Una nueva mirada
A un año del cierre del PANES, MIDES evaluó
resultados finales
El aumento de la autoestima y la
capacidad de participar a nivel comunitario fueron
aspectos relevantes desarrollados por los protagonistas
del PANES. Los participantes de "Construyendo Rutas de
Salida" y "Trabajo por Uruguay" destacan el haber
organizado acciones colectivas por los derechos que no
conocían como la identidad, las asignaciones familiares
o la integración a la salud. En 2005, 110.000 personas
eran indigentes, luego del programa aproximadamente
42.000 personas salieron de esa situación.
La Ministra de Desarrollo Social,
Marina Arismendi, indicó que es una nueva mirada de
evaluación de un trabajo que se realizó en red y que
permitió conocer mejor a la sociedad y ponerle rostro a
los números. Afirmó que si bien el PANES culminó en el
año 2007 fue parte vital de todos los programas
planificados por el Ministerio, a los que se agregaron
porque la realidad lo exigió "Operación Milagro" y el
programa de alfabetización "En el país de Varela, yo sí
puedo" en todo el territorio nacional.
Aseguró que la base de datos que
contiene información de los participantes del PANES es
reservada y confidencial y que no será utilizada con
fines políticos de acuerdo a versiones publicadas en
algunos medios de comunicación.
El Director Nacional de Evaluación y
Monitoreo del MIDES, Lauro Meléndez, dijo que de
acuerdo a los datos de las investigaciones realizadas
el nivel de impacto del PANES fue neutro porque fue una
política aplicada en un corto tiempo y la transferencia
económica fue de montos bajos.
El mayor impacto se visualizó en las
opiniones y en la posición de la gente ante la
sociedad, lo cual mejoró la autoestima y se elevaron
las posibilidades de integración de quienes
participaron en actividades grupales.
Los resultados indican que las
personas participaron en los proyectos, incluso a costa
de dejar de realizar actividades de corte laboral o
personal. A raíz de esta experiencia se planificaron
con más eficiencia, por parte del MIDES, otros
programas con más horas de capacitación impulsando los
efectos socioeducativos que tuvo el PANES.
Meléndez destacó que en la historia
del desarrollo de las políticas sociales del país, el
Estado no estaba acostumbrado a realizar una evaluación
de las mismas. Esto trajo aparejado, que muchas veces,
se efectuará la reiteración de políticas que no
lograban alcanzar sus objetivos.
En el caso del PANES se hizo
necesaria e imprescindible su evaluación y monitoreo,
de manera de poder identificar logros, defectos y
virtudes con la finalidad de determinar cambios
oportunos en la implementación de las políticas. Por
esto la evaluación se volvió de vital importancia ya
que formó parte, junto a la transparencia de la
información de la identidad de la política de gobierno.
Enfatizó que la información generada
debe contribuir a la participación de la ciudadanía en
la ejecución de las políticas, en tanto no hay
participación posible sin contar con la información
adecuada y a disposición. Subrayó que desde una
perspectiva que promueve la organización y la acción de
la ciudadanía, es vital conocer la realidad para actuar
sobre ella, y con mejor conocimiento se logrará una
mejor actuación.
El Jerarca afirmó que los elementos
de monitoreo colocan al país en términos de evaluación
a la par de lo que se realiza a nivel mundial. Indicó
que el Gobierno al asumir se comprometió con la
ciudadanía a evaluar y dar cuenta de las acciones,
planes y programas que se llevasen a la práctica y "en
eso estamos".
Los especialistas presentes
definieron al PANES como una política de gran
envergadura, con objetivos multidimensionales,
situación que exige una evaluación acorde a tales
características.
Las características del PANES
exigieron un diseño de evaluación que diera cuenta no
sólo de su gran magnitud sino también de su carácter
multidimensional. En consecuencia, los resultados no se
reducen a ninguno de los componentes en sí mismos, sino
al conjunto de ellos.
De acuerdo a ello se diseñó una
medición general del PANES, que comprendió una fase
cuantitativa con encuesta de seguimiento de resultados
e impactos y en un componente particular con encuestas
de evaluación para componentes, junto a una valoración
cualitativa.
Bajo el supuesto de que toda
intervención produce algún efecto, más aún considerando
la magnitud del PANES, la evaluación supuso delimitar
el estudio de los mismos.
La evaluación se enfocó
fundamentalmente en aspectos en y desde los
protagonistas del Programa. A modo de ejemplo, puede
suponerse que el Programa tuvo profundos efectos sobre
las economías locales y que contribuyó a la
revitalización de los comercios barriales.
Entre los niveles de resultados se
destaca la reducción de la indigencia en 1,3 puntos
porcentuales desde el 2005 al 2007. Eso indica que de
110.000 personas indigentes a 2005, aproximadamente
42.000 personas salieron de esa situación.
Los principales efectos del PANES se
pueden clasificar en 1.- fuertes: una primera dimensión
que hace a la subjetividad de los protagonistas y que
fortalecieron su autoestima, confianza, motivación,
autopresentación, opiniones; 2.- débiles: una segunda
dimensión, mediada principalmente por el pasaje por los
programas promocionales y que está dada por la
inclusión social, así como por la incorporación de una
cultura de derechos que abarca el conocimiento y el
ejercicio de los mismos. 3.- Casi nulos: una tercera
dimensión, donde mayoritariamente no se observan
efectos y que está dada por las condiciones
estructurales como la educación, la vivienda o el
confort.
El Plan de Atención Nacional a la
Emergencia Social (PANES) es una política que enmarca
un conjunto de programas sociales con multiplicidad de
objetivos, cuyo núcleo duro puede sintetizarse en dos
dimensiones: asistencial y promocional.
La asistencial abarca el atender las
situaciones de emergencia e indigencia en las que se
encuentra la población del PANES. Lo promocional es una
forma que brinda herramientas que posibilitan la
superación de las situaciones de indigencia y/o
pobreza, enfatizando en el ejercicio de los derechos.
La evaluación adquiere una dimensión
de transparencia y control. Asimismo, es un insumo para
los hacedores y ejecutores de la política, así los
resultados de la evaluación se convierten en elementos
para validar, reformular o reconsiderar un programa
social. |