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9 de abril, 2008
Banco Mundial insta a gobiernos y al sector privado a facilitar el envío de remesas
El 8 de abril en Washington el Banco Mundial instó a gobiernos y a proveedores de servicios de remesas a poner en práctica una serie de medidas para facilitar el flujo de remesas hacia los países de América Latina que podrían verse amenazados por la desaceleración económica de Estados Unidos. Algunas de las medidas propuestas son: aumentar la competencia y la transparencia entre los proveedores de servicios a fin de disminuir los costos de transferencia e incrementar el acceso a servicios bancarios entre los emigrantes y sus familias para mejorar el impacto de las remesas en el desarrollo.

Un nuevo informe del Banco Mundial titulado "Remesas y desarrollo: lecciones de América Latina", muestra que el dinero enviado por los trabajadores emigrantes a sus países de origen ayuda a disminuir los niveles de pobreza y mejora los indicadores de educación y salud. Las remesas contribuyen asimismo a aumentar el crecimiento y la inversión y están asociadas con menor inestabilidad económica. Sin embargo, el flujo de remesas podría verse afectado por la desaceleración de la actividad económica en Estados Unidos, situación que sólo realza la importancia de adoptar urgentemente medidas para facilitar su flujo e incrementar los efectos en el desarrollo.

"En 2007, las remesas hacia América Latina sumaron casi US$ 60.000 millones y convirtieron a la región en la principal receptora del mundo en desarrollo", señaló Pamela Cox, vicepresidenta del Banco Mundial para América Latina y el Caribe. "No debemos pasar por alto el importante rol que desempeñan las remesas, en vista de que representan cerca de 64% de los flujos de inversión extranjera directa en la región. Las remesas ayudan a aumentar los ahorros de las familias pobres y a mantener a los niños en la escuela".

Las remesas hacia América Latina aumentaron sólo 6% en 2007, a diferencia de la tasa promedio anual de 19% entre los años 2000 y 2006. Los autores del informe comentan que la desaceleración de la economía de Estados Unidos está frenando la llegada de remesas a la región, hecho que podría afectar la capacidad de los hogares receptores pobres para manejar crisis económicas negativas, entre ellas el reciente aumento del precio de los alimentos.

"Si bien las remesas son flujos privados de dinero entre dos partes, las autoridades y los proveedores de servicios pueden cumplir un papel activo en mejorar el marco normativo para facilitar las transferencias de remesas", declaró Pablo Fajnzylber, economista senior del Banco Mundial para América Latina y el Caribe y uno de los editores del libro.

"Hoy más que nunca es importante reducir el costo de las transferencias dada la disminución en las tasas de crecimiento a partir de 2007", agregó Humberto López, economista principal del Banco Mundial para América Central y uno de los editores de la publicación. "Por otra parte, la vinculación de las remesas con los servicios financieros es crucial para mejorar su impacto a largo plazo en el desarrollo".

Con el objetivo de abordar estos desafíos, Remesas y desarrollo examina las tres cuestiones más importantes relativas a las remesas y entrega las siguientes recomendaciones específicas:

Desarrollo del sector bancario

Las remesas tienen un efecto positivo en el desarrollo financiero de América Latina pero el acceso a sucursales bancarias es más restringido que en otros países y los costos de los servicios son más elevados. En el caso de América Latina, la mayor parte de las remesas se envía por intermedio de operadores de transferencias monetarias, mientras que los bancos mantienen un porcentaje relativamente pequeño del mercado.

La vinculación de las remesas a la prestación de servicios financieros es crucial para mejorar el impacto a largo plazo de las remesas en el desarrollo. Para ello, los autores sugieren que los gobiernos pueden crear incentivos para que las instituciones financieras reduzcan los costos y adapten sus productos para satisfacer las necesidades de los emigrantes y sus familias. Gestiones de este tipo aumentarán la probabilidad de que los emigrantes envíen sus remesas a través de cuentas bancarias, lo cual a su vez incrementará el impacto de las remesas en el desarrollo financiero local. Los autores recalcan asimismo que los gobiernos pueden promover la competencia en el sector bancario a través de la disminución de los costos regulatorios de apertura de sucursales y otros puntos de atención para prestar servicios a estas comunidades.

Facilitación del flujo de remesas

Los servicios de envío de remesas son todavía muy caros para los emigrantes que mandan dinero a casa; las tarifas pueden representar hasta el 20% del capital enviado, dependiendo del tipo y volumen de la remesa y del origen y el destino. Dentro de este contexto, los cambios normativos deben orientarse a facilitar los servicios al menor costo y mayor cantidad de usuarios que sea posible.

El informe recomienda que los gobiernos y los proveedores de servicios de remesas faciliten la transparencia mediante la recopilación y publicación de precios y condiciones comparativos de servicios entre los diversos proveedores. Los autores destacan el ejemplo del Gobierno de México, que creó un portal de Internet a fin de permitir que las personas comparen costos, niveles de seguridad y ubicación de los puntos de transferencia de dinero para enviar remesas de Estados Unidos a México: http://www.condusef.gob.mx. Este tipo de medidas pueden complementarse enseñando a los usuarios habilidades financieras básicas.

Además, el Banco sugiere que las autoridades de los países receptores faciliten la participación de una mayor cantidad de instituciones financieras en el mercado de las remesas. Para ello es necesario velar porque las restricciones a la participación no sean excesivamente gravosas. En particular, las instituciones de ahorro y préstamo, las cooperativas de crédito y las empresas de microfinanciamiento podrían estar en una posición ventajosa para actuar de agentes de pago, puesto que sus redes suelen estar más cerca de los beneficiarios habituales de las remesas que los grandes bancos comerciales.

Reducción de los efectos macroeconómicos

Si bien es cierto que las remesas tienen numerosos efectos beneficiosos, las mismas pueden causar la apreciación del tipo de cambio y así, posiblemente, disminuir la competitividad internacional de sus respectivas economías.

A este respecto, el informe recomienda que los gobiernos consideren un menú de medidas fiscales y macroeconómicas para aumentar la productividad y la oferta laboral.

Remesas y desarrollo: lecciones de América Latina

Principales cifras

• Con montos de US$56.500 millones en 2006 y US$59.900 millones en 2007, América Latina y el Caribe es la principal región receptora de remesas en el mundo (página 2).

• En términos de volumen absoluto, en 2007 ingresaron a México US$25.000 millones en flujos de remesas. Esto convierte al país en el tercer mayor receptor mundial de remesas después de India y China (página 4).

• Dentro de la región, las remesas son particularmente importantes para los países de América Central y el Caribe. Por ejemplo, en 2005 las remesas representaron aproximadamente 25% del PIB en Haití y Guyana y 22%, 19% y 17% del PIB en Honduras, Jamaica y El Salvador, respectivamente (página 4).

• En México, 61% de los hogares que reciben remesas pertenece al 20% de menor ingreso (excluidas las remesas), mientras que sólo 4% de los hogares receptores pertenece al 20% de mayor ingreso. De manera similar, 42% de los hogares receptores corresponde al 20% inferior de la distribución de ingresos en Paraguay y sólo 8%, al 20% superior. Otros países donde al menos 30% de los receptores de remesas pertenece al segmento de menor ingreso son Ecuador, El Salvador y Guatemala (página 33).

• La distribución de las remesas entre los hogares es totalmente diferente en Perú y Nicaragua. En Perú, por ejemplo, menos de 6% de los hogares que reciben remesas corresponde al segmento de menor ingreso, mientras que 40% pertenece al 20% de mayor ingreso. En el caso de Nicaragua, sólo 12% de los receptores pertenece al 20% inferior, mientras que 33% corresponde al 20% superior (página 33).

• Si bien la mayoría de los emigrantes mexicanos y latinoamericanos se dirige a Estados Unidos, Europa sigue siendo un destino importante para muchos países de América de Sur. Mientras que los emigrantes del Caribe prefieren el Reino Unido como lugar de destino, los de América del Sur escogen de preferencia España (página 6).

• La cantidad total de emigrantes latinoamericanos en Estados Unidos aumentó de 8,6 millones en 1990 a unos 16 millones en 2000 (incremento de 86%). Entre los países de la región, Honduras experimentó el mayor aumento, seguido por Brasil y México (página 55).

• México es también el país que registra la mayor población residente en Estados Unidos (cerca de 10 millones en 2000), seguido por Cuba (870.000), El Salvador (820.000), República Dominicana (680.000), Jamaica (550.000) y Colombia (510.000) (páginas 53 a 55).

• Cuando se compara las cifras de quienes emigraron a Estados Unidos con la población de los respectivos países de origen, se destacan las pequeñas islas caribeñas, países donde en promedio 30% de la fuerza laboral vive en el extranjero. En comparación, el coeficiente promedio entre emigrantes de países no caribeños en Estados Unidos y población nacional es cercano a 10% (6% en el caso de América del Sur) (página 56).

• Mientras que sólo 4% de los emigrantes mexicanos tiene educación terciaria, las cifras aumentan a 7% en el caso de los centroamericanos, 13% para los caribeños, 24% para los países andinos y cerca de 30% para otros países sudamericanos (página 60).

• Más de 80% de los nacidos en Haití, Jamaica, Granada o Guyana que tienen título universitario vive en el exterior, principalmente en Estados Unidos. Por otra parte, ha emigrado menos de 10% de los titulados universitarios de países sudamericanos y entre 15% o 20% de aquellos provenientes de México y Guatemala (página 63).

• La fracción de la población que vive en condiciones de pobreza se reduce en aproximadamente 0,4% promedio por cada punto porcentual de aumento en el coeficiente remesas-PIB (página 128).

• Las remesas tienen un efecto positivo y significativo en los depósitos y créditos bancarios, pero este efecto es menor en América Latina que en el resto del mundo. Un aumento de un punto porcentual en las remesas produce un alza aproximada de entre 2 y 3 puntos porcentuales en los depósitos y créditos bancarios (página 185).

• En 2004, sólo 7% de todas las remesas a América Latina se enviaba a través del sistema bancario, a diferencia del 78% que se remitía por intermedio de operadores de transferencia de dinero y el 11% a través de personas que viajaban a sus países de origen (página 185).