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24 de julio, 2008

Situación latinoamericana

Aprovechar oportunidades coyunturales para alcanzar crecimiento sostenido
Durante el lanzamiento de las Jornadas de Diálogo Iberoamericano se destacó que pese a la crisis económica mundial, Latinoamérica se encuentra en un período de bonanza que debe ser aprovechado mediante políticas públicas que atenúen la inflación, promuevan la integración regional y atraigan inversiones. En este contexto, Uruguay figura como una de las economías con mayor estabilidad fiscal y equilibrio en su balanza de pagos.

El Ministro de Economía y Finanzas, Danilo Astori, señaló que América Latina en su conjunto se encuentra mejor posicionada frente al panorama mundial porque los países aprendieron a respetar los equilibrios macroeconómicos y luchar contra el fenómeno inflacionario. Al mismo tiempo, los países reconocieron que la estabilidad fiscal y financiera son herramientas fundamentales para sustentar el crecimiento y pusieron en práctica políticas sociales que mejoraron las condiciones de vida de la población.

Asimismo, dijo que Uruguay no es una excepción a la situación que vive América Latina ya que la economía del país participa activamente de esta etapa de crecimiento excepcional y, particularmente, nuestro país está en el quinto año consecutivo de crecimiento por encima del promedio latinoamericano.

En ese sentido, señaló que Uruguay enfrenta un panorama de incertidumbre a nivel de la economía mundial, que se debe controlar paso a paso, pero que de todas maneras nuestro país hoy se encuentra mejor preparado para enfrentar este tipo de circunstancias en relación a años anteriores.

Agregó que el país despejó sus restricciones financieras, por lo que no necesitará acudir al mercado internacional de crédito en los próximos años. En tanto, dijo que el panorama actual es de diversificación comercial, lo cual le permitirá al país apelar o vincularse a otros mercados.

Del mismo modo, el Ministro de Economía dijo que el Uruguay se encuentra en un equilibrio fiscal y de la balanza de pagos, mientras que se encamina hacia el equilibrio de sus cuentas públicas. Por estos motivos, señaló que se debe seguir con mucho cuidado la situación que presenta la economía mundial. Además, cuenta con fortalezas que refieren a reservas internacionales y una situación favorable de liquidez.

En cuanto a los riesgos que enfrenta nuestro país en esta coyuntura, el Secretario de Estado resaltó el problema energético, dado que Uruguay necesita transformar su matriz energética lo antes posible. En ese sentido, recordó que durante mucho tiempo no se invirtió en esta materia y que se debe trabajar en la búsqueda de fuentes alternativas de energía, así como también estudiar la incorporación de la energía nuclear y trabajar en la prospección de fuentes energéticas como el gas y el petróleo que presentan una situación alentadora para el país.

Por otra parte, Astori dijo que en materia de inversión, la meta a mediano plazo debería alcanzar el 25% del Producto Bruto Interno, siendo que el porcentaje medio histórico de la inversión sobre el PBI es del 10% y actualmente, ese coeficiente se encuentra en el 17%. Alcanzar un porcentaje que se encuentre en el orden del 20% permitirá que el Uruguay permanezca en una situación de crecimiento económico y no de estancamiento, subrayó.

En ese sentido, el Jerarca señaló que existen buenas expectativas ya que las importaciones de maquinaria y equipos tecnológicos de la última semana son indicios alentadores de que la inversión está aumentando rápidamente. Igualmente resaltó la necesidad de continuar trabajando para que el país cuente con condiciones económicas atractivas a nuevas inversiones.

En materia de inflación, el Ministro Astori enfatizó que los controles administrativos de precios no son eficaces, ya que a nivel mundial generaron en otras ocasiones perjuicios como el desabastecimiento, la especulación y en varios casos, en vez de originar reducciones en los precios, contribuyeron a su alza.

Por tal motivo, destacó que se debe actuar con otros criterios, como lo está haciendo el Uruguay, el cual desde el punto de vista fiscal establece subsidios selectivos, transitorios y transparentes. Agregó que desde el punto de vista monetario, trabaja con rigor para evitar que un exceso en el medio de pagos se transforme en un factor desestabilizador, mientras que en el terreno comercial, es fundamental contar con productos alimenticios importados que permitan evitar el desabastecimiento interno y que contribuyan a atenuar los precios.

En ese sentido, resaltó la importancia de alcanzar acuerdos de precios y destacó la labor ejercida por la Oficina de Planeamiento y Presupuesto en la negociación con los diferentes actores de las cadenas productivas para alcanzar acuerdos en el congelamiento de los precios de ciertos productos de la canasta básica.

Finalmente, el Ministro de Economía señaló que los desafíos para el futuro se basan en el desarrollo de las capacidades que todavía registran insuficiencias notorias como lo son la infraestructura y el enfrentamiento del riesgo energético, el desarrollo del capital humano a través de la educación y el desarrollo de la innovación y la tecnología; lo cual es obligatorio para que un país como el Uruguay pueda estar preparado para enfrentar circunstancias de incertidumbre y adversidad, como las que presenta la economía mundial.

Por su parte, el Secretario General Iberoamericano, Enrique Iglesias, dijo que la sensación desde Europa sobre la situación macroeconómica a nivel mundial, es de un panorama más inquietante que la sensación percibida desde América Latina.

Los cambios experimentados por el mundo en los últimos años, en especial sobre los países emergentes, son impresionantes ya que algunas economías del tercer mundo crecieron a ritmo doble que los países desarrollados, afirmó Iglesias.

Agregó que esto es de una gran trascendencia porque como consecuencia de este fenómeno aparecen nuevos países que pesan en la economía mundial y que regirán en los futuros procesos económicos globales.

Por otra parte, la crisis financiera mundial comenzó en 2007 con las primeras dificultades originadas por las hipotecas norteamericanas. La gran liquidez otorgada por las políticas de la Reserva Federal de EEUU, provocó una caída espectacular de los intereses bancarios, que ocasionó dificultades en la banca para generar utilidades, explicó Iglesias.

Asimismo, señaló que las hipotecas fueron herramientas útiles, pero que debieron ser acompañadas por la puesta en marcha de mecanismos de control. Como consecuencia, estos bancos creyeron que trabajaban fuera del riesgo bancario, pero finalmente asumieron esos riesgos y causaron la crisis, con pérdidas del orden de 400 mil millones de dólares, afirmó el Secretario de la SEGIB.

A su modo de ver, lo que ocurre en los países desarrollados es la pérdida de confianza, lo cual afecta al crédito público y privado.

En cuanto a la escalada de precios alimenticios, Iglesias entiende que estamos ante el cierre del ciclo de 25 años con alimentos baratos y la situación actual es consecuencia de la recuperación de los precios en términos reales.

A su vez, detrás de los problemas en el precio de los alimentos, está el consumo en los países emergentes por el incremento de la demanda. Esta expansión permite que la oferta no responda con la misma rapidez a esta demanda incrementada, por lo tanto, los precios continuarán al alza, sostuvo.

La inflación y el lento crecimiento de las economías son otros factores a tener en cuenta. Iglesias informó que en los países en vías de desarrollo, la inflación alcanzó hasta el 5%, lo que genera preocupación en la región.

En Iberoamérica, Iglesias observa un período de excepcional bonanza, debido al impacto de las materias primas y del fin de la "magia económica". Identificó en Centroamérica a la región con mayores vulnerabilidades. Dijo que esos países dependen del turismo, cuyo rendimiento cayó; además, el problema de las remesas y su envío desde los países del norte, no permite señalar las mismas expectativas de crecimiento para esa región. Al referirse a Uruguay, Iglesias indicó que los problemas energéticos y el impacto del petróleo son el principal punto débil.

Para Iglesias, los principales desafíos en el corto plazo, son atender la inflación y el precio de los alimentos. En el largo plazo, identificó al crecimiento de la inversión y la productividad como los retos más importantes.

El Secretario Iberoamericano se mostró optimista con respecto a la región. Dijo que hay una oportunidad muy grande porque un mundo que necesita alimentos y materias primas, tiene en América Latina un continente privilegiado. Nuestro continente cuenta con el 15% de la tierra arable del mundo y el 35% del agua dulce, 10% de la reserva del gas y petróleo, 50% del cobre, 25% del hierro, sumado a las nuevas tecnologías desarrolladas para incrementar su producción.

Finalmente, Enrique García, Presidente de la Corporación Andina de Fomento, destacó que dentro de América Latina, Uruguay es un ejemplo de país que logró dar vuelta una profunda crisis y alcanzar una estabilidad económica, fruto de la gestión realizada por el Ministro Astori.

Asimismo, señaló que toda Latinoamérica aprendió de sus experiencias pasadas los problemas que ocasionan los desequilibrios macroeconómicos. En tal sentido, el factor común de los países de América Latina es la conciencia que la estabilidad macroeconómica es imprescindible, ya que en primer lugar afecta seriamente la calidad de vida de su gente.

En relación al ámbito social, García considera que los últimos cinco años fueron los mejores de los pasados cincuenta años en materia de crecimiento económico. Durante el año 2007, ocho países de Latinoamérica experimentaron crecimientos superiores al 8%, los cuales fueron en un ámbito de baja inflación y un superávit de cuentas corrientes de la balanza de pagos. Esta situación significó una acumulación de reservas, que llevó a que en los últimos seis años América Latina pasara de reservas de U$S 150.000 millones a U$S 450.000 millones. Esto fue acompañado en el ámbito macroeconómico, de un adecuado manejo de la deuda externa por parte de todos los países. Asimismo, García dijo que hasta julio del año 2007, las economías mundiales vivieron una etapa excepcional, especialmente en países como Estados Unidos, China, India, Japón y algunas regiones de Europa, lo cual impactó positivamente en las economías sudamericanas, que en términos de intercambio experimentaron un aumento sustancial.

Desde julio de 2007, estos países comenzaron a transitar por un período difícil que repercutió en nuestra región. El impacto de este año se resume en que el crecimiento promedio de la región, en lugar de ser del 5,6% que experimentó el año pasado, será del 4,5%. Las repercusiones más serias se observarán en el acceso a los mercados de capital.

García señaló como aspectos negativos que América Latina tiene aún, la vulnerabilidad a los choques externos, la concentración en pocas exportaciones continúa siendo alta, no hubo una transformación productiva amplia. Además, considera que el ahorro de la región es bajo, el promedio se sitúa en un 20% del PBI. En cuanto a la inversión, la situación tampoco es óptima, se invierte alrededor de 21% del PBI, cuando debería alcanzar el 26%.

Asimismo, los índices de productividad y competitividad no son buenos, en especial en términos de infraestructura, América Latina invierte apenas el 2,5% del PBI en esta área.

Los esfuerzos realizados respecto a la reducción de la pobreza fueron muy grandes en los últimos años, si bien aún uno de cada tres latinos vive con menos de U$S 2 al día.

García dijo que los latinoamericanos debemos crear conciencia para aprovechar la coyuntura actual, donde la región cuenta con una ventana de oportunidades que debe aprovechar para crear las condiciones de un crecimiento sostenido.

Los países deben trabajar en una agenda integral que incluya el reconocimiento que el desarrollo no es sólo lo macroeconómico, microeconómico y social sino que es el conjunto de los tres factores. La estabilidad, eficiencia, equidad y equilibrio ambiental son los factores fundamentales. Toda acción deberá estar enmarcada en ver los efectos que la macroeconomía tiene sobre la eficiencia, el crecimiento, lo social y la estabilidad.

Por último, García destacó que América Latina debe encontrar los mecanismos que impulsen los procesos de asociación regional, necesarios para integrar de forma simétrica e igualitaria las realidades de la globalización.

   
 
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  Danilo Astori (prensa)