Mejor Estado, mejor mercado
Vázquez: que los frutos del
desarrollo lleguen a todos los sectores
El mandatario uruguayo expuso en
World Affair Council de San Francisco y sostuvo que su
Gobierno no enfrenta mercado y Estado sino que procura
mejora para ambos. Recordó que lo que más piden los
uruguayos es que se generen puestos de trabajo e instó
a abrir puertas y ventanas para que lleguen inversores
del extranjero
El Presidente Tabaré Vázquez realizó
una exposición en el World Affairs Council de San
Francisco y agradeció la invitación que le fuera
cursada para conocer esta institución especializada en
relaciones internacionales y comercio.
Pocas horas antes de su regreso a
Uruguay, el Presidente Vázquez transmitió en nombre del
pueblo uruguayo la solidaridad con los afectados por
los incendios registrados en distintos puntos de
California. Acto seguido, se refirió a la inserción de
Uruguay en la economía internacional y su
relacionamiento con Estados Unidos. Dijo que la
globalización, como conjunto de procesos, es un
fenómeno complejo, polifacético y contradictorio con el
cual se debe aprender a convivir, en tanto que es
irreversible. Vázquez expresó su consideración en
cuanto que esta situación puede ser mejorada y que
los países no deben resignarse en caso de que no les
favorezca. La globalización, dijo, consta de cuatro
ordenadores estrechamente vinculados entre sí que se
sintetizan en paz, libertad, democracia y desarrollo.
Señaló que las sociedades democráticas deben asegurar
que los frutos del desarrollo lleguen a todos los
sectores. Señaló que el Estado, como articulador y
factor de democracia, deberá liderar esa tarea. Puso
énfasis en que la economía, sin Estado, no puede
conducir al desarrollo y recordó penosas experiencias
de ineficiente estatismo burocrático. A pesar de que se
promueva un mejor mercado, los países no se construyen
a imagen y semejanza del mismo, pues el mercado está
constituído por consumidores desiguales entre sí,
mientras que la sociedad democrática está conformada
por ciudadanos, iguales en derechos y deberes.
Vázquez sostuvo que su gobierno no
enfrenta mercado y Estado, sino que procura una mejora
para ambos. El Estado con sus obligaciones y sus
deberes y el mercado, cumpliendo con la tarea
asignada. Para llevar adelante estas mejoras, sostuvo
que el Estado cuenta con algunas herramientas: una
política fiscal justa donde pague más el que tiene más
y viceversa; una seguridad social que distribuya la
riqueza con justicia y políticas sociales no
paternalistas pero eficientes, que atiendan las
necesidades de los más carenciados. En este marco de
globalización, no existe una respuesta exacta para
explicar cómo Uruguay logra ser competitivo en un
mercado tan grande y exigente, cómo crece económica y
socialmente, ni cómo se desarrolla armónicamente como
nación. Existen sí, dos coordenadas que pueden ayudar a
entender esta incógnita. La primera , es la necesidad
de tener un proyecto de país, porque la política
comercial que Uruguay lleva adelante , se inscribe en
una estrategia nacional de desarrollo productivo con
justicia social, en un país productor de bienes y de
servicios. Para producir más y mejor y para competir
internacionalmente, debe haber en primer lugar
estabilidad económica,
Reglas claras para la inversión que
brinden seguridad al inversor y creen un clima
favorable para captar la inversión. El país debe tener
infraestructura y seguridad energética, además de
servicios adecuados, para tentar a las inversiones
extranjeras. Esto apunta a lo siguiente: a mejor
Estado, mejor mercado ., Prosiguió diciendo Vázquez que
este gobierno atraviesa actualmente por una serie de
reformas estructurales que buscan mejorar el Estado,
transformándolo en un país de inversión, trabajo y
justicia social. Es necesario aumentar la inversión
social para que los ciudadanos accedan a empleos de
calidad. En esa línea, el Gobierno está trabajando, a
la vez que se avanza en investigación científica,
innovación tecnológica y fundamentalmente en una
democracia que funcione para todos, todos los días.
Asimismo, explicó el Presidente que
se debe trabajar con principios y pragmatismo, con el
corazón y con la cabeza en la utopía, pero con los
pies en la tierra. Las relaciones comerciales no deben
ser ideologizadas, dijo, pero tampoco debe valer
todo, como excusa para alcanzar un determinado fin. Es
necesario que los gobernantes obren como hombres de
pensamiento y piensen como hombres de acción. Estas
coordenadas determinan un campo en el que se ubican,
de igual manera, la integración regional conocida como
MERCOSUR y la inserción internacional de Uruguay.
Sabiendo que la integración regional es un proceso
largo y complejo, se deben priorizar las acciones
concretas, sobre los discursos y fotos de familia de
los presidentes en todas las reuniones. Asimismo,
Vázquez reconoció que el MERCOSUR, fundado hace 16
años, tiene dificultades, limitaciones y bloqueos,
pero que también se debe asumir que en términos de
largo plazo, este mercado común es la mejor solución
para los países y para la región. Y es por esta razón,
que el gobierno uruguayo trabaja para mejorarlo en
todos sus términos: integración, complementación,
cooperación y preservación del medio ambiente. Ampliar
y profundizar el MERCOSUR, es otra aspiración de este
Gobierno
El Presidente Vázquez sostuvo que se
trabaja por un Mercosur más amplio y profundo que el
que hoy existe. Un MERCOSUR que, lejos de encerrarse
en si mismo, interactúe con otros procesos de
integración y zonas de libre comercio, porque en el
mundo actual no hay razón que justifique la soledad o
el aislamiento.
Asimismo, el Primer Mandatario dijo
que en América Latina existen, además del MERCOSUR, la
Comunidad Andina, la Comunidad Centro Americana, la
Comunidad del Caribe y unos 44 acuerdos comerciales
intra, inter y extra bloques de diversos tipos. El
mandatario aseguró haber mantenido, el mes pasado en
carácter de presidente pro témpore del MERCOSUR,
reuniones de trabajo con autoridades del Unión Europea,
para reactivar la negociación de un acuerdo de
asociación entre ambos bloques, conversaciones que
desde hace aproximadamente cuatro años han estado
detenidas.
Dijo que se apuesta a la
flexibilidad del MERCOSUR donde permita, por ejemplo al
Uruguay llevar adelante políticas de relacionamiento
bilateral comercial con otros países de otros bloques.
Se trata entonces de reivindicar nuestra soberanía, ell
derecho a tener ese relacionamiento bilateral. Subrayó
el Presidente que es por ello, que visita los Estados
Unidos de Norteamérica y que es ese contexto, que se
inscriben la relaciones bilaterales entre Estado Unidos
y Uruguay.
Explicó que estas relaciones
bilaterales en el plano comercial entre ambos países,
vienen desde muchos años atrás, cada país con sus
particularidades, respetándose mutuamente las
diferencias, pero buscando los caminos de encuentro
para mejorar ese relacionamiento Dijo que espera que
todas estas acciones van a redundar en una mejor
calidad de vida para todos los uruguayos.
Vázquez hizo referencia a una
recorrida por el territorio uruguayo, meses atrás, y
donde lo que más pedían los uruguayos, era que se
generaran puestos de trabajo. Pero para generar puestos
de trabajo, apuntó, tiene que haber un crecimiento
económico y para que esto suceda, se necesitan
inversiones sobre todo y fundamentalmente hacia el
sector productivo. Sabiendo que el Estado uruguayo no
es un Estado rico, que no puede disponer de mucho
dinero para invertir, se necesitan inversiones
privadas.
Esas inversiones, pueden ser de
capitales uruguayos o de capitales que vengan de
exterior. “Hay que abrir puertas y ventanas para que
nos lleguen inversiones desde el extranjero”, afirmó
Vázquez.
Por tanto, afirmó que Uruguay tiene
que demostrar que es un país serio, responsable, que
respeta los contratos privados y el derecho en todos
sus términos, buscando un correcto manejo de su
economía y de los equilibrios sociales donde se
defiende el trabajo de su gente.
El mandatario agregó, que el Uruguay
es un país que tiene reglas de juego claras y que
quiere con seriedad y con responsabilidad avanzar para
que sus ciudadanos tengan una mejor calidad de vida.
En otro orden, Vázquez sostuvo que
sin renunciar a ser lo que cada uno es, Estados Unidos
y Uruguay pueden y deben trabajar juntos en beneficio
de si mismos y de la propia América, de la que
formamos parte, para mejorar todos juntos el mundo al
que pertenecemos.
“En tiempos de globalización, las
fronteras tienen poco sentido”, dijo.
En lo que tiene que ver con las
relaciones comerciales, Vázquez informó, que en el año
2006, Estados Unidos ha sido el primer destino de
nuestras exportaciones y que en el primer semestre del
año actual 2007, fue el segundo destino detrás de
Brasil, pero antes que Argentina, que México, que
Venezuela, y que Paraguay.
Dijo que eso es un logro de gran
importancia para nuestro país, pero al mismo tiempo,
de gran compromiso para continuar superándose .
En las dos últimas entrevistas que
el Presidente Vázquez ha mantenido con el Presidente
George Bush, primero en Washington y luego en
Montevideo, así como en diversos encuentros con otros
jerarcas del gobierno estadounidense. El más reciente,
hace aproximadamente 20 días, con el Secretario de
Comercio Carlos Gutiérrez, reafirmó la voluntad de
profundizar el intercambio comercial entre ambos
países..
Recordó también que el 25 de enero
pasado ambos gobiernos firmaron un acuerdo marco de
comercio e inversiones, TIFA.
Con la firma de dicho acuerdo ambas
partes reafirmaron su compromiso para incrementar las
oportunidades económicas entre Estados Unidos y
Uruguay, al tiempo de coordinar simultáneamente sus
esfuerzos para promover una mayor liberalización a
través de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
El TIFA establece además, un
programa de trabajo que cubre áreas tales como:
facilitación y liberalización del comercio y las
inversiones bilaterales incluyendo temas agrícolas,
cooperación en materia sanitaria y fitosanitaria,
derecho de propiedad intelectual, tecnología de la
información , comunicaciones y comercio electrónico,
comercio de servicios, contemplando también en el
tratado bilateral de protección de inversiones, compras
gubernamentales y otras áreas que las partes firmantes
decidan incorporar.
Finalmente, el Presidente Vázquez
sostuvo que las Naciones son fundamentalmente una
visión de futuro compartido, “un horizonte hacia el
caminar juntos y llegar, porque este es un objetivo,
no una quimera” . Sostuvo que por convicción personal,
por identidad política, por mandato ciudadano y por
responsabilidad institucional trabaja junto a su
equipo de Gobierno para dar un nuevo impulso al
Uruguay, como Nación, donde se garantice dignidad e
igualada de oportunidades para todos sus habitantes.
Palabras del Señor Presidente de
la República, Tabaré Vázquez en el World Affair Council
de San Francisco
PRESIDENTE
VAZQUEZ: Voy a hablar en mi lengua materna, creo que me
van a entender mejor. Cualquier cosa puedo recibir
preguntas.
Señoras y
señores, amigas y amigos, agradezco a World Affair
Council y a todos ustedes la amable invitación y el
cordial recibimiento a mí y a la delegación que me
acompaña.
Para nosotros es
muy grato estar en San Francisco, ciudad cuna de las
Naciones Unidas, y visitar esta prestigiosa institución
nacida al flujo de aquel acontecimiento y especializada
en Relaciones Internacionales y Comercio. Además de
saludarlos y expresarles la amistad de los uruguayos.
Y ya con un pie
prácticamente en el avión para volver a nuestro país,
tal como lo hiciera con el Gobernador de California en
el día de ayer, y ante la presencia de tantos
ciudadanos de este Estado quiero expresar en mi nombre,
en nombre del Gobierno y en nombre del pueblo uruguayo,
nuestras sinceras condolencias por los ciudadanos que
fallecieron lamentablemente en los insucesos de los
incendios en esta localidad.
Deseo además,
formular algunas consideraciones a la inserción de
Uruguay en la economía global y en ese contexto a sus
relaciones bilaterales con los Estados Unidos de
Norteamérica.
La temática puede
parecer un tanto ambiciosa, y tal vez lo sea, pero
intentará por lo menos, lo voy a intentar ser claro y
concreto.
Agradezco desde
ya, la paciencia de todos ustedes y sí así lo desean,
algunos aspectos de mí exposición, luego podrán ser
desarrolladas por los Señores Ministros que me
acompañan, contador Danilo Astori, de Economía y
Finanzas y Don Jorge Lepra, de Industria, Energía y
Minería.
Señoras y
señores, amigas y amigos, hasta hace pocos años, el
término globalización era casi desconocido, por no
decir extravagante.
Claro que también
tenemos que tener presente que ésta no era la primera
globalización que experimentaba la humanidad, de
cualquier manera, no dejaba de ser un hecho realmente
impactante en su momento.
Hoy es una expresión usada a menudo
para aludir a lo que está pasando sin entender en
realidad lo que está pasando. Y es atendible que así
sea, pues la globalización como proceso o conjunto de
procesos es un fenómeno complejo polifacético, pero con
el cual tenemos que aprender a convivir, pues la
globalización es además de todo lo anterior, un proceso
irreversible. Es una realidad y de nada sirve ignorar
la realidad o enojarse con ella pero tampoco es bueno
resignarse a ella cuando debe y puede ser mejor.
En ese caso, que es el caso de la
globalización, nosotros muy modestamente creemos que
hay que mejorarla. Y para ello no hay fórmulas mágicas,
ni recetas infalibles ni milagros ni atajos, pero hay
valores, principios y compromisos ordenadores que
pueden sintetizarse en cuatro palabras, esas palabras
son paz, libertad, democracia y desarrollo.
Son palabras, como ustedes lo saben
y comprenden, estrechamente vinculadas entre si, pues
por más que se intente sostener lo contrario la
experiencia indica que no hay paz en la intolerancia,
ni libertad en la pobreza, ni democracia en la
desigualdad.
La sociedades democráticas tienen el
deber de asegurar que los frutos del desarrollo llegue
a todos los sectores de la misma y el Estado en tanto
articulador y factor de democracia ha de liderar esa
tarea. Porque modestamente creemos que no es verdad que
la economía sin Estado conduce al desarrollo. Más bien
lo contrario, sin que ello - atención pido- signifique
reivindicar en ningún momento penosas experiencias de
estatismo burocrático e ineficiente (no saben lo que me
costó escribir esta frase) y por qué, aunque promovemos
un mejor mercado, reconocemos que los países no pueden
construirse a imagen y semejanza del mismo. Pues el
mercado está constituido por consumidores desiguales
entre sí, mientras que la sociedad democrática está
constituida por ciudadanos iguales en derechos y
deberes. La diferencia como ustedes comprenderán no es
un detalle, es importante.
Bien, hechas estas reflexiones sobre
la globalización y para simplificar el pensamiento
nosotros no enfrentamos al Estado y al mercado sino que
propugnamos un mejor Estado y un mejor mercado.
El Estado con sus obligaciones, con
sus deberes y el mercado ha de cumplir la tarea que
tiene asignada. Nosotros no le vamos a pedir al Estado
que construya, que fabrique camisas, pero sí le vamos a
exigir que tenga una acción muy fuerte en la
distribución de la riqueza que en el país se genera. Y
para ello el Estado tiene herramientas para llevar
adelante esa distribución de riqueza. Voy a nombrar
alguna de ellas simplemente para no extenderme
demasiado.
Una política fiscal que haga que
pague más quien tiene más y pague menos quien tiene
menos. Tiene, por ejemplo como herramienta, la
seguridad social, formidable herramienta para
distribuir la riqueza con justicia social. Y puede
desarrollar políticas sociales no paternalistas pero sí
eficientes para atender las necesidades de quienes más
lo necesitan.
Bien, plantear entonces en ese
proceso, o conjunto de procesos llamado globalización,
las posibilidades de Uruguay en la economía global es
preguntar cómo hace nuestro país para producir más y
mejor, para ser más competitivo en un mercado
internacional tan grande y exigente, para crecer
económica y social mente. Es decir, para desarrollarse
armónicamente como nación.
Nosotros creemos -reitero- muy
modestamente que tampoco hay respuestas
predeterminadas para estas interrogantes. Hay sí,
creemos, dos coordenadas para responderlas
prácticamente.
En primer lugar, hay que tener un
proyecto de país, porque la política comercial que hoy
el Uruguay lleva adelante se inscribe en una estratégia
nacional de desarrollo productivo con justicia social.
Hoy trabajamos fuertemente, no el Gobierno por cierto,
sino todos los uruguayos en su conjunto, para impulsar
al país productivo. País productor de bienes y de
servicios, para producir más y mejor. Para competir
internacionalmente tiene que haber en primer lugar
estabilidad económica, seguramente de ello si ustedes
tienen interés podrá hablar mucho mejor que yo, el
señor Ministro de Economía, contador Astori.
El país tiene que tener reglas
claras para la inversión, tiene que dar seguridades al
inversor, hay que crear un clima favorable para que la
inversión llegue al país. El país tiene que tener
infraestructura y seguridad energética, además de
servicios adecuados para realmente ser tentados para
que lleguen inversiones del extranjero.
Como decíamos hace unos momentos,
mejor Estado, mejor mercado y desde el Gobierno
Nacional estamos encarando una serie de reformas
estructurales que buscan precisamente mejorar el
Estado, adaptar el Estado que teníamos a un Estado para
un país de producción, de trabajo y de justicia social.
El país debe brindar empleo de
calidad a su gente, tenemos que conducir y llevar
adelante una mayor inversión social. Seguramente los
dos señores ministros van a poder ampliar estos
puntos.
Tenemos que trabajar porque Uruguay
lo puede hacer, porque ya lo está haciendo,
avanzar en investigación científica, en innovación
tecnológica y sobretodo, y esto no es una entelequia, y
sobretodo una democracia que funcione para todos y
todos los días, en eso estamos. En esta tarea estamos.
En segundo lugar,
tenemos que trabajar con principios y pragmatismo. El
corazón y la cabeza en la utopía, pero con los pies en
la tierra, porque nosotros creemos que las relaciones
comerciales no pueden ideologizarse. Pero tampoco esas
relaciones son un vale todo, en nombre de un supuesto
fin de la historia. Todos, pero especialmente los
gobernantes, tenemos que obrar como hombres de
pensamiento, y pensar como hombres de acción.
Estas coordenadas
a las que acabo de hacer referencia, determinan un
campo en el cual se ubican dinámicamente, la
integración regional, conocida seguramente por todos
ustedes como MERCOSUR. Y también con la misma
intensidad, la inserción internacional del Uruguay.
Por nuestra
propia experiencia sabemos que la integración regional
es un proceso largo y complejo y creemos que en ese
proceso las acciones concretas deben pesar mucho más
que los discursos. Y las fotos de familia, que en cada
reunión que hacemos, nos sacamos todos los presidentes.
Reconocemos que
el MERCOSUR, que fundamos hace 16 años, con nuestros
hermanos de Argentina, Brasil y Paraguay, tiene
dificultades, limitaciones y bloqueos de diverso tipo,
pero también asumimos que en términos de largo plazo el
MERCOSUR, aún con sus problemas, es la mejor solución
para los países y la región que somos. Por eso,
trabajamos para mejorar, intentar el MERCOSUR.
Por más y mejor
MERCOSUR, no solamente en términos de Unión Aduanera,
sino también en términos de integración energética,
integración de la infraestructura, complementación y no
competencia, si complementación productiva, cooperación
científica y tecnológica, uso racional de los recursos
naturales y en conjunto entre todos los países de la
región, preservación de nuestro Medio Ambiente.
Trabajamos por un
MERCOSUR más amplio y profundo que el que hoy tenemos,
un MERCOSUR que lejos de encerrarse en sí mismo,
interactúe con otros procesos de integración y zonas de
libre comercio, pues en el mundo actual no hay razón
que justifique la soledad, o el aislamiento.
Es cierto también que en América
Latina, sin ir más lejos, coexiste el MERCOSUR, con la
Comunidad Andina, la Comunidad Centro Americana, la
Comunidad del Caribe y unos 44 acuerdos comerciales
intra, inter y extra bloques de diversos tipos.
Yo mismo como presidente pro témpore
del MERCOSUR, el mes pasado mantuve reuniones de
trabajo con las autoridades de la Unión Europea, para
reactivar la negociación de un acuerdo de asociación
entre ambos bloques, conversación estancada desde hace
aproximadamente cuatro años. Y similar inquietud
llevaré, cuando dentro de pocos días emprenda una
misión a varios países del sureste asiático. El
aislamiento, como el egocentrismo y el fundamentalismo,
expresan si duda debilidad y niegan el progreso (que
tanto queremos tú y yo, progreso).
Ahora bien ni la vocación, ni el
compromiso de nuestro país es con integración regional,
ni la interacción de esta – es decir- del MERCOSUR, con
otros bloques regionales y áreas de libre comercio, ya
sea en nuestro continente o en otros, ni nuestra firme
apuesta al multilateralismo son incompatibles de
ninguna manera, con un amplio sistema de inserción
internacional que abarca también relaciones bilaterales
con otros países.
En otras palabras, apostamos a la
flexibilidad del MERCOSUR que nos permita, por ejemplo
al Uruguay llevar adelante políticas de relacionamiento
bilateral comercial con otros países u otros bloques y
reivindicamos nuestra soberanía al derecho a tener ese
relacionamiento bilateral, es por ello que estamos aquí
en los Estados Unidos de Norteamérica. En este contexto
se inscriben las relaciones bilaterales entre Estados
Unidos y Uruguay.
Estimados amigos, incluso en el
plano comercial las relaciones bilaterales, entre
nuestros países vienen de muy lejos. Basta recordar que
ya en 1817 hubo gestiones entre las fuerzas que
promovían nuestra independencia, entre nuestro máximo
héroe y el gobierno estadounidense presidido por James
Monroe para establecer un tratado comercial entre los
dos países. No hay nada nuevo bajo el cielo, estoy
hablando de 1817, 190 años atrás y el esfuerzo que
estamos llevando adelante hoy, quizás con distintas
características porque son distintas épocas, ya se
intentaba llevar adelante en aquella época.
Venimos de lejos y queremos ir más
lejos aún, cada país con sus particularidades,
respetándonos mutuamente en las diferencias que
tenemos, pero buscando los caminos de encuentro para
mejorar ese relacionamiento que finalmente para
nosotros los uruguayos, sin dudas va a redundar en una
mejora calidad de vida de nuestra gente.
Cuando recorríamos el país no hace
muchos meses atrás, lo que más nos pedían lo uruguayos
eran que se generaran puestos de trabajo, pero para
generar puestos de trabajo tiene que haber crecimiento
económico. Para que haya crecimiento económico
necesitamos inversiones sobre todo fundamentalmente
hacia el sector productivo.
El Estado uruguayo no es un Estado
rico, no puede disponer de mucho dinero para invertir,
necesitamos por tanto inversiones privadas. Las
inversiones privadas como ustedes saben pueden ser de
capitales uruguayos o de capitales que vengan de
exterior. No, es difícil estimular a inversores
uruguayos a aumentar el capital invertido, no es fácil.
Tenemos que abrir puertas y ventanas
para que nos lleguen inversiones desde el extranjero.
Para ello el Uruguay tiene que demostrar que es un país
serio, responsable, que respeta los contratos privados
y el derecho en todos sus términos, que busca un
correcto manejo de su economía, que busca los
equilibrios sociales, que defiende el trabajo de
nuestra gente, en fin, reitero, que el Uruguay es un
país que tiene reglas de juego claras y que quiere con
seriedad y con responsabilidad avanzar para que sus
ciudadanos tengan una mejor calidad de vida.
Pero más allá de lo comercial que es
de lo que hemos estado hablando hasta ahora, a los
uruguayos no nos resultan ajenos los principios
republicanos promovidos por George Washington, de
democracia agraria que impulsara Thomas Jefferson, de
igualdad de razas postulado por Abrahan Lincoln y de
respeto a la soberanía de los pueblos aplicada por
Franklin Delano Roosevelt. Como tampoco son ajenos los
principios sustanciales, de vuestra Constitución de
1787 y declaración de derechos humanos de 1791 también
presentes en la tradición constitucional y en la
trayectoria política del Uruguay. Por supuesto que a lo
largo de casi dos siglos de relaciones bilaterales ha
habido entre nosotros encuentros y desencuentros.
Nos hemos criticados mutuamente en
muchos temas, aún en estos días. No siempre hemos
estado de acuerdo en todo, ha habido matices y a veces
más que matices, por responsabilidad de un país o del
otro o de ambos.
Por supuesto que el pasado no es un
santuario, no nos podemos olvidar de estos
desencuentros, tampoco de los encuentros que mencioné,
pero tampoco el pasado puede ser una prisión.
Sin renunciar a ser lo que cada uno
es, Estados Unidos y Uruguay pueden y deben trabajar
juntos en beneficio de sí mismos. No solo de sí mismos
de la América que integramos. Porque yo también me
siento americano, vivo en el Continente Americano,
americanos creo que somos todos. Aunque viva en
América del Sur.
Pero también podemos construir a
mejorar todos juntos al mundo al que pertenecemos, pues
en tiempos de globalización, las fronteras tienen poco
sentido, es muy difícil controlar los flujos
migratorios, la pobreza se mueve y los cambios
climáticos nos afectan a todos. Nadie se salva solo, y
aunque lo lograra ¿qué costo tendría que pagar y para
qué?
Bien, nos fuimos un poco de tema,
volvamos al plano de las relaciones comerciales. Que en
el año 2006, Estados Unidos ha sido el primer destino
de nuestras exportaciones y que en el primer semestre
del año actual 2007, haya sido el segundo destino
detrás de Brasil, pero antes que Argentina, que México,
que Venezuela, y Paraguay, por citar solo países
americanos, sin dudas es un logro. Es muy importante
para nuestro país, pero al mismo tiempo significa el
compromiso de continuar superándonos.
En las dos entrevistas que he
mantenido con el señor Presidente Bush, primero en
Washington y luego en Montevideo, así como en diversos
encuentros con otros jerarcas de gobierno
estadounidense, el más reciente hace aproximadamente 20
días con el Secretario de Comercio Carlos Gutiérrez,
hemos reafirmado la voluntad de profundizar el
intercambio comercial entre ambos países y lo estamos
haciendo.
El 25 de enero pasado ambos
gobiernos firmaron un acuerdo marco de comercio e
inversiones TIFA. Con la firma de dicho acuerdo ambas
partes reafirman su compromiso para incrementar las
oportunidades económicas entre Estados Unidos y Uruguay
al tiempo de coordinar simultáneamente sus esfuerzos
para promover una mayor Liberalización a través de la
Organización Mundial de Comercio (OMC).
El TIFA establece además, un
programa de trabajo que cubre áreas tales como:
facilitación y liberalización del comercio y la
inversiones bilaterales incluyendo temas agrícolas,
cooperación en materia sanitaria y fitosanitaria,
derecho de propiedad intelectual, tecnología de la
información, comunicaciones y comercio electrónico,
comercio de servicios, contemplado también en el
Tratado bilateral de protección de inversiones, compras
gubernamentales y otras áreas que las partes firmantes
decidan incorporar.
Como podrán apreciar, es una agenda
ambiciosa tanto para los gobiernos como para el sector
privado de ambos países. Pues si bien a los gobiernos
corresponde generar contextos favorables al comercio,
quien hace los negocios no es el gobierno, es el sector
privado.
Señoras y señores, amigas y amigos,
originariamente la palabra Nación significaba
“nacimiento”, luego dio nombre al conjunto de
individuos nacidos en un mismo territorio o
pertenecientes esas personas a un grupo identificable
por su lengua, su cultura o su simple voluntad de estar
unidos bajo un mimo gobierno. Pero las naciones son más
que un pasado y un presente en común en sí mismas, son
también y acaso fundamentalmente una visión de futuro
compartido, un horizonte hacia el cual caminar juntos y
llegar. Porque el horizonte en este caso es un
objetivo, no una quimera. Por convicción personal, por
identidad política, por mandato ciudadano y por
responsabilidad institucional, trabajo junto a mi
equipo de gobierno para darle un nuevo impulso al
Uruguay como nación. Un impulso que asumiendo el rico
y generoso pasado de nuestro país garantice dignidad y
ofrezca igualdad de oportunidades a todos sus
habitantes. Un impulso con desarrollo productivo y
justicia social, para vivir el presente y construir el
futuro con confianza en nosotros mismos. Un impulso que
desde la modestia de nuestra dimensión territorial y
demográfica, aporte valores y compromisos en un mundo
que nunca será perfecto, pero que puede y debe ser
mejor. En esa tare no hay derechos reservados es una
tarea de todos con la paz, la libertad y la democracia
como lengua materna, todos tenemos derechos y
responsabilidades, todos importamos, todos contamos.
Ustedes pueden contar con nosotros como nosotros
contamos con ustedes y los invito –reitero- muy
modestamente a trabajar todos juntos los ciudadanos del
mundo para lograr una mejor calidad de vida a sus
habitantes. Muchas gracias. |