Imprimir 

17 de junio, 2008

17 junio

Celebración del Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía
Este año, el lema parece referirse como nunca a nuestra realidad: "Luchando contra la degradación de la tierra para una agricultura sostenible". Uruguay está siendo presionado -como todas las regiones agrícolas del mundo- por el aumento de la demanda y los precios de los alimentos. A los problemas históricos de degradación de suelos se suman, así, estos nuevos factores, de gran magnitud y difícil manejo.

Es por esto que resulta especialmente destacable el anuncio realizado por las autoridades del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), sobre el plan de fiscalización del uso y de la conservación de suelos que se implementará a partir de este año.

La promoción de buenas prácticas agrícolas, la obligación de trabajar con rotaciones de cultivos, la imposición de declaraciones juradas sobre las metodologías productivas utilizadas, son elementos que impulsarán la conservación de los suelos, independientemente de si se trata del titular del campo o de un arrendatario, o de si el interés primordial del productor es la soja o la pradera.

"Mientras población y demanda de diversos tipos de productos agrícolas aumenten, los enfoques de la gestión de la tierra que no sean sostenibles fracasarán de manera evidente", afirma Luc Gnacadja, el secretario ejecutivo de la Convención de las Naciones Unidas de lucha contra la Desertificación.
Asumiendo que "un enfoque fragmentario de la producción agrícola ha amenazado la biodiversidad y la conservación de la tierra cultivable", Gnacadja recuerda que los países miembros de esta Convención han coincidido en la importancia de luchar contra la degradación de la tierra.

Nuestro país cuenta con una herramienta fundamental para poner en práctica estas medidas: la Ley Nº 15.239, de Conservación de Suelos y Agua (del año 1981).
Sumando a la herramienta la voluntad política de aplicarla, Uruguay está, ahora, dando pasos trascendentes en la defensa de un recurso natural tan importante como frágil y limitado: nuestros suelos productivos.