Uruguay: es ejemplo a seguir
Infancia en clave de cambios: América Latina genera
un 55% de niños pobres
América Latina, atraviesa por una
etapa de cambios que influyen en la vulnerabilidad de
la infancia produciendo grandes inequidades y exclusión
social, especialmente en los niños de hasta los 3 años,
período crítico de su desarrollo, por lo cual es
impostergable, elaborar políticas públicas que aseguren
oportunidades para lograr un correcto desarrollo de la
temprana infancia.
El cuidado de los niños uruguayos es
un tema de debate contemporáneo que necesita propuestas
para la elaboración de políticas públicas adecuadas
que, junto a las familias, actúen en el ambiente donde
crecen y se desarrollan los menores.
En este marco, se realizó un Foro
denominado "¿La Infancia Primero?", donde la doctora
Helia Molina, integrante del Consejo Asesor
Presidencial para la Reforma de las Políticas de
Infancia de Chile, realizó una exposición sobre la
realidad chilena y sudamericana sobre esta temática,
destacando que este tipo de instancias con intercambio
de experiencias son claves para avanzar en la búsqueda
de soluciones.
En este sentido, dividió el trabajo
en cuatro partes: contexto, marco conceptual, medición
poblacional y avance en políticas públicas.
América Latina, atraviesa por un
contexto que incide en la vulnerabilidad de la infancia
produciendo inequidades y uno de los factores más
importantes para reducir la inequidad, es brindarle
oportunidades a la infancia temprana mediante la
intervención de políticas públicas eficaces y
eficientes.
La especialistas chilena, destacó
que en la región, Uruguay, es uno de los países más
avanzados en cuanto al proceso de transición
epidemiológica y demográfica, porque la sobrevida de la
población no está tan asociada como antes a
enfermedades infectocontagiosas o inmunoprevenibles,
sino que se asocia a estilos de vida y a
características ambientales, salud mental y temas
familiares, entre otros factores.
La nueva perspectiva de la realidad
lleva a que el tema de la infancia se aborde desde el
nuevo concepto de familia, donde el creciente papel de
la mujer como jefa de hogar, repercute junto a otros
factores, produciendo vulnerabilidad en la crianza de
los niños. Este tema también necesita que las políticas
públicas se enfoquen en la disminución de la brecha
existente entre géneros.
También los procesos de reforma por
los que atraviesan la mayoría de los países del Cono
Sur, inciden de forma no menos importante en el
desarrollo infantil.
Asimismo, como consecuencia de la
disminución de la mortalidad infantil, surgen otros
temas multifactoriales que es necesario atender, como
la calidad de vida de estos niños que sobreviven
gracias a los avances sanitarios, como viven, su salud
mental.
En América Latina, la pobreza
disminuye lentamente y actualmente el índice marca que
el 44% de la población es pobre, del cual el 55% son
niños.
En Chile, al igual que en la mayoría
de los países del Cono Sur, se observa que los hogares
de menores ingresos son los que tienen más niños. En
Uruguay como en Chile, se destaca un importante
envejecimiento de la población a pesar de que la
mortalidad disminuyó, en el país andino por ejemplo, a
8 muertes por cada 1000 nacidos vivos. En este sentido,
la doctora destacó que a pesar de que Chile, es un país
subdesarrollado donde el ingreso per cápita es diez
veces menor que el de los países desarrollados, pero
que la esperanza de vida al nacer, es la misma que en
éstos.
También se advierte que en las
madres con menor educación la mortalidad infantil es
más alta, así como también la percepción indica que las
patologías agudas más frecuentes y graves inciden en
mayor medida en las poblaciones con ingresos económicos
y sociales más bajos.
Según la última encuesta de ingresos
económicos del 2006 realizada en Chile, la tendencia de
la pobreza a decrecer es sostenida pero se mantiene
casi sin disminución la brecha de la inequidad y recién
en 2006 comienza a verse una mínima reducción de la
misma.
La tendencia actual desde la
perspectiva de salud pública, es enfocarse a mejorar la
calidad de vida de las personas, ya que la expectativa
de vida está proyectada en 82 años para esta década.
Los problemas epidemiológicos de hoy deben ser
abordados, comenzando por reconocer los factores de
riesgo y avanzar en la prevención con políticas
públicas de protección social y esto se traslada al
desarrollo infantil temprano.
En los niños, los seis primeros años
de vida son determinantes de su vida de adulto, por lo
tanto es fundamental preocuparse por el desarrollo
integral del niño incluyendo todos los problemas que
éstos puedan tener, trastornos para leer, inadaptación
social, u otras dificultades, que a pesar de no ser
considerados clásicos problemas de salud, representan
para los países una gran pérdida.
Actualmente, el crecimiento infantil
es considerado como el producto de la interacción entre
el desarrollo y la conducta, es un proceso de cambio
mediante en el cual el niño logra mayor complejidad en
sus movimientos, pensamiento emociones y relaciones con
otros.
Esta comprobado que los elementos
del ambiente influyen fuertemente en la maduración del
niño, por eso debe considerarse una prioridad el
brindarle las oportunidades necesarias que optimicen su
crecimiento.
En Chile, se utiliza el modelo
Ecológico de Desarrollo Integral, donde el desarrollo
integral del niño es producto final de la interacción
permanente de varios elementos. De este modelo se
desprende que los genes y el medio ambiente son socios
inseparables, donde los genes esbozan el esquema básico
del cerebro pero no lo determinan.
Otros estudios indican que existe
una correlación significativa entre criminalidad y el
desarrollo del lenguaje a los 6, 18 y 24 meses; la
formación neuronal ocurre en los tres primeros años de
vida ante lo cual las intervenciones para promocionar
su potencial deben ser específicas en este período. Por
otra parte, la plasticidad cerebral es mayor a menor
edad pero se mantiene a lo largo de toda la vida, por
este motivo, el sector de salud debe asociarse al de
educación para trabajar en conjunto en la edad crítica
de los niños como es el período preescolar y escolar.
La maduración del sistema nervioso
no se completa hasta los 20 años y dependerá de que el
niño tenga una buena mielinización de las neuronas para
que no sufra trastornos serios de la emoción, del
juicio y de los impulsos.
El desarrollo infantil que va desde
el nacimiento hasta los 7 años, tiene un período
crítico que es irreversible como el período prenatal y
otro sensible que es más amplio en el tiempo. Antes de
los 3 años el período crítico comprende la visión, el
sistema auditivo, el control emocional, hábitos de
respuesta, lenguaje y símbolos y esto debe considerarse
al momento de elaborar las políticas públicas
correctas.
En este Foro estuvieron presentes la
Ministra de Salud de Uruguay, María Julia Muñoz, la
Directora General del Consejo de Educación Primaria,
Edith Moraes y el Director de Infamilia, Julio Bango. |