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14 de noviembre, 2007

Regionalismo abierto

Vázquez en Nueva Zelanda: Uruguay no reclama privilegios ni caridad, pide oportunidades
El Presidente, Tabaré Vázquez, ofreció garantías, respeto a las normas y un camino de intercambio y cooperación en la presentación país a empresarios neozelandeses. Agregó que ambas naciones tienen una geografía, demografía y productos en común, pero a su vez, un futuro como derecho y responsabilidad para construirlo, ya que sociedades, naciones y civilizaciones son memoria y patrimonio, pero también objetivos y proyectos.

Durante su alocución, Vázquez, expresó qué ofrece el Uruguay al Mundo y en particular, a los inversores privados. Uno, programación macroeconómica equilibrada y consistente; dos, respeto a los contratos y obligaciones; tres, no discriminación entre inversores uruguayos y extranjeras; cuatro, un portafolio de inversiones de interés nacional que comprende obras de infraestructura y logística, energía, industria automotriz, química y farmacológica en el sector Servicios y Turismo; cinco, políticas de especialización productiva, biotecnología, industrias del software y turísticas sobre bases de calidad, innovación, asociatividad empresarial y sistemas de gestión modernos, eficientes y transparentes; seis, regímenes promocionales en distintas áreas de la actividad productiva que concede beneficios al inversor, principalmente, exoneraciones fiscales y exenciones arancelarias; siete, Uruguay ofrece su producción. Una producción que compite con las neozelandesas en varios rubros, por ejemplo: carnes, lácteos, pero no compite en todos industria farmacéutica, software, vitivinícola y diversos rubros. Vázquez, dijo que por compartir producción y espacios de mercado similares, esa realidad no constituiría una razón para que no se desarrollase, entre ambos países, un proceso de intercambio y cooperación bilateral; ocho, Uruguay ofrece también dos bienes intangibles, pero de enorme valor, la cultura de su gente, sus valores de vida y convivencia y educación. Agregó, que somos una sociedad de inmigrantes abierta y de encuentro de culturas. En Uruguay, la identidad religiosa no es motivo de discriminación alguna y los empresarios no necesitan custodias ni vehículos blindados para andar por las calles. En segundo lugar, Uruguay ofrece, también, reglas de juego estables y claras para todos. Vázquez, expresó que ningún Estado está libre de casos de corrupción y el uruguayo, por cierto, tampoco. Pero, dijo que en Uruguay no es necesario apelar a métodos espurios para hacer buenos negocios, además, enfatizó que cuando se constatan procedimientos irregulares, se adoptan las medidas correctivas que la ley establece. Finalmente el Jefe de Estado dijo que Uruguay, ofrece opciones y oportunidades pero no reclama privilegios ni caridad sino oportunidades.

Trascripción de las palabras del Presidente Vázquez en su alocución ante empresarios neozelandeses:

Estimadas amigas y amigos, gracias por recibirme. Gracias también por ofrecerme la oportunidad de abrir este encuentro. Seré breve por dos razones, ya que en primer lugar, los señores Ministros que me acompañan harán una presentación específica del Uruguay y aunque gobernante, provengo de la actividad privada y por tanto se muy bien el valor del tiempo tanto para quien gobierna, como para quien desarrolla actividades privadas.

Finalmente, el tiempo es lo único que no tenemos oportunidad de recuperar en la vida, por eso lo valoramos de manera muy importante.

Pero antes de continuar adelante, quisiera expresar en mi nombre y en nombre de la delegación que me acompaña, nuestro más sentido pésame, nuestras condolencias por el insuceso y el momento triste que está viviendo el señor Ministro de Comercio de Nueva Zelanda.

Bien, permítanme, sin pretender ocupar mucho tiempo –como decía- enunciar algunas consideraciones que intentan sintetizar las razones y los objetivos de nuestra visita oficial a Nueva Zelanda.

En primer lugar, en el mundo actual, ni la distancia geográfica, ni la diversidad cultural pueden justificar el desconocimiento o el aislamiento entre las naciones.

En segundo lugar, es evidente que nuestros respectivos países no son gemelos, pero también es evidente que Nueva Zelanda y Uruguay tienen aspectos geográficos, demográficos y productivos en común. Creo, también tienen en común el futuro, el futuro como derecho, también como responsabilidad de construirlo. Al futuro no hay que esperarlo, hay que ir a buscarlo porque al fin y al cabo, las sociedades, las naciones, las civilizaciones son memoria y patrimonio, pero también son objetivos y proyectos.

Nuestro objetivo como país, es el desarrollo entendido como crecimiento económico con distribución social. Pero el desarrollo no es una entelequia, requiere políticas nítidas y acciones concretas, entre ellas las referidas a las inversiones y el comercio.

En cuarto lugar, es probable que muchos de ustedes estén preguntándose en este momento ¿qué nos ofrece Uruguay en estas materias? Es una pregunta pertinente que aún a riesgo de abusar de la paciencia de ustedes, responderé inmediata y brevemente.

Amigos, Uruguay ofrece: Uno, programación macroeconómica equilibrada y consistente. Dos, respeto a los contratos y obligaciones. Tres, no discriminación entre inversores uruguayos y no uruguayos. Cuatro, un portafolio de inversiones de interés nacional que, a groso modo, comprende obras de infraestructura y logística, energía, industria automotriz, química y farmacológica en el sector Servicios y Turismo. Cinco, políticas de especialización productiva, biotecnología, industrias del software y turísticas sobre bases de calidad, innovación, asociatividad empresarial y sistemas de gestión modernos, eficientes y transparentes. Seis, regímenes promocionales en distintas áreas de la actividad productiva que concede beneficios al inversor, principalmente, exoneraciones fiscales y exenciones arancelarias. Siete, ofrecemos, también, nuestra producción. Una producción que, por qué negarlo, compite con las neozelandesas en varios rubros, por ejemplo: carnes, lácteos, pero no compiten todos, por ejemplo, industria farmacéutica, software, vitivinícola, etcétera. Pero, aunque compitiéramos en todo, ¿acaso eso sería incompatible con el intercambio y la cooperación bilateral? ¿Acaso sería imposible un partenariado entre nuestros países, mutuamente beneficioso? Ocho, Uruguay ofrece también dos bienes intangibles, pero de enorme valor. Uno de ellos: la cultura de su gente, sus valores de vida y convivencia, en fin, su educación. Somos una sociedad de inmigrantes, de encuentro de culturas. En Uruguay, la identidad religiosa no es motivo de discriminación alguna y los empresarios no necesitan custodias ni vehículos blindados. Dos: Uruguay ofrece, también, reglas de juego estables y claras para todos. Ningún Estado está libre de casos de corrupción y el uruguayo, por cierto, tampoco. Pero en Uruguay no es necesario apelar a métodos espurios para hacer buenos negocios. Y, además, cuando constatamos procedimientos irregulares, adoptamos las medidas correctivas que la ley establece.

Amigas y amigos, el Uruguay ofrece, pero también reclama. No reclama privilegios ni caridad, reclama oportunidades. Reclamamos lo mismo que reclaman ustedes, la oportunidad de acceder con nuestros productos al mercado internacional. Reclamamos inversiones de calidad, que apuesten a nuestra potencialidad y que sean rentables, tanto para el inversor como para la sociedad uruguaya.

¿Acaso son reclamos injustos o exagerados? No ignoramos que en materia de relaciones comerciales entre dos países hay aspectos que trascienden lo estrictamente bilateral. Vivimos en tiempos de globalización, palabra cuyo contenido no es demasiado preciso, pero con el cual se refiere a un conjunto de transformaciones en la organización de las relaciones sociales y de las transacciones, generando flujos o redes de actividad, interacción o espacio del poder, de carácter transcontinental.

La globalización no es un fenómeno inédito ni marca el fin de la historia. No es un proceso sencillo, pero tampoco es ingobernable. Es que de nosotros depende que esa globalización supere sus deficiencias y despliegue sus oportunidades.

En ese contexto, han de moverse los organismos internacionales y muy especialmente la Organización Mundial del Comercio, cuya Ronda de Doha deseamos concluya exitosamente y estamos trabajando para ello.

En ese contexto, ha de operar el Grupo de Cairns para, como ustedes saben, la liberalización del comercio agrícola, que integran Nueva Zelanda y Uruguay. En ese contexto, además, han de moverse los bloques regionales, en nuestro caso el MERCOSUR, con el cual estamos irrenunciablemente comprometidos. Pero ese compromiso no es incompatible y tras que Uruguay trabaja fuertemente en la dirección que voy a expresar, con un regionalismo abierto, con una integración lo suficientemente flexible como para habilitar la negociación extra-bloque por parte de las economías más pequeñas.

Así hemos expresado, como país, nuestro interés en comenzar a investigar una posible relación comercial entre el P4 y Uruguay.

Pero, tampoco ignoramos que en materia de relaciones comerciales el marco lo definen los Gobiernos, pero el contenido viene del sector privado. Los Gobiernos deben generar condiciones favorables para los negocios, pero los negocios lo hacen los privados.

Por eso, en esta visita oficial a Nueva Zelanda, estamos acompañados por dirigentes de cámaras empresariales y empresarios uruguayos. Por ello, por las cosas que acabo de decir y por otras muchas más, valoramos especialmente este encuentro con ustedes y esperamos, sinceramente, que el mismo sea productivo y beneficioso para todos.

 

   
 
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