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07 de julio, 2008

Ilustre visitante

La Presidenta Michelle Bachelet recibió las llaves de la Ciudad de Montevideo
El Intendente Municipal de Montevideo, Ricardo Ehrlich, encabezó la ceremonia de entrega de las Llaves de la ciudad de Montevideo a la Presidenta de Chile, Michelle Bachelet, quien expresó su honra por tan alta distinción. Señaló que nuestra capital es protagonista relevante de la historia regional y recordó que los presidentes de la democracia chilena recibieron el mismo honor, fruto de la amistad entre uruguayos y chilenos.

Para la Presidenta Michelle Bachelet, "la pequeña ciudad capital uruguaya tiene una gran presencia sobre el imaginario de la región, porque en Montevideo nadie se duerme a la orilla del río, sino que trabaja por un futuro mejor para todos", afirmó. La Presidenta pronunció estas palabras poco antes de firmar el Libro de Visitantes Ilustres de la Ciudad. Junto a ella, los alumnos de la Escuela Nº 131, República de Chile, también participaron de la ceremonia que se realizó en la Sala de Sesiones del Edificio MERCOSUR.

Bachelet reconoció el significado de una ceremonia de estas características. En primer lugar, según dijo, porque da cuenta de la calidez y de la antigua amistad entre las dos naciones. Pero agregó que simboliza la relación basada en una verdadera tradición de valores, principios y afinidades, con el objetivo puesto en el desarrollo de los pueblos.

Recordó la participación de la sociedad montevideana en los Carnavales de Valparaíso, centro portuario chileno, donde la fiesta popular contribuyó a la comunión de los ciudadanos. En ellas, las llamadas y el candombe, junto con las murgas, fueron las atracciones más destacadas por Bachelet.

Gracias a este contacto, recordó, sus compatriotas observaron otra faceta de los uruguayos. Señaló el conocimiento existente en el país andino del trabajo de los intelectuales uruguayos, pero, sostuvo que en los carnavales la faceta lúdica sale a la luz, en este caso, destacando a los uruguayos. "Pero no por lúdica, menos crítica," enfatizó Bachelet. Porque es una fiesta que impulsa los cambios, indicó, que expresa que nunca hay que conformarse con lo establecido.

Me parece que ahí hay un rasgo muy propio de esta tierra, dijo la Mandataria.. Agregó que la calidad de la cultura uruguaya, recuerda a los latinoamericanos que hay mucho por hacer. Hay un largo camino para recorrer por nuestros sueños, nuestros ideales y anhelos de justicia y progreso, sentenció.

Trajo a su memoria a varios literatos nacionales, como Juan Carlos Onetti, Idea Vilariño, Felisberto Hernández, Mario Levrero y Mario Benedetti. En especial, recordó su aprecio y su identificación intelectual por Benedetti en sus años adolescentes, por las mismas emociones, sentimientos y preguntas, buscando las mejores respuestas, dijo.

En representación de los montevideanos, el Intendente Ricardo Ehrlich encabezó la ceremonia. En la misma, se refirió a la vocación irrenunciable de los latinoamericanos por la integración de los pueblos, que se rebela a las distancias y cordilleras. Por eso, el jefe comunal dijo que recibir a la Presidenta de Chile, es una señal de afecto y un gesto de amistad cargado de sentido.

A través de este gesto, señaló Ehrlich, los montevideanos pretenden saltar los obstáculos geográficos, para abrir el corazón por los chilenos y descubrir en las grandes manifestaciones culturales de los chilenos, la cultura y arte de los uruguayos.

Ehrlich citó palabras del poeta Pablo Neruda, de su Canto General, pues para el Intendente, ese texto comprende en forma cabal, la inspiración para un acto de entrega de las llaves de la ciudad. Reconocer a los chilenos, dijo, es mirar por los trabajadores del cobre y la sal, la mirada de los indios o la presencia ausente de los desaparecidos por la dictadura. También, recordó los versos de Gabriela Mistral, y en el canto de Violeta Parra y de Víctor Jara.

El Intendente afirmó que también hay que reconocer en ese pueblo chileno, a los corazones abiertos que recibieron a los perseguidos, cuando en Chile aún reinaba la esperanza. Hoy en día, dijo Ehrlich, América Latina vive tiempos de esperanza y construcción de futuro. Las distancias entre el Atlántico y el Pacífico deben acortarse, poco a poco, abriendo caminos que se llenan de afectos y de pueblo. Finalizó expresando que las banderas de justicia social, solidaridad y democracia son las que marcan el rumbo.

El Presidente de la Junta Departamental de Montevideo, Gabriel Weiss, subrayó que nuestra capital es una ciudad abierta al mundo y por lo tanto, afirmó que Montevideo está abierta a la región y al continente. La obligación de los dirigentes políticos es asegurar el desarrollo económico y erradicar la miseria en nuestros países, sostuvo el edil, aún así admitió que con esto no alcanza.

Expresó que también es obligación de los gobiernos, trabajar para construir el futuro. Para que nuestras próximas generaciones gocen en este mundo y entregarlo en mejores condiciones para nuestros hijos y nietos, aseveró. El desafío con el mundo es ese dijo Weiss, y aseguró que la Presidenta Bachelet comparte ese objetivo, en forma indisoluble, como cada ciudadano honrado por la Junta Departamental.

Nadie debería ser extranjero en el mundo, porque todos compartimos esta historia y estos desafíos, sostuvo. Por eso, sostuvo que el órgano deliberativo que preside se ha sumado a todos los homenajes en favor de la diversidad, como el presente, en tiempos donde los mensajes xenófobos recuerdan a los excesos del totalitarismo.

Por eso, según dijo Weiss, los latinoamericanos deben pedir la palabra en los foros mundiales para sostener la bandera del futuro contra el presente puro, de la espiritualidad contra el consumo, como única forma de vida válida, contra la persecución y a favor de la rebeldía sana contra la resignación. Porque el mundo puede ser mejor, pero eso depende de nosotros, finalizó.

   
 
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