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07 de julio, 2008

Buenos vecinos

Uruguay y Chile fortalecen sus sólidas relaciones y ratifican su afinidad política
Los Presidentes de Chile y Uruguay, Michelle Bachelet y Tabaré Vázquez, coincidieron en la necesidad de profundizar los procesos de integración, pero siempre abiertos al mundo. El Mandatario uruguayo destacó la convicción y confianza que existe entre ambas naciones; convicción en lo que los gobiernos están haciendo, fieles a su identidad y a los compromisos asumidos ante la ciudadanía, y confianza en su gente y en el futuro.

Previo a su arribo al Edificio Independencia, la Presidenta de Chile colocó una ofrenda floral al pie del monumento al Prócer José Gervasio Artigas, ubicado en la Plaza Independencia. Posteriormente, se trasladó a pié hasta el propio Edificio, donde fue recibida por el Presidente Tabaré Vázquez.

Ambos Mandatarios saludaron a las delegaciones de sus países, integradas –entre otros- por el Vicepresidente uruguayo Rodolfo Nin Novoa y las Ministras y Ministros de las diferentes Carteras de Chile y Uruguay, entre otras autoridades nacionales presentes. Posteriormente, los Jefes de Estado se reunieron en audiencia privada por espacio de más de una hora.

Seguidamente, los Presidentes se unieron a sus delegaciones, para firmar una serie de acuerdos bilaterales en el Salón Artigas, donde los aguardaba la prensa.

Ante periodistas acreditados, el Presidente uruguayo ratificó los profundos lazos de amistad que unen a Chile y Uruguay y la sintonía existente entre ambos gobiernos.

Esta visita es además, un encuentro de trabajo con los hermanos chilenos, dijo.

Los mandatarios recordaron la relación bilateral en términos de diálogo político, intercambio comercial, promoción y protección recíproca de inversiones, cooperación e innovación, ciencia y tecnología e intercambio cultural. Asimismo, evaluaron positivamente la evolución de todos estos temas y establecieron nuevos objetivos.

También durante el encuentro, manifestaron se consideraron asuntos pertenecientes al plano regional, internacional y multilateral, además de reafirmar la coincidencia en los principios rectores de la política exterior de ambos países tales como paz, soberanía, apego al derecho internacional, condena a cualquier tipo de violencia y discriminación.

Por otra parte, se renovó su común vocación latinoamericanista, redoblando el compromiso de trabajo para coadyuvar a la convergencia de los distintos procesos de integración subregional y regional.

"Latinoamérica debe superar la paradoja de ser una región con tantas voces que ni se le entiende a si misma, ni es escuchada por los demás. Tenemos tantas voces, que en última instancia no tenemos ninguna voz", dijo Vázquez, quien entiende que en esa tarea de no silenciar la diversidad, sino de articularla en un proyecto que involucre a todos, Chile y Uruguay pueden realizar un importante aporte.

Vázquez destacó la convicción y confianza entre ambos Jefes de Estado. Convicción en las políticas que los gobiernos de Chile y Uruguay llevan adelante, fieles a su identidad y los compromisos asumidos ante la ciudadanía. "Estos gobiernos no son infalibles, pero dicen lo que piensan y hacen lo que dicen y cuando se equivocan, asumen el error y trabajan para resolverlo", dijo.

Confianza en la gente y en la sociedad, porque la construcción de una nación y el bienestar de su gente "no es una cronología de efemérides gloriosas, ni una galería de retratos ilustres, sino simplemente una tarea de todos", agregó.

Confianza en el futuro, pero también en el presente, porque ambos pueblos "están abriendo y recorriendo las alamedas que enseñó el Presidente Salvador Allende en el último y supremo instante de una vida, que no murió y cuyo centenario homenajeamos", dijo Vázquez.

La Presidenta chilena, por su parte, ratificó la hermandad con el pueblo uruguayo, al que los une "históricos lazos de amistad" y en la actualidad, una afinidad política, social, económica y cultural.

Bachelet expresó su satisfacción por haber cumplido con los compromisos pautados el pasado año en ocasión de la visita de Vázquez a su país. "Somos gobiernos que hacemos lo que decimos", enfatizó la Presidenta, quien enumeró una serie de acuerdos firmados en el pasado, muchos de ellos ya concretados.

 

Palabras de la Presidenta de Chile, Michelle Bachelet, tras los acuerdos firmados con el Presidente de la República , Tabaré Vázquez, el 7 de julio de 2008.

PRESIDENTA BACHELET: Señor Presidente Tabaré Vázquez, señores ministros, miembros del gobierno del Uruguay, delegación chilena que me acompaña. Permítame Presidente agradecer muy sinceramente sus palabras, y expresarle nuestro reconocimiento, alegría, y agradecimiento por la extraordinaria recepción, acogida que ustedes han dado a esta presidenta y a la delegación, como por lo tanto, para nosotros es un verdadero placer estar nuevamente en tierras uruguayas.

Siempre hemos sentido al Uruguay como un país hermano, con quienes nos unen histórico lazos de amistad, y hoy más que nunca una significativa –como usted decía claramente – afinidad política, social, económica, cultural.

El año pasado durante su visita de Estado a Chile, pudimos renovar y profundizar nuestros vínculos y nuestra coincidencia, en gran parte gracia a la infinidad de proyectos y perspectivas que compartimos. En esa oportunidad nos comprometimos a impulsar distintas iniciativas y a profundizar las ya existentes, en los más diversos ámbitos de la relación bilateral. Es por eso que es una gran alegría transcurrido poco más de una año a la fecha, ver que aquello que nos comprometimos lo cumplimos, hemos cumplido los compromisos –como usted decía – somos gobiernos que hacemos lo que decimos.

Por ejemplo, hemos suscritos convenios de cooperación en Defensa, en Medio Ambiente, en Innovación, en Fomento Productivo, en Género, entre otros temas. Asimismo, a partir de la creación de la Comisión Bilateral de Comercio e Inversiones y del Consejo Asesor Empresarial, hemos desarrollado una exitosa arquitectura institucional que ha ampliado notoriamente nuestra vinculación y diálogo en materia económico-comercial. Por ello es que hoy con esta sólida base hemos coincidido elevar aún más este compromiso, y suscribir este acuerdo de Asociación Estratégica. Que tal como usted recordaba es mas allá que un acuerdo comercial, incluye un conjunto de elementos que le dan integralidad a nuestra relación a través del diálogo político, a través de la relación económico-comercial, a través de esta afinidad muy fuerte, importancia que le damos a países que queremos crecer, pero que vienen de la mano de equidad a través de políticas sociales fundamentales.

Y por cierto este plan 2008-2009 en el ámbito de la cooperación, que estamos seguros nos va a permitir enfrentar juntos los desafíos que tenemos como países. Y este paso que hemos dado es histórico, porque un acuerdo de esta naturaleza, este acuerdo de Asociación Estratégico, facilita y refuerza el diálogo bilateral, sino que permite robustecer los cimientos de nuestra relación y toda su institucionalidad. Y Chile no tiene muchos acuerdos de Asociación de esta naturaleza, porque la verdad es que los reservamos a aquellos países con lo cuales somos socios de la construcción internacional de este Siglo XXI. Lo hemos alcanzado con la Unión Europea, con México, con Canadá, con España, el Ecuador y tenemos alianzas renovadas de similar contenido con Argentina y Brasil, además del MERCOSUR y el P4, con Nueva Zelandia, Singapur y Brunei.

Por eso es que para nosotros esta decisión de avanzar con ustedes cobra tanta relevancia, porque es un reflejo de importancia como gobierno asignamos a la relación con el Uruguay y con su Gobierno.

Quiero destacar también, que en consideración a la relevancia y prioridad que ambos gobiernos asignamos a la protección, al desarrollo y cohesión social, específicamente del desarrollo de políticas para la superación de la pobreza, equidad de género, igualdad de oportunidades. Hoy hemos acordado la creación de esta Comisión Binacional, que permita coordinar e intercambiar las políticas sociales. Esta entidad cuya puesta en marcha, más allá de la institucionalidad que significa lo que quiere relevar, es nuestra coincidencia de enfoques, que nosotros hemos hablado de la perspectiva de derechos de las personas. Va a tener por objeto, la institucionalización de una agenda que impulse un mayor diálogo, y el establecimiento y discusión de programa específico de trabajo y a la vez de cooperación en esta materia.

La verdad es que me parece que el objetivo es inequívoco, la búsqueda de mejores condiciones de vida para nuestros ciudadanos y ciudadanas, de una vida más integral, más linda.

También me parece importante reiterar el significativo salto cualitativo que nuestros lazos económicos comerciales se han avanzado los últimos meses. Acabamos de suscribir un protocolo adicional del Acuerdo Comercial del Acuerdo de Complementación Económica 35 entre Chile y MERCOSUR, entre nuestros países para establecer la aceleración de la desgravación arancelaria entre ambas naciones. En concreto significa que en seis meses este proceso lo vamos a tener ya en condiciones de producir efectos importantes.

Destaco el término exitoso de las negociaciones en materia de compras públicas. Esto va a permitir a empresarios de ambos países el participar de las licitaciones del otro.

Es oportuno señalar también que hemos instruido a nuestros equipos negociadores. Quedamos de continuar trabajando en una serie de materias que tenemos por delante: de lograr un acuerdo más amplio y comprensivo en materia de inversión de doble tributación, etc.

Todo esto se suma al reciente acuerdo que acabamos de lograr y firmar entre Chile y los cuatro países miembros del MERCOSUR en materia de comercio y de servicios, así como el plan de acción que nuestros cancilleres recibieron en la mañana de parte de nuestro Consejo Asesor Empresarial. Estamos muy satisfechos por los resultados de esta visita y por la forma en que estamos avanzando en esta relación, donde nuestra calidad de socios y aliados se ratifica y renueva una vez más con fuerza y gran vitalidad.

Yo le decía Presidente, que este ha sido el tono en que nosotros hemos conversado permanentemente: cuando yo estuve aquí a menos de un mes de haber asumido el gobierno, cuando ud. estuvo en Chile en abril del año pasado y hoy día en esta visita de estado.

Esta visita es, asimismo, un paso muy importante hacia una mayor coordinación de política exterior de nuestro gobierno. Ambos países creemos en el Derecho Internacional, creemos en la importancia de reforzar a las instituciones multilaterales. Observamos con preocupación la, a veces, dificultad de respuesta de las instituciones internacionales a temas políticos o económicos globales. Ambos países queremos profundizar nuestros procesos de integración, pero queremos hacerlo de manera abierta al mundo. Queremos incrementar también nuestro comercio interregional. Pero también, lo decía usted muy claramente, y creo que cada vez es más importante, fortalecer nuestra voz como región en el mundo. La verdad que este es un gran desafío, y nos demanda un renovado esfuerzo por la búsqueda de acuerdos, por una concertación política eficaz. Sudamericana, pero también Latinoamericana, frente a los grandes problemas globales.

Recientemente hemos dado unos pasos importantes, como la creación de UNASUR o un caso muy específico, concreto, pero de extremada relevancia para Latinoamérica que es la política común en el MERCOSUR ante las recientes decisiones del Parlamento Europeo sobre emigración.

Sin embargo, a esta alegría de estos logros, sabemos que nuestros desafíos son mucho mayores y que debemos conjurar los riesgos y aprovechar las oportunidades que nos plantea este abierto mundo frente a nosotros. En este esfuerzo, Uruguay y Chile vamos a trabajar juntos y esta sociedad nos va permitir, estoy completamente segura, dar pasos trascendentales en aquellos desafíos para los cuales nuestra gente nos eligió a ambos presidentes. Y que es la conformación de sociedades más humanas, más justas, más solidarias, más igualitarias, donde cada uno de sus hijos e hijas realmente puedan sentir que tienen el lugar que se merecen y las posibilidades que se merecen. Y es en esa convicción muy profunda que ambos presidentes tenemos - que nuestros gobiernos tienen- el mejor entorno para que todos estos acuerdos puedan realmente fructificar y cumplir la palabra que hemos dado frente a nuestros ciudadanos.

Muchas gracias, Presidente.

 

Palabras del Presidente de la República, Tabaré Vázquez, en el Edificio Independencia, tras los acuerdos firmados con la Presidenta de Chile Michelle Bachelet, el 7 de julio de 2008.

PRESIDENTE VAZQUEZ: Muy buenos días para todos ustedes. Señora presidenta de la hermana República de Chile, doctora Michelle Bachelet, integrantes de la delegación que la acompaña, autoridades de ambos gobiernos, amigas y amigos de los medios de comunicación, amigas y amigos.

Es qué acaso es necesario invocar otra vez los profundos lazos de amistad que unen a Chile y Uruguay. Acaso es un secreto la sintonía entre sus respectivos gobiernos. Acaso es una novedad que usted señora Presidenta y yo, más allá de nuestra actual investidura, compartimos valores de vida, rasgos de identidad política y hasta la profesión médica. Creo que reiterarlo sería una redundancia. En todo caso, y ya que estamos frente a los medios de comunicación y a la opinión pública de nuestros países y probablemente - porque no – de otras naciones, permítame decirle, bienvenida a Uruguay señora presidenta, no honra y alegra su visita, está usted y la delegación que la acompaña en su casa. Y en usted, expresar al pueblo chileno el afecto de los uruguayos, así de sencillo, porque entre hermanos la retórica está demás.

La visita a Uruguay de la presidente de Chile y de quienes la acompañan, integrantes de su equipo de gobierno y parlamentario, es un encuentro entre hermanos, pero es también un encuentro de trabajo, por lo pronto en la reunión que hemos mantenido, no sólo repasamos la relación bilateral en términos de diálogo político, de intercambio comercial, de promoción y protección recíproca de inversiones, de cooperación en innovación, ciencia y tecnología e intercambio cultural –que también hablamos – y evaluamos positivamente la evolución de todos estos temas, sino que además establecimos nuevos objetivos para esa relación, que viene de lejos y queremos que vaya mucho más lejos aún.

La declaración conjunta y los acuerdos suscritos hace un instante dan cuenta de esa voluntad. Y entre los acuerdos referidos, permítase resaltar el que hace a la asociación estratégica entre Chile y Uruguay. Asociación estratégica que no es exclusiva ni excluyente. Me explico, no es exclusiva, pues Chile ya está asociado estratégicamente a otros países y Uruguay firmó la semana pasada un protocolo de entendimiento para una asociación de estratégica con México. Argentina ya tiene una asociación estratégica con México y Brasil la tiene con la Unión Europea. Por lo tanto aquí no hay invento alguno, no hay tampoco para Chile porque tiene firmadas otras asociaciones estratégicas. Pero no por ello no deja de tener la real importancia que tiene. Tampoco hay ningún –como decimos acá en el Uruguay – cangrejo debajo de la piedra, pues esta asociación no es excluyente respecto a los sistemas de integración en los que Chile y Uruguay participa, esto no lo estamos haciendo a espaldas de ningún proceso de integración regional. Lo estamos haciendo porque realmente se puede, se debe y lo queremos hacer.

Esta asociación no es un misil entonces dirigido a la línea de flotación de la ALADI, ni del MERCOSUR, ni de la UNASUR, ni de cualquier otra embarcación que pueda andar por los alrededores. Chilenos y uruguayos somos buenos vecinos entre otras razones porque no nos desentendemos del vecindario, nos sentimos partícipe de esta región tan hermosa, tan rica, tan plural, como es nuestra América del Sur, como es nuestra América Latina.

Pero el motivo de nuestro interés en el vecindario y más allá de este no es la crítica de que todo está mal ni la excusa del no se puede, por eso durante nuestra reunión hemos considerado también asuntos que se ubican en el plano regional, internacional y multilateral. Y en este plano – aparte de reafirmar la coincidencia en los principios rectores de la política exterior de ambos países, paz, soberanía, apego al derecho internacional, condena de cualquier tipo de violencia y discriminación, etcétera, también hemos renovado nuestra común vocación latinoamericanista, redoblando el compromiso de trabajo para coadyuvar a la convergencia de los distintos procesos de integración sub-regional y de integración regional.

Latinoamérica debe superar la paradoja de ser una región con tantas voces que ni se entiende asimisma ni es escuchada por los demás. Tenemos tantas voces que en última instancia no tenemos ninguna voz.

En esa tarea que no es silenciar la diversidad sino articularla en un proyecto que involucre a todos, Chile y Uruguay pueden aportar bastante y los gobiernos de la presidenta Bachelet y yo encabezamos, nos comprometemos a ello.

Pero más allá de los asuntos considerados y de los acuerdos suscritos en la reunión que mantuvimos, hubo algo que como decía Juan Carlos Onetti, y cito textual "respiramos sencillamente como sin darnos cuenta, sin pensarlo, pero sabiendo que existe". No me refiero – por supuesto – al aire que hubo y bien saludable por cierto, me refiero a la convicción y a la confianza.

Convicción en lo que los gobiernos de Chile y Uruguay están haciendo, fieles a su identidad y en cumplimiento de los compromisos asumidos ante la ciudadanía, porque estos gobiernos no son infalibles, pero dicen lo que piensan y hacen lo que dicen, y cuando se equivocan asumen el error y trabajan para resolverlo.

Confianza en la gente y en la sociedad, porque al fin y al cabo la construcción de una nación y el bienestar de su gente, no es una cronología de efemérides gloriosas ni una galería de retratos ilustres, es simplemente una tarea de todos, de todos los ciudadanos y de todos los días de la vida.

Confianza en el futuro pero también confianza en el presente, porque más allá de las características urbanistas de nuestras ciudades o de las especies arbóreas de nuestros países, chilenos y uruguayos estamos abriendo y recorriendo, abriendo y recorriendo la alamedas que nos enseñó el presidente Salvador Allende en el último y supremo instante de una vida que no murió y cuyo centenario homenajeamos.

Muchas gracias.

   
 
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