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5 de diciembre, 2008

Centro Nacional de Rehabilitación

Martín, fiel a su vocación, cumple una meta y estudia Arquitectura
Tras seis años recluido, Martín es uno de los internos beneficiado con las salidas transitorias por estudio. De profesión ayudante de arquitecto desde 1999, el joven ambicionaba cursar la Facultad de Arquitectura y efectuó -junto con las autoridades del CNR- las gestiones ante el Juez para que permita su salida diaria a estudiar.

Martín reconoció el rol importante que cumplieron los buenos informes que se le realizaron en el Centro al momento de solicitarle al Juez una oportunidad.

Cursa actualmente introductorio, primer año, que incluye: Anteproyecto 1, Matemáticas y Construcción. Tuvo que dar un seminario obligatorio, lo salvó y “quedaron boquiabiertos, porque no lo esperaban”, dijo. Posteriormente dio Tecnología y entre 150 estudiantes sacó la mejor nota, lo que derivó en más apoyo y una valoración del esfuerzo que realiza, de parte de los propios docentes, quienes conocen su condición de preso. No así sus compañeros; solo algunos lo saben, porque es un tema que deriva en muchas preguntas y Martín dice no sentirse preparado para responderlas. De todas formas logró mezclarse en el grupo de estudio como uno más, relató.

“Qué te larguen a la calle a algo nuevo, es un fruto para uno, pero además me están dando vida de nuevo, me están regando de a poquito para empezar a crecer en la calle”, relató Martín, quien los fines de semana tiene permiso para ir a la casa de su madre, lo cual le satisface porque es bueno que “tu familia te vea en otro ámbito, ella ya no viene a la cárcel, voy yo a verla a ella”, dijo.

Este joven aguarda una definición del Juez, pero está esperanzado en salir en libertad entre fines de diciembre y los primeros días del 2009.

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  Martín, estudiante de arquitectura