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17 de junio, 2008

Uruguay y Panamá

Países pequeños que no están dispuestos a renunciar a la construcción de un futuro mejor
El Presidente Vázquez dijo que el intercambio de condecoraciones y la firma de documentos, expresan la amistad que une a los pueblos y a los Gobiernos de Panamá y Uruguay. Expresó también que los convenios suscritos en promoción de inversiones, intercambio comercial, cooperación en políticas públicas, investigación científica y diálogo cultural, son nuevas herramientas para una relación entre ambos países que viene de lejos.

El Presidente Tabaré Vázquez  condecoró al Presidente de la República  de Panamá con la Medalla de la República Oriental del Uruguay en el Grado de Gran Cordón, en ceremonia realizada en el Palacio las Garzas, Casa de Gobierno en  Ciudad de Panamá. Luego de agradecer la condecoración Orden General de Brigada Omar Torrijos Herrera, se refirió a una relación diplomática entre ambos países que viene de lejos. El primer Mandatario uruguayo celebró la suscripción de algunos convenios que en su consideración van más allá de términos estrictamente diplomáticos. En ese sentido, enumeró : promoción de inversiones, intercambio comercial, cooperación en políticas públicas, investigación científica y diálogo cultural, como nuevas herramientas útiles en beneficio de la gente, de nuestros pueblos.

Detenerse es resignarse, dijo Vázquez, y reafirmó que en estos países, aunque pequeños  en términos territoriales y demográficos, no están dispuestos  a renunciar a la posibilidad de construir un futuro mejor para todos sus ciudadanos.    

Discurso del Presidente de la República, Tabaré Vázquez  en la ceremonia de intercambio de condecoraciones, junto al Presidente de Panamá, Martín Torrijos, en el Palacio de las Garzas, Casa de Gobierno de Ciudad de Panamá el 16 de junio de 2008. 

PRESIDENTE VAZQUEZ: Señor Presidente y querido amigo; señoras y señores ministros; señoras primeras damas; autoridades de Gobierno, representantes diplomáticos, señoras y señores.

El intercambio de condecoraciones y la firma de documentos conjuntos que hemos efectuado, son mucho más que un simple acto formal.

Expresan la amistad que une a nuestros gobiernos y sobre todo que une a los pueblos de Panamá y de Uruguay.

Expresan también, objetivos y compromisos compartidos, es en ese sentido, señor Presidente, que agradezco en nombre del pueblo uruguayo y en el mío propio, la condecoración “General Omar Torrijos Herrera” con la que hemos sido honrados.

En ese sentido también, hemos tenido el agrado de entregar a usted, señor Presidente, y en usted al gobierno y al pueblo de Panamá, la medalla de la República Oriental del Uruguay en “el Grado de Gran Cordón”.

Y en ese sentido, hemos suscripto además algunos convenios, que no son el fin ni el principio de ninguna historia, ni son una varita mágica. Son en todo caso,  nuevas herramientas para una relación diplomática que viene de lejos y que queremos vaya más lejos aún, en ya -no solamente en términos estrictamente diplomáticos- sino también en materia de promoción de inversiones, intercambio comercial, cooperación en políticas públicas; investigación científica; diálogo cultural, etcétera.

De nosotros depende, que estas herramientas sean útiles en beneficio de la gente, que al fin y al cabo, son la razón de ser de las mismas. Confío que cuando llegue el momento de evaluar la instrumentación de estos acuerdos, el resultado sea positivo y nos impulse hacia nuevos objetivos.

Detenerse es resignarse, en estos países aunque pequeños en términos territoriales y demográficos, no están dispuestos a renunciar a la posibilidad de construir un futuro mejor para todos sus ciudadanos.

Yo no pretendo convertir este acto en un concierto y menos aún compartir con el señor Rúben Blades, con el que tuvimos ayer de tarde, precisamente festejando la victoria del seleccionado de Panamá. Pero creo que para Panamá y Uruguay, es especialmente válido lo que es Rúben, que expresa en esa magnífica canción titulada “Parao”, cuando dice, “la vida me ha refregao pero jamás me ha planchao, en la buena y en la mala voy con los dientes pelaos, sonriendo y de pie, siempre parao”.

Muchas gracias.      

   
 
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