Situación latinoamericana
Aprovechar oportunidades coyunturales para alcanzar
crecimiento sostenido
Durante el lanzamiento de las
Jornadas de Diálogo Iberoamericano se destacó que pese
a la crisis económica mundial, Latinoamérica se
encuentra en un período de bonanza que debe ser
aprovechado mediante políticas públicas que atenúen la
inflación, promuevan la integración regional y atraigan
inversiones. En este contexto, Uruguay figura como una
de las economías con mayor estabilidad fiscal y
equilibrio en su balanza de pagos.
El Ministro de Economía y Finanzas,
Danilo Astori, señaló que América Latina en su conjunto
se encuentra mejor posicionada frente al panorama
mundial porque los países aprendieron a respetar los
equilibrios macroeconómicos y luchar contra el fenómeno
inflacionario. Al mismo tiempo, los países reconocieron
que la estabilidad fiscal y financiera son herramientas
fundamentales para sustentar el crecimiento y pusieron
en práctica políticas sociales que mejoraron las
condiciones de vida de la población.
Asimismo, dijo que Uruguay no es una
excepción a la situación que vive América Latina ya que
la economía del país participa activamente de esta
etapa de crecimiento excepcional y, particularmente,
nuestro país está en el quinto año consecutivo de
crecimiento por encima del promedio latinoamericano.
En ese sentido, señaló que Uruguay
enfrenta un panorama de incertidumbre a nivel de la
economía mundial, que se debe controlar paso a paso,
pero que de todas maneras nuestro país hoy se encuentra
mejor preparado para enfrentar este tipo de
circunstancias en relación a años anteriores.
Agregó que el país despejó sus
restricciones financieras, por lo que no necesitará
acudir al mercado internacional de crédito en los
próximos años. En tanto, dijo que el panorama actual es
de diversificación comercial, lo cual le permitirá al
país apelar o vincularse a otros mercados.
Del mismo modo, el Ministro de
Economía dijo que el Uruguay se encuentra en un
equilibrio fiscal y de la balanza de pagos, mientras
que se encamina hacia el equilibrio de sus cuentas
públicas. Por estos motivos, señaló que se debe seguir
con mucho cuidado la situación que presenta la economía
mundial. Además, cuenta con fortalezas que refieren a
reservas internacionales y una situación favorable de
liquidez.
En cuanto a los riesgos que enfrenta
nuestro país en esta coyuntura, el Secretario de Estado
resaltó el problema energético, dado que Uruguay
necesita transformar su matriz energética lo antes
posible. En ese sentido, recordó que durante mucho
tiempo no se invirtió en esta materia y que se debe
trabajar en la búsqueda de fuentes alternativas de
energía, así como también estudiar la incorporación de
la energía nuclear y trabajar en la prospección de
fuentes energéticas como el gas y el petróleo que
presentan una situación alentadora para el país.
Por otra parte, Astori dijo que en
materia de inversión, la meta a mediano plazo debería
alcanzar el 25% del Producto Bruto Interno, siendo que
el porcentaje medio histórico de la inversión sobre el
PBI es del 10% y actualmente, ese coeficiente se
encuentra en el 17%. Alcanzar un porcentaje que se
encuentre en el orden del 20% permitirá que el Uruguay
permanezca en una situación de crecimiento económico y
no de estancamiento, subrayó.
En ese sentido, el Jerarca señaló
que existen buenas expectativas ya que las
importaciones de maquinaria y equipos tecnológicos de
la última semana son indicios alentadores de que la
inversión está aumentando rápidamente. Igualmente
resaltó la necesidad de continuar trabajando para que
el país cuente con condiciones económicas atractivas a
nuevas inversiones.
En materia de inflación, el Ministro
Astori enfatizó que los controles administrativos de
precios no son eficaces, ya que a nivel mundial
generaron en otras ocasiones perjuicios como el
desabastecimiento, la especulación y en varios casos,
en vez de originar reducciones en los precios,
contribuyeron a su alza.
Por tal motivo, destacó que se debe
actuar con otros criterios, como lo está haciendo el
Uruguay, el cual desde el punto de vista fiscal
establece subsidios selectivos, transitorios y
transparentes. Agregó que desde el punto de vista
monetario, trabaja con rigor para evitar que un exceso
en el medio de pagos se transforme en un factor
desestabilizador, mientras que en el terreno comercial,
es fundamental contar con productos alimenticios
importados que permitan evitar el desabastecimiento
interno y que contribuyan a atenuar los precios.
En ese sentido, resaltó la
importancia de alcanzar acuerdos de precios y destacó
la labor ejercida por la Oficina de Planeamiento y
Presupuesto en la negociación con los diferentes
actores de las cadenas productivas para alcanzar
acuerdos en el congelamiento de los precios de ciertos
productos de la canasta básica.
Finalmente, el Ministro de Economía
señaló que los desafíos para el futuro se basan en el
desarrollo de las capacidades que todavía registran
insuficiencias notorias como lo son la infraestructura
y el enfrentamiento del riesgo energético, el
desarrollo del capital humano a través de la educación
y el desarrollo de la innovación y la tecnología; lo
cual es obligatorio para que un país como el Uruguay
pueda estar preparado para enfrentar circunstancias de
incertidumbre y adversidad, como las que presenta la
economía mundial.
Por su parte, el Secretario General
Iberoamericano, Enrique Iglesias, dijo que la sensación
desde Europa sobre la situación macroeconómica a nivel
mundial, es de un panorama más inquietante que la
sensación percibida desde América Latina.
Los cambios experimentados por el
mundo en los últimos años, en especial sobre los países
emergentes, son impresionantes ya que algunas economías
del tercer mundo crecieron a ritmo doble que los países
desarrollados, afirmó Iglesias.
Agregó que esto es de una gran
trascendencia porque como consecuencia de este fenómeno
aparecen nuevos países que pesan en la economía mundial
y que regirán en los futuros procesos económicos
globales.
Por otra parte, la crisis financiera
mundial comenzó en 2007 con las primeras dificultades
originadas por las hipotecas norteamericanas. La gran
liquidez otorgada por las políticas de la Reserva
Federal de EEUU, provocó una caída espectacular de los
intereses bancarios, que ocasionó dificultades en la
banca para generar utilidades, explicó Iglesias.
Asimismo, señaló que las hipotecas
fueron herramientas útiles, pero que debieron ser
acompañadas por la puesta en marcha de mecanismos de
control. Como consecuencia, estos bancos creyeron que
trabajaban fuera del riesgo bancario, pero finalmente
asumieron esos riesgos y causaron la crisis, con
pérdidas del orden de 400 mil millones de dólares,
afirmó el Secretario de la SEGIB.
A su modo de ver, lo que ocurre en
los países desarrollados es la pérdida de confianza, lo
cual afecta al crédito público y privado.
En cuanto a la escalada de precios
alimenticios, Iglesias entiende que estamos ante el
cierre del ciclo de 25 años con alimentos baratos y la
situación actual es consecuencia de la recuperación de
los precios en términos reales.
A su vez, detrás de los problemas en
el precio de los alimentos, está el consumo en los
países emergentes por el incremento de la demanda. Esta
expansión permite que la oferta no responda con la
misma rapidez a esta demanda incrementada, por lo
tanto, los precios continuarán al alza, sostuvo.
La inflación y el lento crecimiento
de las economías son otros factores a tener en cuenta.
Iglesias informó que en los países en vías de
desarrollo, la inflación alcanzó hasta el 5%, lo que
genera preocupación en la región.
En Iberoamérica, Iglesias observa un
período de excepcional bonanza, debido al impacto de
las materias primas y del fin de la "magia económica".
Identificó en Centroamérica a la región con mayores
vulnerabilidades. Dijo que esos países dependen del
turismo, cuyo rendimiento cayó; además, el problema de
las remesas y su envío desde los países del norte, no
permite señalar las mismas expectativas de crecimiento
para esa región. Al referirse a Uruguay, Iglesias
indicó que los problemas energéticos y el impacto del
petróleo son el principal punto débil.
Para Iglesias, los principales
desafíos en el corto plazo, son atender la inflación y
el precio de los alimentos. En el largo plazo,
identificó al crecimiento de la inversión y la
productividad como los retos más importantes.
El Secretario Iberoamericano se
mostró optimista con respecto a la región. Dijo que hay
una oportunidad muy grande porque un mundo que necesita
alimentos y materias primas, tiene en América Latina un
continente privilegiado. Nuestro continente cuenta con
el 15% de la tierra arable del mundo y el 35% del agua
dulce, 10% de la reserva del gas y petróleo, 50% del
cobre, 25% del hierro, sumado a las nuevas tecnologías
desarrolladas para incrementar su producción.
Finalmente, Enrique García,
Presidente de la Corporación Andina de Fomento, destacó
que dentro de América Latina, Uruguay es un ejemplo de
país que logró dar vuelta una profunda crisis y
alcanzar una estabilidad económica, fruto de la gestión
realizada por el Ministro Astori.
Asimismo, señaló que toda
Latinoamérica aprendió de sus experiencias pasadas los
problemas que ocasionan los desequilibrios
macroeconómicos. En tal sentido, el factor común de los
países de América Latina es la conciencia que la
estabilidad macroeconómica es imprescindible, ya que en
primer lugar afecta seriamente la calidad de vida de su
gente.
En relación al ámbito social, García
considera que los últimos cinco años fueron los mejores
de los pasados cincuenta años en materia de crecimiento
económico. Durante el año 2007, ocho países de
Latinoamérica experimentaron crecimientos superiores al
8%, los cuales fueron en un ámbito de baja inflación y
un superávit de cuentas corrientes de la balanza de
pagos. Esta situación significó una acumulación de
reservas, que llevó a que en los últimos seis años
América Latina pasara de reservas de U$S 150.000
millones a U$S 450.000 millones. Esto fue acompañado en
el ámbito macroeconómico, de un adecuado manejo de la
deuda externa por parte de todos los países. Asimismo,
García dijo que hasta julio del año 2007, las economías
mundiales vivieron una etapa excepcional, especialmente
en países como Estados Unidos, China, India, Japón y
algunas regiones de Europa, lo cual impactó
positivamente en las economías sudamericanas, que en
términos de intercambio experimentaron un aumento
sustancial.
Desde julio de 2007, estos países
comenzaron a transitar por un período difícil que
repercutió en nuestra región. El impacto de este año se
resume en que el crecimiento promedio de la región, en
lugar de ser del 5,6% que experimentó el año pasado,
será del 4,5%. Las repercusiones más serias se
observarán en el acceso a los mercados de capital.
García señaló como aspectos
negativos que América Latina tiene aún, la
vulnerabilidad a los choques externos, la concentración
en pocas exportaciones continúa siendo alta, no hubo
una transformación productiva amplia. Además, considera
que el ahorro de la región es bajo, el promedio se
sitúa en un 20% del PBI. En cuanto a la inversión, la
situación tampoco es óptima, se invierte alrededor de
21% del PBI, cuando debería alcanzar el 26%.
Asimismo, los índices de
productividad y competitividad no son buenos, en
especial en términos de infraestructura, América Latina
invierte apenas el 2,5% del PBI en esta área.
Los esfuerzos realizados respecto a
la reducción de la pobreza fueron muy grandes en los
últimos años, si bien aún uno de cada tres latinos vive
con menos de U$S 2 al día.
García dijo que los latinoamericanos
debemos crear conciencia para aprovechar la coyuntura
actual, donde la región cuenta con una ventana de
oportunidades que debe aprovechar para crear las
condiciones de un crecimiento sostenido.
Los países deben trabajar en una
agenda integral que incluya el reconocimiento que el
desarrollo no es sólo lo macroeconómico, microeconómico
y social sino que es el conjunto de los tres factores.
La estabilidad, eficiencia, equidad y equilibrio
ambiental son los factores fundamentales. Toda acción
deberá estar enmarcada en ver los efectos que la
macroeconomía tiene sobre la eficiencia, el
crecimiento, lo social y la estabilidad.
Por último, García destacó que
América Latina debe encontrar los mecanismos que
impulsen los procesos de asociación regional,
necesarios para integrar de forma simétrica e
igualitaria las realidades de la globalización. |