Basta de Abusos
El gobierno instrumentó un plan para erradicar la
explotación sexual de menores
Dos años de labor del Comité integrado por actores
de gobierno, sociedad civil y organismos
internacionales, permitió instalar el "Plan Nacional de
Erradicación de la Explotación Sexual Comercial de
Niños, Niñas y Adolescentes", para que los pequeños
recuperen sus derechos. Además, se instó a la sociedad
a colaborar en un tema de todos, en un país que tiene
instrumentos humanos para evitar estas prácticas
deleznables.
El Director de la Oficina de
Planeamiento y Presupuesto, Enrique Rubio, dijo que es
un tema de enorme sensibilidad social y escasísima
visibilidad pública.
Rubio, destacó que el trabajo de
este Comité es trascendente ya que brinda aportes
significativos para trazar caminos claros y definidos
en el combate a este tipo de prácticas.
Agregó que el combate a la
explotación sexual comercial de niños y adolescentes,
requiere instrumentos y líneas de acción con una
coordinación interinstitucional para convertirlo en un
tema de interés nacional.
El Presidente del Instituto del Niño
y el Adolescente del Uruguay, Víctor Giorgi, aseguró
que es un momento de mucha gratificación, por la
sensación de haber concluido una etapa fundamental de
la tarea.
Destacó el trabajo serio,
responsable y comprometido del Comité Nacional y
aseguró que la redacción y publicación de este Plan, es
una señal clara de que la sociedad uruguaya comenzó a
romper el silencio, a desestructurar la invisibilidad
que se construyó en torno a éste y otros que durante
años se prefirió no ver.
Para el INAU, la concreción de este
Plan marca un punto de quiebre en el cual los discursos
y las institucionalidades se plasman en líneas de
acción claras, con un cronograma a seguir.
Giorgi se refirió al compromiso del
gobierno nacional de trabajar en forma sistemática y
organizada para la erradicación de ésta y toda forma de
mercantilización de las personas.
Los uruguayos percibimos que el
comercio sexual de niñas, niños y adolescentes está más
cerca de lo que creemos, dijo Giorgi y sus causas son
múltiples. No admite simplificaciones, no se trata de
un tema de precocidad de las nuevas generaciones, sino
de un entramado muy complejo en donde confluyen
aspectos sociales, económicos, culturales y éticos que
generan asimetrías de poder a través de las cuales se
instalan relaciones de explotación, colocando a estos
niños en la categoría de mercancías comerciables y
despojándolos de su condición de personas.
Asimismo, Giorgi reconoció que las
condiciones sociales, económicas sobretodo la
infantilización de la pobreza, generan el terreno
propicio para que se den este tipo de situaciones.
Estas transacciones no se toman de
manera aislada, sino inscriptas en una cultura que
mantiene vigentes sistemas de creencias y valores que
justifican las relaciones de dominación de clase,
etnia, género o condición sexual.
Estos sistemas naturalizan la
explotación sexual, vanalizan el problema y minimizan
su carácter delictivo. Avanzar en su erradicación,
implica desestructurar y transformar esa creencia,
dijo.
Las líneas de acción contenidas en
este Plan, articulan la sensibilización de la comunidad
con la formación de los operadores de organismos que
están en contacto con estas situaciones. No se trata de
convertirlos en especialistas, sino de brindarle los
instrumentos mínimos necesarios para detectar e
intervenir desde sus respectivos lugares, siguiendo los
pasos definidos desde una perspectiva de derechos.
A la necesaria represión y sanción
de los adultos responsables, debe sumarse la
implementación de estrategias de atención de las
víctimas, generando los sistemas de protección
necesarios para reducir su vulnerabilidad y ponerlos en
condiciones de ejercer sus derechos.
Lo que se quiere lograr con esta
iniciativa, es generar protocolos de intervención que
puedan, no sólo tratar la experiencia traumática que el
niño pueda vivir, sino generar oportunidades reales
para que pueda tener un proyecto de vida diferente.
Giorgi, dijo que es llamativo el
poco número de denuncias que hay en algunas localidades
donde los testimonios de los vecinos dicen que el
fenómeno existe.
Asimismo, el representante del
Comité, Edgar Marzarini, dijo que la explotación sexual
comercial infantil es un delito y una violación
simultánea de múltiples derechos humanos en una sola
persona y que por darse en ese período de la vida,
genera efectos nefastos, perdurables para siempre.
Es una obligación detenerla, dijo,
porque en este país no hacen falta educadores sexuales,
maestros, abogados, policías, psicólogos, jueces,
médicos, padres, madres ni vecinos.
Es un tema que afecta a todos los
uruguayos, porque todos pueden ser víctimas de este
mal, bien denominado "esclavitud del siglo XXI" dijo
Marzarini.
Esta explotación afecta a los más
frágiles, por eso la importancia de definir cambios
para erradicar sus múltiples causas y restituir todos
los derechos vulnerados, porque los niños y
adolescentes son patrimonio de la sociedad uruguaya,
por lo que es su deber moral y político ocuparse.
Sin una infancia y adolescencia sana
y con derechos, es impensable un Uruguay mejor, dijo.
Ese período de la vida es la gran oportunidad de la
sociedad para mejorarse a sí misma en lo biológico, en
lo cultural, en lo económico y en lo político. Es el
terreno más fértil para sembrar inteligencia, valores,
responsabilidad, creatividad, justicia y democracia,
aseguró el representante del Comité, quien entiende que
atacar este flagelo, es una verdadera inversión.
Este Plan –que cumple con los
compromisos internacionales que tiene el país en la
materia- se enmarca en un contexto de preocupación y
compromiso generalizado de la sociedad actual y del
INAU hacia la defensa de los derechos de los niños.
Es necesario implementar estructuras
institucionales capaces de prevenir, atender,
restituir, proteger a las víctimas y denunciar a los
victimarios.
Las puertas del Comité están
abiertas a todos, tanto para recepcionar denuncias,
como para buscar soluciones nuevas o mejorar las
existentes.
Junto a Rubio, Giorgi y Marzarini,
participaron la Ministra de Turismo y Deporte, Lilián
Kechichián y la Directora del Área de DDHH del MEC,
María Elena Martínez. |