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1 de noviembre, 2007

Mejor Estado, mejor mercado

Vázquez: que los frutos del desarrollo lleguen a todos los sectores
El mandatario uruguayo expuso en World Affair Council de San Francisco y sostuvo que su Gobierno no enfrenta mercado y Estado sino que procura mejora para ambos. Recordó que lo que más piden los uruguayos es que se generen puestos de trabajo e instó a abrir puertas y ventanas para que lleguen inversores del extranjero

El Presidente Tabaré Vázquez realizó una exposición en el World Affairs Council de San Francisco y agradeció la invitación que le fuera cursada para conocer esta institución especializada en relaciones internacionales y comercio.

Pocas horas antes de su regreso a Uruguay, el Presidente Vázquez transmitió en nombre del pueblo uruguayo la solidaridad con los afectados por los incendios registrados en distintos puntos de California. Acto seguido,  se refirió a la inserción de Uruguay en la economía internacional y su relacionamiento con Estados Unidos. Dijo que la globalización,  como conjunto de procesos, es un fenómeno complejo, polifacético y contradictorio con el cual se debe aprender a convivir,  en tanto  que es irreversible.  Vázquez expresó su consideración en cuanto  que esta situación  puede ser mejorada y que los países no deben resignarse en caso de que no les favorezca. La globalización, dijo,  consta de cuatro ordenadores estrechamente vinculados entre sí que se sintetizan en paz, libertad, democracia y desarrollo. Señaló que las sociedades democráticas deben asegurar que los frutos del desarrollo lleguen a todos los sectores. Señaló que el Estado,  como articulador y factor de democracia,  deberá liderar esa tarea. Puso énfasis en que  la economía, sin Estado, no puede conducir al desarrollo y recordó penosas experiencias de ineficiente estatismo burocrático. A pesar de que se promueva un mejor mercado, los países no se construyen a imagen y semejanza del mismo,  pues el mercado está constituído por consumidores desiguales entre sí, mientras que la sociedad democrática está conformada por ciudadanos,  iguales en derechos y deberes.

Vázquez sostuvo que su gobierno no enfrenta mercado y Estado,  sino que procura una mejora para ambos. El Estado con sus obligaciones y sus deberes y el mercado,  cumpliendo con la tarea asignada. Para llevar adelante estas mejoras, sostuvo que  el Estado cuenta con algunas herramientas: una política fiscal justa donde pague más el que tiene más y viceversa; una seguridad social que distribuya la riqueza con justicia y políticas sociales no paternalistas pero eficientes, que atiendan las necesidades de los más carenciados. En este marco de globalización, no existe una respuesta exacta para explicar cómo Uruguay logra ser competitivo en un mercado tan grande y exigente, cómo crece económica y socialmente,  ni cómo se desarrolla armónicamente como nación. Existen sí, dos coordenadas que pueden ayudar a entender esta incógnita. La primera , es la necesidad de tener un proyecto de país, porque la política comercial que Uruguay lleva adelante , se inscribe en una estrategia nacional de desarrollo productivo con justicia social,  en un país productor de bienes y de servicios. Para producir más y mejor y para competir internacionalmente, debe haber en primer lugar estabilidad económica,

Reglas claras para la inversión que brinden seguridad al inversor y creen un clima favorable para captar la inversión. El país debe tener infraestructura y seguridad energética, además de servicios adecuados,  para tentar a las inversiones extranjeras. Esto apunta a lo siguiente:  a mejor Estado, mejor mercado ., Prosiguió diciendo Vázquez que este gobierno atraviesa actualmente por una serie de reformas estructurales que buscan mejorar el  Estado, transformándolo en un país de inversión, trabajo y justicia social. Es necesario aumentar la inversión social para que los ciudadanos accedan a empleos de calidad. En esa línea,  el Gobierno está trabajando, a la vez que se avanza en investigación científica, innovación tecnológica y fundamentalmente en una democracia que funcione para todos, todos los días.

Asimismo, explicó  el Presidente que se debe trabajar con principios y pragmatismo, con el corazón y con  la cabeza en la utopía, pero con los pies en la tierra. Las relaciones comerciales no deben ser ideologizadas, dijo,  pero tampoco debe valer todo,  como excusa para alcanzar un determinado fin. Es necesario que los gobernantes obren como hombres de pensamiento y piensen como hombres de acción. Estas coordenadas determinan un campo en el que se ubican,  de igual manera,  la integración regional conocida como MERCOSUR y la inserción internacional de Uruguay. Sabiendo que la integración regional es un proceso largo y complejo,  se deben priorizar las acciones concretas, sobre los discursos y fotos de familia de los presidentes en todas las reuniones. Asimismo, Vázquez reconoció que el MERCOSUR, fundado hace 16 años,  tiene dificultades, limitaciones y bloqueos, pero que  también se debe asumir que en términos de largo plazo,  este mercado común es la mejor solución para los países y para la región. Y es por esta razón,  que el gobierno uruguayo trabaja para mejorarlo en todos sus términos: integración, complementación, cooperación y preservación del medio ambiente. Ampliar y profundizar el MERCOSUR,  es otra aspiración de este Gobierno

El Presidente Vázquez sostuvo que se trabaja por un Mercosur más amplio y profundo que el que hoy existe. Un MERCOSUR que,  lejos de encerrarse en si mismo, interactúe con otros procesos de integración y zonas de libre comercio, porque en el mundo actual no hay razón que justifique la soledad  o el aislamiento.

Asimismo, el Primer Mandatario dijo que en América Latina existen, además del MERCOSUR,  la Comunidad Andina, la Comunidad Centro Americana, la Comunidad del Caribe y unos 44 acuerdos comerciales intra, inter y extra bloques de diversos tipos. El mandatario  aseguró haber mantenido,  el mes pasado en carácter de presidente pro témpore del MERCOSUR, reuniones de trabajo con autoridades del Unión Europea,  para reactivar la negociación de un acuerdo de asociación entre ambos bloques, conversaciones que desde hace aproximadamente cuatro años han estado detenidas.

Dijo que se  apuesta a la flexibilidad del MERCOSUR donde permita, por ejemplo al Uruguay llevar adelante políticas de relacionamiento bilateral comercial con otros países de otros bloques.  Se trata entonces de reivindicar nuestra soberanía, ell derecho a tener ese relacionamiento bilateral. Subrayó el Presidente que es por ello,  que visita los Estados Unidos de Norteamérica y que es ese contexto,  que  se inscriben la relaciones bilaterales entre Estado Unidos y Uruguay.

Explicó que estas relaciones bilaterales en el plano comercial entre ambos países, vienen desde  muchos años atrás, cada país con sus particularidades, respetándose  mutuamente las diferencias, pero buscando los caminos de encuentro para mejorar ese relacionamiento  Dijo que espera que todas estas  acciones  van  a redundar en una mejor calidad de vida para todos los uruguayos.

Vázquez hizo referencia a una recorrida por el territorio uruguayo, meses atrás, y donde lo que  más pedían los uruguayos,  era que se generaran puestos de trabajo. Pero para generar puestos de trabajo, apuntó,  tiene que haber un crecimiento económico y para que esto suceda,  se necesitan  inversiones sobre todo y fundamentalmente hacia el sector productivo. Sabiendo que el Estado uruguayo no es un Estado rico,  que no puede disponer de mucho dinero para invertir, se necesitan inversiones privadas.

Esas inversiones,  pueden ser de capitales uruguayos o de capitales que vengan de exterior.  “Hay que abrir puertas y ventanas para que nos lleguen inversiones desde el extranjero”,  afirmó Vázquez.

Por tanto,  afirmó que Uruguay tiene que demostrar que es un país serio, responsable, que respeta los contratos privados y el derecho en todos sus términos, buscando un correcto manejo de su economía y de los equilibrios sociales  donde se defiende el trabajo de su gente.

El mandatario agregó, que el Uruguay es un país que tiene reglas de juego claras y que quiere con seriedad y con responsabilidad avanzar para que sus ciudadanos tengan una mejor calidad de vida.

En otro orden, Vázquez sostuvo que sin renunciar a ser lo que cada uno es, Estados Unidos y Uruguay pueden y deben trabajar juntos en beneficio de si mismos y de la propia América,  de la que formamos parte, para mejorar todos juntos el mundo al que pertenecemos.

“En tiempos de globalización,  las fronteras tienen poco sentido”, dijo.

En lo que tiene que ver con las relaciones comerciales,  Vázquez informó, que en el año 2006, Estados Unidos ha sido el primer destino de nuestras exportaciones y que en el primer semestre del año actual 2007, fue el segundo destino detrás de Brasil, pero antes que Argentina, que México, que Venezuela, y que Paraguay.

Dijo que eso es un logro de gran importancia para nuestro país, pero al mismo tiempo,   de gran compromiso para continuar superándose .

En las dos últimas entrevistas que el Presidente Vázquez ha mantenido con el Presidente George Bush, primero en Washington y luego en Montevideo, así como en diversos encuentros con otros jerarcas del gobierno estadounidense.  El más reciente,  hace aproximadamente 20 días,  con el Secretario de Comercio Carlos Gutiérrez,  reafirmó la voluntad de profundizar el intercambio comercial  entre ambos países..

Recordó también  que el 25 de enero pasado ambos gobiernos firmaron un acuerdo marco de comercio e inversiones, TIFA.

Con la firma de dicho acuerdo ambas partes reafirmaron  su compromiso para incrementar las oportunidades económicas entre Estados Unidos y Uruguay,  al tiempo de coordinar simultáneamente sus esfuerzos para promover una mayor liberalización a través de la Organización Mundial de Comercio (OMC).

El TIFA establece además, un programa de trabajo que cubre áreas  tales como: facilitación y liberalización del comercio y las inversiones bilaterales incluyendo temas agrícolas, cooperación en materia sanitaria y fitosanitaria, derecho de propiedad intelectual, tecnología de la información , comunicaciones y comercio electrónico, comercio de servicios, contemplando también en el tratado bilateral de protección de inversiones, compras gubernamentales y otras áreas que las partes firmantes decidan incorporar.

Finalmente, el Presidente Vázquez sostuvo que las Naciones son fundamentalmente una visión de futuro compartido, “un horizonte hacia el caminar juntos y llegar, porque este es un objetivo,  no una quimera” . Sostuvo que por convicción personal, por identidad política, por mandato ciudadano y por responsabilidad institucional trabaja  junto a su equipo de Gobierno para dar un nuevo impulso al Uruguay, como Nación, donde se garantice dignidad  e igualada de oportunidades para todos sus habitantes.

Palabras del Señor Presidente de la República, Tabaré Vázquez en el World Affair Council de San Francisco

PRESIDENTE VAZQUEZ: Voy a hablar en mi lengua materna, creo que me van a entender mejor. Cualquier cosa puedo recibir preguntas.

Señoras y señores, amigas y amigos, agradezco a World Affair Council y a todos ustedes la amable invitación y el cordial recibimiento a mí y a la delegación que me acompaña.

Para nosotros es muy grato estar en San Francisco, ciudad cuna de las Naciones Unidas, y visitar esta prestigiosa institución nacida al flujo de aquel acontecimiento y especializada en Relaciones Internacionales y Comercio. Además de saludarlos y expresarles la amistad de los uruguayos.

Y ya con un pie prácticamente en el avión para volver a nuestro país, tal como lo hiciera con el Gobernador de California en el día de ayer, y ante la presencia de tantos ciudadanos de este Estado quiero expresar en mi nombre, en nombre del Gobierno y en nombre del pueblo uruguayo, nuestras sinceras condolencias por los ciudadanos que fallecieron lamentablemente en los insucesos de los incendios en esta localidad.

Deseo además, formular algunas consideraciones a la inserción de Uruguay en la economía global y en ese contexto a sus relaciones bilaterales con los Estados Unidos de Norteamérica.

La temática puede parecer un tanto ambiciosa, y tal vez lo sea, pero intentará por lo menos, lo voy a intentar ser claro y concreto.

Agradezco desde ya, la paciencia de todos ustedes y sí así lo desean, algunos aspectos de mí exposición, luego podrán ser desarrolladas por los Señores Ministros que me acompañan, contador Danilo Astori, de Economía y Finanzas y Don Jorge Lepra, de Industria, Energía y Minería.

Señoras y señores, amigas y amigos, hasta hace pocos años, el término globalización era casi desconocido, por no decir extravagante.

Claro que también tenemos que tener presente que ésta no era la primera globalización que experimentaba la humanidad, de cualquier manera, no dejaba de ser un hecho realmente impactante en su momento.

Hoy es una expresión usada a menudo para aludir a lo que está pasando sin entender en realidad lo que está pasando. Y es atendible que así sea, pues la globalización como proceso o conjunto de procesos es un fenómeno complejo polifacético, pero con el cual tenemos que aprender a convivir, pues la globalización es además de todo lo anterior, un proceso irreversible. Es una realidad y de nada sirve ignorar la realidad o enojarse con ella pero tampoco es bueno resignarse a ella cuando debe y puede ser mejor.

En ese caso, que es el caso de la globalización, nosotros muy modestamente creemos que hay que mejorarla. Y para ello no hay fórmulas mágicas, ni recetas infalibles ni milagros ni atajos, pero hay valores, principios y compromisos ordenadores que pueden sintetizarse en cuatro palabras, esas palabras son paz, libertad, democracia y desarrollo.

Son palabras, como ustedes lo saben y comprenden, estrechamente vinculadas entre si, pues por más que se intente sostener lo contrario la experiencia indica que no hay paz en la intolerancia, ni libertad en la pobreza, ni democracia en la desigualdad.

La sociedades democráticas tienen el deber de asegurar que los frutos del desarrollo llegue a todos los sectores de la misma y el Estado en tanto articulador y factor de democracia ha de liderar esa tarea. Porque modestamente creemos que no es verdad que la economía sin Estado conduce al desarrollo. Más bien lo contrario, sin que ello - atención pido- signifique reivindicar en ningún momento penosas experiencias de estatismo burocrático e ineficiente (no saben lo que me costó escribir esta frase) y por qué, aunque promovemos un mejor mercado, reconocemos que los países  no pueden construirse a imagen y semejanza del mismo. Pues el mercado está constituido por consumidores desiguales entre sí, mientras que la sociedad democrática está constituida por ciudadanos iguales en derechos y deberes. La diferencia como ustedes comprenderán no es un detalle, es importante.

Bien, hechas estas reflexiones sobre la globalización y para simplificar el pensamiento nosotros no enfrentamos al Estado y al mercado sino que propugnamos un mejor Estado y un mejor mercado.

El Estado con sus obligaciones, con sus deberes y el mercado ha de cumplir la tarea que tiene asignada. Nosotros no le vamos a pedir  al Estado que construya, que fabrique camisas, pero sí le vamos a exigir que tenga una acción muy fuerte en la distribución de la riqueza que en el país se genera. Y para ello el Estado  tiene herramientas para llevar adelante esa distribución de riqueza. Voy a nombrar alguna de ellas simplemente para no extenderme demasiado.

Una política fiscal que haga que pague más quien tiene más y pague menos quien tiene menos. Tiene, por ejemplo como herramienta, la seguridad social, formidable herramienta para distribuir la riqueza con justicia social. Y puede desarrollar políticas sociales no paternalistas pero sí eficientes para atender las necesidades de quienes más lo necesitan.

Bien, plantear entonces en ese proceso, o conjunto de procesos llamado globalización, las posibilidades de Uruguay en la economía global es preguntar  cómo hace nuestro país para producir más y mejor, para ser más competitivo en un mercado internacional tan grande y exigente, para crecer económica y social mente. Es decir, para desarrollarse armónicamente como nación.

Nosotros creemos -reitero- muy modestamente  que tampoco hay respuestas predeterminadas para estas interrogantes.  Hay sí, creemos, dos coordenadas para responderlas  prácticamente.

En primer lugar, hay que tener un proyecto de país, porque la política comercial  que hoy el Uruguay lleva adelante se inscribe en una estratégia  nacional de desarrollo productivo con justicia social.  Hoy trabajamos fuertemente, no el Gobierno por cierto, sino todos los uruguayos en su conjunto, para impulsar al país productivo.  País productor de bienes y de servicios, para producir más y mejor. Para competir internacionalmente tiene que haber en primer lugar estabilidad económica, seguramente de ello si ustedes tienen interés podrá hablar mucho mejor que yo, el señor Ministro de Economía,  contador Astori.

El país tiene que tener reglas  claras para la inversión, tiene que dar seguridades al inversor, hay que crear un clima favorable para que la inversión llegue al país. El país tiene que tener infraestructura y seguridad energética, además de servicios adecuados para realmente ser tentados para que lleguen inversiones del extranjero.

Como decíamos hace unos momentos, mejor Estado, mejor mercado y desde el Gobierno Nacional estamos encarando una serie de reformas estructurales que buscan precisamente mejorar el Estado, adaptar el Estado que teníamos a un Estado para un país de producción, de trabajo y de justicia social.

El país debe brindar empleo de calidad a su gente, tenemos que conducir y llevar adelante una mayor inversión social. Seguramente los dos señores ministros van a poder ampliar  estos puntos.

Tenemos que  trabajar porque Uruguay lo puede hacer, porque ya lo está haciendo, avanzar en investigación científica, en innovación tecnológica y sobretodo, y esto no es una entelequia, y sobretodo una democracia que funcione para todos y todos los días, en eso estamos. En esta tarea estamos.

En segundo lugar, tenemos que trabajar con principios y pragmatismo. El corazón y la cabeza en la utopía, pero con los pies en la tierra, porque nosotros creemos que las relaciones comerciales no pueden ideologizarse. Pero tampoco esas relaciones son un vale todo, en nombre de un supuesto fin de la historia. Todos, pero especialmente los gobernantes, tenemos que obrar como hombres de pensamiento, y pensar como hombres de acción.

Estas coordenadas a las que acabo de hacer referencia, determinan un campo en el cual se ubican dinámicamente, la integración regional, conocida seguramente por todos ustedes como MERCOSUR. Y también con la misma intensidad, la inserción internacional del Uruguay.

Por nuestra propia experiencia sabemos que la integración regional es un proceso largo y complejo y creemos que en ese proceso las acciones concretas deben pesar mucho más que los discursos. Y las fotos de familia, que  en cada reunión que hacemos, nos sacamos todos los presidentes.

Reconocemos que el MERCOSUR, que fundamos hace 16 años, con nuestros hermanos de Argentina, Brasil y Paraguay, tiene dificultades, limitaciones y bloqueos de diverso tipo, pero también asumimos que en términos de largo plazo el MERCOSUR, aún con sus problemas, es la mejor solución para los países y la región que somos. Por eso, trabajamos para mejorar, intentar  el MERCOSUR.

Por más y mejor MERCOSUR, no solamente en términos de Unión Aduanera, sino también en términos de integración energética, integración de la infraestructura, complementación y no competencia, si complementación productiva, cooperación científica y tecnológica, uso racional de los recursos naturales y en conjunto entre todos los países de la región, preservación de nuestro Medio Ambiente.

Trabajamos por un MERCOSUR más amplio y profundo que el que hoy tenemos, un MERCOSUR que lejos de encerrarse en sí mismo, interactúe con otros procesos de integración y zonas de libre comercio, pues en el mundo actual no hay razón que justifique la soledad,  o el aislamiento.

Es cierto también que en América Latina, sin ir más lejos, coexiste el MERCOSUR, con la Comunidad Andina, la Comunidad Centro Americana, la Comunidad del Caribe y unos 44 acuerdos comerciales intra, inter y extra bloques de diversos tipos.

Yo mismo como presidente pro témpore del MERCOSUR, el mes pasado mantuve reuniones de trabajo con las autoridades de la Unión Europea, para reactivar la negociación de un acuerdo de asociación entre ambos bloques, conversación estancada desde hace aproximadamente cuatro años. Y similar inquietud llevaré,  cuando dentro de pocos días emprenda una misión a varios países del sureste asiático. El aislamiento, como el egocentrismo y el fundamentalismo, expresan si duda debilidad y niegan el progreso (que tanto queremos tú y yo, progreso).

Ahora bien ni la vocación, ni el compromiso de nuestro país es con integración regional, ni la interacción de esta – es decir- del MERCOSUR, con otros bloques regionales y áreas de libre comercio, ya sea en nuestro continente o en otros, ni nuestra firme apuesta al multilateralismo son incompatibles de ninguna manera, con un amplio sistema de inserción internacional que abarca también relaciones bilaterales con otros países.

En otras palabras, apostamos a la flexibilidad del MERCOSUR que nos permita, por ejemplo al Uruguay llevar adelante políticas de relacionamiento bilateral comercial con otros países u otros bloques y reivindicamos nuestra soberanía al derecho a tener ese relacionamiento bilateral, es por ello que estamos aquí en los Estados Unidos de Norteamérica. En este contexto se inscriben las relaciones bilaterales entre Estados Unidos y Uruguay.

Estimados amigos, incluso en el plano comercial las relaciones bilaterales, entre nuestros países vienen de muy lejos. Basta recordar que ya en 1817 hubo gestiones entre las fuerzas que promovían nuestra independencia, entre nuestro máximo héroe y el gobierno estadounidense presidido por James Monroe para establecer un tratado comercial entre los dos países. No hay nada nuevo bajo el cielo, estoy hablando de 1817, 190 años atrás y el esfuerzo que estamos llevando adelante hoy, quizás con distintas características porque son distintas épocas, ya se intentaba llevar adelante en aquella época.

Venimos de lejos y queremos ir más lejos aún, cada país con sus particularidades, respetándonos mutuamente en las diferencias que tenemos, pero buscando los caminos de encuentro para mejorar ese relacionamiento que finalmente para nosotros los uruguayos, sin dudas va a redundar en una mejora calidad de vida de nuestra gente.

Cuando recorríamos el país no hace muchos meses atrás, lo que más  nos pedían lo uruguayos eran que se generaran puestos de trabajo, pero para generar puestos de trabajo tiene que haber crecimiento económico. Para que haya crecimiento económico necesitamos inversiones sobre todo fundamentalmente  hacia el sector productivo.

El Estado uruguayo no es un Estado rico, no puede disponer de mucho dinero para invertir, necesitamos por tanto inversiones privadas. Las inversiones privadas como ustedes saben pueden ser de capitales uruguayos o de capitales que vengan de exterior. No, es difícil estimular a inversores uruguayos a aumentar el capital invertido, no es fácil.

Tenemos que abrir puertas y ventanas para que nos lleguen inversiones desde el extranjero. Para ello el Uruguay tiene que demostrar que es un país serio, responsable, que respeta los contratos privados y el derecho en todos sus términos, que busca un correcto manejo de su economía, que busca los equilibrios sociales, que defiende el trabajo de nuestra gente, en fin, reitero, que el Uruguay es un país que tiene reglas de juego claras y que quiere con seriedad y con responsabilidad avanzar para que sus ciudadanos tengan una mejor calidad de vida.

Pero más allá de lo comercial que es de lo que hemos estado hablando hasta ahora, a los uruguayos no nos resultan ajenos los principios republicanos promovidos por George Washington, de democracia agraria que impulsara Thomas Jefferson, de igualdad de razas postulado por Abrahan Lincoln y de respeto a la soberanía de los pueblos aplicada por Franklin Delano Roosevelt. Como tampoco son ajenos los principios sustanciales, de vuestra Constitución de 1787 y declaración de derechos humanos de 1791 también presentes en la tradición constitucional y en la trayectoria política del Uruguay. Por supuesto que a lo largo de casi dos siglos de relaciones bilaterales ha habido entre nosotros encuentros y desencuentros.

Nos hemos criticados mutuamente en muchos temas, aún en estos días. No siempre hemos estado de acuerdo en todo, ha habido matices y a veces más que matices, por responsabilidad de un país o del otro o de ambos.

Por supuesto que el pasado no es un santuario, no nos podemos olvidar  de estos desencuentros, tampoco de los encuentros que mencioné, pero tampoco el pasado puede ser una prisión.

Sin renunciar a ser lo que cada uno es, Estados Unidos y Uruguay pueden y deben trabajar juntos en beneficio de sí mismos. No solo de sí mismos de la América que integramos. Porque yo también me siento americano, vivo en el Continente Americano, americanos creo que somos todos.  Aunque viva en América del Sur.

Pero también  podemos construir a mejorar todos juntos al mundo al que pertenecemos, pues en tiempos de globalización,  las fronteras tienen poco sentido, es muy difícil controlar los flujos migratorios, la pobreza se mueve y los cambios climáticos nos afectan a todos. Nadie se salva solo, y aunque lo lograra ¿qué costo tendría que pagar y para qué?

Bien, nos fuimos un poco de tema, volvamos al plano de las relaciones comerciales. Que en el año 2006, Estados Unidos ha sido el primer destino de nuestras exportaciones y que en el primer semestre del año actual 2007, haya sido el segundo destino detrás de Brasil, pero antes que Argentina, que México, que Venezuela, y Paraguay, por citar solo países americanos, sin dudas es un logro. Es muy importante para nuestro país, pero al mismo tiempo significa el compromiso de continuar superándonos.

En las dos entrevistas que he mantenido con el señor Presidente Bush, primero en Washington y luego en Montevideo, así como en diversos encuentros con otros jerarcas de gobierno estadounidense, el más reciente hace aproximadamente 20 días con el Secretario de Comercio Carlos Gutiérrez, hemos reafirmado la voluntad de profundizar el intercambio comercial  entre ambos países y lo estamos haciendo.

El 25 de enero pasado ambos gobiernos firmaron un acuerdo marco de comercio e inversiones TIFA. Con la firma de dicho acuerdo ambas partes reafirman su compromiso para incrementar las oportunidades económicas entre Estados Unidos y Uruguay al tiempo de coordinar simultáneamente sus esfuerzos para promover una mayor Liberalización a través de la Organización Mundial de Comercio (OMC).

El TIFA establece además, un programa de trabajo que cubre áreas  tales como: facilitación y liberalización del comercio y la inversiones bilaterales incluyendo temas agrícolas, cooperación en materia sanitaria y fitosanitaria, derecho de propiedad intelectual, tecnología de la información, comunicaciones y comercio electrónico, comercio de servicios, contemplado también en el Tratado bilateral de protección de inversiones, compras gubernamentales y otras áreas que las partes firmantes decidan incorporar.

Como podrán apreciar, es una agenda ambiciosa tanto para los gobiernos como para el sector privado de ambos países. Pues si bien a los gobiernos corresponde  generar contextos favorables al comercio, quien hace los negocios no es el gobierno, es el sector privado.   

Señoras y señores, amigas y amigos, originariamente la palabra Nación significaba “nacimiento”, luego dio nombre al conjunto de individuos nacidos en un mismo territorio o pertenecientes esas personas a un grupo identificable por su lengua, su cultura o su simple voluntad de estar unidos bajo un mimo gobierno. Pero las naciones son más que un pasado y un presente en común en sí mismas, son también y acaso fundamentalmente una visión de futuro compartido, un horizonte hacia el cual caminar juntos y llegar. Porque el horizonte en este caso es un objetivo, no una quimera. Por convicción personal, por identidad política, por mandato ciudadano y por responsabilidad institucional, trabajo junto a mi equipo de gobierno para darle un nuevo impulso al Uruguay como nación. Un impulso que asumiendo  el rico y generoso pasado de nuestro país garantice dignidad y ofrezca igualdad de oportunidades a todos sus habitantes. Un impulso con desarrollo productivo y justicia social, para vivir el presente y construir el futuro con confianza en nosotros mismos. Un impulso que desde la modestia de nuestra dimensión territorial y demográfica, aporte valores y compromisos en un mundo que nunca será perfecto, pero que puede y debe ser mejor. En esa tare no hay derechos reservados es una tarea de todos con la paz, la libertad y la democracia como lengua materna, todos tenemos derechos y responsabilidades, todos importamos, todos contamos. Ustedes pueden contar con nosotros como nosotros contamos con ustedes y los invito –reitero- muy modestamente a trabajar todos juntos los ciudadanos del mundo para lograr una mejor calidad de vida a sus habitantes. Muchas gracias.

   
 
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