Regionalismo abierto
Vázquez en Nueva Zelanda: Uruguay
no reclama privilegios ni caridad, pide oportunidades
El Presidente, Tabaré Vázquez,
ofreció garantías, respeto a las normas y un camino de
intercambio y cooperación en la presentación país a
empresarios neozelandeses. Agregó que ambas naciones
tienen una geografía, demografía y productos en común,
pero a su vez, un futuro como derecho y responsabilidad
para construirlo, ya que sociedades, naciones y
civilizaciones son memoria y patrimonio, pero también
objetivos y proyectos.
Durante su alocución, Vázquez,
expresó qué ofrece el Uruguay al Mundo y en particular,
a los inversores privados. Uno, programación
macroeconómica equilibrada y consistente; dos, respeto
a los contratos y obligaciones; tres, no discriminación
entre inversores uruguayos y extranjeras; cuatro, un
portafolio de inversiones de interés nacional que
comprende obras de infraestructura y logística,
energía, industria automotriz, química y farmacológica
en el sector Servicios y Turismo; cinco, políticas de
especialización productiva, biotecnología, industrias
del software y turísticas sobre bases de calidad,
innovación, asociatividad empresarial y sistemas de
gestión modernos, eficientes y transparentes; seis,
regímenes promocionales en distintas áreas de la
actividad productiva que concede beneficios al
inversor, principalmente, exoneraciones fiscales y
exenciones arancelarias; siete, Uruguay ofrece su
producción. Una producción que compite con las
neozelandesas en varios rubros, por ejemplo: carnes,
lácteos, pero no compite en todos industria
farmacéutica, software, vitivinícola y diversos rubros.
Vázquez, dijo que por compartir producción y espacios
de mercado similares, esa realidad no constituiría una
razón para que no se desarrollase, entre ambos países,
un proceso de intercambio y cooperación bilateral;
ocho, Uruguay ofrece también dos bienes intangibles,
pero de enorme valor, la cultura de su gente, sus
valores de vida y convivencia y educación. Agregó, que
somos una sociedad de inmigrantes abierta y de
encuentro de culturas. En Uruguay, la identidad
religiosa no es motivo de discriminación alguna y los
empresarios no necesitan custodias ni vehículos
blindados para andar por las calles. En segundo lugar,
Uruguay ofrece, también, reglas de juego estables y
claras para todos. Vázquez, expresó que ningún Estado
está libre de casos de corrupción y el uruguayo, por
cierto, tampoco. Pero, dijo que en Uruguay no es
necesario apelar a métodos espurios para hacer buenos
negocios, además, enfatizó que cuando se constatan
procedimientos irregulares, se adoptan las medidas
correctivas que la ley establece. Finalmente el Jefe de
Estado dijo que Uruguay, ofrece opciones y
oportunidades pero no reclama privilegios ni caridad
sino oportunidades.
Trascripción de las palabras del
Presidente Vázquez en su alocución ante empresarios
neozelandeses:
Estimadas amigas y amigos, gracias
por recibirme. Gracias también por ofrecerme la
oportunidad de abrir este encuentro. Seré breve por dos
razones, ya que en primer lugar, los señores Ministros
que me acompañan harán una presentación específica del
Uruguay y aunque gobernante, provengo de la actividad
privada y por tanto se muy bien el valor del tiempo
tanto para quien gobierna, como para quien desarrolla
actividades privadas.
Finalmente, el tiempo es lo único
que no tenemos oportunidad de recuperar en la vida, por
eso lo valoramos de manera muy importante.
Pero antes de continuar adelante,
quisiera expresar en mi nombre y en nombre de la
delegación que me acompaña, nuestro más sentido pésame,
nuestras condolencias por el insuceso y el momento
triste que está viviendo el señor Ministro de Comercio
de Nueva Zelanda.
Bien, permítanme, sin pretender
ocupar mucho tiempo –como decía- enunciar algunas
consideraciones que intentan sintetizar las razones y
los objetivos de nuestra visita oficial a Nueva
Zelanda.
En primer lugar, en el mundo actual,
ni la distancia geográfica, ni la diversidad cultural
pueden justificar el desconocimiento o el aislamiento
entre las naciones.
En segundo lugar, es evidente que
nuestros respectivos países no son gemelos, pero
también es evidente que Nueva Zelanda y Uruguay tienen
aspectos geográficos, demográficos y productivos en
común. Creo, también tienen en común el futuro, el
futuro como derecho, también como responsabilidad de
construirlo. Al futuro no hay que esperarlo, hay que ir
a buscarlo porque al fin y al cabo, las sociedades, las
naciones, las civilizaciones son memoria y patrimonio,
pero también son objetivos y proyectos.
Nuestro objetivo como país, es el
desarrollo entendido como crecimiento económico con
distribución social. Pero el desarrollo no es una
entelequia, requiere políticas nítidas y acciones
concretas, entre ellas las referidas a las inversiones
y el comercio.
En cuarto lugar, es probable que
muchos de ustedes estén preguntándose en este momento
¿qué nos ofrece Uruguay en estas materias? Es una
pregunta pertinente que aún a riesgo de abusar de la
paciencia de ustedes, responderé inmediata y
brevemente.
Amigos, Uruguay ofrece: Uno,
programación macroeconómica equilibrada y consistente.
Dos, respeto a los contratos y obligaciones. Tres, no
discriminación entre inversores uruguayos y no
uruguayos. Cuatro, un portafolio de inversiones de
interés nacional que, a groso modo, comprende obras de
infraestructura y logística, energía, industria
automotriz, química y farmacológica en el sector
Servicios y Turismo. Cinco, políticas de
especialización productiva, biotecnología, industrias
del software y turísticas sobre bases de calidad,
innovación, asociatividad empresarial y sistemas de
gestión modernos, eficientes y transparentes. Seis,
regímenes promocionales en distintas áreas de la
actividad productiva que concede beneficios al
inversor, principalmente, exoneraciones fiscales y
exenciones arancelarias. Siete, ofrecemos, también,
nuestra producción. Una producción que, por qué
negarlo, compite con las neozelandesas en varios
rubros, por ejemplo: carnes, lácteos, pero no compiten
todos, por ejemplo, industria farmacéutica, software,
vitivinícola, etcétera. Pero, aunque compitiéramos en
todo, ¿acaso eso sería incompatible con el intercambio
y la cooperación bilateral? ¿Acaso sería imposible un
partenariado entre nuestros países, mutuamente
beneficioso? Ocho, Uruguay ofrece también dos bienes
intangibles, pero de enorme valor. Uno de ellos: la
cultura de su gente, sus valores de vida y convivencia,
en fin, su educación. Somos una sociedad de
inmigrantes, de encuentro de culturas. En Uruguay, la
identidad religiosa no es motivo de discriminación
alguna y los empresarios no necesitan custodias ni
vehículos blindados. Dos: Uruguay ofrece, también,
reglas de juego estables y claras para todos. Ningún
Estado está libre de casos de corrupción y el uruguayo,
por cierto, tampoco. Pero en Uruguay no es necesario
apelar a métodos espurios para hacer buenos negocios.
Y, además, cuando constatamos procedimientos
irregulares, adoptamos las medidas correctivas que la
ley establece.
Amigas y amigos, el Uruguay ofrece,
pero también reclama. No reclama privilegios ni
caridad, reclama oportunidades. Reclamamos lo mismo que
reclaman ustedes, la oportunidad de acceder con
nuestros productos al mercado internacional. Reclamamos
inversiones de calidad, que apuesten a nuestra
potencialidad y que sean rentables, tanto para el
inversor como para la sociedad uruguaya.
¿Acaso son reclamos injustos o
exagerados? No ignoramos que en materia de relaciones
comerciales entre dos países hay aspectos que
trascienden lo estrictamente bilateral. Vivimos en
tiempos de globalización, palabra cuyo contenido no es
demasiado preciso, pero con el cual se refiere a un
conjunto de transformaciones en la organización de las
relaciones sociales y de las transacciones, generando
flujos o redes de actividad, interacción o espacio del
poder, de carácter transcontinental.
La globalización no es un fenómeno
inédito ni marca el fin de la historia. No es un
proceso sencillo, pero tampoco es ingobernable. Es que
de nosotros depende que esa globalización supere sus
deficiencias y despliegue sus oportunidades.
En ese contexto, han de moverse los
organismos internacionales y muy especialmente la
Organización Mundial del Comercio, cuya Ronda de Doha
deseamos concluya exitosamente y estamos trabajando
para ello.
En ese contexto, ha de operar el
Grupo de Cairns para, como ustedes saben, la
liberalización del comercio agrícola, que integran
Nueva Zelanda y Uruguay. En ese contexto, además, han
de moverse los bloques regionales, en nuestro caso el
MERCOSUR, con el cual estamos irrenunciablemente
comprometidos. Pero ese compromiso no es incompatible y
tras que Uruguay trabaja fuertemente en la dirección
que voy a expresar, con un regionalismo abierto, con
una integración lo suficientemente flexible como para
habilitar la negociación extra-bloque por parte de las
economías más pequeñas.
Así hemos expresado, como país,
nuestro interés en comenzar a investigar una posible
relación comercial entre el P4 y Uruguay.
Pero, tampoco ignoramos que en
materia de relaciones comerciales el marco lo definen
los Gobiernos, pero el contenido viene del sector
privado. Los Gobiernos deben generar condiciones
favorables para los negocios, pero los negocios lo
hacen los privados.
Por eso, en esta visita oficial a
Nueva Zelanda, estamos acompañados por dirigentes de
cámaras empresariales y empresarios uruguayos. Por
ello, por las cosas que acabo de decir y por otras
muchas más, valoramos especialmente este encuentro con
ustedes y esperamos, sinceramente, que el mismo sea
productivo y beneficioso para todos.
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