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5 de setiembre, 2008

Tecnología para combatir derrames

Científicos uruguayos desarrollan producto para degradar manchas de petróleo
Con el apoyo del Programa de Desarrollo de Ciencias Básicas (Pedeciba), la Comisión Sectorial de Investigaciones (CSIC) de la Universidad de la República y el Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (INIA), un equipo de científicos uruguayos, pertenecientes a la Facultad de Química, desarrollaron un producto que puede degradar manchas de petróleo, a partir de una bacteria existente en el suelo de nuestro país.

A nivel mundial, la tecnología que se aplica para combatir los derrames incluye el uso de productos similares a éste, que ha sido descubierto por científicos uruguayos que trabajan en la Universidad de la República. 

La iniciativa, a cuyo frente está la catedrática de Microbiología de la Facultad de Química, Matilde Soubes, comenzó con las investigaciones realizadas en el ámbito de la Cátedra de Microbiología, contando con la participación de estudiantes, docentes y becarios. Asimismo, el equipo apoyó su investigación en los trabajos realizados por  la Cátedra de Farmacognosia de la citada  Facultad, a fin de caracterizar el producto.  Soubes destacó también la importante colaboración de integrantes del Instituto Nacional de Investigaciones Argropecuarias (INIA), MGAP.

En relación con el proceso que derivó en el desarrollo del producto, Soubes, explicó que se trata de una labor de aislamiento de microorganismos tomados de muestras del suelo. Como consecuencia de los estudios efectuados, se logró caracterizar un microorganismo, así como el emulsificante que  produce. Por emulsificante se entiende un producto que facilita la mezcla de dos sustancias que normalmente no lo harían, como agua en aceite, o querosene y agua.

Con el apoyo de otros grupos científicos de Facultad de Química, se logró determinar la estructura del compuesto. Desde un punto de vista químico, se trata de un polisacárido novedoso, explicó Soubes. Es decir, que es un hidrato de carbono formado por una larga cadena de monosacáridos, tal como el almidón, la celulosa y el glucógeno, cuya composición química es diferente a la de los polisacáridos conocidos.

El compuesto es un microorganismo que no fue modificado genéticamente, capaz de degradar  compuestos de baja solubilidad en agua,  como naftaleno, y fenantreno, y contiene un emulsificante que el mismo microorganismo produce y libera al medio.

Además, el producto sobre el cual trabaja la Cátedra de Microbiología tiene diversos usos. En ese sentido, es posible utilizar la mezcla del  microorganismo con el emulsificante, como el emulsificante sin microorganismos; por ejemplo,  para favorecer la dispersión y degradación de petróleo que se derrame en agua, o en el suelo.

A nivel mundial, la tecnología que se aplica para combatir los derrames incluye el uso de productos similares a éste, además de otras estrategias, que incluyen la remoción física.

El producto sin purificar se puede emplear, por ejemplo, en formulaciones para combatir plagas agrícolas. Una vez purificado el compuesto que produce este microorganismo, puede ser empleado como emulsificante en formulaciones de cosméticos o alimentos.

Según dijo Soubes, al día de hoy, se podría fabricar el producto crudo, con o sin microorganismos, usando materias primas convencionales, y se están realizando investigaciones para producirlo a partir de desechos de nuestra agroindustria, ya que ello permitiría abaratar su costo.

También, es necesario realizar su purificación de la manera más económica posible, con el objetivo de incluir su uso en productos de cosmética y alimentos. En ese sentido, se efectúan contactos con una empresa nacional, a fin de avanzar más rápidamente.

 Soubes hizo referencia también, a la labor que lleva adelante la Cátedra de Microbiología en vinculación con el medioambiente.

En esa área, se trabaja sobre una gama de aspectos que comprenden el estudio del potencial de la autodepuración de contaminantes del acuífero Guaraní, el impacto de la siembra de arroz sobre las bacterias presentes en el suelo, y la posibilidad de atenuar el efecto invernadero.

También,  se ha logrado aislar levaduras que pueden utilizarse para sustituir en parte algunos plaguicidas, como forma de prevención de enfermedades en el campo agrícola. Asimismo, para prevenir enfermedades de la papa, se hace el diagnóstico por técnicas de biología molecular (de su presencia en la tierra) y en el tubérculo semilla, de algunos genes de bacterias patógenas.

Además, se realizan también estudios de biodegradación de compuestos de alta toxicidad, así como de reciclaje de desechos de pilas.

En cuanto al producto, debido a que es un emulsificante, es posible su uso en diversos alimentos y cosméticos, como por ejemplo, cremas. Para combatir plagas, se podría utilizar para mezclar el componente activo con agua en lugar de usar solventes.

Actualmente, dado el grado de avance logrado, los científicos hicieron contacto con algunas empresas químicas, que no son del área alimentaria ni cosmética,  porque para poder utilizarlo en esas áreas, hay que realizar más trabajos por ejemplo de toxicidad, aun cuando se sabe que los polisacáridos de este tipo son muy poco o nada agresivos.

Los logros obtenidos por el equipo de investigadores uruguayos ha trascendido fronteras,  quizás antes de haberse difundido a nivel de nuestro país,  y motivó una nota señalada en la BBC de Londres.   

La existencia en nuestro país de investigadores de primer nivel en el campo de la microbiología, conjugada con la generación de conocimiento, permite dar solución a diferentes problemas. Se trabaja en el campo de la salud, el medioambiente, los alimentos, el diagnóstico y control de enfermedades de plantas, la fijación de nitrógeno, en problemas de biocorrosión, de tratamiento de aguas residuales, de resistencia a antibióticos, entre otros.

La microbiología ha tenido un importante crecimiento tanto en nuestro país como en el mundo, ya que se detectan nuevos microorganismos que forman parte de la biosfera, que poseen capacidades novedosas, que el ser humano analiza y luego utiliza, emula o mejora, como por ejemplo, las enzimas para lavar en frío.

Asimismo, la búsqueda de nuevas fuentes de energía, la disminución del efecto invernadero, y  la conservación de los alimentos, por nombrar algunos temas, también está vinculada a la microbiología.  

   
 
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