sencillo, pero en el cual hay perseverar
conjugando principios y pragmatismos. Por eso en la dos
oportunidades en que nos hemos reunido con el
presidente Bush, así como en diversos encuentros
mantenidos con otros jerarcas del gobierno
estadounidense. El más reciente, hace 20 días con el
secretario de comercio Carlos Gutiérrez. Hemos
reafirmado la voluntad de profundizar el intercambio
comercial entre ambos países, y lo estamos haciendo.
Por lo pronto, el 25 de enero pasado, ambos gobiernos
firmaron un acuerdo marco de comercio e inversiones, y
con la firma de dicho acuerdo, ambas partes reafirman
su compromiso para incrementar las oportunidades
económicas entre Uruguay y Estados Unidos, al tiempo de
coordinar simultáneamente sus esfuerzos para promover
una mayor liberalización a través de la Organización
Mundial del Comercio. El acuerdo al que hago
referencia, establece además, un programa de trabajo
que cubre diversas áreas tales como: En primer lugar,
facilitación y liberalización del comercio y las
inversiones bilaterales, debo recordar que tenemos
firmado un tratado de protección bilateral de
inversiones, y las áreas que abarca esta facilitación y
liberalización, incluye temas agrícolas. En segundo
lugar, cooperación en materia sanitaria y
fitosanitaria. En tercer lugar, derechos de propiedad
intelectual. Cuarto lugar, tecnología de la
información, comunicaciones y comercio electrónico. En
quinto lugar, comercio de servicios. En sexto lugar,
compras gubernamentales. Y por cierto, otras áreas que
las partes firmantes decidan incorporar.
Amigas y amigos, los gobiernos tienen
la responsabilidad y el deber de establecer contextos
favorables a la inversión y al comercio.
Los gobernantes no somos meteorólogos,
pero para decirlo con una expresión que además los
economistas han puesto de moda, tenemos que garantizar
un clima favorable para hacer buenos negocios. Pero
quien hace negocios no es el Estado, es el sector
privado, quienes hacen negocios, son seguramente la
mayoría de ustedes. Por eso, supongo, están interesados
en escuchar a los señores Ministros de Economía y de
Industrias, y yo le voy a ceder la palabra a ellos.
Pero antes, les agradezco nuevamente la cordialidad
conque me han recibido, y la atención con que me han
escuchado, y los invito a Uruguay. Un país sencillo,
hospitalario y confiable; un país con firmes valores
democráticos, un país donde se puede andar sin guarda
espalda, donde no es necesario, donde no es necesario
apelar a métodos espurios para hacer buenos negocios.
Un país que no es perfecto, pero que tiene muchas cosas
buenas y que quiere seguir progresando en un mundo
mejor. |