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12 de agosto, 2008

Reforma de la Educación

Educación como un derecho humano para una sociedad en aprendizaje permanente
La Ministra de Educación y Cultura, María Simon, se dirigió hoy a la población por cadena nacional, a efectos de dar cuenta sobre la evolución de la educación en general y particularmente sobre el Proyecto de Ley de Educación remitido a consideración del Parlamento Nacional. Dijo que la educación es un tema que involucra a todos los ciudadanos, que debe ser discutido y analizado, y para ello es imprescindible estar informado.

La Ministra María Simon considera que la educación es la apuesta al futuro, un valor de identidad nacional y un factor esencial de cultura, progreso y justicia social, al tiempo que es un derecho humano y un bien público. En ese sentido, destacó el Plan Ceibal, experiencia única en el mundo de llegar con una computadora por niño y anunció que mañana se entregará la número 100.000.

Simon reconoce que nuestra educación tiene mucho de bueno, pero también mucho para mejorar. Fundamentalmente, debe adaptarse a los grandes cambios y para ello, la Reforma Educativa requiere la participación de todos. Al decir todos, involucra a docentes, alumnos, madres, padres, pero también al ciudadano común.

La Ministra dijo que la Reforma propone un sistema integrado para todos, "desde el nacimiento y para toda la vida", brindando educación entendida como derecho humano que busca alcanzar una sociedad en aprendizaje permanente.

Partiendo de la premisa de para qué educamos, la Secretaria de Estado expresó que la respuesta a esa pregunta, es simplemente que los jóvenes sean buenas personas, solidarios, respetuosos, que lleguen a ser independientes, económicamente y de criterio, y que dentro de las posibilidades, sean felices. En cuanto a sus demandas, piensa que quieren una educación que les sirva y que los prepare para el futuro, que la educación impartida tenga que ver con la realidad diaria y de los centros educativos, buscan que sean un espacio de comunicación y convivencia. Otra aspiración de los jóvenes, es que se le reconozcan los conocimientos y que se los tenga en cuenta en su individualidad, subrayó.

Simon expresó que la Reforma de la Educación tomará como norte la educación en valores que debe impregnar todo proceso educativo. En tal sentido, destacó la educación para la salud, la educación sexual, la educación física y la recreación, los derechos humanos, la educación científica y artística y la educación ambiental. En cuanto a la salud, considera que no alcanza con dictar algunas horas de clase sobre salud, sino que la acción del centro educativo se encare desde la salud, que eduque desde la prevención y en mejorar la calidad de vida.

Otro aspecto que considera esencial, es la compatibilidad entre educación y trabajo. En ese sentido, la educación debe proporcionar herramientas para el trabajo y destrezas para desenvolverse en varias tareas.

Para Simon, el mayor desafío es aumentar exponencialmente la cantidad de ciudadanos que accedan a la educación, pero sin perder en calidad. Al respecto, propone que la evaluación interna, sea complementada con una evaluación independiente. De esta forma, además de dar garantías, es una manera de rendir cuentas a la sociedad de cómo se emplean los recursos que de ella provienen.

La Ministra de Educación, define la coordinación de la educación en tres círculos crecientes. En primer lugar, un sistema coordinado en su interior. La idea es que se pueda cambiar de rama y que se reconozcan los conocimientos adquiridos. En segundo lugar, la coordinación con la cultura, la ciencia, la tecnología y la innovación. Se busca formar personas cultas capaces de crear y de apreciar la cultura en todas sus expresiones. Finalmente, una educación coordinada con el proyecto de país, apuntar a formar personas adecuadas para ello, pero también capaces de transformarlo.

Se propone además, aumentar el número de horas y la cantidad de años de educación garantizada hasta la enseñanza media completa. También, se le asigna especial importancia al centro educativo, concebido como un núcleo social y cívico que profundice los lazos entre la educación y la sociedad. En este sentido, se profundiza la asignación de recursos para los centros educativos y se crean consejos de participación con representación de docentes, estudiantes, padres y ciudadanos en general.

Este proyecto, dijo, garantiza la tradición de autonomía de la enseñanza uruguaya, entendida como independencia de la política partidaria. Para la Ministra, autonomía no es falta de coordinación, sino una autonomía responsable y atenta a la sociedad. La Reforma estimula la participación y el co-gobierno a diferentes niveles, empezando por el centro educativo y llegando a los órganos centrales, con miembros electos por los docentes. Se incluye también, la presencia de personas competentes propuestas por el gobierno, que representen al conjunto de los ciudadanos y que garanticen el proyecto educativo. Se proponen también consejos asesores de los órganos centrales en que participan estudiantes, funcionarios no docentes, padres y en el caso de UTU, trabajadores y empresarios.

Se plantea además, crear institutos terciarios para la formación de especialidades tecnológicas o también en gestión, salud, turismo, lechería, forestación, maquinaria o idiomas.

En resumen, la aprobación de una Ley General de Educación, es realmente necesaria para ordenar un sistema educativo que tiene excelentes elementos pero esta disperso, subrayó Simon. Considera que todos estamos convencidos de que una reforma es ineludible para acompañar las transformaciones del mundo e impulsar los cambios que queremos para nuestro país. Una ley es imperiosa pero no suficiente, sólo con la participación de todos, los cambios echarán raíces, concluyó.

Palabras de la Ministra María Simon

Buenas noches uruguayas y uruguayos de todas las edades. Me dirijo a ustedes para dar una explicación que creemos necesaria sobre la evolución de la educación en general y sobre el Proyecto de Ley de Educación que el Poder Ejecutivo remitió a consideración del Parlamento.

Entendemos que esta comunicación es nuestro deber, porque la educación interesa a todos los ciudadanos y es un tema muy discutido: para discutir y analizar hay que estar informado. Intentaremos referirnos a los aspectos medulares de la educación en general y de la propuesta.

La educación es nuestra apuesta al futuro, es un valor central de identidad nacional y un factor esencial de cultura, progreso y justicia social. La educación es un derecho humano y un bien público -es decir, no un objeto comerciable-

En estos tres años el Gobierno desarrolló políticas a favor de la equidad, la justicia social y el mejoramiento de la vida de toda la ciudadanía, especialmente de los más pobres. El Plan de Atención a la Emergencia Social, el Plan de Equidad, la Reforma de la Salud y la Reforma Tributaria, son las más importantes. Debe destacarse el Plan Ceibal, experiencia única en el mundo de llegar con una computadora por niño, que tanto se relaciona con la educación y con la cohesión social. Justamente mañana el señor Presidente entregará la computadora número 100.000.

Nuestra educación actual tiene mucho de bueno y muy bueno, pero también mucho a mejorar, a adaptarse a los grandes cambios que han ocurrido en el mundo especialmente en lo que hace a los conocimientos.

La Reforma Educativa requerirá de la participación de todos.

¿A quiénes me refiero cuando digo todos? Me dirijo a los docentes, los alumnos, estudiantes o participantes, según su edad, a las madres y padres, pero también absolutamente a todos los ciudadanos, que se interesan en la educación y saben que de ella depende grandemente el futuro del país.

¿Qué propone esta Reforma?

Propone un sistema integrado para todos, desde el nacimiento y para toda la vida, brindando educación entendida como un derecho humano y tendiendo a una sociedad que sea toda ella una sociedad de aprendizaje permanente.

¿Para qué educamos? ¿Para qué futuro educamos? ¿Qué esperamos de la educación? Básicamente, lo que esperamos para nuestros hijos o en general para los jóvenes: que sean buenas personas - solidarios, respetuosos de los demás -, que lleguen a ser independientes - económicamente y de criterio, es decir que se defiendan solos - y, en todo lo posible, que sean felices.

¿Y qué quieren los jóvenes? Básicamente que la educación les sirva, que los prepare para el futuro, que sientan que tiene que ver con la realidad de todos los días, que los motive y estimule, que el Centro Educativo sea un lugar de convivencia y de comunicación. Quieren que sus opiniones sean escuchadas.

Y todos queremos que la educación les genere esperanza y capacidad para desarrollar su futuro en el país.

Otra aspiración que consideramos muy justa de los jóvenes y de los no tan jóvenes es que se reconozcan los conocimientos, es decir que si cambian de orientación no tengan que empezar desde cero o casi cero. Que se los tenga en cuenta en su individualidad, en el respeto a sus pretensiones personales, es decir que la educación se adapte al que aprende.

Se toma como central la educación en valores, que debe impregnar todo el proceso educativo. Por ejemplo la educación para la salud, incluyendo la prevención del consumo de drogas, la educación sexual, la educación física y la recreación, los derechos humanos, la educación desde la práctica - que dará entonces elementos para el trabajo -, la educación científica, artística, la comunicación oral y escrita en la propia lengua o en otras, la educación ambiental.

No se trata por ejemplo de dictar algunas horas sobre salud, sino de que toda la acción y el trato en el Centro Educativo se encare desde la salud; que se eduque desde la perspectiva de prevenir, de ganar en salud y de mejorar la calidad de vida.

Entendemos esencial la compatibilidad entre educación y trabajo. Si esto no es así, aunque la educación sea gratuita sólo pueden acceder a los máximos niveles aquellos que no necesitan trabajar tempranamente.

Por eso mismo la educación debe proporcionar elementos para el trabajo. No se trata de formar oficios en forma prematura pero sí proporcionar elementos para desenvolverse en varias tareas.

El desafío más grande que tenemos por delante es aumentar drásticamente la cantidad de ciudadanos a los que llegamos sin perder calidad, aumentándola. Por eso debemos velar por la calidad de la educación. Proponemos que la evaluación interna sea complementada con una evaluación independiente. Además de dar garantías es una forma de rendir cuentas a la sociedad de cómo se emplean los recursos que de ella provienen.

Nos importa mucho la coordinación de la educación. Yo definiría la coordinación en 3 círculos crecientes:

Primero. Un sistema coordinado a su interior. Nuestro sistema actual tiene distintas ramas y cada una es como un corredor con sólo una salida al final. La idea es que se pueda cambiar de rama salir y volver a entrar y que se reconozcan los conocimientos adquiridos.

Segundo. La coordinación con la cultura, la ciencia, la tecnología y la innovación. Queremos formar personas cultas, capaces de crear y de apreciar y disfrutar la cultura, en todas sus expresiones, durante toda la vida y también personas innovadoras, con espíritu emprendedor, con capacidad de asumir riesgos y tal vez con menos miedo a equivocarse.

Tercero. Una educación coordinada con el proyecto de país. Tenemos que crear las formaciones que el país va a necesitar. Hay que apuntar no sólo a desarrollar personas adecuadas a un programa de país sino capaces de transformarlo.

Para desenvolvernos en un mundo cada vez más complejo proponemos aumentar la cantidad de horas de educación y la cantidad de años de educación garantizada hasta la enseñanza media completa.

Asignamos una gran importancia al Centro Educativo, concebido no sólo como un lugar donde se reciben clases sino como un centro social y cívico que profundice y haga muy sólidos los lazos entre educación y sociedad. Esa es una de las garantías, junto con la educación en derechos humanos, para que esos centros sean lugares de convivencia no sólo pacífica sino agradable, constructiva, divertida, convocante. En ese sentido se profundiza la asignación de recursos a los centros educativos y se crean consejos de participación con representación de docentes, alumnos o estudiantes, madres y padres y ciudadanos en general.

Hemos recibido planteos en el sentido de garantizar la periodicidad de estas reuniones y sobre la participación de los distintos componentes, en especial los estudiantes, con quienes recordaremos a los mártires estudiantiles el próximo 14 de agosto. También hemos recibido planteos sobre ampliar los cometidos de estos consejos. Todos estos planteos aportan constructivamente, pues justamente la idea es tener una participación lo más amplia posible.

Este proyecto garantiza la tradición de autonomía de la enseñanza uruguaya, entendida como independencia de la política partidaria.

Autonomía no significa falta de coordinación, como lo han resaltado ANEP y la Universidad; hablamos todos de una autonomía responsable y atenta a la sociedad.

Estimulamos la participación y el co gobierno a diferentes niveles, empezando por el Centro Educativo del que hablé y llegando a los órganos centrales, con miembros electos por los docentes. Se incluye, también la presencia de personas competentes propuestas por el gobierno que representan al conjunto de los ciudadanos y garantizan la coordinación del proyecto educativo y del proyecto de país.

Se proponen también consejos asesores de los órganos centrales en que participan estudiantes, funcionarios no docentes, padres, madres o representantes y, en el caso de UTU, trabajadores y empresarios.

También en este caso hemos recibido también planteos de participación con voz y sin voto de estudiantes del ciclo medio segundo, de los mayores, es una forma de aprender a co gobernar.

Se propone también crear Institutos Terciarios, para la formación de especialidades tecnológicas o también en gestión, salud, turismo, lechería, forestación, maquinaria o idiomas.

En efecto el país productivo necesita muchísimo de estas formaciones que contribuirán a combatir el desempleo de los jóvenes que es una de nuestras principales preocupaciones.

En resumen la aprobación de una Ley General de Educación es realmente necesaria para ordenar un sistema educativo que tiene excelentes elementos pero está disperso. Establecerá la organización del Sistema, establecerá principios fundamentales como la importancia del Centro Educativo como centro cívico, la vinculación de educación con trabajo, terminar con la división entre quienes se preparan para tareas intelectuales y quienes se preparan para tareas manuales y la preocupación por la calidad.

Creo que todos estamos convencidos de que una reforma en la educación es necesaria para acompañar las transformaciones que se están produciendo en el mundo y adelantarse e impulsar las transformaciones que queremos en nuestro país. Una ley es necesaria pero no es suficiente. Solo con la participación de todos los cambios echarán raíces y crecerán.

Su finalidad es ayudar al desarrollo de ciudadanos plenos que sean ellos mismos la garantía del futuro de esta patria.

Muchas gracias por su tiempo y buenas noches.

   
 
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