Buenos vecinos
Uruguay y Chile fortalecen sus sólidas relaciones y
ratifican su afinidad política
Los Presidentes de Chile y Uruguay,
Michelle Bachelet y Tabaré Vázquez, coincidieron en la
necesidad de profundizar los procesos de integración,
pero siempre abiertos al mundo. El Mandatario uruguayo
destacó la convicción y confianza que existe entre
ambas naciones; convicción en lo que los gobiernos
están haciendo, fieles a su identidad y a los
compromisos asumidos ante la ciudadanía, y confianza en
su gente y en el futuro.
Previo a su arribo al Edificio
Independencia, la Presidenta de Chile colocó una
ofrenda floral al pie del monumento al Prócer José
Gervasio Artigas, ubicado en la Plaza Independencia.
Posteriormente, se trasladó a pié hasta el propio
Edificio, donde fue recibida por el Presidente Tabaré
Vázquez.
Ambos Mandatarios saludaron a las
delegaciones de sus países, integradas –entre otros-
por el Vicepresidente uruguayo Rodolfo Nin Novoa y las
Ministras y Ministros de las diferentes Carteras de
Chile y Uruguay, entre otras autoridades nacionales
presentes. Posteriormente, los Jefes de Estado se
reunieron en audiencia privada por espacio de más de
una hora.
Seguidamente, los Presidentes se
unieron a sus delegaciones, para firmar una serie de
acuerdos bilaterales en el Salón Artigas, donde los
aguardaba la prensa.
Ante periodistas acreditados, el
Presidente uruguayo ratificó los profundos lazos de
amistad que unen a Chile y Uruguay y la sintonía
existente entre ambos gobiernos.
Esta visita es además, un encuentro
de trabajo con los hermanos chilenos, dijo.
Los mandatarios recordaron la
relación bilateral en términos de diálogo político,
intercambio comercial, promoción y protección recíproca
de inversiones, cooperación e innovación, ciencia y
tecnología e intercambio cultural. Asimismo, evaluaron
positivamente la evolución de todos estos temas y
establecieron nuevos objetivos.
También durante el encuentro,
manifestaron se consideraron asuntos pertenecientes al
plano regional, internacional y multilateral, además de
reafirmar la coincidencia en los principios rectores de
la política exterior de ambos países tales como paz,
soberanía, apego al derecho internacional, condena a
cualquier tipo de violencia y discriminación.
Por otra parte, se renovó su común
vocación latinoamericanista, redoblando el compromiso
de trabajo para coadyuvar a la convergencia de los
distintos procesos de integración subregional y
regional.
"Latinoamérica debe superar la
paradoja de ser una región con tantas voces que ni se
le entiende a si misma, ni es escuchada por los demás.
Tenemos tantas voces, que en última instancia no
tenemos ninguna voz", dijo Vázquez, quien entiende que
en esa tarea de no silenciar la diversidad, sino de
articularla en un proyecto que involucre a todos, Chile
y Uruguay pueden realizar un importante aporte.
Vázquez destacó la convicción y
confianza entre ambos Jefes de Estado. Convicción en
las políticas que los gobiernos de Chile y Uruguay
llevan adelante, fieles a su identidad y los
compromisos asumidos ante la ciudadanía. "Estos
gobiernos no son infalibles, pero dicen lo que piensan
y hacen lo que dicen y cuando se equivocan, asumen el
error y trabajan para resolverlo", dijo.
Confianza en la gente y en la
sociedad, porque la construcción de una nación y el
bienestar de su gente "no es una cronología de
efemérides gloriosas, ni una galería de retratos
ilustres, sino simplemente una tarea de todos", agregó.
Confianza en el futuro, pero también
en el presente, porque ambos pueblos "están abriendo y
recorriendo las alamedas que enseñó el Presidente
Salvador Allende en el último y supremo instante de una
vida, que no murió y cuyo centenario homenajeamos",
dijo Vázquez.
La Presidenta chilena, por su parte,
ratificó la hermandad con el pueblo uruguayo, al que
los une "históricos lazos de amistad" y en la
actualidad, una afinidad política, social, económica y
cultural.
Bachelet expresó su satisfacción por
haber cumplido con los compromisos pautados el pasado
año en ocasión de la visita de Vázquez a su país.
"Somos gobiernos que hacemos lo que decimos", enfatizó
la Presidenta, quien enumeró una serie de acuerdos
firmados en el pasado, muchos de ellos ya concretados.
Palabras de la Presidenta de Chile, Michelle
Bachelet, tras los acuerdos firmados con el Presidente
de la República , Tabaré Vázquez, el 7 de julio de
2008.
PRESIDENTA BACHELET: Señor
Presidente Tabaré Vázquez, señores ministros, miembros
del gobierno del Uruguay, delegación chilena que me
acompaña. Permítame Presidente agradecer muy
sinceramente sus palabras, y expresarle nuestro
reconocimiento, alegría, y agradecimiento por la
extraordinaria recepción, acogida que ustedes han dado
a esta presidenta y a la delegación, como por lo tanto,
para nosotros es un verdadero placer estar nuevamente
en tierras uruguayas.
Siempre hemos sentido al Uruguay
como un país hermano, con quienes nos unen histórico
lazos de amistad, y hoy más que nunca una significativa
–como usted decía claramente – afinidad política,
social, económica, cultural.
El año pasado durante su visita de
Estado a Chile, pudimos renovar y profundizar nuestros
vínculos y nuestra coincidencia, en gran parte gracia a
la infinidad de proyectos y perspectivas que
compartimos. En esa oportunidad nos comprometimos a
impulsar distintas iniciativas y a profundizar las ya
existentes, en los más diversos ámbitos de la relación
bilateral. Es por eso que es una gran alegría
transcurrido poco más de una año a la fecha, ver que
aquello que nos comprometimos lo cumplimos, hemos
cumplido los compromisos –como usted decía – somos
gobiernos que hacemos lo que decimos.
Por ejemplo, hemos suscritos
convenios de cooperación en Defensa, en Medio Ambiente,
en Innovación, en Fomento Productivo, en Género, entre
otros temas. Asimismo, a partir de la creación de la
Comisión Bilateral de Comercio e Inversiones y del
Consejo Asesor Empresarial, hemos desarrollado una
exitosa arquitectura institucional que ha ampliado
notoriamente nuestra vinculación y diálogo en materia
económico-comercial. Por ello es que hoy con esta
sólida base hemos coincidido elevar aún más este
compromiso, y suscribir este acuerdo de Asociación
Estratégica. Que tal como usted recordaba es mas allá
que un acuerdo comercial, incluye un conjunto de
elementos que le dan integralidad a nuestra relación a
través del diálogo político, a través de la relación
económico-comercial, a través de esta afinidad muy
fuerte, importancia que le damos a países que queremos
crecer, pero que vienen de la mano de equidad a través
de políticas sociales fundamentales.
Y por cierto este plan 2008-2009 en
el ámbito de la cooperación, que estamos seguros nos va
a permitir enfrentar juntos los desafíos que tenemos
como países. Y este paso que hemos dado es histórico,
porque un acuerdo de esta naturaleza, este acuerdo de
Asociación Estratégico, facilita y refuerza el diálogo
bilateral, sino que permite robustecer los cimientos de
nuestra relación y toda su institucionalidad. Y Chile
no tiene muchos acuerdos de Asociación de esta
naturaleza, porque la verdad es que los reservamos a
aquellos países con lo cuales somos socios de la
construcción internacional de este Siglo XXI. Lo hemos
alcanzado con la Unión Europea, con México, con Canadá,
con España, el Ecuador y tenemos alianzas renovadas de
similar contenido con Argentina y Brasil, además del
MERCOSUR y el P4, con Nueva Zelandia, Singapur y
Brunei.
Por eso es que para nosotros esta
decisión de avanzar con ustedes cobra tanta relevancia,
porque es un reflejo de importancia como gobierno
asignamos a la relación con el Uruguay y con su
Gobierno.
Quiero destacar también, que en
consideración a la relevancia y prioridad que ambos
gobiernos asignamos a la protección, al desarrollo y
cohesión social, específicamente del desarrollo de
políticas para la superación de la pobreza, equidad de
género, igualdad de oportunidades. Hoy hemos acordado
la creación de esta Comisión Binacional, que permita
coordinar e intercambiar las políticas sociales. Esta
entidad cuya puesta en marcha, más allá de la
institucionalidad que significa lo que quiere relevar,
es nuestra coincidencia de enfoques, que nosotros hemos
hablado de la perspectiva de derechos de las personas.
Va a tener por objeto, la institucionalización de una
agenda que impulse un mayor diálogo, y el
establecimiento y discusión de programa específico de
trabajo y a la vez de cooperación en esta materia.
La verdad es que me parece que el
objetivo es inequívoco, la búsqueda de mejores
condiciones de vida para nuestros ciudadanos y
ciudadanas, de una vida más integral, más linda.
También me parece importante
reiterar el significativo salto cualitativo que
nuestros lazos económicos comerciales se han avanzado
los últimos meses. Acabamos de suscribir un protocolo
adicional del Acuerdo Comercial del Acuerdo de
Complementación Económica 35 entre Chile y MERCOSUR,
entre nuestros países para establecer la aceleración de
la desgravación arancelaria entre ambas naciones. En
concreto significa que en seis meses este proceso lo
vamos a tener ya en condiciones de producir efectos
importantes.
Destaco el término exitoso de las
negociaciones en materia de compras públicas. Esto va a
permitir a empresarios de ambos países el participar de
las licitaciones del otro.
Es oportuno señalar también que
hemos instruido a nuestros equipos negociadores.
Quedamos de continuar trabajando en una serie de
materias que tenemos por delante: de lograr un acuerdo
más amplio y comprensivo en materia de inversión de
doble tributación, etc.
Todo esto se suma al reciente
acuerdo que acabamos de lograr y firmar entre Chile y
los cuatro países miembros del MERCOSUR en materia de
comercio y de servicios, así como el plan de acción que
nuestros cancilleres recibieron en la mañana de parte
de nuestro Consejo Asesor Empresarial. Estamos muy
satisfechos por los resultados de esta visita y por la
forma en que estamos avanzando en esta relación, donde
nuestra calidad de socios y aliados se ratifica y
renueva una vez más con fuerza y gran vitalidad.
Yo le decía Presidente, que este ha
sido el tono en que nosotros hemos conversado
permanentemente: cuando yo estuve aquí a menos de un
mes de haber asumido el gobierno, cuando ud. estuvo en
Chile en abril del año pasado y hoy día en esta visita
de estado.
Esta visita es, asimismo, un paso
muy importante hacia una mayor coordinación de política
exterior de nuestro gobierno. Ambos países creemos en
el Derecho Internacional, creemos en la importancia de
reforzar a las instituciones multilaterales. Observamos
con preocupación la, a veces, dificultad de respuesta
de las instituciones internacionales a temas políticos
o económicos globales. Ambos países queremos
profundizar nuestros procesos de integración, pero
queremos hacerlo de manera abierta al mundo. Queremos
incrementar también nuestro comercio interregional.
Pero también, lo decía usted muy claramente, y creo que
cada vez es más importante, fortalecer nuestra voz como
región en el mundo. La verdad que este es un gran
desafío, y nos demanda un renovado esfuerzo por la
búsqueda de acuerdos, por una concertación política
eficaz. Sudamericana, pero también Latinoamericana,
frente a los grandes problemas globales.
Recientemente hemos dado unos pasos
importantes, como la creación de UNASUR o un caso muy
específico, concreto, pero de extremada relevancia para
Latinoamérica que es la política común en el MERCOSUR
ante las recientes decisiones del Parlamento Europeo
sobre emigración.
Sin embargo, a esta alegría de estos
logros, sabemos que nuestros desafíos son mucho mayores
y que debemos conjurar los riesgos y aprovechar las
oportunidades que nos plantea este abierto mundo frente
a nosotros. En este esfuerzo, Uruguay y Chile vamos a
trabajar juntos y esta sociedad nos va permitir, estoy
completamente segura, dar pasos trascendentales en
aquellos desafíos para los cuales nuestra gente nos
eligió a ambos presidentes. Y que es la conformación de
sociedades más humanas, más justas, más solidarias, más
igualitarias, donde cada uno de sus hijos e hijas
realmente puedan sentir que tienen el lugar que se
merecen y las posibilidades que se merecen. Y es en esa
convicción muy profunda que ambos presidentes tenemos -
que nuestros gobiernos tienen- el mejor entorno para
que todos estos acuerdos puedan realmente fructificar y
cumplir la palabra que hemos dado frente a nuestros
ciudadanos.
Muchas gracias, Presidente.
Palabras del Presidente de la
República, Tabaré Vázquez, en el Edificio
Independencia, tras los acuerdos firmados con la
Presidenta de Chile Michelle Bachelet, el 7 de julio de
2008.
PRESIDENTE VAZQUEZ: Muy buenos días
para todos ustedes. Señora presidenta de la hermana
República de Chile, doctora Michelle Bachelet,
integrantes de la delegación que la acompaña,
autoridades de ambos gobiernos, amigas y amigos de los
medios de comunicación, amigas y amigos.
Es qué acaso es necesario invocar
otra vez los profundos lazos de amistad que unen a
Chile y Uruguay. Acaso es un secreto la sintonía entre
sus respectivos gobiernos. Acaso es una novedad que
usted señora Presidenta y yo, más allá de nuestra
actual investidura, compartimos valores de vida, rasgos
de identidad política y hasta la profesión médica. Creo
que reiterarlo sería una redundancia. En todo caso, y
ya que estamos frente a los medios de comunicación y a
la opinión pública de nuestros países y probablemente -
porque no – de otras naciones, permítame decirle,
bienvenida a Uruguay señora presidenta, no honra y
alegra su visita, está usted y la delegación que la
acompaña en su casa. Y en usted, expresar al pueblo
chileno el afecto de los uruguayos, así de sencillo,
porque entre hermanos la retórica está demás.
La visita a Uruguay de la presidente
de Chile y de quienes la acompañan, integrantes de su
equipo de gobierno y parlamentario, es un encuentro
entre hermanos, pero es también un encuentro de
trabajo, por lo pronto en la reunión que hemos
mantenido, no sólo repasamos la relación bilateral en
términos de diálogo político, de intercambio comercial,
de promoción y protección recíproca de inversiones, de
cooperación en innovación, ciencia y tecnología e
intercambio cultural –que también hablamos – y
evaluamos positivamente la evolución de todos estos
temas, sino que además establecimos nuevos objetivos
para esa relación, que viene de lejos y queremos que
vaya mucho más lejos aún.
La declaración conjunta y los
acuerdos suscritos hace un instante dan cuenta de esa
voluntad. Y entre los acuerdos referidos, permítase
resaltar el que hace a la asociación estratégica entre
Chile y Uruguay. Asociación estratégica que no es
exclusiva ni excluyente. Me explico, no es exclusiva,
pues Chile ya está asociado estratégicamente a otros
países y Uruguay firmó la semana pasada un protocolo de
entendimiento para una asociación de estratégica con
México. Argentina ya tiene una asociación estratégica
con México y Brasil la tiene con la Unión Europea. Por
lo tanto aquí no hay invento alguno, no hay tampoco
para Chile porque tiene firmadas otras asociaciones
estratégicas. Pero no por ello no deja de tener la real
importancia que tiene. Tampoco hay ningún –como decimos
acá en el Uruguay – cangrejo debajo de la piedra, pues
esta asociación no es excluyente respecto a los
sistemas de integración en los que Chile y Uruguay
participa, esto no lo estamos haciendo a espaldas de
ningún proceso de integración regional. Lo estamos
haciendo porque realmente se puede, se debe y lo
queremos hacer.
Esta asociación no es un misil
entonces dirigido a la línea de flotación de la ALADI,
ni del MERCOSUR, ni de la UNASUR, ni de cualquier otra
embarcación que pueda andar por los alrededores.
Chilenos y uruguayos somos buenos vecinos entre otras
razones porque no nos desentendemos del vecindario, nos
sentimos partícipe de esta región tan hermosa, tan
rica, tan plural, como es nuestra América del Sur, como
es nuestra América Latina.
Pero el motivo de nuestro interés en
el vecindario y más allá de este no es la crítica de
que todo está mal ni la excusa del no se puede, por eso
durante nuestra reunión hemos considerado también
asuntos que se ubican en el plano regional,
internacional y multilateral. Y en este plano – aparte
de reafirmar la coincidencia en los principios rectores
de la política exterior de ambos países, paz,
soberanía, apego al derecho internacional, condena de
cualquier tipo de violencia y discriminación, etcétera,
también hemos renovado nuestra común vocación
latinoamericanista, redoblando el compromiso de trabajo
para coadyuvar a la convergencia de los distintos
procesos de integración sub-regional y de integración
regional.
Latinoamérica debe superar la
paradoja de ser una región con tantas voces que ni se
entiende asimisma ni es escuchada por los demás.
Tenemos tantas voces que en última instancia no tenemos
ninguna voz.
En esa tarea que no es silenciar la
diversidad sino articularla en un proyecto que
involucre a todos, Chile y Uruguay pueden aportar
bastante y los gobiernos de la presidenta Bachelet y yo
encabezamos, nos comprometemos a ello.
Pero más allá de los asuntos
considerados y de los acuerdos suscritos en la reunión
que mantuvimos, hubo algo que como decía Juan Carlos
Onetti, y cito textual "respiramos sencillamente como
sin darnos cuenta, sin pensarlo, pero sabiendo que
existe". No me refiero – por supuesto – al aire que
hubo y bien saludable por cierto, me refiero a la
convicción y a la confianza.
Convicción en lo que los gobiernos
de Chile y Uruguay están haciendo, fieles a su
identidad y en cumplimiento de los compromisos asumidos
ante la ciudadanía, porque estos gobiernos no son
infalibles, pero dicen lo que piensan y hacen lo que
dicen, y cuando se equivocan asumen el error y trabajan
para resolverlo.
Confianza en la gente y en la
sociedad, porque al fin y al cabo la construcción de
una nación y el bienestar de su gente, no es una
cronología de efemérides gloriosas ni una galería de
retratos ilustres, es simplemente una tarea de todos,
de todos los ciudadanos y de todos los días de la vida.
Confianza en el futuro pero también
confianza en el presente, porque más allá de las
características urbanistas de nuestras ciudades o de
las especies arbóreas de nuestros países, chilenos y
uruguayos estamos abriendo y recorriendo, abriendo y
recorriendo la alamedas que nos enseñó el presidente
Salvador Allende en el último y supremo instante de una
vida que no murió y cuyo centenario homenajeamos.
Muchas gracias. |