178 Años de Constitución
La escuela pública es el elemento
más valioso para la práctica de la igualdad democrática
En la conmemoración por los 178
años de la Jura de la primera Constitución, la Ministra
de Educación y Cultura, María Simon, expresó que desde
aquella carta magna, se establecieron los principios
rectores de la institucionalidad. En especial, subrayó
el vínculo entre ilustración y valentía, presente en el
sentido de ciudadanía desde la época artiguista. Con
valor, se obtiene libertad y democracia; con educación,
se la garantiza.
En el acto central realizado en la
Plaza Constitución, la titular de Educación y Cultura,
dijo que el Gobierno reafirma el compromiso con la
libertad, la educación, el bienestar y la dignidad
social e individual, plasmada en la constitución y las
normas. Agregó que el desarrollo del programa político
de esta Administración, aprobado por la ciudadanía,
tiene a la libertad, la justicia y la educación, la
salud y la cohesión social, la cultura y el progreso,
como hilos conductores del bienestar común y que estos
elementos hacen que un país sea una verdadera patria.
En otro momento del discurso,
enfatizó que gracias a la educación se profundiza la
democracia. Subrayó que sin instrucción ni formación,
no hay garantías para la libertad. Las normas legales
son absolutamente necesarias para definir la voluntad
pública, dijo, pero su vigencia y efectos, se
construyen desde todos los ámbitos educativos.
Como ejemplo, señaló que los
Derechos Humanos son una muestra de este fenómeno.
Indicó que al reclamo ciudadano por los principios
fundamentales del hombre, hay que acompañarlo con la
educación en DDHH, para asegurar su presencia. De la
misma manera, se refirió a la obligación por
profundizar a otros derechos como la libertad y la
igualdad, a través de la misma herramienta.
Esta concepción que vincula lo
educativo con lo ciudadano, se desarrolla a partir del
proyecto de José Pedro Varela, sostuvo. La Ministra
Simon dijo que en aquel momento se consagró la
laicidad, orientada sobre la democracia. Lo que una vez
se han encontrado juntos en los bancos de una escuela,
en la que eran iguales, se acostumbran fácilmente a
considerarse iguales, recordó Simon, recogiendo las
palabras del reformador de la educación nacional.
De esta manera afirmó que la escuela
pública es el más valioso elemento para la práctica de
la igualdad democrática. María Simon aseveró que
mantiene esa convicción y que incluso, considera que se
debe ahondar en este concepto, porque hoy en día, los
conocimientos necesarios son más amplios que en las
épocas varelianas. Si aquel momento fue significativo y
adelantado en su momento, señaló la Ministra, hoy
necesitamos profundizar ese camino.
Recordó que la historiografía
mantuvo un debate sobre la viabilidad del Uruguay. Se
discutió si nuestro país nacía a partir de la
diplomacia o la voluntad popular. Para Simon, la
voluntad de los orientales por constituir una nación es
incontrastable, más allá de formas jurídicas. El fondo
del asunto es ser orientales decidiendo su destino. El
deber ciudadano es respetar la Constitución y las
normas, potenciarlas y promoverlas, para que el
compromiso social sea garantía de libertad y de
felicidad pública.
La Ministra agregó que el profundo
significado de la primera Constitución, jurada un día
como hoy de 1830, está vinculado a los derechos del
hombre y del ciudadano. Para María Simón, las Cartas
Magnas, más allá de sus peculiaridades, consagran estos
principios y limitan el poder, que lo supedita a la
voluntad popular. De esta manera, prosiguió, establecen
el imperio de la norma sobre la fuerza y desde el
contrato social, contra la arbitrariedad. En
definitiva, concluyó, garantizan la libertad que
termina donde comienza el derecho de los demás.
El nacimiento simultáneo de la
nación, el país independiente y la Constitución, son
una condición peculiar de nuestro país, señaló. La
primera Carta Magna, fue un factor constitutivo en
tiempos de paz y recordó que las principales revueltas
de nuestra historia resultaron de la ruptura con esa
primera norma y del reclamo de su vigencia. Por eso, la
Ministra Simon expresó que aquellos años fueron
bautizados como los de la tierra purpúrea, en palabras
del novelista Hudson.
En la actualidad, el último período
dictatorial también fue contra la Constitución y por lo
tanto, contra la democracia; pero el pueblo mantuvo una
tenaz resistencia, inspirada en los valores de la
legalidad y el derecho. Simon explicó que la voluntad
legalista del pueblo uruguayo es, incluso, anterior a
1830 y que nuestra historia está plagada de
acontecimientos heroicos y audaces, en la acción y el
pensamiento.
Recordó que alguno de esos hitos
fueron el Cabildo de 1808, donde se decide el cambio de
un orden institucional, que acepta la fidelidad a la
metrópoli pero se deslegitima la vinculación virreinal.
Otro momento importante se expresa en el ciclo
artiguista, con acontecimientos principalmente en los
años 1811, 1813 y 1815.
Evocó pasajes de la Oración de
Abril, el discurso de José Artigas ante los
representantes de los pueblos orientales, en el año
1813. "Los pueblos deben ser libres. Ese debe ser su
único desvelo. Por desgracia, falta una salvaguardia
general al derecho popular. Estamos aún bajo la fe de
los hombres y no aparecen las seguridades del
contrato". En estas palabras, Simon destaca la voluntad
constitucionalista, presente desde el comienzo de
nuestra historia, influido por el iluminismo del Siglo
XVIII.
De aquel momento a la primera
Constitución, evocada hoy, la Ministra recordó las
dificultades de la Asamblea Constituyente. Sostuvo que
no se puede mirar aquellos acontecimientos con los ojos
del presente. Esa Carta tuvo limitaciones pero es la
primera intención por formar un cuerpo normativo, que
consagra principios fundamentales que si bien pueden
ser violados, ya no pueden ser discutidos, nunca más.
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