CEPAL presentó informe de Estudio económico de
América Latina y el Caribe, 2007-2008
Según un informe de la CEPAL, a
pesar del empeoramiento del escenario externo, América
Latina y el Caribe completará en 2008 seis años
consecutivos de crecimiento, con un alza estimada en su
Producto Interno Bruto (PIB) de 4,7%.
Así lo señaló Alicia Bárcena,
Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para
América Latina y el Caribe (CEPAL) al dar a conocer el
informe Estudio económico de América Latina y el
Caribe, 2007-2008.
Política macroeconómica y
volatilidad.
Si bien en 2008 el crecimiento
disminuirá con respecto al 5,7% obtenido en 2007, la
región completará cinco años de aumento sostenido del
PIB por habitante a una tasa superior al 3%. Para
encontrar un período similar en la historia económica
de América Latina y el Caribe habría que remontarse 40
años atrás.
Hasta el 2007 la región creció
apoyada en una coyuntura externa favorable que se
tradujo en una mayor demanda de los productos de
exportación, especialmente de países como China e
India. Los términos de intercambio se incrementaron en
cerca de 33% el año pasado, en relación con el promedio
de la década de los noventa, aunque con diferencias
entre las distintas subregiones de América Latina y el
Caribe. La subregión más favorecida por este incremento
fue América del Sur, mientras que la que menos se
benefició fue América Central, cuyos países son
importadores netos de petróleo.
Consistentemente con los resultados
mostrados por la actividad económica, el informe de la
CEPAL destaca una significativa mejora de los
indicadores del mercado de trabajo. La tasa de
desocupación se ha reducido paulatinamente desde 2003,
llegó en 2007 a un 8%, y se estima que en 2008 alcance
un 7,5%.
Igualmente, la pobreza en la región
continuó reduciéndose y acumula desde 2002 una caída
mayor a nueve puntos porcentuales, según el Estudio
económico 2007-2008. Esto se debe al crecimiento de la
economía, la disminución del desempleo y la mejor
calidad del trabajo creado, así como al aumento de los
ingresos no salariales (remesas y programas de
transferencias condicionadas). Sin embargo, la pobreza
continúa siendo elevada, alcanza a más del 35% de la
población e involucra a 190 millones de personas, cifra
mayor a la existente a comienzos de los años ochenta.
La volatilidad que caracteriza a los
mercados financieros desde mediados del año pasado y la
mayor incertidumbre internacional tendrán impactos
negativos en el crecimiento mundial. Las economías de
la región no serán la excepción en este sentido, aunque
se espera que se vean menos afectadas que en episodios
del pasado dada su mayor fortaleza, según la CEPAL.
Esta fortaleza se debe, en primer
lugar, a la mayor solvencia fiscal, originada en
incrementos en sus ingresos públicos por sobre el ritmo
de gastos. En 2007 los gobiernos centrales de los
países de la región exhibieron un superávit primario
(que incluye el pago de intereses) por 2,3% del PIB
(2,1% el año previo) y un superávit global de 0,3% del
PIB (-0,2% el 2006). Ello ha permitido dedicar mayores
recursos a la inversión pública y al gasto social.
También ha posibilitado la acumulación de recursos y el
diseño de instrumentos contracíclicos para hacer frente
a un escenario externo menos favorable.
En segundo término, también se debe
a la importante disminución de la deuda pública y la
mejora de su calidad (mayores plazos y condiciones más
ventajosas). La deuda pública de los gobiernos
centrales continuó su tendencia descendente, llegando a
un 33% del PIB del 2007, frente al 36% del año previo.
En tercer lugar, en este período de
crecimiento la cuenta corriente de los países de la
región mostró importantes saldos positivos. En 2007, a
pesar de la desaceleración, anotó un superávit de
18.500 millones de dólares, equivalentes a un 0,5% del
PIB regional. Por último, destacan los niveles de las
reservas internacionales, que a mayo de 2008 alcanzaron
13,4% del PIB para los países de América Latina y 17,4%
para los países del Caribe.
En cuánto a los riesgos y
perspectivas, el informe dice que de cara al futuro la
región enfrenta algunos riesgos. El principal es la
aceleración de la inflación, que en 2007 interrumpió la
tendencia a la baja que mostraba desde 2002 y se ubicó
en 6,5%, frente al 5% anotado en 2006. Esto refleja el
alza de los precios de los alimentos y de los
combustibles en los mercados internacionales desde la
segunda mitad del año pasado. La aceleración
inflacionaria ha implicado un aumento en las tasas de
interés por parte de los bancos centrales, lo que
también tendría un efecto contractivo del PIB regional.
En segundo término, una
profundización de la desaceleración de la economía de
Estados Unidos tendría mayor impacto en Centroamérica
y México cuyas ventas externas, sobre todo de
manufacturas, están concentradas en dicho país como
destino. Adicionalmente, esa coyuntura podría tener
repercusiones sobre el mercado de trabajo en los
Estados Unidos, determinando una reducción de las
remesas enviadas por trabajadores emigrantes hacia esos
países.
Por último, la desaceleración de las
economías desarrolladas podría provocar una menor
demanda de bienes primarios, por lo que no se descarta
una reducción en sus precios internacionales, aunque la
CEPAL estima probable que se mantengan altos con
respecto a los de 2003, fenómeno que afectaría en mayor
medida a países de América del Sur.
A pesar de estos riesgos, la CEPAL
destaca la positiva cifra de crecimiento regional que
se obtendrá en 2008. Como en los últimos años, América
del Sur crecería más que México, Centroamérica y el
Caribe. Si bien los riesgos mencionados tendrían un
efecto moderado en 2008, es probable que la
desaceleración del crecimiento se prolongue por algún
tiempo, con lo que la tasa de crecimiento de América
Latina y el Caribe se situaría en 2009 alrededor del
4%. |