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18 de julio, 2008

178 Años de Constitución

La escuela pública es el elemento más valioso para la práctica de la igualdad democrática
En la conmemoración por los 178 años de la Jura de la primera Constitución, la Ministra de Educación y Cultura, María Simon, expresó que desde aquella carta magna, se establecieron los principios rectores de la institucionalidad. En especial, subrayó el vínculo entre ilustración y valentía, presente en el sentido de ciudadanía desde la época artiguista. Con valor, se obtiene libertad y democracia; con educación, se la garantiza.

En el acto central realizado en la Plaza Constitución, la titular de Educación y Cultura, dijo que el Gobierno reafirma el compromiso con la libertad, la educación, el bienestar y la dignidad social e individual, plasmada en la constitución y las normas. Agregó que el desarrollo del programa político de esta Administración, aprobado por la ciudadanía, tiene a la libertad, la justicia y la educación, la salud y la cohesión social, la cultura y el progreso, como hilos conductores del bienestar común y que estos elementos hacen que un país sea una verdadera patria.

En otro momento del discurso, enfatizó que gracias a la educación se profundiza la democracia. Subrayó que sin instrucción ni formación, no hay garantías para la libertad. Las normas legales son absolutamente necesarias para definir la voluntad pública, dijo, pero su vigencia y efectos, se construyen desde todos los ámbitos educativos.

Como ejemplo, señaló que los Derechos Humanos son una muestra de este fenómeno. Indicó que al reclamo ciudadano por los principios fundamentales del hombre, hay que acompañarlo con la educación en DDHH, para asegurar su presencia. De la misma manera, se refirió a la obligación por profundizar a otros derechos como la libertad y la igualdad, a través de la misma herramienta.

Esta concepción que vincula lo educativo con lo ciudadano, se desarrolla a partir del proyecto de José Pedro Varela, sostuvo. La Ministra Simon dijo que en aquel momento se consagró la laicidad, orientada sobre la democracia. Lo que una vez se han encontrado juntos en los bancos de una escuela, en la que eran iguales, se acostumbran fácilmente a considerarse iguales, recordó Simon, recogiendo las palabras del reformador de la educación nacional.

De esta manera afirmó que la escuela pública es el más valioso elemento para la práctica de la igualdad democrática. María Simon aseveró que mantiene esa convicción y que incluso, considera que se debe ahondar en este concepto, porque hoy en día, los conocimientos necesarios son más amplios que en las épocas varelianas. Si aquel momento fue significativo y adelantado en su momento, señaló la Ministra, hoy necesitamos profundizar ese camino.

Recordó que la historiografía mantuvo un debate sobre la viabilidad del Uruguay. Se discutió si nuestro país nacía a partir de la diplomacia o la voluntad popular. Para Simon, la voluntad de los orientales por constituir una nación es incontrastable, más allá de formas jurídicas. El fondo del asunto es ser orientales decidiendo su destino. El deber ciudadano es respetar la Constitución y las normas, potenciarlas y promoverlas, para que el compromiso social sea garantía de libertad y de felicidad pública.

La Ministra agregó que el profundo significado de la primera Constitución, jurada un día como hoy de 1830, está vinculado a los derechos del hombre y del ciudadano. Para María Simón, las Cartas Magnas, más allá de sus peculiaridades, consagran estos principios y limitan el poder, que lo supedita a la voluntad popular. De esta manera, prosiguió, establecen el imperio de la norma sobre la fuerza y desde el contrato social, contra la arbitrariedad. En definitiva, concluyó, garantizan la libertad que termina donde comienza el derecho de los demás.

El nacimiento simultáneo de la nación, el país independiente y la Constitución, son una condición peculiar de nuestro país, señaló. La primera Carta Magna, fue un factor constitutivo en tiempos de paz y recordó que las principales revueltas de nuestra historia resultaron de la ruptura con esa primera norma y del reclamo de su vigencia. Por eso, la Ministra Simon expresó que aquellos años fueron bautizados como los de la tierra purpúrea, en palabras del novelista Hudson.

En la actualidad, el último período dictatorial también fue contra la Constitución y por lo tanto, contra la democracia; pero el pueblo mantuvo una tenaz resistencia, inspirada en los valores de la legalidad y el derecho. Simon explicó que la voluntad legalista del pueblo uruguayo es, incluso, anterior a 1830 y que nuestra historia está plagada de acontecimientos heroicos y audaces, en la acción y el pensamiento.

Recordó que alguno de esos hitos fueron el Cabildo de 1808, donde se decide el cambio de un orden institucional, que acepta la fidelidad a la metrópoli pero se deslegitima la vinculación virreinal. Otro momento importante se expresa en el ciclo artiguista, con acontecimientos principalmente en los años 1811, 1813 y 1815.

Evocó pasajes de la Oración de Abril, el discurso de José Artigas ante los representantes de los pueblos orientales, en el año 1813. "Los pueblos deben ser libres. Ese debe ser su único desvelo. Por desgracia, falta una salvaguardia general al derecho popular. Estamos aún bajo la fe de los hombres y no aparecen las seguridades del contrato". En estas palabras, Simon destaca la voluntad constitucionalista, presente desde el comienzo de nuestra historia, influido por el iluminismo del Siglo XVIII.

De aquel momento a la primera Constitución, evocada hoy, la Ministra recordó las dificultades de la Asamblea Constituyente. Sostuvo que no se puede mirar aquellos acontecimientos con los ojos del presente. Esa Carta tuvo limitaciones pero es la primera intención por formar un cuerpo normativo, que consagra principios fundamentales que si bien pueden ser violados, ya no pueden ser discutidos, nunca más.

 

 

   
 
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