Donación de oftalmoscopios
Calidad de vida en prematuros: equipamiento de
avanzada detecta y previene cegueras
La Fundación Álvarez Caldeyro
Barcia donó al MSP, tres oftalmoscopios de última
generación que se utilizarán en el Hospital Pereira
Rossell y los centros regionales de Tacuarembó y Salto,
con el fin de atender a tiempo los casos de retinopatía
de la prematuridad, para evitar cegueras definitivas.
La Ministra Muñoz ratificó la importancia de cuidar la
vida de estos pequeños, que son el futuro de un país
con baja natalidad.
La iniciativa contó con el apoyo
financiero del Lloyd Bank y de Reaching UA Foundation
for Uruguay (Fundación de uruguayos en EE.UU. que
recauda fondos en procura mejorar la calidad de vida de
mujeres y niños necesitados de nuestro país).
Participaron del acto: la Ministra
de Salud Pública, María Julia Muñoz; el director
general del Hospital Pereira Rossell, Fernando Tomasina;
el presidente de la Fundación Álvarez Caldeyro Barcia,
Lorenzo Bonicelli y el coordinador del Proyecto de
Prevención y Tratamiento de la Retinopatía de la
Prematuridad, Walter Meerhoff, además de varias
autoridades del Ministerio, Hospital de Ojos, centros
del interior implicados en esta donación, así como
representantes de empresas e instituciones
colaboradoras, entre otros.
La Ministra María Julia Muñoz,
agradeció a la Fundación por la donación y por el
trabajo honorario de muchas personas que colaboran con
los miembros más necesitados de la sociedad.
"Nuestro país necesita del cuidado
extremo de niñas y niños, porque somos un país con
pocos nacimientos y en cada uno de ellos nos va el
futuro del país como nación. Nada de lo que hagamos por
la salud de nuestras niñas y niños es suficiente",
dijo.
Muñoz instó a continuar
organizándose de la mejor manera para atender a los
bebés desde el nacimiento y en especial a aquellos que
necesitan cuidados especiales.
El equipo de salud colectivamente
responde a esos cuidados, con eficacia, eficiencia,
responsabilidad y reglas claras respecto a cómo se debe
proceder.
La Jerarca anunció que se procura
comenzar un registro de esta patología, ahora que
existe la posibilidad de un buen diagnóstico y
tratamiento, no solamente en la Capital sino también en
el interior del país, porque Uruguay debe apuntar a una
descentralización de estos servicios de calidad.
Walter Meerhoff, por su parte,
destacó la importancia que tiene para los niños
prematuros contar con este equipamiento y poder
expandir la labor de la Fundación al interior del país,
procurando llegar a cada rincón del Uruguay.
Desde hace ocho años, Álvarez
Caldeyro Barcia trabaja en el tema de la retinopatía de
la prematuridad, en su prevención y tratamiento,
teniendo en cuenta que es una de las causas de las
cegueras más graves en la infancia, de carácter
irreversible si no son tratadas a tiempo, porque en
pocos meses el niño puede quedar ciego.
Estos aparatos de última generación
permiten observar el fondo de ojos de los niños, con
las lupas correspondientes y en base a eso tratar las
retinas afectadas con crioterapia o láser.
Meerhoff aclaró que se capacitó
previamente a los profesionales que utilizarán los
equipamientos, tanto en Montevideo como en el interior,
para que ni bien lleguen puedan comenzar a utilizarse.
La retinopatía de la prematuridad
fue uno de los misterios más grandes de la historia de
la medicina y dejó un tendal entre los años 40 y 50, de
más de 10 mil ciegos.
Las mejores Facultades de Medicina
del mundo se vieron abocados a resolver el problema de
por qué los niños prematuros puestos en oxigenoterapia
(incubadoras) quedaban ciegos. Se desconocían los
motivos y si bien se elaboraron diversas teorías,
ninguna fue acertada, hasta que una enfermera en
Australia planteó la posibilidad de que el exceso de
oxígeno generara la enfermedad.
A partir de esta observación se
comenzó a investigar, comprobándose que ése era el
motivo.
De esta manera, "el tema se
convirtió en una carrera" entre neonatólogos y
oftalmólogos, dado que los primeros salvan a prematuros
cada vez más pequeños mediante la oxigenoterapia, pero
los oftalmólogos deben contrarrestar esta técnica con
estudios que eviten las consecuencias del exceso de
oxígeno en la visión de estos bebés.
Lo que ocurre es que la retina –que
se desarrolla al final del embarazo- expuesta a un
ambiente de oxígeno, cree que ya está desarrollada y
detiene su evolución normal. Al mes o dos meses, cuando
el niño es retirado de ese ambiente, la retina comienza
a crecer en forma desordenada, generando una
fibroplasia -una fibrosis del ojo que lo "destruye"-
generando ceguera.
Lo que se procura con los estudios
que se realizan con el nuevo equipamiento, es detectar
las áreas de retina que no se terminaron de formar,
para destruirlas con láser o crioterapia. El objetivo
es salvar la retina restante, que en definitiva es la
que le brindará visión al niño. |