El Subsecretario de Trabajo y Seguridad Social,
Jorge Bruni, expresó una serie de consideraciones ante
el paro del PIT-CNT
Muchos años estuve vinculado al PIT-
CNT. Tanto, que algún despistado dirigente empresarial
ha expresado que la central de trabajadores tiene en
mí, a su abogado en el Ministerio de Trabajo. Allá él
con sus dichos. Hoy, siendo Subsecretario de Trabajo y
Seguridad Social, la Central de Trabajadores ha
concretado un paro general contra el gobierno.
Igualmente inoportuna fue también la expresión de otro
dirigente empresarial, calificando al gobierno de
cívico sindical. Los porfiados hechos lo han
desmentido. Es que la vida siempre tiene revancha.
Se me ha preguntado que opino del
paro, ¿fue bueno, malo? ¿Cómo evalúa las
reivindicaciones del PIT-CNT? Interrogantes que siendo
muy importantes, nos son a las que quiero referirme.
La calidad de un sistema de
Relaciones Laborales hace a la calidad de la sociedad.
Si se sustenta en el diálogo social favorece su solidez
y la democracia. Para lo cual es sustancial la
existencia de organizaciones sindicales y empresariales
organizadas, representativas. Condiciones relevantes
además, si de lo que se trata es de proyectar el futuro
del país, no soslayando el presente, sino
desarrollando y profundizando su actual estabilidad y
persistente crecimiento, tratando de que se llegue a
una sociedad más
justa.
A juzgar por la prensa, el paro del
20 de agosto ha originado diferencias coyunturales,
cuando no sustanciales en algunos casos, tanto a la
interna del movimiento sindical como desde el propio
sistema político. Personalmente puedo estar de acuerdo
o no con el paro, ¿a quién le importa en definitiva?
Pero otra cosa es congratularme de que se debilite la
Central de Trabajadores, como consecuencia de
incipientes factores de contradicciones de tendencia.
Que no se si es así, además. Obviamente, no me
corresponde inmiscuirme en la interna de los
trabajadores.
Empero, no tengo dudas de que lo que
es malo para el PIT-CNT lo es para el país. Uruguay
necesita actores sindicales y empresarios centralizados
que nos permitan encarar los desafíos del porvenir, que
son muchos. Independientemente del color del gobierno
que esté al frente del país, si es que piensa en el
bien común, necesita afrontarlos centralizadamente. Lo
contrario significa dispersión, imposibilidad de llevar
adelante proyectos nacionales, para lo que, según dijo
el Presidente, se necesita de la colaboración de todos.
¿Acaso no fue bueno que la CNT a mediados de los 60 o
el PIT-CNT, unieran a trabajadores públicos y privados
en una sola central? ¿Cómo podría comprenderse si no el
Acuerdo Marco sobre Negociación Colectiva en el sector
Público de Julio de 2005, o el éxito de los Consejos de
Salarios, a pesar de los agoreros interesados?
Está fuera de discusión la
legitimidad del paro. No es ese el tema. Nunca faltarán
los desconfiados, a los que comprendo, que me
pregunten: ¿pensaría igual si se tratara de los
empresarios? Contesto, como hombre de gobierno, ¿no es
que estamos en democracia? El propio Juan Castillo,
según la prensa, decía horas atrás que era positivo la
formación de una tendencia sindical diferente. Agrego
yo; siempre que eso no signifique debilitamiento de la
Central, y se encause como corresponde a una
democracia, en la que el conflicto forma parte de su
esencia como el antagonismo capital - trabajo es
connatural al capitalismo.
Y no es el objetivo de esta nota
expresar cual es mi visión sobre este último. Sí lo es,
decir que no sería bueno que en nuestro país pudieran
existir, como en otros, multiplicidad de actores
sindicales y empresariales, cada uno defendiendo sus
intereses, a lo que tienen todo el derecho, en una
multiplicidad de ámbitos dispersos. Gran parte de la
historia de Uruguay demuestra lo contrario.
Dr. Jorge Bruni
Subsecretario de Trabajo y Seguridad
Social. |