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30 de octubre, 2008

Control y prevención

Medición de la concentración de monóxido de carbono en sangre comprueba daño del cigarrillo
Mediante la cooximetría, medición del monóxido de carbono espirado, que refleja la concentración de esta sustancia en la sangre, se puede conocer y anticipar el daño que causa el cigarrillo en el organismo del fumador. La Ministra de Salud Pública, participó de la inauguración oficial del stand donde se realiza este estudio y destacó la importancia y utilidad de todos los métodos que ayudan a la cesación del tabaquismo.

El monóxido de carbono es una de las sustancias tóxicas más peligrosas y dañinas del humo de tabaco, ya que tiene la capacidad de fusionarse con la hemoglobina de la sangre 240 veces con mayor afinidad que el oxígeno. En tal sentido, la hemoglobina ante la disyuntiva de una molécula de oxígeno y una de monóxido de carbono -en la mayoría de los casos- elige la de monóxido de carbono ocasionando que el fumador tenga menos oxígeno en el torrente sanguíneo y por lo tanto el corazón deba trabajar más para captar el oxígeno del aire.

Además, el monóxido del carbono, al dañar las paredes arteriales, posibilita que el colesterol se adhiera con mayor facilidad, siendo responsable directo de los problemas vasculares en general.

Los fumadores tienen normalmente en su organismo diez veces más monóxido de carbono que las personas no fumadoras.

En la Intendencia de Montevideo se instaló un stand donde es posible realizar este estudio. La Ministra de Salud Pública, María Julia Muñoz, se realizó el examen y demostró que por ser una ex fumadora el nivel de monóxido de carbono presente en su sangre se encuentra en niveles normales. Muñoz señaló que hace más de 10 años que dejó el hábito de fumar, situación que ayudó a mejorar su calidad de vida. Reconoció que en la juventud, cuando uno comienza con la adicción del cigarrillo no tiene en cuenta los problemas que causa en la salud. Muñoz explicó que el hecho de estar en contacto con un caso de cáncer muy severo y una importante afección respiratoria sufrida fueron los factores que influyeron en su decisión de abandonar ese hábito.

La Secretaria de Estado destacó que todos los métodos que ayuden a las personas a dejar de fumar son válidos y útiles y permiten sensibilizar a la población de lo nocivo de este hábito.

En relación a la campaña anti tabaco instaurada por este Gobierno, Muñoz considera que más allá de las cifras de uruguayos que abandonaron el cigarrillo, se logró un cambio de conciencia en la población, así como la protección de los fumadores pasivos, aquellas personas que no eligieron fumar. Considera que es necesario insistir con esta campaña en los jóvenes que aún no adquirieron el hábito y en aquellos que ya lo han hecho para que puedan dejarlo prontamente.

Daniel Kliman, Director de Stop Tabaco, organización encargada de realizar este examen, señaló que la cooximetría permite comprobar el daño que causa el cigarrillo en el organismo del fumador. El problema del tabaquismo es que muchas veces el fumador no es consciente del daño hasta 15 o 20 años después de adquirido el hábito, en cambio, al realizarse este estudio comprueba cuál es su estado y puede tomar la decisión de dejar el cigarrillo antes de que aparezca una enfermedad, señaló Kliman.

En relación a los datos que revela este estudio, una persona no fumadora debería tener hasta cinco partes de monóxido de carbono por millón en sangre. De cinco a diez es el valor habitual en fumadores ocasionales. Además, hasta diez partes por millón es una cantidad tolerable para el organismo, más de diez es considerado tóxico, lo que representa concentraciones superiores a 2% de monóxido de carbono en la sangre.

El promedio observado en las personas que se realizaron el estudio indica entre 20 y 40 partes por millón, equivalente a un 5% o 6% en sangre, niveles altos pero esperables en una persona que fuma una caja por día de cigarrillos.

   
 
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  Ma. Julia Muñoz
 
  Daniel Kliman