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30 de octubre, 2007

Principios con pragmatismo

Vázquez: los gobernantes deben garantizar un clima favorable para hacer buenos negocios
El Presidente expuso ante la Cámara de Comercio de Los Ángeles y presentó a Uruguay como país integrado en la región y en el mundo, señalando que el aislamiento es negación de progreso. Explicó fundamentos de su Gobierno y recordó que la dimensión internacional ha estado presente desde que Artigas promoviera un tratado comercial con Monroe. Dijo que el país está comprometido con el MERCOSUR pero que no es incompatible con un esquema de relaciones bilaterales.

El Presidente Vázquez agradeció por la organización del encuentro de trabajo y señaló puntos en común de Uruguay y California. Recordó que muchos emigrantes uruguayos allí se han radicado y además, que el Embajador de EE.UU. en Uruguay es californiano. Refiriéndose a Frank Baxter, dijo que se trata de un querido amigo y de un excelente representante.

Acto seguido, Vázquez desarrolló cinco puntos que le fueron encomendados por la ciudadanía uruguaya. Primero, anotó: el Uruguay social y lo definió en tanto que la mayor riqueza de un país es su gente y la dignidad en que vive.

Luego se refirió al Uruguay productivo y a la necesidad de recalificar el valor del trabajo, la generación de empleo y una estrategia de desarrollo sostenible.

En cuanto a lo que denominó: Uruguay innovador, dijo que es clave de desarrollo. Cuando definió al Uruguay democrático, apuntó que no hay desarrollo sin democracia y que no hay democracia sin ciudadanos, con sus derechos y sus responsabilidades. Finalmente,  habló del Uruguay integrado a la región y al mundo y sentenció que el aislamiento es la negación del progreso.    

Vázquez dijo también que nuestra política exterior está basada en el compromiso con la paz, la soberanía y la solidaridad, en el más absoluto rechazo a todo tipo de terrorismo, violencia y discriminación; en el respeto al derecho internacional; en la reafirmación del multilateralismo y en el reconocimiento a la indivisibilidad de todos los derechos humanos.

Sostuvo el mandatario, que el Gobierno que él preside promueve una política exterior de regionalismo abierto. Explicó el compromiso que tenemos con el MERCOSUR y que Uruguay trabaja para que más países ingresen al mismo y para que se corrijan asimetrías,  disfuncionalidades y se avance en integración.

Recordó que él mismo, semanas atrás realizó gestiones frente a la Unión Europea para reactivar un Tratado de Asociación. Anunció también que próximamente visitará países del Sudeste Asiático con el fin de abrir puertas y establecer marcos de cooperación.

El Presidente Vázquez precisó que esa vocación y compromiso de Uruguay con la integración regional,  no son incompatibles con un amplio esquema de relaciones bilaterales, en el  que dio cabida  a los Estados Unidos.

Recordó que ya en 1817, José Artigas promovió un tratado de comercio  con el gobierno de James Monroe, que por razones ajenas a ambas partes se frustró.

Indicó que luego del tiempo transcurrido, en el 2006, las exportaciones de bienes a Estados Unidos representaron el 13% del total de nuestras exportaciones; la carne representó casi el 50% de las exportaciones a ese país.

Informó también  que, en lo que va de 2007, EEUU es el segundo destino de nuestras exportaciones, equivalente a 415 millones de dólares.

Vázquez sostuvo que en este camino hay que perseverar, conjugando principios y pragmatismos y, en ese sentido,  rememoró los dos encuentros habidos con el presidente Bush, así como otros, mantenidos con distintos jerarcas del gobierno estadounidense. Dijo que en esas oportunidades se reafirmó la voluntad de profundizar el intercambio comercial entre ambos países. Hizo referencia también al Acuerdo marco de Comercio e Inversiones que ambos gobiernos firmaron el 25 de enero pasado, donde ambas partes reafirmaron su compromiso para incrementar las oportunidades económicas y coordinar esfuerzos para promover mayor liberalización a través de la Organización Mundial del Comercio.  Puntualizó que este acuerdo comprende diversas áreas: facilitación y liberalización del comercio e inversiones bilaterales. Asimismo, cooperación en materia sanitaria y fitosanitaria; derechos de propiedad intelectual; tecnología de la información; comunicaciones,  comercio electrónico; comercio de servicios y compras gubernamentales.

Sostuvo que los gobernantes deben garantizar un clima favorable para hacer buenos negocios.  A propósito, el Presidente aclaró que es el sector privado quien hace los negocios y entendió que la mayoría de la concurrencia tendría interés en escuchar a los Ministros de Economía e Industrias y que por tanto estaba dispuesto a ceder la palabra a ellos.

El Presidente de la República, agradeció la cordialidad con que fue recibido y extendió una invitación a conocer Uruguay, un país sencillo, hospitalario y confiable, donde según dijo no es necesario apelar a métodos espurios para hacer buenos negocios. Concluyó diciendo que nuestro país no es perfecto, pero tiene muchas cosas buenas y quiere seguir progresando en un mundo mejor.

PALABRAS DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA, TABARÉ VÁZQUEZ, EN LA CÁMARA DE COMERCIO DE LOS ÁNGELES, CALIFORNIA, EEUU

PRESIDENTE VAZQUEZ: Después de lo que dijo el señor embajador sobre Uruguay, no tengo más nada que agregar.

Amigas y amigos, agradezco a la Cámara de Comercio de los Ángeles, la organización de este encuentro de trabajo, y, a todos ustedes por participar en el mismo.

Es para mí muy grato estar aquí. Y trasmitirle en primer término el saludo y los sentimientos de amistad del Gobierno y de la ciudadanía de la República Oriental del Uruguay. Un país geográficamente pequeño y lejano, pero sólo geográficamente. En otros órdenes –por cierto más importante que la distancia y que el propio territorio – Uruguay y California tienen mucho en común, tanto que muchos emigrantes uruguayos se han radicado aquí, y que el embajador de Estados Unidos en Uruguay, es californiano y es un querido amigo; y es además, un excelente representante de todos ustedes.

El Ministro de Economía y Finanzas, contador Danilo Astori, y el Ministro de Industrias, Energía y Minería, señor Jorge Lepra, expondrán sobre temas específicos que interesan a ustedes y a nosotros. Pero antes, les ruego me permitan hacer muy brevemente algunas consideraciones de carácter general.

Amigas y amigos, la tarea que la ciudadanía uruguaya me encomendó realizar durante el período de Gobierno 2005-2010, puede enunciarse en cinco grandes áreas estrictamente vinculadas entre sí.

En primer lugar, el Uruguay social. Construir un Uruguay social, integrado, porque la mayor riqueza de un país –como ustedes saben – es su gente y la dignidad en que vive.

En segundo lugar, construir el Uruguay productivo, porque recalificar el valor del trabajo, generar empleo, producir, competir más y mejor, es fundamental en una estrategia de desarrollo sostenible.

En tercer lugar,  el Uruguay innovador, porque la innovación no es adorno de la modernidad sino una clave de desarrollo.

En cuarto lugar, el Uruguay democrático, porque no hay desarrollo sin democracia, como forma de gobierno, y no hay democracia sin ciudadanos, y la ciudadanía implica generar derechos y además asumir responsabilidades.

Y en quinto lugar, el Uruguay integrado a la región y al mundo, porque ningún país y menos uno como el nuestro, puede darse el lujo de la soledad. El aislamiento es la negación del progreso.

Y desearía referirme a las políticas instrumentadas en estas áreas, así como los avances y asuntos pendientes en cada una de ellas, pero la necesaria brevedad de intervención no me lo permite. Sin perjuicio de ello, haré algunas referencias a lo que denominamos el Uruguay integrado a la región y al mundo.

La dimensión internacional en el Uruguay, está presente mismo desde antes de existir el Uruguay como se conoce en los días de hoy. Nuestra Constitución, como Nación independiente, nuestra afirmación como Estado de derecho y nuestras posibilidades de desarrollo, han estado y están y estará seguramente fuertemente vinculadas a la inserción internacional, no sólo en la región sino también en el mundo.

De ahí entonces, la importancia que asignamos a la instrumentación de una política exterior, basada en valores y principios tales como:

Primero, el compromiso con la paz, la soberanía y la solidaridad.

Segundo, el más absoluto rechazo a todo tipo de terrorismo, violencia y discriminación.

Tercero, el respeto al derecho internacional.

Cuarto, la reafirmación del multilateralismo.

Quinto, el reconocimiento a la indivisibilidad de todos los derechos humanos, sean políticos, sociales, económicos, civiles o culturales.

No son por cierto, valores y principios novedosos, ni exclusivos, pero créanme que son coordenadas que identifican al país y lo orientan en procesos tan irreversibles, polifacéticos y ambivalentes, como el regionalismo y la globalización. En tal sentido, el Gobierno que presido, promueve e instrumenta una política exterior de regionalismo abierto. Quisiera explicarles sobre este concepto.

Por vocación y convicción, estamos comprometidos con el MERCOSUR, sistema de integración –que como ustedes saben – compartimos con Argentina, Brasil y Paraguay, y al que están asociados o en vías de vinculación, Chile, Bolivia, Venezuela y México. Uruguay que actualmente desempeña la Presidencia Pro-tempore del bloque, trabaja por más y mejor MERCOSUR. Es decir, para que más países ingresen al mismo, para que este el MERCOSUR corrija sus actitudes –perdón – sus actuales asimetrías y difuncionalidades y para que avance en términos de integración energética, de infraestructuras, complementación productiva, cooperación científica y tecnológica, uso racional de los recursos naturales, preservación del medio ambiente y encuentro de cultura. Creemos, necesitamos, deseamos, y trabajamos, por un MERCOSUR que lejos de encerrarse en sí mismo, interactúe con otros procesos de integración, pues en el mundo actual, no hay razón que justifique la soledad o el aislamiento. Yo mismo, hace pocas semanas realicé gestiones ante mis pares de la Unión Europea, para reactivar la negociación de un Tratado de asociación MERCOSUR y Unión Europea, estancadas desde hace tres años, y visitaré dentro de pocas semanas, países del Sudeste Asiático, para abrir puertas y establecer marcos de cooperación porque – reitero - la soledad y el aislamiento son la negación del progreso. Pero la vocación y el compromiso de Uruguay con la integración regional no son incompatibles con un amplio esquema de relaciones bilaterales, entre las que se encuentran las relaciones con los Estados Unidos de Norteamérica, relaciones que vienen de lejos, en varios campos, y entre ellos, obviamente, el comercial. Basta recordar que ya en 1817, el precursor de nuestra independencia nacional, general don José Gervasio Artigas, promovió un tratado de comercio con el gobierno de James Monroe, que por razones ajenas a ambas partes se frustró.

Mucho tiempo y muchas cosas han pasado desde entonces y aquí estamos. Que en el año 2006, las exportaciones de bienes a Estados Unidos hayan representado el 13% del total de nuestras exportaciones, que la carne represente casi el 50% de nuestras exportaciones a este país, y, que en lo que va del año 2007, Estados Unidos sea el segundo destino de nuestras exportaciones equivalente a 415 millones de dólares, dan cuenta de un largo camino recorrido y también, de un largo camino por recorrer.

Por cierto, que no ha sido ni es ni será sencillo, pero en el cual hay perseverar conjugando principios y pragmatismos. Por eso en la dos oportunidades en que nos hemos reunido con el presidente Bush, así como en diversos encuentros mantenidos con otros jerarcas del gobierno estadounidense. El más reciente,  hace 20 días con el secretario de comercio Carlos Gutiérrez. Hemos reafirmado la voluntad de profundizar el intercambio comercial entre ambos países, y lo estamos haciendo. Por lo pronto, el 25 de enero pasado, ambos gobiernos firmaron un acuerdo marco de comercio e inversiones, y con la firma de dicho acuerdo, ambas partes reafirman su compromiso para incrementar las oportunidades económicas entre Uruguay y Estados Unidos, al tiempo de coordinar simultáneamente sus esfuerzos para promover una mayor liberalización a través de la Organización Mundial del Comercio. El acuerdo al que hago referencia, establece además, un programa de trabajo que cubre diversas áreas tales como: En primer lugar, facilitación y liberalización del comercio y las inversiones bilaterales, debo recordar que tenemos firmado un tratado de protección bilateral de inversiones, y las áreas que abarca esta facilitación y liberalización, incluye temas agrícolas. En segundo lugar, cooperación en materia sanitaria y fitosanitaria. En tercer lugar, derechos de propiedad intelectual. Cuarto lugar, tecnología de la información, comunicaciones y comercio electrónico. En quinto lugar, comercio de servicios. En sexto lugar, compras gubernamentales. Y por cierto, otras áreas que las partes firmantes decidan incorporar.

Amigas y amigos, los gobiernos tienen la responsabilidad y el deber de establecer contextos favorables a la inversión y al comercio.

Los gobernantes no somos meteorólogos, pero para decirlo con una expresión que además los economistas han puesto de moda, tenemos que garantizar un clima favorable para hacer buenos negocios. Pero quien hace negocios no es el Estado, es el sector privado, quienes hacen negocios, son seguramente la mayoría de ustedes. Por eso, supongo, están interesados en escuchar a los señores Ministros de Economía y de Industrias, y yo le voy a ceder la palabra a ellos. Pero antes, les agradezco nuevamente la cordialidad conque me han recibido, y la atención con que me han escuchado, y los invito a Uruguay. Un país sencillo, hospitalario y confiable; un país con firmes valores democráticos, un país donde se puede andar sin guarda espalda, donde no es necesario, donde no es necesario apelar a métodos espurios para hacer buenos negocios. Un país que no es perfecto, pero que tiene muchas cosas buenas y que quiere seguir progresando en un mundo mejor.        

   
 
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