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23 de abril, 2008

75 aniversario de ANPL

Vázquez situó a la producción láctea como pilar del desarrollo agroindustrial del país
El Presidente Vázquez calificó al sector lechero como “estratégico”, dado que genera trabajo y exportación, requiere competitividad, calidad e innovación científica y tecnológica, además de la implementación de políticas sociales. En su discurso, en aniversario de la Asociación Nacional de Productores de Leche, dijo que el desarrollo productivo es imprescindible para la prosperidad de la nación y debe ser armónico e incluyente.

El Presidente de la República, Tabaré Vázquez, en su discurso en el marco del 75º aniversario de la Asociación Nacional de Productores de Leche, se refirió al significado de esos años, que representan tiempo suficiente para hacer cosas en beneficio de la producción y los productores y demostrar que es posible, porque no existe producción sin productores, añadió.

Vázquez expresó su deseo de que se mantengan los buenos precios del sector lácteo a nivel internacional. “Sería una suerte”, pero a la suerte hay que ayudarla haciendo cada uno lo que le corresponde. El Estado lo ha hecho con altibajos, agregó.

En este sentido, el Mandatario reconoció,  que gobiernos anteriores adjudicaron al Estado un papel importante en el desarrollo de la lechería nacional, lo que considera un acierto.

Asimismo, se refirió a la Ley 18.242 promulgada el 27 de diciembre pasado, con el objetivo de fomentar, regular, promover y desarrollar la producción láctea, como cadena productiva integrada, por considerarse estratégico en el desarrollo agroindustrial.

Esta herramienta legal, compromete a todos a continuar trabajando desde su lugar, enfatizó Vázquez, quien entiende que no es tarea fácil porque la sociedad es un entramado complejo y la democracia –si bien es la mejor opción- no es perfecta.

En otro orden, el Presidente se mostró respetuoso de las autonomías, competencias y responsabilidades de los Poderes del Estado y de las organizaciones. Incluso, señaló que se considera respetuoso “de quienes intentan demostrar que no lo soy”.

En tanto, Vázquez recordó a los productores que pueden contar con su Gobierno para seguir avanzando en genética, sanidad animal, granos, pasturas, maquinarias, etcétera.

 “Pueden contar con nosotros para encarar los desafíos que se plantean en un camino productivo de expansión. En este sentido, se refirió a las diferencias que se plantean cuando hay más de un sector de la producción en expansión, como es el caso de la soja y la forestación.

Asimismo, instó a continuar la gestión que esta institución realiza con los empleados, en términos de: salud, becas de estudio, asesoría legal, laboral y tributaria

Refiriéndose a quienes trabajan en el sector, Vázquez destacó la labor de todos, pero muy especialmente la de mujeres y jóvenes, dado su rol de relevancia en la familia y en la actividad tambera. Se debe promover su progreso a través de la aplicación de las políticas de equidad de género, de niñez y adolescencia que lleva adelante esta administración, estas políticas “no deben pasar de largo frente a los tambos”, manifestó.   

Palabras del Presidente de la República, Tabaré Vázquez en el 75 aniversario de la Asociación Nacional de Productores de Leche, celebrado en la Sociedad Criolla “La Estancia” de San Ramón, Canelones, el 23 de abril de 2008.   

PRESIDENTE VÁZQUEZ: Muy buenos días para todos ustedes. Señor presidente, autoridades y socios de la Asociación Nacional de Productores de Leche, autoridades nacionales y departamentales, señoras y señores, amigas y amigos, gracias y felicitaciones.

Gracias por invitarme a participar en esta Asamblea General Extraordinaria de la Asociación Nacional de Productores de Leche. Gracias por la hospitalidad que han demostrado al recibirme. Gracias por la condición de socio honorario de esta Institución con que se me distingue.

Y felicitaciones por el aniversario que estamos celebrando. 75 años no son un instante, pero tampoco son demasiado tiempo. 75 años son, en todo caso, tiempo suficiente para hacer cosas y por ende, demostrar que realmente se puede hacer mucha cosa.

Los 75 años de la Asociación Nacional de Productores de Leche son prueba de ello. Esta Institución –ustedes, quienes los precedieron, quienes los sucederán- han hecho mucho y han demostrado que se puede hacer mucho en beneficio, no sólo de la producción lechera, sino también de los productores lecheros. Porque entendemos, no hay producción sin productores y no hay producción próspera sin productores enamorados de su trabajo, preparados para realizarlo adecuadamente, que reciban los frutos del mismo y lo traduzcan en calidad de vida de ellos y de sus familias. En otras palabras, la riqueza no necesariamente genera prosperidad, pero la pobreza no genera riqueza y tampoco genera prosperidad.

Señoras y señores, amigas y amigos, además de agradecerles y felicitarlos ¿qué puedo decirles en esta oportunidad? Que ojalá se mantengan los buenos precios internacionales del sector lácteo. Estarán pensando la mayoría de ustedes o tal vez todos y yo también, ojalá se mantengan esos precios. Sería una suerte evidentemente.

Pero a la suerte hay que ayudarla, todos y en todo momento, tenemos que ayudarla, haciendo cada uno lo que le corresponde y haciéndolo, o intentando hacer, lo mejor posible la tarea que le corresponda.

El Estado, creemos, lo ha hecho, con altibajos por cierto, porque el Estado no es ni una ni un demonio, el Estado es una creación humana, el Estado somos todos nosotros, y por tanto tiene falencias.

Pero más allá de estos altibajos, a los que hice referencia, no tengo, yo no tengo inconvenientes en reconocer que gobiernos anteriores al que presido, adjudicaron al Estado un papel importante en el desarrollo de la lechería nacional. Fue un acierto que –reitero- reconozco públicamente a los gobiernos anteriores.

No está de más recordar –porque es parte de la historia– que esta Asociación Nacional de Productores de Leche, que en su momento que el Estado uruguayo expropió y concentró las plantas privadas de industria láctea, entonces existentes, y promovió la creación de CONAPROLE, con la Ley 9.526 del 14 de diciembre de 1935.

Podrá decirse que ello aconteció en un contexto nacional e internacional diferente al actual. Y es verdad, pero aconteció, se hizo, se logró. Y todo lo que sucedió después, y que los productores lecheros conocen mejor que yo, porque lo han vivido, llega hasta este presente, del cual da cuenta –por citar el mojón, tal vez más reciente de esta larga trayectoria– la Ley 18.242, promulgada por el Poder Ejecutivo el 27 de diciembre pasado, con el objeto de, tal como lo establece su artículo 1º, leo textual, “El fomento, la regulación, la promoción y el desarrollo de la producción láctea, como cadena productiva integrada por considerarse ésta de carácter estratégico para el desarrollo agroindustrial”.

No se alarmen, no voy a leerles los otros 45 artículos de esta Ley que consideramos trascendentes para un sector productivo tan estratégico de nuestro país, como es el lácteo.

Estratégico, porque genera trabajo y exportaciones. Estratégico, porque requiere competitividad, calidad e innovación científica y tecnológica. Estratégico porque además –y sobre todas las cosas– implica políticas sociales.

En todo caso, permítanme decir, casi telegráficamente, que así como el proyecto que dio lugar a esta Ley, fue producto de un proceso de consultas realizado durante el año 2005, con una amplia participación de agentes vinculados al sector lácteo, esta herramienta legal -que es eso, una herramienta, no una varita mágica - compromete a todos a continuar trabajando coordinadamente.      

Cada uno, desde sus respectivas competencias y responsabilidades, o según sus esperanzas e intereses, -pero todos, gobierno, privados- todos coordinadamente. Cuando digo Gobierno no me refiero exclusivamente al Gobierno Nacional sino también al rol que juegan los gobiernos departamentales.

Sé que no es fácil, pues la sociedad, lejos de ser gente amontonada, es un entramado vivo y complejo, y la democracia, siendo por lejos el mejor sistema de gobierno y el mejor estado de la sociedad, no es perfecta.

Pero es posible trabajar coordinadamente, más aún cuando ese objetivo común refiere al desarrollo productivo, armónico e incluyente, imprescindible para la prosperidad de la nación, imprescindible para todos los uruguayos. Porque, entiéndase bien, el desarrollo productivo es armónico e incluyente o no es, ni desarrollo, ni productivo.

Señoras y señores, amigas y amigos, aunque tengo el altísimo honor de compartir este estrado y esta tribuna, sería un exceso de mi parte ampararme en esa condición para indicarles lo que tienen que decidir o hacer.

Aunque se pretenda demostrar lo contrario, soy estrictamente respetuoso de la autonomía, las competencias y las responsabilidades de los Poderes del Estado y de las organizaciones que representan a distintos sectores e intereses sociales. Aclaremos por si acaso también, como no puede ser de otra manera, soy respetuoso de quienes intentan demostrar que no lo soy.

Pero el respeto a los demás no es incompatible con el respeto a uno mismo. Por el contrario, el respeto -como nos enseñaron modestamente nuestros padres- empieza en casa.

Y en función de ese respeto a uno mismo, que es en este caso a la responsabilidad institucional que la ciudadanía me encomendó ejercer durante el actual período de gobierno, permítanme decirles que pueden contar con nosotros para continuar el impulso de los pasados 75 años.

Pueden contar con nosotros para seguir avanzando en materia de genética y sanidad animal, de granos y de pasturas, de maquinaria, de productividad, de competitividad y de comercialización, de acceso a nuevas tecnologías y a nuevos mercados. 

Pueden contar con nosotros para encarar los desafíos que se plantean a una cadena productiva en expansión, como ésta, y las dificultades que a veces se plantean cuando hay más de un sector productivo en expansión. En nuestro caso, como es la forestación, la soja, etcétera.

Bienvenidas estas dificultades, porque peor sería que no hubiera ningún sector productivo en expansión, dura experiencia que alguna vez padeció nuestro país.

Pero las dificultades  hay que resolverlas. Pueden contar con nosotros para continuar mejorando la calidad de vida de quienes trabajan en este sector. Digo “continuar”, pues no ignoro la importante labor social que esta Institución realiza en beneficio de sus asociados. Prestaciones de salud, becas de estudio, asesoría legal, laboral y tributaria, etcétera.

Cuando digo calidad, quiero decir precisamente, eso: calidad. Porque una cosa es el nivel de vida y otra, es la calidad de vida.

El nivel, es importante y puede expresarse en equipamientos y en servicios. La calidad de vida, siendo intangible, sin embargo es fundamental. La diferencia entre nivel y calidad de vida, es, en última instancia, la diferencia entre tener o ser.

Y cuando digo “quienes trabajan en este sector”, me refiero a todos. Sin excepción alguna, pero muy, muy especialmente, a los más jóvenes y a las mujeres. Todos los aquí presentes sabemos lo que las mujeres y los jóvenes significan en la familia y en la actividad tambera.

Pero no basta con saberlo. Hay que reconocerlo con políticas y acciones concretas que mejoren las condiciones actuales, porque en lo que a la vida de la gente refiere, siempre se puede hacer y progresar más.

Las políticas de equidad, género, niñez o juventud que intentamos llevar adelante, no deben pasar de largo frente a los tambos. Tienen que entrar en ellos, porque allí está la familia tambera.

Amigas y amigos, ustedes saben que pueden contar con nosotros, de la misma forma que nosotros sabemos que contamos con ustedes. Y juntos seguiremos trabajando por ese todo que nos une, ese todo que tanto nos necesita y al cual tanto debemos. Ese todo que golpea en nuestras conciencias, palpita en nuestros corazones, y que se llama Uruguay. Muchas gracias.

   
 
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