Determinantes sociales
Impactar en la salud a través de políticas públicas
intersectoriales
En el marco del Curso de Promoción
de la Salud Cardiovascular que impulsa la Comisión
Honoraria de Salud Cardiovascular, el Consultor
Regional de Salud y Desarrollo local de la OPS-OMS,
Marco Akerman, disertó sobre la relación entre los
problemas de salud y las desigualdades sociales. Al
mismo tiempo, señaló que las enfermedades
cardiovasculares surgen a causa de la distribución
desigual del poder.
Marco Akerman considera que no es
suficiente tratar los cambios en los estilos de vida de
las personas para mejorar la salud, es necesario actuar
sobre los factores más profundos de la causalidad de
las enfermedades. En tal sentido, se cree que muchos de
los problemas de salud están relacionados con las
desigualdades e inequidades sociales. Por tal motivo,
el desafío es trabajar en la promoción de la salud de
forma integral, a través de los cambios en los estilos
de vida y actuando sobre las determinantes sociales de
la salud.
Akerman basó su intervención con
ejemplos de las desigualdades sociales en países de
Latinoamérica y las políticas públicas implementadas en
algunos de esos lugares.
El especialista explicó que en la
región se repite el mismo parámetro que en Uruguay, al
contar con un alto número de muertes a causa de
enfermedades cardiovasculares. Un estudio realizado en
Inglaterra a 10.000 funcionarios del gobierno a lo
largo de 20 años, determinó que las enfermedades
cardiovasculares están relacionadas con la posición
donde se sitúa el trabajador. Aquellos que ocupan
cargos de jerarquía tienen menos posibilidades de
padecer o morir de enfermedades cardiovasculares que
quienes poseen cargos de menor responsabilidad. Esto
demuestra que cuando las personas tienen la posibilidad
de tomar decisiones en su trabajo también tienen la
oportunidad de tomar decisiones en su vida, por lo que
las enfermedades cardiovasculares se dan a causa de la
distribución desigual del poder antes que del
sedentarismo o los hábitos alimenticios.
El estudio concluyó que los
problemas cardíacos se relacionan con la autonomía de
los sujetos y el poder que poseen. De esta manera, se
pone en duda la creencia que las personas con altos
cargos sufren mayor estrés que un funcionario medio;
por el contrario, Akerman considera que los grados
inferiores de los funcionarios públicos padecen más
estrés que los jerarcas, ya que el estrés se origina
por la incapacidad de tomar decisiones.
En nuestra región, aún persisten
políticas públicas de salud basadas en los cambios de
estilo de vida de la población y no en la idea de la
autonomía del poder y las inequidades sociales. De
igual forma comienza a vislumbrarse cambios en esta
concepción y se considera que actuar sobre los
determinantes puede ser más eficaz, dijo Akerman.
A modo de ejemplo, existen políticas
tendientes a fortalecer la participación social,
promover condiciones de trabajo saludables e
incrementar la estabilidad económica, las cuales tienen
mucho más impacto que las políticas sobre salud.
Akerman agregó que en Brasil,
mediante una política que desestimula el consumo de
alcohol, se logró reducir un 15% el gasto en
hospitales. Asimismo, mediante una Ley sancionada en
2008 que extiende la licencia maternal a seis meses, se
pretende bajar los gastos en salud para niños recién
nacidos. Por lo tanto, políticas públicas que no
aparentan estar vinculadas directamente a la salud,
tienen más impacto y resultados sobre la salud de la
población y los gastos del Estado en ella.
Finalmente, Akerman dijo que todos
los indicadores para aplicar políticas de salud deben
ser pensados según el estrato social y la situación
territorial, ya que el lugar y las condiciones de vida
de la población influyen en la salud. |