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3 de diciembre, 2008

Una nueva mirada

A un año del cierre del PANES, MIDES evaluó resultados finales
El aumento de la autoestima y la capacidad de participar a nivel comunitario fueron aspectos relevantes desarrollados por los protagonistas del PANES. Los participantes de "Construyendo Rutas de Salida" y "Trabajo por Uruguay" destacan el haber organizado acciones colectivas por los derechos que no conocían como la identidad, las asignaciones familiares o la integración a la salud. En 2005, 110.000 personas eran indigentes, luego del programa aproximadamente 42.000 personas salieron de esa situación.

La Ministra de Desarrollo Social, Marina Arismendi, indicó que es una nueva mirada de evaluación de un trabajo que se realizó en red y que permitió conocer mejor a la sociedad y ponerle rostro a los números. Afirmó que si bien el PANES culminó en el año 2007 fue parte vital de todos los programas planificados por el Ministerio, a los que se agregaron porque la realidad lo exigió "Operación Milagro" y el programa de alfabetización "En el país de Varela, yo sí puedo" en todo el territorio nacional.

Aseguró que la base de datos que contiene información de los participantes del PANES es reservada y confidencial y que no será utilizada con fines políticos de acuerdo a versiones publicadas en algunos medios de comunicación.

El Director Nacional de Evaluación y Monitoreo del MIDES, Lauro Meléndez, dijo que de acuerdo a los datos de las investigaciones realizadas el nivel de impacto del PANES fue neutro porque fue una política aplicada en un corto tiempo y la transferencia económica fue de montos bajos.

El mayor impacto se visualizó en las opiniones y en la posición de la gente ante la sociedad, lo cual mejoró la autoestima y se elevaron las posibilidades de integración de quienes participaron en actividades grupales.

Los resultados indican que las personas participaron en los proyectos, incluso a costa de dejar de realizar actividades de corte laboral o personal. A raíz de esta experiencia se planificaron con más eficiencia, por parte del MIDES, otros programas con más horas de capacitación impulsando los efectos socioeducativos que tuvo el PANES.

Meléndez destacó que en la historia del desarrollo de las políticas sociales del país, el Estado no estaba acostumbrado a realizar una evaluación de las mismas. Esto trajo aparejado, que muchas veces, se efectuará la reiteración de políticas que no lograban alcanzar sus objetivos.

En el caso del PANES se hizo necesaria e imprescindible su evaluación y monitoreo, de manera de poder identificar logros, defectos y virtudes con la finalidad de determinar cambios oportunos en la implementación de las políticas. Por esto la evaluación se volvió de vital importancia ya que formó parte, junto a la transparencia de la información de la identidad de la política de gobierno.

Enfatizó que la información generada debe contribuir a la participación de la ciudadanía en la ejecución de las políticas, en tanto no hay participación posible sin contar con la información adecuada y a disposición. Subrayó que desde una perspectiva que promueve la organización y la acción de la ciudadanía, es vital conocer la realidad para actuar sobre ella, y con mejor conocimiento se logrará una mejor actuación.

El Jerarca afirmó que los elementos de monitoreo colocan al país en términos de evaluación a la par de lo que se realiza a nivel mundial. Indicó que el Gobierno al asumir se comprometió con la ciudadanía a evaluar y dar cuenta de las acciones, planes y programas que se llevasen a la práctica y "en eso estamos".

Los especialistas presentes definieron al PANES como una política de gran envergadura, con objetivos multidimensionales, situación que exige una evaluación acorde a tales características.

Las características del PANES exigieron un diseño de evaluación que diera cuenta no sólo de su gran magnitud sino también de su carácter multidimensional. En consecuencia, los resultados no se reducen a ninguno de los componentes en sí mismos, sino al conjunto de ellos.

De acuerdo a ello se diseñó una medición general del PANES, que comprendió una fase cuantitativa con encuesta de seguimiento de resultados e impactos y en un componente particular con encuestas de evaluación para componentes, junto a una valoración cualitativa.

Bajo el supuesto de que toda intervención produce algún efecto, más aún considerando la magnitud del PANES, la evaluación supuso delimitar el estudio de los mismos.

La evaluación se enfocó fundamentalmente en aspectos en y desde los protagonistas del Programa. A modo de ejemplo, puede suponerse que el Programa tuvo profundos efectos sobre las economías locales y que contribuyó a la revitalización de los comercios barriales.

Entre los niveles de resultados se destaca la reducción de la indigencia en 1,3 puntos porcentuales desde el 2005 al 2007. Eso indica que de 110.000 personas indigentes a 2005, aproximadamente 42.000 personas salieron de esa situación.

Los principales efectos del PANES se pueden clasificar en 1.- fuertes: una primera dimensión que hace a la subjetividad de los protagonistas y que fortalecieron su autoestima, confianza, motivación, autopresentación, opiniones; 2.- débiles: una segunda dimensión, mediada principalmente por el pasaje por los programas promocionales y que está dada por la inclusión social, así como por la incorporación de una cultura de derechos que abarca el conocimiento y el ejercicio de los mismos. 3.- Casi nulos: una tercera dimensión, donde mayoritariamente no se observan efectos y que está dada por las condiciones estructurales como la educación, la vivienda o el confort.

El Plan de Atención Nacional a la Emergencia Social (PANES) es una política que enmarca un conjunto de programas sociales con multiplicidad de objetivos, cuyo núcleo duro puede sintetizarse en dos dimensiones: asistencial y promocional.

La asistencial abarca el atender las situaciones de emergencia e indigencia en las que se encuentra la población del PANES. Lo promocional es una forma que brinda herramientas que posibilitan la superación de las situaciones de indigencia y/o pobreza, enfatizando en el ejercicio de los derechos.

La evaluación adquiere una dimensión de transparencia y control. Asimismo, es un insumo para los hacedores y ejecutores de la política, así los resultados de la evaluación se convierten en elementos para validar, reformular o reconsiderar un programa social.

   
 
  Marina Arismendi
 
  Lauro Meléndez