Control y prevención
Medición de la concentración de monóxido de carbono
en sangre comprueba daño del cigarrillo
Mediante la cooximetría, medición
del monóxido de carbono espirado, que refleja la
concentración de esta sustancia en la sangre, se puede
conocer y anticipar el daño que causa el cigarrillo en
el organismo del fumador. La Ministra de Salud Pública,
participó de la inauguración oficial del stand donde se
realiza este estudio y destacó la importancia y
utilidad de todos los métodos que ayudan a la cesación
del tabaquismo.
El monóxido de carbono es una de las
sustancias tóxicas más peligrosas y dañinas del humo de
tabaco, ya que tiene la capacidad de fusionarse con la
hemoglobina de la sangre 240 veces con mayor afinidad
que el oxígeno. En tal sentido, la hemoglobina ante la
disyuntiva de una molécula de oxígeno y una de monóxido
de carbono -en la mayoría de los casos- elige la de
monóxido de carbono ocasionando que el fumador tenga
menos oxígeno en el torrente sanguíneo y por lo tanto
el corazón deba trabajar más para captar el oxígeno del
aire.
Además, el monóxido del carbono, al
dañar las paredes arteriales, posibilita que el
colesterol se adhiera con mayor facilidad, siendo
responsable directo de los problemas vasculares en
general.
Los fumadores tienen normalmente en
su organismo diez veces más monóxido de carbono que las
personas no fumadoras.
En la Intendencia de Montevideo se
instaló un stand donde es posible realizar este
estudio. La Ministra de Salud Pública, María Julia
Muñoz, se realizó el examen y demostró que por ser una
ex fumadora el nivel de monóxido de carbono presente en
su sangre se encuentra en niveles normales. Muñoz
señaló que hace más de 10 años que dejó el hábito de
fumar, situación que ayudó a mejorar su calidad de
vida. Reconoció que en la juventud, cuando uno comienza
con la adicción del cigarrillo no tiene en cuenta los
problemas que causa en la salud. Muñoz explicó que el
hecho de estar en contacto con un caso de cáncer muy
severo y una importante afección respiratoria sufrida
fueron los factores que influyeron en su decisión de
abandonar ese hábito.
La Secretaria de Estado destacó que
todos los métodos que ayuden a las personas a dejar de
fumar son válidos y útiles y permiten sensibilizar a la
población de lo nocivo de este hábito.
En relación a la campaña anti tabaco
instaurada por este Gobierno, Muñoz considera que más
allá de las cifras de uruguayos que abandonaron el
cigarrillo, se logró un cambio de conciencia en la
población, así como la protección de los fumadores
pasivos, aquellas personas que no eligieron fumar.
Considera que es necesario insistir con esta campaña en
los jóvenes que aún no adquirieron el hábito y en
aquellos que ya lo han hecho para que puedan dejarlo
prontamente.
Daniel Kliman, Director de Stop
Tabaco, organización encargada de realizar este examen,
señaló que la cooximetría permite comprobar el daño que
causa el cigarrillo en el organismo del fumador. El
problema del tabaquismo es que muchas veces el fumador
no es consciente del daño hasta 15 o 20 años después de
adquirido el hábito, en cambio, al realizarse este
estudio comprueba cuál es su estado y puede tomar la
decisión de dejar el cigarrillo antes de que aparezca
una enfermedad, señaló Kliman.
En relación a los datos que revela
este estudio, una persona no fumadora debería tener
hasta cinco partes de monóxido de carbono por millón en
sangre. De cinco a diez es el valor habitual en
fumadores ocasionales. Además, hasta diez partes por
millón es una cantidad tolerable para el organismo, más
de diez es considerado tóxico, lo que representa
concentraciones superiores a 2% de monóxido de carbono
en la sangre.
El promedio observado en las
personas que se realizaron el estudio indica entre 20 y
40 partes por millón, equivalente a un 5% o 6% en
sangre, niveles altos pero esperables en una persona
que fuma una caja por día de cigarrillos. |