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28 de agosto, 2008
CEPAL presentó informe de Estudio económico de América Latina y el Caribe, 2007-2008
Según un informe de la CEPAL, a pesar del empeoramiento del escenario externo, América Latina y el Caribe completará en 2008 seis años consecutivos de crecimiento, con un alza estimada en su Producto Interno Bruto (PIB) de 4,7%.

Así lo señaló Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) al dar a conocer el informe Estudio económico de América Latina y el Caribe, 2007-2008.

Política macroeconómica y volatilidad.

Si bien en 2008 el crecimiento disminuirá con respecto al 5,7% obtenido en 2007, la región completará cinco años de aumento sostenido del PIB por habitante a una tasa superior al 3%. Para encontrar un período similar en la historia económica de América Latina y el Caribe habría que remontarse 40 años atrás.

Hasta el 2007 la región creció apoyada en una coyuntura externa favorable que se tradujo en una mayor demanda de los productos de exportación, especialmente de países como China e India. Los términos de intercambio se incrementaron en cerca de 33% el año pasado, en relación con el promedio de la década de los noventa, aunque con diferencias entre las distintas subregiones de América Latina y el Caribe. La subregión más favorecida por este incremento fue América del Sur, mientras que la que menos se benefició fue América Central, cuyos países son importadores netos de petróleo.

Consistentemente con los resultados mostrados por la actividad económica, el informe de la CEPAL destaca una significativa mejora de los indicadores del mercado de trabajo. La tasa de desocupación se ha reducido paulatinamente desde 2003, llegó en 2007 a un 8%, y se estima que en 2008 alcance un 7,5%.

Igualmente, la pobreza en la región  continuó reduciéndose y acumula desde 2002 una caída mayor a nueve puntos porcentuales, según el Estudio económico 2007-2008. Esto se debe al crecimiento de la economía, la disminución del desempleo y la mejor calidad del trabajo creado, así como al aumento de los ingresos no salariales (remesas y programas de transferencias condicionadas). Sin embargo, la pobreza continúa siendo elevada, alcanza a más del 35% de la población e involucra a 190 millones de personas, cifra mayor a la existente a comienzos de los años ochenta.

La volatilidad que caracteriza a los mercados financieros desde mediados del año pasado y la mayor incertidumbre internacional tendrán impactos negativos en el crecimiento mundial. Las economías de la región no serán la excepción en este sentido, aunque se espera que se vean menos afectadas que en episodios del pasado dada su mayor fortaleza, según la CEPAL.

Esta fortaleza se debe, en primer lugar, a la mayor solvencia fiscal, originada en incrementos en sus ingresos públicos por sobre el ritmo de gastos. En 2007 los gobiernos centrales de los países de la región exhibieron un superávit primario (que incluye el pago de intereses) por 2,3% del PIB (2,1% el año previo) y un superávit  global de 0,3% del PIB (-0,2% el 2006). Ello ha permitido dedicar mayores recursos a la inversión pública y al gasto social. También ha posibilitado la acumulación de recursos y el diseño de instrumentos contracíclicos para hacer frente a un escenario externo menos favorable.

En segundo término, también se debe a la importante disminución de la deuda pública y la mejora de su calidad (mayores plazos y condiciones más ventajosas). La deuda pública de los gobiernos centrales continuó su tendencia descendente, llegando a un 33% del PIB del 2007, frente al 36% del año previo.

En tercer lugar, en este período de crecimiento la cuenta corriente de los países de la región mostró importantes saldos positivos. En 2007, a pesar de la desaceleración, anotó un superávit de 18.500 millones de dólares, equivalentes a un 0,5% del PIB regional. Por último, destacan los niveles de las reservas internacionales, que a mayo de 2008 alcanzaron 13,4% del PIB para los países de América Latina y 17,4% para los países del Caribe.

En cuánto a los riesgos y   perspectivas, el informe dice que de cara al futuro la región enfrenta algunos riesgos. El principal es la aceleración de la inflación, que en 2007 interrumpió la tendencia a la baja que mostraba desde 2002 y se ubicó en 6,5%, frente al 5% anotado en 2006. Esto refleja el alza de los precios de los alimentos y de los combustibles en los mercados internacionales desde la segunda mitad del año pasado. La aceleración inflacionaria ha implicado un aumento en las tasas de interés por parte de los bancos centrales, lo que también tendría un efecto contractivo del PIB regional.

En segundo término, una profundización de la desaceleración de la economía de Estados Unidos tendría mayor impacto en  Centroamérica y México cuyas ventas externas, sobre todo de manufacturas, están concentradas en dicho país como destino. Adicionalmente, esa coyuntura podría tener  repercusiones sobre el mercado de trabajo en los Estados Unidos, determinando una reducción de las remesas enviadas por trabajadores emigrantes hacia esos países.

Por último, la desaceleración de las economías desarrolladas podría provocar una menor demanda de bienes primarios, por lo que no se descarta una reducción en sus precios internacionales, aunque la CEPAL estima probable que se mantengan altos con respecto a los de 2003, fenómeno que afectaría en mayor medida a países de América del Sur.

  A pesar de estos riesgos, la CEPAL destaca la positiva cifra de crecimiento regional que se obtendrá en 2008. Como en los últimos años, América del Sur crecería más que México, Centroamérica y el Caribe. Si bien los riesgos mencionados tendrían un efecto moderado en 2008, es probable que la desaceleración del crecimiento se prolongue por algún tiempo,  con lo que la tasa de crecimiento de América Latina y el Caribe se situaría en 2009 alrededor del 4%.