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28 de noviembre, 2007

Lugar 46 - calidad de vida

Uruguay integra grupo de países con alto desarrollo humano y con estrategias para cambio climático
A pesar de que Uruguay maneja mejor los riesgos derivados del clima, enfrenta el desafío de estar más preparado y adaptado para el cambio climático. El país avanza hacia una matriz energética diversificada, con fuerte participación de las energías renovables y con distintos usos del suelo, además desarrolla esquemas productivos ambientalmente sustentables, que minimizan las emisiones que generan gases de efecto invernadero.

El PNUD informa que si bien la contribución de Uruguay al cambio climático es apenas perceptible a escala internacional, el país sufre desde hace años sus impactos en todo el territorio nacional.

Los datos permiten comprobar un gradual pero persistente aumento de la temperatura, del nivel del mar y de las lluvias con respecto a comienzos del siglo XX.

Los cambios se han hecho notorios en la faja costera, en la ribera de los ríos, en las áreas rurales y en las ciudades. La temática, también, se instaló en la conversación de la gente, y aquellos que guardan recuerdos de antaño opinan que "el clima ya no es el mismo".

El Informe 2007 del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) anunció un aumento del riesgo de eventos extremos como sequías, inundaciones y tormentas.

La evidencia científica recogida en la región es consistente con las predicciones globales que anuncian que estos cambios seguirán ocurriendo y provocarán daños cuantiosos al medio ambiente, a la economía y a la sociedad en su conjunto.

En ese contexto, Uruguay enfrenta el desafío de estar mejor preparado y adaptado para el cambio climático y maneja mejor los riesgos derivados del clima. Asimismo, avanza hacia una matriz energética diversificada y con fuerte participación de las energías renovables, así como usos del suelo y esquemas productivos ambientalmente sustentables, que minimizan las emisiones que generan gases de efecto invernadero.

El análisis de las variables climáticas y los niveles del mar en Uruguay demuestran que durante los últimos 100 años se registraron diferentes cambios climáticos.

En ese marco, la temperatura aumentó 0,8º C en el siglo XX. La temperatura media actual es mayor en primavera y verano de lo que era a principios del siglo pasado, y la temperatura mínima se elevó a lo largo de todo el año. A su vez, los períodos de heladas que se registran entre la primera y la última del año, son más cortos, además su severidad y frecuencia se redujeron.

También, las lluvias aumentaron dentro del territorio nacional aproximadamente un 30%, partiendo de 1.000 milímetros a principios del siglo XX hasta unos 1.300 milímetros hacia fines de siglo, cambio que se observa sobre todo en las estaciones de primavera y verano.

Además, el nivel del mar en las costas uruguayas subió 11 centímetros entre los años 1902 y 2003, 6 centímetros menos que la media mundial, proceso que se acentuó en las últimas tres décadas.

De esta forma, los eventos extremos como las lluvias y temperaturas fuera de lo normal aumentaron en frecuencia e intensidad en Uruguay y en la región.

Distintos investigadores nacionales analizaron posibles escenarios climáticos para los próximos 50 años en Uruguay y de estos estudios surge que en cuanto a la temperatura, es probable que nuestro país experimente tasas de crecimiento con variaciones de 0,3 a 0,5 ºC para la década del 2020 y de 1,0 a 2,5 ºC para la década del 2050.

Igualmente, las lluvias continuarán su tendencia creciente en las décadas del 2020 y 2050, aunque a una tasa de aumento menor que en períodos anteriores.

En cuanto al nivel del mar, los estudios de escenarios realizados indican que aumentaría entre 5 y 10 centímetros para la década del 2020 y entre 12 y 20 centímetros para la década del 2050, situación que para el 2100 aumentará entre 40 y 65 centímetros.

Los eventos extremos como las lluvias y vientos intensos, tormentas y granizadas de gran intensidad, continuarán en aumento. De acuerdo con las predicciones realizadas a escala global y regional, es esperable también un aumento de estos fenómenos tanto en cantidad o frecuencia como en severidad e intensidad.

El Informe, incluye también un ranking de países ordenado según los niveles alcanzados de desarrollo humano. Este año el ranking, elaborado en base a datos al año 2005, incluye 177 países y territorios y ubica a Uruguay en la posición 46 y dentro del grupo de los países de desarrollo humano alto.

Si bien, la mejora de Uruguay en el valor de Índice de Desarrollo Humano es menor en valores absolutos (de 0,848 a 0,852), la evolución comparada con otros países genera una pérdida de tres posiciones en el ranking mundial respecto al Informe del 2005.

El Índice de Desarrollo Humano procura medir el progreso de un país utilizando distintos indicadores de la calidad de vida de sus habitantes. Es una visión diferente al tratamiento que se hace habitualmente desde la perspectiva de los ingresos, que centra su atención exclusivamente en datos económicos. En la concepción del PNUD, el desarrollo humano es visto como la ampliación de oportunidades del ser humano.

La selección de indicadores pretende reflejar el bienestar de la población a largo plazo, y al mismo tiempo permite la comparación internacional. Así, se consideran tres aspectos de la calidad de vida de las personas que se entienden claves para alcanzar el desarrollo humano: tener vida larga y saludable que se mide según la esperanza de vida al nacer; acceder a la educación, situación que es medida por la tasa de alfabetización de adultos y la tasa bruta combinada de matriculación en Educación Primaria, Secundaria y Terciaria y alcanzar un nivel de vida digno medido por el Producto Bruto Interno (PBI), per cápita ajustado por poder de compra.

El PNUD es la red mundial de las Naciones Unidas que ayuda a las personas a satisfacer sus necesidades en materia de desarrollo y forjar una vida mejor. La red está presente en más de 166 países y trabaja como asociada confiable de los gobiernos, la sociedad civil y el sector privado con el objetivo de ayudarles a encontrar sus propias soluciones a los retos mundiales y nacionales del desarrollo.