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11 de setiembre, 2008

Donación de oftalmoscopios

Calidad de vida en prematuros: equipamiento de avanzada detecta y previene cegueras
La Fundación Álvarez Caldeyro Barcia donó al MSP, tres oftalmoscopios de última generación que se utilizarán en el Hospital Pereira Rossell y los centros regionales de Tacuarembó y Salto, con el fin de atender a tiempo los casos de retinopatía de la prematuridad, para evitar cegueras definitivas. La Ministra Muñoz ratificó la importancia de cuidar la vida de estos pequeños, que son el futuro de un país con baja natalidad.

La iniciativa contó con el apoyo financiero del Lloyd Bank y de Reaching UA Foundation for Uruguay (Fundación de uruguayos en EE.UU. que recauda fondos en procura mejorar la calidad de vida de mujeres y niños necesitados de nuestro país).

Participaron del acto: la Ministra de Salud Pública, María Julia Muñoz; el director general del Hospital Pereira Rossell, Fernando Tomasina; el presidente de la Fundación Álvarez Caldeyro Barcia, Lorenzo Bonicelli y el coordinador del Proyecto de Prevención y Tratamiento de la Retinopatía de la Prematuridad, Walter Meerhoff, además de varias autoridades del Ministerio, Hospital de Ojos, centros del interior implicados en esta donación, así como representantes de empresas e instituciones colaboradoras, entre otros.

La Ministra María Julia Muñoz, agradeció a la Fundación por la donación y por el trabajo honorario de muchas personas que colaboran con los miembros más necesitados de la sociedad.

"Nuestro país necesita del cuidado extremo de niñas y niños, porque somos un país con pocos nacimientos y en cada uno de ellos nos va el futuro del país como nación. Nada de lo que hagamos por la salud de nuestras niñas y niños es suficiente", dijo.

Muñoz instó a continuar organizándose de la mejor manera para atender a los bebés desde el nacimiento y en especial a aquellos que necesitan cuidados especiales.

El equipo de salud colectivamente responde a esos cuidados, con eficacia, eficiencia, responsabilidad y reglas claras respecto a cómo se debe proceder.

La Jerarca anunció que se procura comenzar un registro de esta patología, ahora que existe la posibilidad de un buen diagnóstico y tratamiento, no solamente en la Capital sino también en el interior del país, porque Uruguay debe apuntar a una descentralización de estos servicios de calidad.

Walter Meerhoff, por su parte, destacó la importancia que tiene para los niños prematuros contar con este equipamiento y poder expandir la labor de la Fundación al interior del país, procurando llegar a cada rincón del Uruguay.

Desde hace ocho años, Álvarez Caldeyro Barcia trabaja en el tema de la retinopatía de la prematuridad, en su prevención y tratamiento, teniendo en cuenta que es una de las causas de las cegueras más graves en la infancia, de carácter irreversible si no son tratadas a tiempo, porque en pocos meses el niño puede quedar ciego.

Estos aparatos de última generación permiten observar el fondo de ojos de los niños, con las lupas correspondientes y en base a eso tratar las retinas afectadas con crioterapia o láser.

Meerhoff aclaró que se capacitó previamente a los profesionales que utilizarán los equipamientos, tanto en Montevideo como en el interior, para que ni bien lleguen puedan comenzar a utilizarse.

La retinopatía de la prematuridad fue uno de los misterios más grandes de la historia de la medicina y dejó un tendal entre los años 40 y 50, de más de 10 mil ciegos.

Las mejores Facultades de Medicina del mundo se vieron abocados a resolver el problema de por qué los niños prematuros puestos en oxigenoterapia (incubadoras) quedaban ciegos. Se desconocían los motivos y si bien se elaboraron diversas teorías, ninguna fue acertada, hasta que una enfermera en Australia planteó la posibilidad de que el exceso de oxígeno generara la enfermedad.

A partir de esta observación se comenzó a investigar, comprobándose que ése era el motivo.

De esta manera, "el tema se convirtió en una carrera" entre neonatólogos y oftalmólogos, dado que los primeros salvan a prematuros cada vez más pequeños mediante la oxigenoterapia, pero los oftalmólogos deben contrarrestar esta técnica con estudios que eviten las consecuencias del exceso de oxígeno en la visión de estos bebés.

Lo que ocurre es que la retina –que se desarrolla al final del embarazo- expuesta a un ambiente de oxígeno, cree que ya está desarrollada y detiene su evolución normal. Al mes o dos meses, cuando el niño es retirado de ese ambiente, la retina comienza a crecer en forma desordenada, generando una fibroplasia -una fibrosis del ojo que lo "destruye"- generando ceguera.

Lo que se procura con los estudios que se realizan con el nuevo equipamiento, es detectar las áreas de retina que no se terminaron de formar, para destruirlas con láser o crioterapia. El objetivo es salvar la retina restante, que en definitiva es la que le brindará visión al niño.

   
 
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  Ma. Julia Muñoz
 
  Walter Meerhoff