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27 de agosto, 2008
El Subsecretario de Trabajo y Seguridad Social, Jorge Bruni, expresó una serie de consideraciones ante el paro del PIT-CNT

Muchos años estuve vinculado al PIT- CNT. Tanto, que algún despistado dirigente empresarial ha expresado que la central de trabajadores tiene en mí, a su abogado en el Ministerio de Trabajo. Allá él con sus dichos. Hoy, siendo Subsecretario de Trabajo y Seguridad Social, la Central de Trabajadores ha concretado un paro general contra el gobierno. Igualmente inoportuna fue también la expresión de otro dirigente empresarial, calificando al gobierno de cívico sindical. Los porfiados hechos lo han desmentido. Es que la vida siempre tiene revancha.

Se  me ha preguntado que opino del paro, ¿fue bueno, malo? ¿Cómo evalúa las reivindicaciones del PIT-CNT? Interrogantes que siendo muy importantes, nos son a las que quiero referirme. 

 La calidad de un sistema de Relaciones Laborales hace a la calidad de la sociedad. Si se sustenta en el diálogo social favorece su solidez y la democracia. Para lo cual es sustancial la existencia de organizaciones sindicales y empresariales organizadas, representativas. Condiciones relevantes además, si de lo que se trata es de proyectar el futuro del país, no soslayando el  presente, sino desarrollando y profundizando su actual estabilidad y persistente crecimiento, tratando de que se llegue a una sociedad más justa.                                                                                                                    

A juzgar por la prensa, el paro del 20 de agosto ha originado diferencias coyunturales, cuando no sustanciales en algunos casos, tanto a la interna del movimiento sindical como desde el propio sistema político. Personalmente puedo estar de acuerdo o no con el paro, ¿a quién le importa en definitiva? Pero otra cosa es congratularme de que se debilite la Central de Trabajadores, como consecuencia de incipientes factores de contradicciones de tendencia. Que no se si es así, además. Obviamente, no me corresponde inmiscuirme en la interna de los trabajadores.

Empero, no tengo dudas de que lo que es malo para el PIT-CNT  lo es para el país. Uruguay necesita actores sindicales y empresarios centralizados que nos permitan encarar los desafíos del porvenir, que son muchos. Independientemente del color del gobierno que esté al frente del país, si es que piensa en el bien común, necesita afrontarlos centralizadamente. Lo contrario significa dispersión, imposibilidad de llevar adelante proyectos nacionales, para lo que, según dijo el Presidente, se necesita de la colaboración de todos. ¿Acaso no fue bueno que la CNT a mediados de los 60 o el PIT-CNT, unieran a trabajadores públicos y privados en una sola central? ¿Cómo podría comprenderse si no el Acuerdo Marco sobre Negociación Colectiva en el sector Público de Julio de 2005, o el éxito de los Consejos de Salarios, a pesar de los agoreros interesados?

Está fuera de discusión la legitimidad del paro. No es ese el tema. Nunca faltarán los desconfiados, a los que comprendo, que me pregunten: ¿pensaría igual si se tratara de los empresarios? Contesto, como hombre de gobierno, ¿no es que estamos en democracia? El propio Juan Castillo, según la prensa,  decía horas atrás que era positivo la formación de una tendencia sindical diferente. Agrego yo; siempre que eso no signifique debilitamiento de la Central, y se encause como corresponde a una democracia, en la que el conflicto forma parte de su esencia como el antagonismo capital - trabajo es connatural al capitalismo.

Y no es el objetivo de esta nota expresar cual es mi visión sobre este último. Sí lo es, decir que no sería bueno que en nuestro país pudieran existir, como en otros, multiplicidad de actores sindicales y empresariales, cada uno defendiendo sus intereses, a lo que tienen todo el derecho, en una multiplicidad de ámbitos dispersos. Gran parte de la historia de Uruguay demuestra lo contrario. 

Dr. Jorge Bruni

Subsecretario de Trabajo y Seguridad Social.