Tecnología para combatir derrames
Científicos uruguayos desarrollan producto para
degradar manchas de petróleo
Con el apoyo del Programa de
Desarrollo de Ciencias Básicas (Pedeciba), la Comisión
Sectorial de Investigaciones (CSIC) de la Universidad
de la República y el Instituto Nacional de
Investigaciones Agropecuarias (INIA), un equipo de
científicos uruguayos, pertenecientes a la Facultad de
Química, desarrollaron un producto que puede degradar
manchas de petróleo, a partir de una bacteria existente
en el suelo de nuestro país.
A nivel mundial, la tecnología que se
aplica para combatir los derrames incluye el uso de
productos similares a éste, que ha sido descubierto por
científicos uruguayos que trabajan en la Universidad de
la República.
La iniciativa, a cuyo frente está la
catedrática de Microbiología de la Facultad de Química,
Matilde Soubes, comenzó con las investigaciones
realizadas en el ámbito de la Cátedra de Microbiología,
contando con la participación de estudiantes, docentes
y becarios. Asimismo, el equipo apoyó su investigación
en los trabajos realizados por la Cátedra de
Farmacognosia de la citada Facultad, a fin de
caracterizar el producto. Soubes destacó también la
importante colaboración de integrantes del Instituto
Nacional de Investigaciones Argropecuarias (INIA), MGAP.
En relación con el proceso que derivó
en el desarrollo del producto, Soubes, explicó que se
trata de una labor de aislamiento de microorganismos
tomados de muestras del suelo. Como consecuencia de los
estudios efectuados, se logró caracterizar un
microorganismo, así como el emulsificante que produce.
Por emulsificante se entiende un producto que facilita
la mezcla de dos sustancias que normalmente no lo
harían, como agua en aceite, o querosene y agua.
Con el apoyo de otros grupos
científicos de Facultad de Química, se logró determinar
la estructura del compuesto. Desde un punto de vista
químico, se trata de un polisacárido novedoso, explicó
Soubes. Es decir, que es un hidrato de carbono formado
por una larga cadena de monosacáridos, tal como el
almidón, la celulosa y el glucógeno, cuya composición
química es diferente a la de los polisacáridos
conocidos.
El compuesto es un microorganismo que
no fue modificado genéticamente, capaz de degradar
compuestos de baja solubilidad en agua, como
naftaleno, y fenantreno, y contiene un emulsificante
que el mismo microorganismo produce y libera al medio.
Además, el producto sobre el cual
trabaja la Cátedra de Microbiología tiene diversos
usos. En ese sentido, es posible utilizar la mezcla
del microorganismo con el emulsificante, como el
emulsificante sin microorganismos; por ejemplo, para
favorecer la dispersión y degradación de petróleo que
se derrame en agua, o en el suelo.
A nivel mundial, la tecnología que se
aplica para combatir los derrames incluye el uso de
productos similares a éste, además de otras
estrategias, que incluyen la remoción física.
El producto sin purificar se puede
emplear, por ejemplo, en formulaciones para combatir
plagas agrícolas. Una vez purificado el compuesto que
produce este microorganismo, puede ser empleado como
emulsificante en formulaciones de cosméticos o
alimentos.
Según dijo Soubes, al día de hoy, se
podría fabricar el producto crudo, con o sin
microorganismos, usando materias primas convencionales,
y se están realizando investigaciones para producirlo a
partir de desechos de nuestra agroindustria, ya que
ello permitiría abaratar su costo.
También, es necesario realizar su
purificación de la manera más económica posible, con el
objetivo de incluir su uso en productos de cosmética y
alimentos. En ese sentido, se efectúan contactos con
una empresa nacional, a fin de avanzar más rápidamente.
Soubes hizo referencia también, a la
labor que lleva adelante la Cátedra de Microbiología en
vinculación con el medioambiente.
En esa área, se trabaja sobre una gama
de aspectos que comprenden el estudio del potencial de
la autodepuración de contaminantes del acuífero
Guaraní, el impacto de la siembra de arroz sobre las
bacterias presentes en el suelo, y la posibilidad de
atenuar el efecto invernadero.
También, se ha logrado aislar
levaduras que pueden utilizarse para sustituir en parte
algunos plaguicidas, como forma de prevención de
enfermedades en el campo agrícola. Asimismo, para
prevenir enfermedades de la papa, se hace el
diagnóstico por técnicas de biología molecular (de su
presencia en la tierra) y en el tubérculo semilla, de
algunos genes de bacterias patógenas.
Además, se realizan también estudios de
biodegradación de compuestos de alta toxicidad, así
como de reciclaje de desechos de pilas.
En cuanto al producto, debido a que es
un emulsificante, es posible su uso en diversos
alimentos y cosméticos, como por ejemplo, cremas. Para
combatir plagas, se podría utilizar para mezclar el
componente activo con agua en lugar de usar solventes.
Actualmente, dado el grado de avance
logrado, los científicos hicieron contacto con algunas
empresas químicas, que no son del área alimentaria ni
cosmética, porque para poder utilizarlo en esas áreas,
hay que realizar más trabajos por ejemplo de toxicidad,
aun cuando se sabe que los polisacáridos de este tipo
son muy poco o nada agresivos.
Los logros obtenidos por el equipo de
investigadores uruguayos ha trascendido fronteras,
quizás antes de haberse difundido a nivel de nuestro
país, y motivó una nota señalada en la BBC de
Londres.
La existencia en nuestro país de
investigadores de primer nivel en el campo de la
microbiología, conjugada con la generación de
conocimiento, permite dar solución a diferentes
problemas. Se trabaja en el campo de la salud, el
medioambiente, los alimentos, el diagnóstico y control
de enfermedades de plantas, la fijación de nitrógeno,
en problemas de biocorrosión, de tratamiento de aguas
residuales, de resistencia a antibióticos, entre otros.
La microbiología ha tenido un
importante crecimiento tanto en nuestro país como en el
mundo, ya que se detectan nuevos microorganismos que
forman parte de la biosfera, que poseen capacidades
novedosas, que el ser humano analiza y luego utiliza,
emula o mejora, como por ejemplo, las enzimas para
lavar en frío.
Asimismo, la búsqueda de nuevas fuentes
de energía, la disminución del efecto invernadero, y
la conservación de los alimentos, por nombrar algunos
temas, también está vinculada a la microbiología.
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