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5 de diciembre, 2008

Cabildos Regionales de Mujeres

Más de 4.000 mujeres unidas con un mismo objetivo: la igualdad de género y oportunidades
A un año de la implementación del Primer Plan Nacional de Igualdad de Oportunidades y Derechos, Inmujeres convocó nuevamente a mujeres y hombres de todo el país para presentar los avances del Plan y continuar con su política de talleres participativos. Cerca de 4.000 mujeres de todas las edades, razas y estratos sociales participaron en los cuatro cabildos, manifestando sus propuestas por la igualdad entre los géneros.

La Directora del Instituto Nacional de las Mujeres, Carmen Beramendi, aprovechó la oportunidad para rendir cuentas sobre lo actuado en este primer año de implementación del Plan y realizar una puesta a punto sobre las acciones concretas que se llevan adelante en todo el territorio nacional a través de políticas de igualdad de género.

Beramendi explicó que las políticas de igualdad de género comenzaron a implementarse en Uruguay a partir de una iniciativa que el Gobierno -encabezado por el Presidente Tabaré Vázquez- lanzó en 2006 como un proceso participativo de construcción del Plan Nacional de Igualdad de Oportunidades y Derechos.

Este Plan se construyó mediante la realización de asambleas en los 19 departamentos, en las cuales hombres y mujeres pudieron participar abiertamente brindando propuestas y manifestando sus inquietudes. El Plan se presentó en una gran asamblea que contó con la participación de más de 3.000 mujeres de todas las localidades del país, quienes formaron parte del proceso de creación del Plan.

En esta oportunidad, luego de un año de implementado el Primer Plan Nacional de Oportunidades y Derechos, Inmujeres convocó nuevamente a las mujeres de todo el país para continuar con el proceso participativo de creación de políticas de género. Por tal motivo, se organizaron cuatro Cabildos Regionales que abarcaron todo el territorio.

Las mujeres de distintos departamentos expresaron que esta es la primera actividad que convoca a las mujeres en tanto mujeres y no como madre de los niños o como trabajadoras, lo cual es fundamental para la construcción de una identidad que incluye a mujeres de todos los sectores sociales, razas y franjas etarias, enfatizó Beramendi, quien agregó que esta participación es un ejercicio de construcción de ciudadanía y articulación de la política nacional con la local. En tal sentido, Beramendi subrayó que en este accionar colectivo, se construye un "ser mujer" desde un lugar distinto, tratando de cambiar la forma en que las mujeres se paran ante una realidad que es difícil pero en la que igualmente se avanza en el reconocimiento de los derechos de las mujeres y en generar condiciones para garantizar el ejercicio de los mismos y que los "derechos sean hechos", tal como reza la consigna de la Secretaría de la Mujer de la Intendencia Municipal de las Mujeres.

A un año del Plan…

Tras la aprobación del Primer Plan Nacional de Igualdad de Oportunidades y Derechos, Inmujeres comenzó a desarrollar políticas de equidad en materia de género con el compromiso de todos los organismos de Gobierno para que las políticas públicas sean cada vez más igualitarias entre hombres y mujeres. Beramendi destacó que no se trata de generar un programa de mujeres para las mujeres, sino que es un compromiso del Gobierno en su conjunto, a través de la Ley de Igualdad de Oportunidades y Derechos, aprobada por el Parlamento en marzo de 2007.

En materia legislativa, señaló que el principal avance fue la aprobación de la Ley de Trabajo Doméstico que reconoce a este sector de trabajadoras con iguales derechos que los demás trabajadores y que no sólo se limita a una Ley (iniciativa de la Comisión Tripartita de Igualdad de Oportunidades y Trato en el Empleo integrada por Inmujeres, el Ministerio de Trabajo, Cámaras empresariales y sindicatos) sino que además se conformó una política proactiva de involucramiento y formalización de las mujeres a este empleo.

Pasaron más de 70 años para que las trabajadoras domésticas sean reconocidas con los mismos derechos que los demás trabajadores, reflexionó Beramendi y agregó que recién en este período de Gobierno, estas trabajadoras cuentan con una Ley que las protege, lo cual fue tomado como ejemplo a nivel de Latinoamérica. A raíz de la aprobación de esta Ley, se formalizaron 58.000 trabajadoras domésticas en el Banco de Previsión Social, batiendo una cifra histórica en materia de cobertura de seguridad social para este sector.

Al mismo tiempo, se desarrolló una política concreta con la Secretaría de las Mujeres Afrodescendientes, haciendo un esfuerzo para que se organicen y reconozcan sus derechos. En ese marco, se realiza un proceso de capacitación y alfabetización digital para que este sector tenga acceso a las nuevas tecnologías. Beramendi indicó que las mujeres afrodescendientes son las que tienen menos recursos, educación y se encuentran más excluidas socialmente.

Por otra parte, indicó que a nivel de las empresas públicas (ANCAP, ANTEL, UTE, OSE, ANP) se está implementando una política de igualdad de género a nivel interno. Además, Inmujeres participa junto a la Oficina de Planeamiento y Presupuesto en un programa que premia a las empresas que brinden una mejor atención a la ciudadanía con políticas igualitarias.

Beramendi indicó que una de las principales batallas que se lucha es por la participación activa de las mujeres en los procesos de empleo, para lo cual el programa "Objetivo Empleo" del MTSS incentiva con un subsidio sobre el costo laboral del trabajador equivalente al 80% para las empresas que contraten mujeres y de 60% a las que contraten varones. También se promueve que en todos los Consejos de Salarios se coloquen cláusulas de igualdad que busquen relaciones más igualitarias hacia la interna de los trabajos.

En relación a la participación política, Uruguay tiene un déficit importante en materia de participación política de las mujeres. En tal sentido, Beramendi dijo que deben generarse acciones más eficaces que las implementadas hasta el momento. Afirmó que la decisión del Presidente de contar en su gabinete con ministras demuestra que cuando hay voluntad política las mujeres pueden ocupar puestos jerárquicos.

En relación a la violencia contra las mujeres, Beramendi enfatizó que el derecho a vivir sin violencia se debe reconocer como parte de los derechos humanos. El Uruguay en este tema tuvo un entramado de organizaciones sociales que durante muchos años lucharon para terminar con la violencia doméstica y que hoy el Estado también cumple un rol a nivel nacional. El convenio que instrumentaron la IMM y ANTEL a través del 0800 4141 fue pionero en políticas contra la violencia doméstica.

Afirmó que durante el transcurso de este período de gobierno, se instalaron comisiones departamentales en casi todos los departamentos del país para mejorar la respuesta a nivel departamental. Se abrieron servicios especializados en violencia doméstica en siete departamentos y se cubrirán todas las capitales departamentales en lo que resta de 2009.

Asimismo, se realizan campañas públicas que buscan comprometer a los varones en esta lucha. En este marco, el Consejo Consultivo de Lucha Contra la Violencia realizó una convocatoria a los hombres públicos a comprometerse y estimular a otros varones a participar activamente en esta lucha. Además, a través de un convenio con CAMBADU, se pondrán stickers en los baños públicos de hombres y afiches en plazas y lugares céntricos de todo el país, colocados estratégicamente en el piso y que muestra a una mujer con el lema "No te dejes pisar". Al mismo tiempo, en las escuelas públicas se colocarán cometas que dicen "Vivir sin violencia está buenísimo", instalando el tema a nivel de primaria, para promover relaciones más igualitarias entre niñas y niños, así como también un ejercicio de resolución de conflictos que no dependa del uso de la fuerza y la violencia.

Por otra parte, la Directora de Inmujeres informó que junto al Ministerio del Interior se construyó un sistema de información para dar cuenta de la realidad de este tema y que revela que cada 12 días una mujer muere a causa de violencia doméstica, siendo los principales victimarios la pareja, ex-pareja, padre o padrastro. En tal sentido, señaló que las denuncias policiales se incrementaron en un 50% entre el año 2006 y 2007. Beramendi explicó que este dato no significa que haya más actos de violencia doméstica, sino que cada vez son más las mujeres que reconocen que la violencia no es un tema de la vida privada y que aunque se ejerza en el ámbito privado, es un tema que requiere de la intervención pública. En tal sentido, se configura como una apuesta mayor de las instituciones que tienen que montar sistemas de protección y contribuir al proceso de salida.

Del mismo modo, Beramendi dijo que no existiría un incremento en las denuncias si entre las mujeres persistiera la idea –como antes se solía pensar- que hacer la denuncia significaba ser ella la acusada y volver a su casa sin el apoyo de los oficiales. Por ello, existe un proceso de formación continua con el personal del Ministerio del Interior responsable en esta materia, para que aplique el protocolo que por primera vez en la historia se utiliza y marca cómo se debe actuar ante situaciones de violencia. También existe un protocolo realizado en conjunto con el Ministerio de Salud Pública para mejorar la respuesta del sector salud ante estos casos.

En relación a la formación académica, Beramendi subrayó que las mujeres presentan el doble de matrícula que los hombres en la Universidad de la República e incluso egresan el doble de mujeres que de hombres. Sin embargo, esto no se refleja en la vida laboral y en las remuneraciones por los cargos. Aún muchas de las mujeres capacitadas tienen diferencias salariales con los hombres que realizan la misma tarea, por lo que se deduce que no es un problema de capacitación sino de discriminación, reflexionó la Directora de Inmujeres.

En ese sentido, señaló que cuando se realizan procesos de capacitación para ingresar a puestos laborales que tradicionalmente fueron ocupados por varones, muchas mujeres alcanzan mejores resultados que los hombres pero cuando las empresas deciden contratar, escogen a los varones a pesar de su baja calificación. Explicó que esto fue lo que sucedió en una experiencia realizada en Río Negro, en la que se realizó una capacitación para soldadoras y donde las mujeres obtuvieron mejores resultados por su prolijidad y el detalle en las soldaduras. Sin embargo, las empresas de la zona contrataron a hombres sin darle oportunidad a ellas.

Otro los avances de la implementación del Plan fue el reconocimiento de la importancia del trabajo no remunerado en el hogar. En tal sentido, el Instituto Nacional de Estadísticas, la Facultad de Ciencias Sociales e Inmujeres, realizaron una Encuesta Continua de Hogares para observar cómo se distribuye el tiempo en la vida de los hogares. La encuesta revela que el 70% del trabajo no remunerado lo realizan las mujeres mientras que el 70% del trabajo remunerado lo llevan adelante los hombres.

Las mujeres cumplen una doble jornada laboral, una afuera y otra adentro del hogar. Lo cual requiere profundizar las políticas que se están llevando adelante ya que no sólo se trata de colocar las cifras de lo que sucede con el trabajo no remunerado, sino de encontrar soluciones. Beramendi informó que tras un acuerdo con ANTEL, junto con las facturas telefónicas, llegará un folleto sobre la importancia del trabajo en el hogar que busca sensibilizar a la población y reflexionar sobre los roles a la interna de los hogares. Con esta campaña, se llegará a un millón de hogares.

Además, se trabaja en la distribución de las tareas familiares con el sistema educativo. El pasado 8 de marzo se entregó a los niños de 5º y 6º año de todas las escuelas del país un folleto que hablaba sobre la distribución de las tareas domésticas, lo cual permitió realizar un trabajo de reflexión sobre el tema.

Junto al INJU se abrió el espacio denominado "¡Sexualidad sin vueltas. Mirá vos!" que brinda orientación individual a jóvenes y adolescentes entre 14 y 29 años sobre temas de sexualidad, violencia, servicios médicos, métodos anticonceptivos y además ofrece talleres a grupos de jóvenes. En ese sentido y por primera vez en la historia del país, existe un compromiso de implementar un Programa Nacional de Educación Sexual para todo el sistema educativo. En este marco, se percibe un proceso de capacitación continua de los docentes y se espera que el próximo año se den muchas más instancias de discusión en los hogares.

Finalmente, Carmen Beramendi reflexionó que un plan que busque aplicarse debe comenzar siendo un ejemplo. Por tal motivo, desde el Programa de Transversalidad se hace un gran esfuerzo para que los organismos públicos den cuenta que deben ser más igualitarios hacia la interna y en la aplicación de sus políticas. En tal sentido, se instalará un sello de calidad con equidad que premiará a las empresas públicas y privadas que sean más igualitarias en cuestión de género. También se capacita a funcionarios públicos para que entiendan de qué se habla cuando se promueve la igualdad.

En relación a las convenciones internacionales de derechos humanos, nuestro país hizo un gran esfuerzo en innovar, integrar y tratar de estar más acorde con los compromisos asumidos internacionalmente. En ese sentido Beramendi indicó que nuestro país se caracterizaba por firmar las convenciones internacionales, pero que luego no sabía traducirlas en términos de leyes y políticas públicas. Por eso, se está haciendo un importante trabajo para que todas las convenciones ratificadas por Uruguay lleguen a manos de todas las uruguayas y se traduzcan en políticas. Por ello, cada vez que se ratifica una convención, se trata de garantizar la presencia de mujeres de todo el país, de manera que puedan tener contacto con la convención y llevársela a sus respectivos departamentos para discutirlas.

La voz de las mujeres: propuestas que surgieron en los Cabildos Regionales

Luego de la presentación de los avances del Plan Nacional de Igualdad de Oportunidades y Derechos, mujeres y hombres trabajaron en grupos tratando los principales temas definidos por cinco ejes denominados Uruguay Democrático, Uruguay Social, Uruguay Innovador, Uruguay Integrado y Uruguay Productivo.

Entre las propuestas que surgieron, se destacó la necesidad de mejorar la accesibilidad a los servicios dado que continúa siendo un nudo importante la falta de acceso si se reside en una capital departamental o en un pequeño poblado. En este marco, se dio una fuerte insistencia sobre la necesidad de contar con servicios y centros de salud con personal especializado fuera de las capitales departamentales y que llegue a los lugares más alejados del interior del país, donde las mujeres prácticamente viven aisladas de los avances en esta materia e insertas en un medio que tradicionalmente se caracteriza por ser machista. Por ello, se propuso la implementación de actividades descentralizadas que permitan llegar a más mujeres.

En ese sentido, se planteó la necesidad de realizar una difusión masiva del Plan a través de los medios de comunicación, con mensajes claros y concretos, adaptados al territorio y utilizar medios alternativos dirigidos a los jóvenes.

A su vez, el sistema educativo se marcó como el actor principal a la hora de fomentar un cambio en la mirada sobre este tema. Para ello, se propuso sensibilizar desde la primera infancia en la educación formal, incorporando en la currícula y formación docente temas como género, salud sexual y reproductiva, violencia doméstica y las tareas del hogar.

También se propuso continuar atendiendo el tema de violencia domestica, a través de una real aplicación de carácter urgente del Plan de Lucha contra la Violencia Domestica, creando una campaña masiva a nivel nacional. Plantearon, además, la necesidad de contar con refugios para las mujeres víctimas de violencia y sus hijos.

Por su parte, las mujeres rurales exigieron mejoras en las condiciones de trabajo, salarios, mayor control sobre la informalidad laboral y oportunidades laborales sin límites de edad. En ese sentido, subrayaron que el acceso a la cultura es parte de la innovación, la cual no llega a todos los rincones del país. Se busca mayor descentralización e información, así como también que haya mayor capacitación y que se tenga en cuenta a las mujeres mayores, porque siguen trabajando y no tienen acceso a la capacitación. En este punto, se reclama la alfabetización digital.

Los cambios deben continuar profundizándose. La brecha en el ámbito productivo sigue existiendo y debe superarse. Para ello, se busca la creación de más espacios de participación donde las propias mujeres sean las encargadas de llevarlos adelante.

Las mujeres solicitaron que las políticas de género sean definidas como políticas de Estado, para lo cual las mujeres deben influir potenciando sus habilidades y destrezas, no aislarse, continuar organizándose, construyendo redes para poder influir más y mejor en la concreción del Plan.

Cabildos Regionales de Mujeres: conclusiones y reflexiones

La Directora de Inmujeres, Carmen Beramendi, señaló que existe, cada vez con mayor fuerza, un reconocimiento importante por parte de las más de 4.000 mujeres que participaron en este proceso de dos meses de duración sobre los avances del Plan en varios terrenos. Por una parte, se reconoció que efectivamente el Uruguay hoy cuenta con políticas que luchan contra la desigualdad, como lo es la Ley de Trabajadoras Domésticas. También se reconoció el hecho que los derechos de las mujeres se pusieron "sobre la mesa", lo cual es fundamental para la discusión de los mismos. Al mismo tiempo, las participantes valoraron el hecho de contar con una instancia exclusivamente para ellas en tanto mujeres y no como madres, trabajadoras o integrantes de alguna comisión de fomento.

Se reconoce como un avance importante la descentralización de políticas en materia de violencia doméstica. Hasta 2005 existían políticas de género desde la Intendencia de Montevideo, pero persistía una fuerte carencia de políticas a nivel nacional. Por eso se descentralizaron los servicios especializados, contando con comisarios y referentes del área de la salud y se desarrolla un proceso de mejora en la atención y respuesta en materia de violencia, lo cual es muy valorado por las mujeres uruguayas.

Se manifestó una fuerte valoración de los Centros MEC, los cuales permiten a las mujeres tener acceso a la tecnología, pudiendo alfabetizarse y capacitarse en esta temática.

Las mujeres rurales viven mayores situaciones de desigualdad, la cual se mezcla con una discriminación territorial dado por el aislamiento en el que viven. Igualmente, participaron muchas mujeres del medio rural, quienes plantearon una cantidad de iniciativas que dan insumos para observar las políticas que se están implementando pero que se deben fortalecer. En lo que tiene que ver con la circulación y comercialización de la producción artesanal de alimentos, el Plan incluye la normativa bromatológica. Además, muchas mujeres sienten la falta de recursos dado que en muchos emprendimientos productivos, figuran como la cónyuge, lo cual repercute en una invisibilidad de su tarea y dificulta el acceso a los recursos económicos.

Los cuatro Cabildos Regionales contaron con la presencia de casi 4.500 mujeres, presentando un nivel de heterogeneidad que no se había visto en las asambleas realizadas en 2006. Participaron desde mujeres organizadas, directoras de escuelas, jerarcas municipales, responsables de servicios de salud y dirigentes de organizaciones sociales, hasta mujeres que nunca habían participado de espacios de esta naturaleza. Este fue el caso de la gran mayoría de las participantes.

Participaron personas de las capitales departamentales pero con una fuerte presencia de aquellas que vivían en los poblados más pequeños, lo cual tuvo una importante repercusión a nivel de los medios de comunicación locales, en especial radios, quienes recibieron la inquietud de varias mujeres solicitando espacios para contar la experiencia y compartirla con el resto de la comunidad.

Estas jornadas tuvieron una importante participación masculina, la cual superó notoriamente a la registrada en las asambleas realizadas en 2006. El Cabildo realizado en el Chuy tuvo la mayor participación de varones jóvenes, lo cual indica un cambio en la mentalidad de los hombres uruguayos frente a esta problemática de desigualdad, que deriva de una fuerte tradición machista.

Luego de la evaluación y sistematización de este fuerte trabajo en los Cabildos Regionales, Inmujeres elaborará un documento que ponga énfasis en las pautas a tomar el próximo año y dejar recomendaciones sobre futuras políticas de igualdad de género que vayan más allá de este período de gobierno.

   
 
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