Cabildos Regionales de Mujeres
Más de 4.000 mujeres unidas con un mismo objetivo:
la igualdad de género y oportunidades
A un año de la implementación del
Primer Plan Nacional de Igualdad de Oportunidades y
Derechos, Inmujeres convocó nuevamente a mujeres y
hombres de todo el país para presentar los avances del
Plan y continuar con su política de talleres
participativos. Cerca de 4.000 mujeres de todas las
edades, razas y estratos sociales participaron en los
cuatro cabildos, manifestando sus propuestas por la
igualdad entre los géneros.
La Directora del Instituto Nacional
de las Mujeres, Carmen Beramendi, aprovechó la
oportunidad para rendir cuentas sobre lo actuado en
este primer año de implementación del Plan y realizar
una puesta a punto sobre las acciones concretas que se
llevan adelante en todo el territorio nacional a través
de políticas de igualdad de género.
Beramendi explicó que las políticas
de igualdad de género comenzaron a implementarse en
Uruguay a partir de una iniciativa que el Gobierno
-encabezado por el Presidente Tabaré Vázquez- lanzó en
2006 como un proceso participativo de construcción del
Plan Nacional de Igualdad de Oportunidades y Derechos.
Este Plan se construyó mediante la
realización de asambleas en los 19 departamentos, en
las cuales hombres y mujeres pudieron participar
abiertamente brindando propuestas y manifestando sus
inquietudes. El Plan se presentó en una gran asamblea
que contó con la participación de más de 3.000 mujeres
de todas las localidades del país, quienes formaron
parte del proceso de creación del Plan.
En esta oportunidad, luego de un año
de implementado el Primer Plan Nacional de
Oportunidades y Derechos, Inmujeres convocó nuevamente
a las mujeres de todo el país para continuar con el
proceso participativo de creación de políticas de
género. Por tal motivo, se organizaron cuatro Cabildos
Regionales que abarcaron todo el territorio.
Las mujeres de distintos
departamentos expresaron que esta es la primera
actividad que convoca a las mujeres en tanto mujeres y
no como madre de los niños o como trabajadoras, lo cual
es fundamental para la construcción de una identidad
que incluye a mujeres de todos los sectores sociales,
razas y franjas etarias, enfatizó Beramendi, quien
agregó que esta participación es un ejercicio de
construcción de ciudadanía y articulación de la
política nacional con la local. En tal sentido,
Beramendi subrayó que en este accionar colectivo, se
construye un "ser mujer" desde un lugar distinto,
tratando de cambiar la forma en que las mujeres se
paran ante una realidad que es difícil pero en la que
igualmente se avanza en el reconocimiento de los
derechos de las mujeres y en generar condiciones para
garantizar el ejercicio de los mismos y que los
"derechos sean hechos", tal como reza la consigna de la
Secretaría de la Mujer de la Intendencia Municipal de
las Mujeres.
A un año del Plan…
Tras la aprobación del Primer Plan
Nacional de Igualdad de Oportunidades y Derechos,
Inmujeres comenzó a desarrollar políticas de equidad en
materia de género con el compromiso de todos los
organismos de Gobierno para que las políticas públicas
sean cada vez más igualitarias entre hombres y mujeres.
Beramendi destacó que no se trata de generar un
programa de mujeres para las mujeres, sino que es un
compromiso del Gobierno en su conjunto, a través de la
Ley de Igualdad de Oportunidades y Derechos, aprobada
por el Parlamento en marzo de 2007.
En materia legislativa, señaló que
el principal avance fue la aprobación de la Ley de
Trabajo Doméstico que reconoce a este sector de
trabajadoras con iguales derechos que los demás
trabajadores y que no sólo se limita a una Ley
(iniciativa de la Comisión Tripartita de Igualdad de
Oportunidades y Trato en el Empleo integrada por
Inmujeres, el Ministerio de Trabajo, Cámaras
empresariales y sindicatos) sino que además se conformó
una política proactiva de involucramiento y
formalización de las mujeres a este empleo.
Pasaron más de 70 años para que las
trabajadoras domésticas sean reconocidas con los mismos
derechos que los demás trabajadores, reflexionó
Beramendi y agregó que recién en este período de
Gobierno, estas trabajadoras cuentan con una Ley que
las protege, lo cual fue tomado como ejemplo a nivel de
Latinoamérica. A raíz de la aprobación de esta Ley, se
formalizaron 58.000 trabajadoras domésticas en el Banco
de Previsión Social, batiendo una cifra histórica en
materia de cobertura de seguridad social para este
sector.
Al mismo tiempo, se desarrolló una
política concreta con la Secretaría de las Mujeres
Afrodescendientes, haciendo un esfuerzo para que se
organicen y reconozcan sus derechos. En ese marco, se
realiza un proceso de capacitación y alfabetización
digital para que este sector tenga acceso a las nuevas
tecnologías. Beramendi indicó que las mujeres
afrodescendientes son las que tienen menos recursos,
educación y se encuentran más excluidas socialmente.
Por otra parte, indicó que a nivel
de las empresas públicas (ANCAP, ANTEL, UTE, OSE, ANP)
se está implementando una política de igualdad de
género a nivel interno. Además, Inmujeres participa
junto a la Oficina de Planeamiento y Presupuesto en un
programa que premia a las empresas que brinden una
mejor atención a la ciudadanía con políticas
igualitarias.
Beramendi indicó que una de las
principales batallas que se lucha es por la
participación activa de las mujeres en los procesos de
empleo, para lo cual el programa "Objetivo Empleo" del
MTSS incentiva con un subsidio sobre el costo laboral
del trabajador equivalente al 80% para las empresas que
contraten mujeres y de 60% a las que contraten varones.
También se promueve que en todos los Consejos de
Salarios se coloquen cláusulas de igualdad que busquen
relaciones más igualitarias hacia la interna de los
trabajos.
En relación a la participación
política, Uruguay tiene un déficit importante en
materia de participación política de las mujeres. En
tal sentido, Beramendi dijo que deben generarse
acciones más eficaces que las implementadas hasta el
momento. Afirmó que la decisión del Presidente de
contar en su gabinete con ministras demuestra que
cuando hay voluntad política las mujeres pueden ocupar
puestos jerárquicos.
En relación a la violencia contra
las mujeres, Beramendi enfatizó que el derecho a vivir
sin violencia se debe reconocer como parte de los
derechos humanos. El Uruguay en este tema tuvo un
entramado de organizaciones sociales que durante muchos
años lucharon para terminar con la violencia doméstica
y que hoy el Estado también cumple un rol a nivel
nacional. El convenio que instrumentaron la IMM y ANTEL
a través del 0800 4141 fue pionero en políticas contra
la violencia doméstica.
Afirmó que durante el transcurso de
este período de gobierno, se instalaron comisiones
departamentales en casi todos los departamentos del
país para mejorar la respuesta a nivel departamental.
Se abrieron servicios especializados en violencia
doméstica en siete departamentos y se cubrirán todas
las capitales departamentales en lo que resta de 2009.
Asimismo, se realizan campañas
públicas que buscan comprometer a los varones en esta
lucha. En este marco, el Consejo Consultivo de Lucha
Contra la Violencia realizó una convocatoria a los
hombres públicos a comprometerse y estimular a otros
varones a participar activamente en esta lucha. Además,
a través de un convenio con CAMBADU, se pondrán
stickers en los baños públicos de hombres y afiches en
plazas y lugares céntricos de todo el país, colocados
estratégicamente en el piso y que muestra a una mujer
con el lema "No te dejes pisar". Al mismo tiempo, en
las escuelas públicas se colocarán cometas que dicen
"Vivir sin violencia está buenísimo", instalando el
tema a nivel de primaria, para promover relaciones más
igualitarias entre niñas y niños, así como también un
ejercicio de resolución de conflictos que no dependa
del uso de la fuerza y la violencia.
Por otra parte, la Directora de
Inmujeres informó que junto al Ministerio del Interior
se construyó un sistema de información para dar cuenta
de la realidad de este tema y que revela que cada 12
días una mujer muere a causa de violencia doméstica,
siendo los principales victimarios la pareja,
ex-pareja, padre o padrastro. En tal sentido, señaló
que las denuncias policiales se incrementaron en un 50%
entre el año 2006 y 2007. Beramendi explicó que este
dato no significa que haya más actos de violencia
doméstica, sino que cada vez son más las mujeres que
reconocen que la violencia no es un tema de la vida
privada y que aunque se ejerza en el ámbito privado, es
un tema que requiere de la intervención pública. En tal
sentido, se configura como una apuesta mayor de las
instituciones que tienen que montar sistemas de
protección y contribuir al proceso de salida.
Del mismo modo, Beramendi dijo que
no existiría un incremento en las denuncias si entre
las mujeres persistiera la idea –como antes se solía
pensar- que hacer la denuncia significaba ser ella la
acusada y volver a su casa sin el apoyo de los
oficiales. Por ello, existe un proceso de formación
continua con el personal del Ministerio del Interior
responsable en esta materia, para que aplique el
protocolo que por primera vez en la historia se utiliza
y marca cómo se debe actuar ante situaciones de
violencia. También existe un protocolo realizado en
conjunto con el Ministerio de Salud Pública para
mejorar la respuesta del sector salud ante estos casos.
En relación a la formación
académica, Beramendi subrayó que las mujeres presentan
el doble de matrícula que los hombres en la Universidad
de la República e incluso egresan el doble de mujeres
que de hombres. Sin embargo, esto no se refleja en la
vida laboral y en las remuneraciones por los cargos.
Aún muchas de las mujeres capacitadas tienen
diferencias salariales con los hombres que realizan la
misma tarea, por lo que se deduce que no es un problema
de capacitación sino de discriminación, reflexionó la
Directora de Inmujeres.
En ese sentido, señaló que cuando se
realizan procesos de capacitación para ingresar a
puestos laborales que tradicionalmente fueron ocupados
por varones, muchas mujeres alcanzan mejores resultados
que los hombres pero cuando las empresas deciden
contratar, escogen a los varones a pesar de su baja
calificación. Explicó que esto fue lo que sucedió en
una experiencia realizada en Río Negro, en la que se
realizó una capacitación para soldadoras y donde las
mujeres obtuvieron mejores resultados por su prolijidad
y el detalle en las soldaduras. Sin embargo, las
empresas de la zona contrataron a hombres sin darle
oportunidad a ellas.
Otro los avances de la
implementación del Plan fue el reconocimiento de la
importancia del trabajo no remunerado en el hogar. En
tal sentido, el Instituto Nacional de Estadísticas, la
Facultad de Ciencias Sociales e Inmujeres, realizaron
una Encuesta Continua de Hogares para observar cómo se
distribuye el tiempo en la vida de los hogares. La
encuesta revela que el 70% del trabajo no remunerado lo
realizan las mujeres mientras que el 70% del trabajo
remunerado lo llevan adelante los hombres.
Las mujeres cumplen una doble
jornada laboral, una afuera y otra adentro del hogar.
Lo cual requiere profundizar las políticas que se están
llevando adelante ya que no sólo se trata de colocar
las cifras de lo que sucede con el trabajo no
remunerado, sino de encontrar soluciones. Beramendi
informó que tras un acuerdo con ANTEL, junto con las
facturas telefónicas, llegará un folleto sobre la
importancia del trabajo en el hogar que busca
sensibilizar a la población y reflexionar sobre los
roles a la interna de los hogares. Con esta campaña, se
llegará a un millón de hogares.
Además, se trabaja en la
distribución de las tareas familiares con el sistema
educativo. El pasado 8 de marzo se entregó a los niños
de 5º y 6º año de todas las escuelas del país un
folleto que hablaba sobre la distribución de las tareas
domésticas, lo cual permitió realizar un trabajo de
reflexión sobre el tema.
Junto al INJU se abrió el espacio
denominado "¡Sexualidad sin vueltas. Mirá vos!" que
brinda orientación individual a jóvenes y adolescentes
entre 14 y 29 años sobre temas de sexualidad,
violencia, servicios médicos, métodos anticonceptivos y
además ofrece talleres a grupos de jóvenes. En ese
sentido y por primera vez en la historia del país,
existe un compromiso de implementar un Programa
Nacional de Educación Sexual para todo el sistema
educativo. En este marco, se percibe un proceso de
capacitación continua de los docentes y se espera que
el próximo año se den muchas más instancias de
discusión en los hogares.
Finalmente, Carmen Beramendi
reflexionó que un plan que busque aplicarse debe
comenzar siendo un ejemplo. Por tal motivo, desde el
Programa de Transversalidad se hace un gran esfuerzo
para que los organismos públicos den cuenta que deben
ser más igualitarios hacia la interna y en la
aplicación de sus políticas. En tal sentido, se
instalará un sello de calidad con equidad que premiará
a las empresas públicas y privadas que sean más
igualitarias en cuestión de género. También se capacita
a funcionarios públicos para que entiendan de qué se
habla cuando se promueve la igualdad.
En relación a las convenciones
internacionales de derechos humanos, nuestro país hizo
un gran esfuerzo en innovar, integrar y tratar de estar
más acorde con los compromisos asumidos
internacionalmente. En ese sentido Beramendi indicó que
nuestro país se caracterizaba por firmar las
convenciones internacionales, pero que luego no sabía
traducirlas en términos de leyes y políticas públicas.
Por eso, se está haciendo un importante trabajo para
que todas las convenciones ratificadas por Uruguay
lleguen a manos de todas las uruguayas y se traduzcan
en políticas. Por ello, cada vez que se ratifica una
convención, se trata de garantizar la presencia de
mujeres de todo el país, de manera que puedan tener
contacto con la convención y llevársela a sus
respectivos departamentos para discutirlas.
La voz de las mujeres: propuestas
que surgieron en los Cabildos Regionales
Luego de la presentación de los
avances del Plan Nacional de Igualdad de Oportunidades
y Derechos, mujeres y hombres trabajaron en grupos
tratando los principales temas definidos por cinco ejes
denominados Uruguay Democrático, Uruguay Social,
Uruguay Innovador, Uruguay Integrado y Uruguay
Productivo.
Entre las propuestas que surgieron,
se destacó la necesidad de mejorar la accesibilidad a
los servicios dado que continúa siendo un nudo
importante la falta de acceso si se reside en una
capital departamental o en un pequeño poblado. En este
marco, se dio una fuerte insistencia sobre la necesidad
de contar con servicios y centros de salud con personal
especializado fuera de las capitales departamentales y
que llegue a los lugares más alejados del interior del
país, donde las mujeres prácticamente viven aisladas de
los avances en esta materia e insertas en un medio que
tradicionalmente se caracteriza por ser machista. Por
ello, se propuso la implementación de actividades
descentralizadas que permitan llegar a más mujeres.
En ese sentido, se planteó la
necesidad de realizar una difusión masiva del Plan a
través de los medios de comunicación, con mensajes
claros y concretos, adaptados al territorio y utilizar
medios alternativos dirigidos a los jóvenes.
A su vez, el sistema educativo se
marcó como el actor principal a la hora de fomentar un
cambio en la mirada sobre este tema. Para ello, se
propuso sensibilizar desde la primera infancia en la
educación formal, incorporando en la currícula y
formación docente temas como género, salud sexual y
reproductiva, violencia doméstica y las tareas del
hogar.
También se propuso continuar
atendiendo el tema de violencia domestica, a través de
una real aplicación de carácter urgente del Plan de
Lucha contra la Violencia Domestica, creando una
campaña masiva a nivel nacional. Plantearon, además, la
necesidad de contar con refugios para las mujeres
víctimas de violencia y sus hijos.
Por su parte, las mujeres rurales
exigieron mejoras en las condiciones de trabajo,
salarios, mayor control sobre la informalidad laboral y
oportunidades laborales sin límites de edad. En ese
sentido, subrayaron que el acceso a la cultura es parte
de la innovación, la cual no llega a todos los rincones
del país. Se busca mayor descentralización e
información, así como también que haya mayor
capacitación y que se tenga en cuenta a las mujeres
mayores, porque siguen trabajando y no tienen acceso a
la capacitación. En este punto, se reclama la
alfabetización digital.
Los cambios deben continuar
profundizándose. La brecha en el ámbito productivo
sigue existiendo y debe superarse. Para ello, se busca
la creación de más espacios de participación donde las
propias mujeres sean las encargadas de llevarlos
adelante.
Las mujeres solicitaron que las
políticas de género sean definidas como políticas de
Estado, para lo cual las mujeres deben influir
potenciando sus habilidades y destrezas, no aislarse,
continuar organizándose, construyendo redes para poder
influir más y mejor en la concreción del Plan.
Cabildos Regionales de Mujeres:
conclusiones y reflexiones
La Directora de Inmujeres, Carmen
Beramendi, señaló que existe, cada vez con mayor
fuerza, un reconocimiento importante por parte de las
más de 4.000 mujeres que participaron en este proceso
de dos meses de duración sobre los avances del Plan en
varios terrenos. Por una parte, se reconoció que
efectivamente el Uruguay hoy cuenta con políticas que
luchan contra la desigualdad, como lo es la Ley de
Trabajadoras Domésticas. También se reconoció el hecho
que los derechos de las mujeres se pusieron "sobre la
mesa", lo cual es fundamental para la discusión de los
mismos. Al mismo tiempo, las participantes valoraron el
hecho de contar con una instancia exclusivamente para
ellas en tanto mujeres y no como madres, trabajadoras o
integrantes de alguna comisión de fomento.
Se reconoce como un avance
importante la descentralización de políticas en materia
de violencia doméstica. Hasta 2005 existían políticas
de género desde la Intendencia de Montevideo, pero
persistía una fuerte carencia de políticas a nivel
nacional. Por eso se descentralizaron los servicios
especializados, contando con comisarios y referentes
del área de la salud y se desarrolla un proceso de
mejora en la atención y respuesta en materia de
violencia, lo cual es muy valorado por las mujeres
uruguayas.
Se manifestó una fuerte valoración
de los Centros MEC, los cuales permiten a las mujeres
tener acceso a la tecnología, pudiendo alfabetizarse y
capacitarse en esta temática.
Las mujeres rurales viven mayores
situaciones de desigualdad, la cual se mezcla con una
discriminación territorial dado por el aislamiento en
el que viven. Igualmente, participaron muchas mujeres
del medio rural, quienes plantearon una cantidad de
iniciativas que dan insumos para observar las políticas
que se están implementando pero que se deben
fortalecer. En lo que tiene que ver con la circulación
y comercialización de la producción artesanal de
alimentos, el Plan incluye la normativa bromatológica.
Además, muchas mujeres sienten la falta de recursos
dado que en muchos emprendimientos productivos, figuran
como la cónyuge, lo cual repercute en una invisibilidad
de su tarea y dificulta el acceso a los recursos
económicos.
Los cuatro Cabildos Regionales
contaron con la presencia de casi 4.500 mujeres,
presentando un nivel de heterogeneidad que no se había
visto en las asambleas realizadas en 2006. Participaron
desde mujeres organizadas, directoras de escuelas,
jerarcas municipales, responsables de servicios de
salud y dirigentes de organizaciones sociales, hasta
mujeres que nunca habían participado de espacios de
esta naturaleza. Este fue el caso de la gran mayoría de
las participantes.
Participaron personas de las
capitales departamentales pero con una fuerte presencia
de aquellas que vivían en los poblados más pequeños, lo
cual tuvo una importante repercusión a nivel de los
medios de comunicación locales, en especial radios,
quienes recibieron la inquietud de varias mujeres
solicitando espacios para contar la experiencia y
compartirla con el resto de la comunidad.
Estas jornadas tuvieron una
importante participación masculina, la cual superó
notoriamente a la registrada en las asambleas
realizadas en 2006. El Cabildo realizado en el Chuy
tuvo la mayor participación de varones jóvenes, lo cual
indica un cambio en la mentalidad de los hombres
uruguayos frente a esta problemática de desigualdad,
que deriva de una fuerte tradición machista.
Luego de la evaluación y
sistematización de este fuerte trabajo en los Cabildos
Regionales, Inmujeres elaborará un documento que ponga
énfasis en las pautas a tomar el próximo año y dejar
recomendaciones sobre futuras políticas de igualdad de
género que vayan más allá de este período de gobierno.
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