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17 de diciembre, 2008

Continuar senda de crecimiento

Si actuamos con inteligencia y sensatez podremos salir de la crisis mejor de lo que entramos
Nin Novoa convocó a discutir "grandes temas mundiales, que tienen que ver con nuestras vidas". Afirmó que los impactos de la crisis en Uruguay dependerán de la duración y profundidad que alcance la crisis en el resto del mundo. Ratificó, tal como lo señalan las más prestigiosas publicaciones económicas, que "estamos mucho mejor preparados que antes para esta eventualidad". Sostuvo que sin la política no es posible un mundo mejor.

El Presidente de la República en Ejercicio, Rodolfo Nin Novoa, cerró el ciclo de actividades de la Asociación de Dirigentes de Marketing (ADM), con una ponencia centrada en los desafíos que enfrentará Uruguay en los próximos años, más precisamente, hacia el 2025, cuando el país llegue a su bicentenario.

A modo de introducción, con el ánimo de establecer "dónde estuvimos, dónde estamos y hacia dónde podemos ir", explicitó los resultados de Gobierno. En tal sentido, si bien indicó que Uruguay atravesó por un contexto internacional favorable, la economía nacional creció por encima del promedio latinoamericano.

Enfatizó que el trabajo serio y profesional en materia económica, posibilitó alcanzar un crecimiento promedio de un 7% anual, y en particular, en 2008, a pesar de las incertidumbres generadas en el segundo semestre, se crecerá a un 10.5%. Añadió que el Producto Bruto Interno (PBI) pasó de 13.000 millones de dólares, en 2004, a 31.000 millones en 2008. Asimismo, resaltó que las exportaciones de bienes y servicios pasaron de 4.000 millones de dólares a 9.500 millones.

En otro orden, precisó que el desempleo pasó del 13% al 7%, mientras que el salario real se incrementó en un 16%. Asimismo, señaló que la pobreza bajó de un 32% al 20% y que la indigencia pasó de un 4% a un 2%, reduciéndose a la mitad.

El Jerarca informó que al inicio de la gestión un médico de salud pública percibía $ 4.500, mientras que en 2008 percibe, por ocho horas de trabajo, $25.000. Detalló que el sueldo de los maestros creció un 30%.

Luego de exponer los resultados de la actual gestión de Gobierno, el Presidente en Ejercicio proyectó el país hacia el 2025, deteniéndose particularmente en los aspectos sociales, educativos, productivos y energéticos.

Desafíos sociales

Nin consideró que aún quedan muchos logros por obtener en materia de indigencia. El país debería cumplir con el desafió de eliminar la indigencia, "cuestión lacerante para aquellos uruguayos que creemos que una sociedad equitativa y justa puede ser construida en base al esfuerzo de todos". Asimismo bregó por un país en que se reduzca significativamente la pobreza, situada en la actualidad en el entorno del 20%.

Refiriéndose a los resultados de las reformas implementadas por el gobierno en materia tributaria, de salud y en el sistema de prestaciones sociales, precisó que hubo una clara acción redistributiva, en donde el 10% de hogares con mejores ingresos transfirieron ingresos hacia los hogares más pobres.

Asimismo, afirmó que "tenemos otros muchos problemas como la drogadicción, la violencia doméstica, la atención a la discapacidad y la deserción escolar".

Puntualizó que el 65% de la población incrementó sus ingresos, el 19% los mantiene y un 16% perdió ingresos. Consideró que el país debe avanzar hacia una sociedad más equitativa y justa, en donde todos los ciudadanos puedan acceder a las mismas oportunidades.

Desafíos educativos

Como avances del Uruguay, iniciados en el período post dictadura, el Jerarca destacó el proceso de extensión de la educación inicial y la creación de las escuelas de tiempo completo: precisó que en 2009 se extenderá la obligatoriedad de la enseñanza inicial para los cuatro años y se llegará a 120 escuelas de tiempo completo, atendiendo a 40.000 niños.

En otro orden, Nin sostuvo que el Plan Ceibal "ha sido una de las conquistas más formidables", generando avances significativos en términos de equidad, En tal sentido se cuestionó acera de lo que siente el hijo de un esquilador o el hijo de un peón rural, en la octava sección de Cerro Largo o de Artigas, viendo llegar a su hijo con una computadora".

El aumento del presupuesto educativo en el 2009 va a llegar a 1.500 millones de dólares, más del 4,5% del PBI, aseveró. Precisó que, independientemente de la discusión de los contenidos educativos, sin estos recursos la educación no podrá salir adelante.

Nin destacó la necesidad de construir un país en que todos los adolescentes completen 14 años de formación obligatoria, con dos años de enseñanza inicial, seis años de primaria y seis años de enseñanza media.

En cuanto a la mejora en los resultados educativos, el Jerarca indicó que se debería mejorar en evaluaciones de ciencias y, fundamentalmente, en las que refieren al manejo del idioma y la lectura. Aseveró que según detalla el Índice de Oportunidades Humanas, un niño que no lea 70 palabras por minuto está condenado a restringir sus posibilidades de desarrollo.

En otro orden sostuvo que se debe ampliar el tiempo pedagógico en las aulas, promoviendo una educación integral, que incluya, entre otras cosas, idiomas, arte y educación física.

Consideró que si bien podemos reducir la pobreza en términos de una manera significativa, tal como se ha hecho, resulta imprescindible, para modificar la cultura de la pobreza, promover una cultura del trabajo. Insto a aumentar la cobertura de la educación media superior, extendiendo los bachilleratos tecnológicos.

En relación al sistema universitario, expresó que resulta necesario profundizar los cursos terciarios tecnológicos, fundamentalmente en las ramas de mecánica, de química, de informática, de la madera y en la enseñanza agraria.

Finalmente afirmó que se tendrá que impulsar formas flexibles de educación para adultos, en la modalidad formal y no formal, promoviendo una vinculación entre la educación y el trabajo a lo largo de toda la vida.

Desafíos productivos

El Presidente Interino destacó el papel del Gabinete productivo en la coordinación de esfuerzos entre la OPP y distintos ministerios, en donde se ha promovido una mejora en la estructura productiva del país, buscando un crecimiento sostenido, sustentable y con equidad social.

Enfatizó que en ese ámbito institucional se viene trabajando en el desarrollo de múltiples cadenas productivas, procurando adquirir capacidades tecnológicas y crecer en volumen y valor agregado. Por consiguiente, explicó que se promueven cadenas estratégicas de acuerdo a su capacidad para incorporar tecnología, a su intensidad en mano de obra y en relación a su potencial para promover nuevas tecnologías.

A modo de ejemplo, se refirió a la cadena del arroz, que ocupando el 1% de la superficie del país, contribuye con el 10% en el total de las exportaciones. También destacó el desarrollo que presenta la cadena naval, en donde se promueve que la armada y empresas nacionales construyan barcazas.

Dijo que este enfoque de trabajo brinda nuevas oportunidades para el desarrollo país.

Desafíos energéticos

Nin señaló que el desarrollo de un plan energético que diversifique la matriz se encuentra asociado al desarrollo de la estrategia industrial.

Sostuvo que el país no puede desarrollarse sin una energía limpia, accesible y barata para todos.

Precisó que el siglo XXI tiene por paradigma el crecer y distribuir. No obstante, indicó que el crecimiento tiene que ser seguro, limpio y sustentable. Añadió que el cambio climático, dado el aumento de la temperatura global del planeta, amenaza al mundo.

Aclaró que "los problemas que tenemos hoy de calentamiento global son problemas del pasado, porque el anhídrido carbónico permanece en la atmósfera durante 120 años". Dijo que "tenemos la obligación de entregarle a las generaciones que vendrán un planeta limpio, habitable, y habrá que transitar de una economía de altísima intensidad en emisiones de carbono a uno de baja intensidad".

El Jerarca señaló que Uruguay procura diversificar su matriz energética sin exclusiones, sin preconceptos.

Afirmó que es imperativo explorar todas las fuentes renovables de energía: la solar, la eólica, la biomasa, la nuclear y, algunas otras como la de las olas de los océanos o la del hidrógeno del agua.

Detallo que el Gobierno convocó a todos los líderes políticos para pensar e intervenir en este tema.

Consideraciones finales

Nin Novoa resaltó que el cierre de 2008 encuentra al mundo "sumido en la mayor incertidumbre económica que recuerde nuestra generación". Precisó que se agregó a la crisis de seguridad, la crisis económica y financiera, la cual está impactando de manera muy fuerte en las economías de los países más ricos. En tal sentido, se cuestionó cómo deberíamos ver los uruguayos esta situación.

Sostuvo que "como somos parte de este mundo, nos conmueve y nos preocupa su suerte, su tragedia, sus éxitos y sus fracasos". Puntualizó que estamos más lejos que nunca de alcanzar en el planeta las metas del milenio, propuesta por las Naciones Unidas. Dijo que nuestra sociedad no puede estar insensible ante esta situación.

Sostuvo que "cayó el paradigma del Estado controlando todos los resortes económicos, sociales, políticos, culturales, de la vida de las naciones y las sociedades y se cayó en forma de un muro, que es precisamente la forma más odiosa, y casi simbólica, de ese intento fallido de aislarse del mundo".

Por otra parte, añadió que en la actualidad enfrentamos una "caída estrepitosa del sistema financiero, de la especulación más cruda y despiadada". Consideró que los más lúcidos intentos políticos, que responden a esta forma de pensar, se dan cuenta que no alcanza con discutir sobre finanzas de bancos y paquetes económicos.

Nin convocó a discutir, especialmente en un año preelectoral, sobre "los grandes temas mundiales, que tienen que ver directamente con nuestras vidas, con nuestro destino, con nuestro futuro".

Afirmó que, en relación a los países más poderosos, estamos recibiendo los impactos de la crisis con mucho retraso. Precisó que los efectos en nuestro país dependerán de la duración o profundidad que alcance la crisis en el resto del mundo. Ratificó que tal como lo señalan los organismos internacionales y las más prestigiosas publicaciones económicas "estamos mucho mejor preparados que antes para esta eventualidad".

"Yo digo firmemente que los uruguayos deberíamos afrontar esta situación, desde el gobierno y con toda la sociedad, con inteligencia y con sensibilidad, con mucha sobriedad y manteniendo algo que nos ha costado reconquistar, la confianza, la seguridad de que tenemos muchas posibilidades de crecer, de construir un país más justo, más equitativo, más libre y democrático", enfatizó.

Añadió que Uruguay enfrenta la crisis con altos niveles de inversión, con un sistema financiero serio, que ya conoció la amargura de la crisis. Asimismo, sostuvo que se cuenta con indicadores sociales en permanente mejoría, que debemos preservar y cuidar; estos son parte de la recuperación económica del país.

Concluyó que si actuamos con inteligencia, con audacia, con sensatez, aprovechando pasos y posibilidades, podremos salir de la crisis mejor de lo que entramos, con nuevas posibilidades. "No hay un mundo mejor sin la política. No hay técnica ni ciencia económica que pueda conducir a los países, porque no hay neutralidad en ninguna de ellas", aseveró.

PRESIDENTE EN EJERCICIO DE LA PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA, RODOLFO NIN NOVOA, EN LA ASOCIACIÓN DE MARKETING DEL URUGUAY, EL MIÉRCOLES 17 DE DICIEMBRE DE 2008

PRESIDENTE NIN NOVOA: Muy buenos días para todos. La verdad esto constituye un altísimo honor. Estar cerrando estas actividades de la Asociación de Dirigentes de Marketing del Uruguay. Constituye también un honor el hecho de tener una audiencia tan calificada. La verdad y uno se siente honrado por poder dirigirse al corazón de la economía nacional, de la política nacional, de la diplomacia. Y entonces, empiezo por agradecer la presencia de todas y de todos. Quizás particularmente también me sienta muy honrado porque mi trabajo en el Senado, creo que es asegurar los derechos de las minorías. Y ver aquí a tantos amigos de la oposición, me congratula y me honra. Créanmelo.

Porque me parece que a largo de la vida uno tiene que ir haciendo algunas cosas que hay que considerar como imprescindibles, absolutamente necesarias. El aportar a la discusión de las ideas, a la confrontación de los proyectos. Teniendo el balance fundamental y creyendo en la buena intención de todos, presentarse a la discusión con el ánimo de convencer, pero también con el ánimo de dejarse convencer en la medida que los argumentos sirvan y sean sólidos, como muchas veces hemos escuchado. Son parte, me parece, de un Uruguay que necesariamente tiene que venir.

Nuestros adversarios no son nuestros enemigos. Nuestros adversarios en materia de ideas son apenas, o quizás, mucho más que apenas, son uruguayos y uruguayas que tienen la misma sensibilidad por el desarrollo nacional y el bienestar de la gente que tenemos los que circunstancialmente estamos en el Gobierno. Y solamente tienen otras ideas y otros caminos para recorrer con ese objetivo.

Entonces el hecho de que a mí me hayan dado también este privilegio de ser el tercer año que cierro estas actividades. Sumado a esta ansiedad intrínseca que tenemos los uruguayos de estar haciendo balance permanentemente, también ADM me hizo el honor de evaluar los primeros 90 días de Gobierno. En una actividad que fue, sin duda, difícil de evaluar, 90 días después de un cambio tan importante como el que había tenido Uruguay desde el punto de vista político era difícil, pero mis buenos amigos de ADM me ponen, a veces, en esos aprietos. Y lo concreto es que estos cuatro años de Gobierno he estado siempre una vez inaugurando, abriendo y las otras tres cerrando. Y estos cuatro años de Gobierno son el 80% del período. Y yo no quiero hablar del pasado. Yo lo que quiero es ver lo que planteaban los amigos de ADM era ver cómo hacíamos para encontrar, para discutirlos y poner arriba de la mesa, cuáles son los desafíos que tiene el Uruguay para los próximos años.

Y esos desafíos que tiene el Uruguay como los podemos enfrentar, con esas visiones diferentes, distintas desde el punto de vista político, desde el punto de vista económico, desde el punto de vista social. Cómo podemos ponernos de acuerdo, por lo menos, en una agenda que nos permita precisamente avanzar en esos desafíos.

Yo la verdad es que nunca tuve vocación de gallina que ponen los huevos y avisan que lo hicieron. El buen agricultor sabe que la gallina pondrá huevos y lo que tiene que hacer es recogerlos. Pero no me resisto, creadme, por lo menos para tener un punto de partida, para mirar esos próximos años y esos desafíos que se nos presentan hacer un minuto y medio de un balance. Porque, además, todos hemos escuchado el balance que hemos hecho, tanto el Gobierno como la oposición. Me parece que cada uno tiene una idea formada de cómo está el país, de cómo marcha, pero ustedes comprenderán que yo en una situación de esta, en mi carácter de Vicepresidente no podría dejar de destacar algunas cosas que han hecho nuestros compañeros.

Este equipo de Gobierno del que yo me siento parte intrínseca, indisoluble y completamente compenetrado. Esa ha sido una tarea que ha llevado adelante las Ministras y los Ministros, los legisladores y las legisladoras, que han tenido determinados resultados.

Entonces yo me voy a limitar únicamente a mencionar esos resultados. No me voy a poner a analizar. El análisis ya está hecho y cada cual desde su punto de vista lo podrá profundizar, ensanchar, llevar más adelante o más atrás. Y si nos quitamos desde el punto de vista de nuestro condicionamiento subjetivo, político, porque naturalmente que todos tenemos y estamos condicionados por nuestra visión política y económica, por nuestro proyecto de sociedad y de tránsito hacia una sociedad equitativa y en desarrollo sustentable. A mí me parece que sensatamente uno podría decir que hemos tenido un muy buen resultado necesario.

Y les digo más, como reconocimiento a los que han trabajado directamente en el diseño y en la aplicación de las políticas que como reconocimiento personal. Yo no vengo aquí a hacerme autoreconocimiento. Entonces, cuando uno mira algunas cifras. Entonces tiene un punto de partida, no con el ánimo tampoco de confrontar porque no se trata de eso, sino de saber dónde estamos, dónde estuvimos, de dónde venimos, dónde estamos y hacía dónde podemos ir. Me parece que es bueno y legítimo que yo comparta con ustedes algunas refrescadas de memoria porque no se trata más que de eso sobre la situación en la que nos vamos encontrando y en la que estamos.

Hemos tenido aplicación de políticas económicas, de políticas sociales, de políticas productivas que han dado buenos resultados.

Cuando mira el crecimiento histórico del país, y también reconozco, porque sería un tonto si no lo dijera, que ha habido un contexto internacional favorable para que el Uruguay creciera. Pero también hay que decir en este contexto internacional, nosotros hemos crecido por encima del promedio de los países latinoamericanos, que tenían el mismo contexto internacional favorable. La aplicación de políticas económicas ha sido una aplicación con seriedad, con profesionalidad, con potencia diríamos que nos han permitido crecer en estos últimos años a un 7% anual. Y en este año particularmente, que es un año que después lo vamos a ver al final, es un año que se llena de incertidumbres a partir del segundo semestre en el mundo y también en el Uruguay vamos a crecer un 10,5%. Y esto es muy bueno para el Uruguay. Esto es muy bueno porque quiere decir que nosotros cuando en el 2005 veíamos cual era nuestro Producto Bruto Interno de U$S 13.000 millones, si lo comparamos con el Producto Bruto Interno que tenemos hoy que es de U$S 31.000 millones pasamos a una primera conclusión. El ingreso per cápita de los uruguayos, sin estratificar, como se mide el ingreso per cápita pasó de U$S 4.000 por año a casi 10.000. Y esto es, sin ningún lugar a dudas, una mejoría para la mayor parte de los habitantes. Y después vamos a ver en la aplicación de algunas políticas sociales, particularmente como hubo una aplicación redistributiva del ingreso que benefició a la mayor parte de la población.

Las exportaciones, se acuerdan que había un sueño, un anhelo, de llevar a U$S 5.000 millones de exportación. Un anhelo compartido por todos, obviamente, porque sabemos que el país es un país que se presenta con un perfil nítidamente exportador. En virtud del mercado interno que tenemos y de la capacidad de producir alimentos sobre todo, nosotros nos presentamos como un país nítidamente agroexportador o alimentario exportador.

Y ahí pasamos de los U$S 4.500 millones a los U$S 9.500 millones con los que cerraremos en el ejercicio de este año. El desempleo bajó del 13% al 7% y esto hace innecesario cualquier otro comentario. La pobreza bajó de un 32% al 20%. La indigencia bajó a la mitad, teníamos casi un 4% de indigentes y hoy tenemos un 2%. El salario real creció en el 2005 un 16%. El sueldo de los médicos de Salud Pública, cuando iniciamos esta gestión estaba en $ 4.500, este año estará en $25.000 trabajando ocho horas. El sueldo de los maestros ha crecido en términos reales un 30%. El salario de los funcionarios no docentes de la enseñanza creció entre un 30 y un 50%. Son todos elementos que nos permiten pararnos en esta plataforma y decir qué es lo que esperamos para el futuro.

Y aquí yo miro para adelante. Y con esto alcanza, quizás algún otro matiz podamos introducir a lo largo de esta charla sobre resultados concretos, pero a mí lo que me interesa es que el Uruguay va a cumplir a lo largo de 2025 su primer bicentenario. El segundo centenario de la independencia. Y entonces porque no podemos imaginarnos el Uruguay del bicentenario. Pregunto ¿Será muy difícil tener, tener, soñar, pensar y contar con un ingreso per cápita de U$S 20.000? por año. Será muy difícil pensar en un Uruguay en el cual todos los adolescentes completen 14 años de formación obligatoria, dos años de enseñanza inicial, seis años de enseñanza primaria, seis años de enseñanza media, de lo que ahora vamos a ver algunos resultados también.

¿Será muy difícil pensar en duplicar nuestra matrícula universitaria? La matrícula tecnológica, será muy difícil pensar es un país que exporte bienes y servicios por U$S 25.000 o 30.000 millones. Yo creo que no es difícil. No es difícil pensarlo pero tampoco lograrlo. En la medida en que cumplamos con un sueño que creo que todos anhelamos en nuestras cabezas y en nuestros corazones que es la de trabajar de la manera más mancomunada y junta posible en pos de esos objetivos. Entonces, para eso me parece que se nos plantean cuatro grandes desafíos. Hay un desafío social que yo creo que tenemos que seguir luchando y pensando en él. Porque el Uruguay ha sido un país de una sociedad muy homogénea a partir de una Escuela pública que fue la gran movilizadora social, en esta sociedad precisamente, y que hoy vemos que tiene todavía diversos niveles e índices de pobreza y exclusión que los deben motivar a todos para seguir trabajando en ello. Creo que tenemos también, concomitantemente, un desafío educativo. Nadie duda de la importancia de la educación en cualquier proceso de desarrollo sustentable. Tendríamos un desafío productivo, obviamente el país sale en base al trabajo y a la producción. Y un desafío, que también, me parece incuestionable a esta altura que es el desafío energético. Un país no puede desarrollarse sin una energía limpia, accesible y barata para todos. Creo que debe haber otros, obviamente, yo me voy a concentrar en estos cuatro. Porque me parece que son desde mi punto de vista, quizás, los más importantes. Desde el punto de vista del desafío social, y van a ver que reconozco, tengo la obligación de reconocer que todavía nos quedan muchas cosas por hacer. Que haya 70.000 indigentes en Uruguay por más que hayamos bajado a la mitad esas cifras es todavía una cuestión lacerante para aquellos uruguayos que creemos que una sociedad equitativa y justa puede ser construida en base al esfuerzo de todos.

El 20 o 21% de pobres son muchos todavía. Es verdad son muchos y ahí tenemos que hacer el esfuerzo más grande para tratar de interrumpir ese círculo de reproducción de la pobreza y creo que uno de los elementos claves para esto será la educación y a él nos vamos a remitir cuando lleguemos a ese capítulo.

Y después tenemos otros muchos problemas como la emigración de los jóvenes, la drogadicción, la violencia doméstica, la atención a la discapacidad, la deserción escolar donde hay también algunas cifras que hay que analizar porque no nos dejan conforme obviamente. Son todos asuntos que deberían seguir estando en la agenda de discusión pública. Pero es verdad que hemos hecho reformas, que hemos hecho reformas importantes y que han tenido resultados determinados. Y esos resultados, que además, los estamos evaluando permanentemente porque yo creo que esto también era una condición un tanto negativa del Uruguay. Los uruguayos hacemos reformas, sin evaluar mucho las que hicimos anteriormente, sin evaluarlas científicamente, técnicamente, con rigor técnico profesional. Entonces, nosotros modestamente desde el Gobierno empezamos a evaluar la aplicación de estas reformas en su conjunto. De la reforma de la salud, la reforma tributaria, la reforma de la educación, la reforma social que hemos hecho en muchos aspectos como son las asignaciones familiares, el acceso a las pensiones a la vejez, etcétera.

Todas estas reformas nos dicen, con rigor técnico, que hubo transferencias de ingresos desde el 10% de los hogares de mayores ingresos hacia el 80% de hogares de menores ingresos.

O sea que allí hay una clara acción redistributiva, porque muchas veces se ha discutido también si la acción redistributiva del Gobierno se basa únicamente en las políticas macro -es decir, vamos a darles recursos a la salud, a la enseñanza, a la educación, etcétera- y ahí se nota la definición, o si aplicando otro tipo de políticas como la tributaria, también se alcanzan esa meta de redistribuir.

Y lo hemos logrado. Cuando nosotros miramos el efecto conjunto de todas las reformas que hemos hecho, llegamos a una conclusión que quizás no todos la tengan en sus cabezas.

Dice este resultado que el 65% de la población incrementó sus ingresos, el 19% los mantiene y un 16% perdió ingresos. Esto es parte, pero también esto es parte, de una sociedad que aspira a ser equitativa. Después me gustaría, también, quizás hablar de las diferencias entre una sociedad igualitaria y una sociedad equitativa.

Yo la verdad es que creo poco en las sociedades igualitarias, creo poco porque sé que es imposible llegar a ellas, todos somos diferentes. Todos tenemos talentos distintos, todos tenemos virtudes distintas, porque la igualdad, la aspiración de llegar a una sociedad igualitaria supondría, darle a todo el mundo la misma recompensa.

En cambio, la sociedad equitativa supondría –y a esta tesis me afilio-, darle a todo el mundo la misma oportunidad. Eso me parece que es un detalle fundamental cuando nosotros inclusive definimos, decidimos, analizamos, el futuro de nuestro país, de nuestra sociedad y de las políticas para aplicar.

Así que, viendo ya a este desafío social que todavía nos queda por hacer, que le queda a la sociedad uruguaya para encontrar esos niveles de equidad, paso al segundo desafío, al desafío educativo.

Nadie puede negar en este país y en el mundo entero que las sociedades que van hacia son aquellas que tienen un sistema educativo que vincula el saber con el hacer, y que vincula la capacidad de aprendizaje con la capacidad de trabajo. Y a eso también me quiero referir, porque me parece que es parte fundamental de este involucramiento que tiene que haber entre las políticas económicas y sociales y el combate a la pobreza.

Y el Uruguay de los últimos años ha tenido, sin ningún lugar a dudas, avances importantes. Y cuando me refiero a los últimos años, me refiero no solamente a los cuatro que han pasado. Me refiero quizás desde la reapertura democrática en el Uruguay, porque yo soy de los que creo que la historia del Uruguay no empezó con nosotros.

Lo que es el Uruguay hoy es la acumulación de políticas, de decisiones, de conformación de sociedad que ha sido mérito de todas las generaciones, y de eso nos vanagloriamos y nos deberíamos seguir vanagloriando. El mundo no empieza con nosotros, como no empezará tampoco con los que vengan dentro de algunos años.

Me apresuro a decir, también, ya para orientar un poco el tenor de las preguntas, que como estoy en el ejercicio de la Presidencia de la República, no puedo hacer ningún comentario partidario, por lo tanto, que no vengan preguntas referidas al Congreso del Frente Amplio, ni a las candidaturas porque no puedo hablar.

Pero yo les decía entonces que el Uruguay ha tenido muchos avances en materia educativa, ha universalizado la educación inicial entre los cuatro y los cinco años a partir de la década del 90. Nosotros, ahora en el 2009 empieza la obligatoriedad de la educación inicial a los cuatro años, se han creado a partir de la década del 90 las Escuelas de tiempo completo. En el 2009 vamos a llegar a 120 escuelas y 40.000 niños atendidos.

El Plan Ceibal, sin ningún lugar a dudas, ha sido una de las conquistas más formidables que nosotros podemos hacer, y es para los jóvenes, para ese criterio de equidad que queremos instaurar en el Uruguay.

Yo le decía, en uno de los últimos cierres, creo que fue en el anterior, cuando me imaginaba aquí mismo y comentaba con ustedes lo que sentiría el hijo de un esquilador, el hijo de un peón rural, el hijo de un alambrador, en la octava sección de Cerro Largo, de Rivera, de Artigas o de Salto, viendo llegar a su hijo con una computadora, porque de otra manera jamás podrían haber tenido la oportunidad de acceder a esta nueva tecnología de la información.

El aumento del presupuesto educativo en el 2009 va a llegar a 1.500 millones de dólares, que es más del cuatro y medio por ciento de los 31.000 millones de dólares que vamos a tener de producto bruto.

Yo quiero decir, porque también lo vamos a mencionar, que puede haber una gran discusión sobre contenido, tiene que haberla, necesariamente, es verdad, sobre la calidad de la enseñanza. Pero esa discusión jamás podría darse en un marco de restricción de fondo para la educación.

Porque lo primero que tenemos que hacer para dotar de calidad a la enseñanza es precisamente darle fondo para que se pueda repensar a si misma, para que pueda repensarse también con el Gobierno. Y no voy a eludir, por cierto, una mención por lo menos al tema de la educación general de enseñanza que lamentablemente ha tenido más ecos por los incidentes que sucedieron en las barras del Senado, que por el estudio detenido, detallado, de los artículos que componen esa Ley.

Entonces, ¿cuáles serían los desafíos en materia educativa que nosotros ponemos arriba de la mesa?

En primer lugar, la atención educativa de calidad en la primera infancia. La etapa de los tres años es fundamental para tener después un desarrollo integral de las personas. Y por eso es imprescindible ampliar el Plan CAIF, dotar a las llamadas guarderías de mayores contenidos, de brindar mayor cobertura y mayor calidad en ese sentido.

En segundo lugar, habría que mejorar los resultados educativos de la Educación Inicial y Primaria. Nosotros ahí tenemos que atacar nuevamente la inequidad en los resultados educativos. Porque tanto las pruebas internacionales como las nacionales lo que resaltan es precisamente la desigualdad de esos resultados, que son producto, además, del origen socioeconómico de los niños. Y eso tiene que estar en el centro también de nuestra instrucción.

Por eso, las escuelas de contexto social crítico, las escuelas de tiempo completo, el Plan Ceibal, son todas herramientas que se habrá que seguir profundizando y desarrollando.

En tercer lugar, hay que ampliar necesariamente el tiempo pedagógico en las aulas. Una educación integral, que incluya, entre otras cosas, idiomas, arte, educación física, que será obligatoria, es absoluta y claramente insuficiente con cuatro horas por día de clase. Y esto es también una materia que hay que poner arriba de la mesa y analizarla porque de otra manera, no vamos a poder cumplir con los planes y las propuestas que nos estamos planteando.

Hay que universalizar el egreso de la educación media básica, ahí tenemos un gravísimo problema también la educación media. Es uno de los problemas centrales de la educación uruguaya que sobre todo tiene problemas de permanencia y egreso y por supuesto también de resultados.

Entonces de repente quizás podríamos plantearnos en el próximo quinquenio lograr que el cien por ciento de los adolescentes terminen 11 años de educación por lo menos. Dos de educación inicial, seis de primaria y tres de media.

Y también en los resultados, tenemos problemas. Aunque se vislumbra alguna mejora leve en materia de enseñanza de ciencias y de matemáticas, según la encuesta Pizza 2006, siguen siendo muy preocupantes los resultados en materia de lectura.

Hace poco tiempo estuvimos analizando el Índice de Oportunidades Humanas para América Latina, que resulta bien interesante, es un estudio del Banco Mundial, y allí se decía que en Estados Unidos un niño que no lee 60 palabras por minuto –un adulto es capaz de leer en 15 segundos- es un niño que prácticamente está condenado a ser subnormal porque no tiene posibilidades de desarrollo.

Y en esto también hay que tener en cuenta que el factor determinante para el desarrollo escolar es la educación de la madre. Esto está por encima de todas las otras variables, más allá del ingreso de los padres, más allá de la situación económica de la familia, del hábitat. La educación de la madre determina las posibilidades de que el niño pueda encaminarse en un proceso educativo constante.

En quinto lugar, también un tema, para mí, vital. Vincular más, y sobre todo, mejor, la educación con el trabajo. Es preciso que la noción de trabajo, la cultura del trabajo, esté incorporada en todo el sistema educativo. El trabajo intelectual y el trabajo manual. Tenemos que superar esta división entre el saber y el hacer, entre los pobres que van a saber hacer y los ricos o las clases medias que van a saber y a conocer.

Nosotros podemos reducir la pobreza en términos constantes de una manera significativa como se ha hecho, pero para modificar la cultura de la pobreza es imprescindible incluir la cultura del trabajo. Es imprescindible incluir la cultura del trabajo. Y esto no es sólo responsabilidad del sistema educativo. Esto es mucho más profundo que eso.

Tenemos que aumentar la cobertura de la educación media superior, y no sólo a través de los bachilleratos preuniversitarios, también con los bachilleratos tecnológicos, que están dando buenos resultados, tanto en cobertura como en calidad, incluso técnicos superiores.

En séptimo lugar, tenemos que diversificar la educación terciaria. No podemos tener un sistema postsecundario exclusivamente universitario. Es preciso profundizar los cursos terciarios tecnológicos, desarrollados ya en este y otros períodos en las áreas de mecánica, de química, de informática, de la madera, en la enseñanza agraria. Y con propuestas en las que participen también los actores locales, porque esto es parte de un sistema nacional de aprendizaje.

En la Ley de Educación se crea el Instituto Terciario Superior. Y tenemos que en octavo lugar, también jerarquizar la profesión docente. Esto es verdad, no hay transformación educativa sin un papel central y jerarquizado de los docentes. Este aspecto tiene también dimensiones salariales, es verdad, de condiciones de trabajo, de formación, de desarrollo profesional y de carrera docente. Yo creo que lo más importante sería promover la carrera docente vinculada al desempeño del aula, al estudio, a las publicaciones y no tanto a antigüedad como sucede hasta ahora y como la Ley de Educación cambia.

Y tenemos que promover la educación de personas jóvenes y adultas. En Uruguay tenemos un 40% de ciudadanos y ciudadanas mayores de 25 años que han alcanzado como máximo la Educación Primaria. Y ese 40% son lo que constituyen la fuerza laboral, son los que educan a los hijos que nacen precisamente en esos hogares, que son la gran mayoría, son los que hacen la población económicamente activa.

Entonces, habrá que impulsar, cosa que prevé también la nueva Ley de Educación, formas flexibles de modalidad formal y no formal para que sigan estudiando, con nuevos niveles educativos para que se capaciten y aprendan. Para construir una sociedad de aprendizaje será necesario vincular la educación y el trabajo durante toda la vida.

Y también hay que construir un nuevo modelo de centro educativo. Eso está también en la Ley de Enseñanza, en la nueva Ley General de Educación que permite avanzar en esta dirección. Si hay algo que hay que hacer, creo que no hay muy poco. Pero tenemos que desterrar la idea de todas estas concepciones y es precisamente que en los asentamientos no deberían haber escuelas, porque esa es una forma de reproducción de la pobreza. Los pobres se vinculan sólo con los pobres. Y hay que descentralizar de ese modo, también, el centro de enseñanza.

Quiero pasar, después de haber planteado algunas ideas sobre el desafío educativo al desafío productivo. El Uruguay es un país netamente productor de alimentos y de otras actividades. Y para eso existe lo que nosotros hemos dado en llamar la creación del Gabinete Productivo, que es la coordinación y el esfuerzo del Ministerio de Industria, Energía y Minería, con el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, con la OPP y con el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. De ahí lo que hemos definido, es en primer lugar, mejorar la estructura productiva del país para lograr el crecimiento económicamente sostenido y sustentable con equidad social.

Y para eso, lo que estamos haciendo promoviendo el desarrollo de las cadenas productivas a través de su crecimiento en volumen, valor agregado y adquisición de capacidades tecnológicas. Para eso también un plan energético está involucrado en esto, porque es clave para sostener una estrategia industrial enfocada a asegurar el suministro y la diversificación de esa matriz.

El apoyo a las cadenas estratégicas. Aquí hemos identificado las cadenas exitosas, para implementar el valor agregado con capacidad tecnológica, las cadenas intensivas sin manos de obra, las nuevas industrias con potencial para promover su instalación y los servicios de soporte para coordinar e incentivar.

Con respecto a las cadenas me quiero referir particularmente, porque hay ejemplos, además que funcionan y funcionan muy bien. Está allí la cadena del arroz, que con el 1% de la superficie del país contribuye casi con el 10% u 11% del total de las exportaciones. Y esto es porque ha habido, una auténtica toma de conciencia de la necesidad de trabajar integrados entre academia, en materia de investigación, producción, industria y aún comercialización. Y ahí hay un ejemplo que hay que valorar, estimular y quizás también que poner para que otras cadenas lo emulen. Tuvimos, hace pocos días, que asistir a dos eventos importantes. Una fue la presentación de un plan estratégico para el desarrollo de la producción ovina. Y allí también entre academia, productores, industria, comercializadores, se trazaron un plan para aumentar de 320 millones de dólares en exportaciones del total de la cadena textil a 490 millones de dólares y pasar a la producción de 9 millones de ovinos a 11 millones y medio, a unos 40 millones de kilos de lana por año y a la faena de un millón y medio de corderos pesados.

Y la verdad es que estas son las maneras que podemos estimular y apoyar para desarrollar estos emprendimientos. Porque nacen de la propia sociedad, en primer lugar y eso me parece que es lo más importante. No es que sea un plan impuesto o pensado desde el Gobierno, desde los técnicos, sino que nace de los propios actores y esto me da la sensación de que hay que apoyarlo con mucha fuerza.

También participé en un seminario sobre la importancia de la hidrovía en el Uruguay para la industria naval y la construcción de barcazas. La hidrovía aquí en el Uruguay y en Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay, va a precisar en los próximos años unas tres mil barcazas. Y el Uruguay está en condiciones de participar de la construcción de estas barcazas. No solamente la industria privada, que ya lo está haciendo, sino aún la Armada Nacional, que también se presenta en estas licitaciones. Y creo que somos capaces de tener una industria naval que le dé soporte a este nuevo emprendimiento y que construya, quizás, hasta dos barcazas por mes, que es un objetivo bastante modesto, por cierto.

Pero en la medida que pongamos nuestros esfuerzos para comprender, en primer lugar, la importancia del tema, y en segundo lugar, para apoyar las iniciativas que hayan, me parece que tenemos también allí una gran oportunidad. Y ahí también hay un ejemplo de coordinación entre los propios trabajadores con la Unión de Trabajadores Metalúrgicos del Uruguay, que están elaborando y trabajando en conjunto con las empresas.

Creo que la cadena automotriz también tiene una gran expectativa y hay medidas y propuestas concretas. Creo que la cadena cárnica también está pasando por un momento de dificultades, pero ahí el Gobierno también ha cumplido con un papel fundamental porque en materia de apertura de mercados, a la carne le quedan solamente dos mercados sin acceder, que son Japón y Corea. Nada más. Nosotros le vendemos a la Unión Europea, al NAFTA, al MERCOSUR, tenemos altísimos índices de seguridad alimentaria, de calidad, de manera que no hay cosa para hacer en esta cadena. Como la cadena triguera, como la cadena farmacéutica, como la cadena energética. Hay muchas cosas para hacer, hay planes establecidos y creo que podemos, entre todos, discutir sobre eso.

Quiero por último, antes de una evaluación final, de una reflexión final, referirme al desafío energético. El nuevo paradigma del siglo XXI es crecer y distribuir, pero el crecimiento tiene que ser un crecimiento limpio. Eso ya no hay quien lo discuta. Entonces no solo el Uruguay sino el mundo entero tiene ese desafío. Se está condicionado por el cambio climático, por el aumento de la temperatura global del planeta que amenazan un colapso a finales de este siglo.

Los problemas que tenemos hoy de calentamiento global son problemas del pasado porque el anhídrido carbónico permanece en la atmósfera durante 120 años. O sea, que nosotros tenemos, de alguna manera, la obligación, también, de entregarle a las generaciones que vendrán un planeta limpio, habitable, y habrá que transitar de una economía de altísima intensidad en emisiones de carbono a uno de baja intensidad. Y hay que pensar también que en el 2012 termina el acuerdo de Tokio y hay que plantearse también una nueva agenda. Y entonces, esta realidad nos presenta un doble desafío. Por un lado, comprender la importancia de los asuntos ligados al cambio climático. Estos asuntos no son chiste. Estos asuntos son serios, muy serios, no solamente para Uruguay, sino para el planeta entero. Y tenemos que encararlo, porque además, el otro desafío, que es nuestro desarrollo sólo lo alcanzamos en la medida que tengamos una oferta de energía también sustentable.

Entonces, yo creo que hay que cambiar radicalmente la mirada sobre este tema si queremos encontrar las mejores respuestas a estos problemas. Y por eso es que estamos tratando de diversificar nuestra matriz energética. Sin exclusiones, sin preconceptos. Una matriz energética que provea energía segura y limpia. Y en esto también el Uruguay debería asumir una situación de liderazgo en cuanto al crecimiento limpio. Porque el Uruguay, además, es un país que produce naturalmente sus alimentos. Esta condición del Uruguay de país natural, es la que nos plantea el desafío de liderar en el cono sur, en América, y quizás en el mundo, la lucha por un mundo limpio y en equilibrio.

Entonces, a mí me parece que hoy es imperativo explorar todas las fuentes renovables de energía, la solar, la eólica, la biomasa, la nuclear y alguna otra, como la de las olas de los océanos o la del hidrógeno del agua. Una planta de energía solar requiere una hectárea y media de captación de esa energía para producir un megavatio. ¿Será muy difícil pensar en el Uruguay, en una planta de 100 hectáreas? Es cara, si. ¿Pero es imposible pensar? ¿Es imposible pensar en la energía nuclear? No, yo creo que no. El Gobierno lo está haciendo. Ha llamado a todos los líderes políticos para pensar en este tema y por cierto, en mi condición de Presidente Interino estaríamos esperando a la brevedad una respuesta para ver si integramos una comisión técnica que estudie este camino como todos los líderes políticos lo han planteado, justo es decirlo, sin preconceptos y sin tabúes.

Entonces, hay en el Uruguay también un proyecto de promoción tecnológica, solar y térmica. Pero me salteo algunas cuestiones que también tenía pensadas para este tema y quiero ir ya a algunas reflexiones finales.

Este cierre del año encuentra a este mundo tan globalizado, que tanto hemos hablado, discutido, sumido en la mayor incertidumbre económica que recuerde nuestra generación. Creo que la tendencia universal actual de la inseguridad a la extrema movilidad, a las grandes incertidumbres, se le ha sumado una crisis económica y financiera internacional que está impactando de manera muy fuerte en las economías de los países centrales, de los países más ricos.

Obviamente yo no voy a incursionar en este tema que es más bien para especialistas. Voy a tratar de darle otro enfoque. ¿Cómo vemos esta situación los uruguayos? Más general, ¿cómo deberíamos verla? Yo creo que a todos nos debe preocupar mucho porque todas las previsiones es que cientos de millones de personas serán más pobres, habrán más hambrientos, habrán más enfermos. Decenas de millones de personas en todo el mundo perderán su empleo, ya lo están perdiendo. Y habrá muchas consecuencias sociales graves.

Y creo que en primer lugar, como somos parte de este mundo, nos conmueve y nos preocupa su suerte, su tragedia, sus éxitos y sus fracasos. Hoy estamos más lejos que nunca, diría yo, de alcanzar en el planeta, las metas del milenio que nos habíamos propuesto las Naciones Unidas. Y eso es muy malo. Y la sociedad uruguaya no puede tener una mirada corta, hacia adentro, contándonos sólo nuestras preocupaciones. Al menos esta es mi primera aproximación. Esto lo debemos hacer por sensibilidad, por humanidad, pero también por civilización. La insensibilidad, el cálculo menudo y sin ningún sentido de solidaridad, es una forma de ver el mundo que es parte de este fracaso. El paradigma del progreso de la humanidad, que impulsa desde la libertad más absoluta y total del mercado, desde la disputa más despiadada a nivel de las Naciones, de los sectores sociales, de las familias y de los individuos, está en la base del gran fracaso al que asistimos en los últimos meses.

No es sólo un fracaso de la regulación. O mejor dicho, de la falta de regulación. Es mucho más profundo. Hace casi dos décadas cayó el paradigma del Estado controlando todos los resortes económicos, sociales, políticos, culturales, de la vida de las Naciones y las sociedades y se cayó en forma de un muro, que es precisamente la forma más odiosa y casi simbólica de ese intento fallido de aislarse del mundo.

Pero ahora, en la caída estrepitosa del sistema financiero, de la especulación más cruda y despiadada, comenzando por su agente neurálgico, Wall Street, se ha caído otro paradigma, el del mercado total y totalizador. Los más lúcidos dirigentes políticos de esta forma de pensar y concebir el mundo lo perciben. Se dan cuenta de que no alcanza sólo con discutir de finanzas de bancos de paquetes económicos. Hoy están en discusión otras cosas. En un año preelectoral, como el que estamos en el Uruguay, quizás sea difícil que la sociedad uruguaya pueda salir de estas tensiones y discutir sobre los grandes temas mundiales, que tienen que ver directamente con nuestras vidas, con nuestro destino, con nuestro futuro, sin que se desemboque de inmediato en la contienda de interpretaciones que en general, no empobrezca la discusión. Yo no me resigno. Y no hay ninguna duda nosotros estamos recibiendo el impacto con mucho retraso en relación a otros países mucho más poderosos que nosotros y ese ya de por sí es un éxito importante. Un triunfo que es de todos, de todos los actores económicos y sociales, del Gobierno, del Estado y de la sociedad en su conjunto. También es cierto que está llegando y que el impacto dependerá de la duración o de la profundidad que alcance en el resto del mundo y en la región. Y tampoco dudo que estamos mucho mejor preparados que antes para esta eventualidad. Que estamos mejor preparados, lo dicen los organismos internacionales y las más prestigiosas publicaciones económicas e incluso los propios bancos. Creo firmemente que los uruguayos deberíamos afrontar esta situación, desde el Gobierno y con toda la sociedad, con inteligencia y con sensibilidad, con mucha sobriedad y manteniendo algo que nos ha costado reconquistar, la confianza, la seguridad de que tenemos muchas posibilidades de crecer, de construir un país más justo, más equitativo, más libre y democrático. No se trata de actuar en base a adjetivos: pesimista, optimista, responsable, previsor, hay que actuar en base a sustantivos. Somos un gran productor mundial de alimentos, de cosas concretas, tenemos puntos de partida muy importantes para mantener altos niveles de inversión, tenemos un sistema financiero sólido que ya conoció la amargura de la crisis y el país tomó sus medidas. Tenemos indicadores sociales en permanente mejoría que debemos preservar y cuidar como un elemento central, que es nuestro proyecto nacional. Estos indicadores sociales son clave, no sólo por sensibilidad y solidaridad, sino como parte de la recuperación económica del país. En un mundo y en una región llena de incertidumbres, los que saldrán mejor de la crisis, no serán necesariamente los más ricos, los que tradicionalmente han sido las potencias económicas, esa condición no la van a perder. Pero hay países que si actuamos con inteligencia, con audacia, con sensatez, aprovechando espacios y posibilidades, podemos no solamente salir de la crisis, sino salir mejor de lo que entramos, con otras posibilidades. Y yo creo que lo que también ha quedado demostrado en todas las grandes caídas, desde hace 20 años, es que la política sigue siendo fundamental. No hay un mundo mejor sin la política. No hay técnica o ciencia económica que pueda conducir a los países, porque no hay neutralidad en ninguna de ellas. Por eso la política sigue siendo la clave. La política en los países democráticos y por eso creo que el principal capital, el de la confianza conquistada en el país, dentro y fuera de fronteras. La confianza en nosotros mismos, en nuestra solidez institucional, en la capacidad de sortear pruebas difíciles y complejas, es un buen punto de partida para meditar a fin de año. Hay cifras muy interesantes, sobre todo si se las compara con el ritmo de desaceleración y caída de otros países. Pero mucho más importante que eso, que los depósitos bancarios que crecen, que los bancos abrieron nuevas sucursales y lanzan nuevas líneas de crédito. Mucho más importante, incluso que los ingresos de las familias, que han seguido creciendo y los salarios recuperando capacidad adquisitiva, o más importante que los proyectos de inversión para este 2008, fueron casi el doble que los del año pasado. Incluso que grandes empresas, enormes empresas, que han detenido todas sus inversiones en el mundo, mantienen sus planes en Uruguay. Mucho más importante que todo eso, es que los uruguayos mantengamos nuestros impulsos, que cuidemos nuestra confianza, que sigamos con nuestra disposición a jugarnos, a arriesgarnos y reforcemos nuestra confianza en el país. Y esto no tiene color, esto no tiene bandera política, la única bandera es nuestra insignia nacional, y es un capital invalorable e insustituible. No existe tampoco el peligro de que seamos pedantes y pequemos de exceso de optimismo, no está en nuestros genes nacionales. Por ello, la batalla desde la política es a la confianza, es a la serenidad, es al sentido patriótico, es por darle seguridad a los cambios. Este es un fin de año diferente, en el que nos interrogamos muchísimas cosas, incluso sobre el clima y como no lo hacíamos tradicionalmente, sino porque la civilización o la incivilización han impactado en forma muy fuerte en este elemento vital. Los uruguayos somos parte de este mundo, pero no somos una parte inerte ni paralizada e incapaz de aportar en las dimensiones de nuestra realidad nuestro propio esfuerzo intelectual, creativo, de ideas y realidades. Y tenemos una base de partida que debe incluir no sólo la contemplación de la crisis y sus desastres, sino las preguntas y la búsqueda de respuestas sobre que podemos, que debemos hacer para seguir creciendo, para seguir mejorando la distribución del ingreso para consolidar y avanzar con equidad social.

Los uruguayos tenemos como decía el Presidente de ADM, una pequeña ventaja, tenemos varios postgrados en crisis. Por eso, es que el mío es un mensaje positivo. Hace una semana, quiero compartir un pensamiento con ustedes, estando también participando de un evento organizado por el Círculo de Montevideo, en el Hotel Conrad, con la presencia de ex presidentes de América Latina y de Europa, alguien José Juan Ruiz, que es el Gerente Regional para América Latina del Banco Santander, dijo una frase que yo quiero compartirla con ustedes. Porque me parece que es una frase propia de estos tiempos, "en tiempos de incertidumbres el optimismo se vuelve una cuestión de moralidad pública". Y a mi me parece que esta es una frase que nosotros debemos aplicar con un grado de sensatez adecuado, propio de los uruguayos. Y es por eso, que este fin de año el mejor augurio que puedo hacerles es que tengan un mejor año, que tengamos un mejor año 2009. Feliz Navidad y mejor año para todos y muchas gracias.

PREGUNTAS DE LOS ASISTENTES AL PRESIDENTE EN EJERCICIO RODOLFO NIN NOVOA, A TRAVÉS DE LOS PERIODISTAS PRESENTES EN EL ALMUERZO DE ADM

PERIODISTA: Muchas gracias. Muchas gracias señor Vicepresidente en Ejercicio de la Presidencia de la República, Rodolfo Nin Novoa. Un comentario personal y muy al pasar, que creo que será compartido por mi querido amigo Aldo, ha sido un alto honor compartir estas jornadas durante este 2008 aquí en ADM. Usted ha sido un hombre genéticamente optimista, ha sido un buen estudiante, dirigente gremialista calificado, luego dirigente político, Intendente por el Partido Nacional y además Presidente en Ejercicio por el Frente Amplio; o sea que mal no la ha ido. No sea tan optimista Nin, en cuánto a las preguntas.

PRESIDENTE NIN NOVOA: Ni merecido, ni buscado.

PERIODISTA: Probablemente merecido, pero no sea tan optimista en cuanto a las preguntas que no puede responder, porque usted y yo conocemos a un Presidente que se pronunció públicamente por un candidato a la Presidencia, por ejemplo, entre otras cosas. Así, que si quiere transitamos un camino del medio, institucionalmente quiero que me cuente, que atributos debe reunir un Presidente para llegar a ese Uruguay del 2025.

PRESIDENTE NIN NOVOA: A ver, un Presidente tiene que reunir sin lugar a dudas, varios atributos, en primer lugar tener un conocimiento profundo del país, de sus instituciones y del Estado. Porque es desde el Estado de donde se planifica, se diseñan y se ejecutan las políticas que después recaen o en beneficio, que es lo que todos buscamos de los habitantes. En segundo lugar, tiene que ser un hombre, o una mujer, que sepa armar equipos de trabajo, equipos potentes, equipos que sepan adaptarse a la velocidad de los cambios, con ese mismo nivel de conocimiento de la sociedad y del Estado. Tiene que ser un Presidente que oiga más de lo que hable, hasta por una cuestión genético religiosa, si Dios nos dio, o quién sea, nos dio dos orejas y una sola boca, con toda seguridad es para que escuchemos más de lo que hablemos; sino capaz nos hubiera dado dos bocas y una sola oreja. Tiene que ser un Presidente con contracción al trabajo naturalmente. Que le dedique mucho tiempo, que no necesariamente tiene que ser tiempo de oficina, sino que tiene que ser tiempo en el sentido, del conocimiento de la realidad del país, de las mutaciones que va sufriendo la sociedad, de los cambios de la misma para poder actuar a tiempo. Yo creo que una de las virtudes fundamentales de los Presidentes es adelantarse de alguna manera a los hechos que van a venir.

Y tener la capacidad además de actuar con firmeza, con decisión, con coraje porque además un Presidente está permanentemente presionado por muchas partes resolviendo intereses que están en conflictos, intereses que están contrapuestos y que tendrían que necesariamente ser puestos en la balanza con mucha ecuanimidad. Esto me parece que es una virtud muy importante de cualquier Presidente, que sea ecuánime. Esto es que sepa ver los problemas con objetividad, con pasión para resolverlos obviamente pero con mucho equilibrio.

PERIODISTA: Señor Vicepresidente: yo también pienso en el 2025 pero antes de llegar ahí, -y quiero llegar ahí, por supuesto, en buenas condiciones-, hay un tema más puntual y terrenal. Estamos hablando de una Ley de Educación, de una inversión muy grande que se ha hecho en nuestro país, pero ¿cómo seguir adelante cuándo los gremios de la enseñanza hacen referencia buena parte de esa Ley no es lo que ellos esperaban, y que por ejemplo, se está cuestionando incluso el inicio de las clases en marzo?

PRESIDENTE NIN NOVOA: A todos los gobiernos les suceden estas cosas o algo parecido. Un gobierno consulta, un gobierno busca acuerdos, un gobierno diseña caminos de entendimiento, pero un gobierno resuelve. Y un gobierno no puede estar sujeto a la inacción, si no hay acuerdo, si no hay consensos, el gobierno tiene que gobernar. El gobierno tiene además un ámbito de discusión aparte de la búsqueda de esos caminos que en el Uruguay se ha visto con mucho esfuerzo en estos últimos años, hay un ámbito que es el ámbito parlamentario que también existe allí la posibilidad de discutir. Pero los gobiernos tienen que resolver porque también es muy difícil encontrar unanimidades. Yo respecto a la Ley de Educación veo que las manifestaciones que ha habido no responden a la mayoría de los gremios de la enseñanza porque han sido pequeñas, muy revoltosas, pero pequeñas. No es verdad tampoco que le hemos entregado la educación a las corporaciones docentes pero esa es precisamente la parte de sus reclamos. Ellos querían todo el poder para ellos y el Gobierno tiene otra visión porque considera que la educación está al servicio de un proyecto estratégico de desarrollo nacional. Y por lo tanto, eso emana de quiénes tienen la máxima autoridad representativa de la Nación que son las autoridades electas. Entonces, en la búsqueda de los caminos y de los consensos, que nosotros hemos transitado, nunca tenemos que llegar a la inacción. No podemos quedarnos inertes frente a los problemas que tenemos. Nosotros estamos para gobernar y vamos a gobernar como la Vicepresidencia hasta el 28 de febrero del año 2010.

PERIODISTA: Hay un estimado integrante de este auditorio que plantea o señala como decisivo el desafío demográfico de que somos 3 millones y deberíamos ser más de 6 millones. Sí usted comparte este comentario ¿cuáles serían los caminos para lograrlo?

PRESIDENTE NIN NOVOA: Y yo lo comparto. Tanto es así que fue uno de los temas que fui dejando para atrás. Ahora hay también una realidad. En este país y no es despectivo, ni peyorativo, quiénes tienen hijos son los pobres. Y yo creo que nosotros precisamos más población pero el crecimiento demográfico no se obliga. Y las políticas para llevarlo adelante son muy completas, por cierto, pero es un uno de los temas que tiene que estar en la agenda, sin ningún lugar a dudas. Es un país de veteranos, de viejos, que cada vez tienen más problemas en muchos sentidos y que no podemos olvidar la discusión en torno a ese tema.

PERIODISTA: Señor Vicepresidente, ¿usted considera que Uruguay está en condiciones para por ejemplo reinstalar un frigorífico nacional o volver a lo que era SOYP para regular los precios?

PRESIDENTE NIN NOVOA: No. El Frigorífico Nacional lo que tenía era una condición fundamental, que poseía casi el 40% de la faena, porque si usted quiere tener un ente testigo, tiene que tener posibilidades de ser testigo. Para eso tiene que ser muy grande, si no, no es testigo de nada. Y el Frigorífico Nacional era testigo porque precisamente, frente a industrias muy extranjerizadas, tenía ese volumen de faena impresionante. Ahora, sé que hay gente que está pensando en eso, pero sensatamente nadie podría dedicarse a pensar en invertir millones de dólares, en salir a competir con una industria que lo hace eficientemente, eficazmente y que, más allá de que en algunos momentos da una sensación de actuar como un oligopolio, también es verdad que la competencia ha sido el arma o la razón fundamental de la existencia de esa industria frigorífica que ha mejorado, que se ha tecnificado, y que sin duda ha hecho crecer mucho al país, también.

PERIODISTA: Usted es un hombre de campo, todos lo sabemos, madruga bastante. ¿Cuántas horas trabaja en el Parlamento, Nin, aproximadamente?

PRESIDENTE NIN NOVOA: En el Parlamento, cuando el Presidente me pide alguna cosa, que me pide bastante habitualmente, entonces miro mi agenda para ver cuantas cosas tengo que suspender, porque al Presidente nunca se le dice que no. Habitualmente, yo soy un híbrido, como en muchas cosas, salvo en el fútbol. Pero trabajo muchas horas, sí, mi horario de trabajo empieza a las 8:30 de la mañana y termina a veces a las 21: 30 o 22:00 horas.

PERIODISTA: Salvando la distancia, como comprenderá, ¿es razonable fijar por ejemplo para un peón de campo ocho horas de trabajo?

PRESIDENTE NIN NOVOA: Y es una discusión más programática que efectiva. Porque la verdad es que en el campo se trabaja, se trabaja mucho, pero está muy ligado, el trabajo del campo, a las inclemencias del tiempo. Usted cuando llueve trabaja un poco menos, cuando siembra o cosecha, trabaja mucho más, y se van compensando las cosas. Pero me parece que es una cuestión programática, si todos los trabajadores del Uruguay tienen una jornada por Ley de ocho horas, ¿por qué hacer una exclusión? ¿Por qué no involucrar en ello a los trabajadores rurales? Que bastante postergados estuvieron también en cuanto a algunos otros beneficios en materia de legislación laboral, como por ejemplo el seguro de paro. Hasta hace poco tiempo no tenían seguro de paro. ¿Por qué no tenían seguro de paro? Porque era difícil conseguirlo, ver cómo se anotaban los tiempos de trabajo, porque además hay una rotación grande en esa materia. Pero me parece que es una cuestión más programática, de principios, que de orden efectivo.

PERIODISTA: ¿Cómo quiere promover la cultura del trabajo cuando se quiere reducir la jornada de trabajo de ocho a seis horas, así como también el Plan MIDES, dando dinero sin trabajar, lo que en definitiva promueve cada vez trabajar menos y ganar más?

PRESIDENTE NIN NOVOA: El Plan MIDES no da más dinero, señores. El Ingreso Ciudadano se terminó, ahora estamos en el Plan Equidad. Aquí hay que tener en cuenta que la emergencia social fue tratada como eso, como una emergencia, había que salir, en un país que siempre tuvo una alta homogeneidad social, donde vimos que por cuestiones hasta ajenas a nosotros, cuestiones de la crisis, llegamos a un 32% de pobres, algo hay que hacer. Usted no puede decir "Yo sé que usted es pobre pero voy a esperar que la cultura del trabajo se instale en nuestra sociedad y cuando esté lo suficientemente desarrollada y haya trabajo para todos, usted dejará de ser pobre". Mientras eso sucede, lo que hizo el Gobierno fue atender esa emergencia, pero en nada es atentatoria contra la cultura del trabajo. Como digo, tiene que depender no únicamente de la educación, sino de muchas otras cosas. Es como cuando se dice "les daban el dinero y se compraron un celular". ¡Por favor! ¿Los pobres no tienen derecho a tener un celular, a estar conectados con el resto de la gente, a tener un celular quizás como instrumento de trabajo? Recorran los barrios de Montevideo o del interior y van a ver pegados en los árboles un cartel que dice "Se ofrece jardinero, cortador de césped, albañil, electricista, llamar al celular tal". Bueno esa es una nueva forma también de inyectarse en el mundo laboral. Entonces, a mí me parece, que no deberíamos poner ese énfasis tan excesivo en creer que lo que el Gobierno hace es fomentar la "descultura" del trabajo. No, nosotros sabemos que el Uruguay sale adelante trabajando, ahora mientras haya gente que no pueda trabajar por determinadas circunstancias, es la obligación de la sociedad en su conjunto, ayudarla, darle una mano, porque sino no nos reconoceríamos como uruguayos.

PERIODISTA: Señor Vicepresidente, usted ha dicho que hay que ser optimista, pero también con la responsabilidad que corresponde. En tal sentido, también ha advertido las consecuencias que vendrán de esta crisis global para el próximo año. El Presidente ha convocado a sus Ministros para que expliquen sus planes de ahorro. Hay por ejemplo legisladores de todos los partidos que han sido cuestionados por sus viajes al exterior y siempre ha estado en debate el asunto del gasto estatal en muchas áreas. ¿Cuál es desde su punto de vista la razón para que ahora creamos en planes de ahorro que se anuncian además, durante todos los gobiernos. O sea, ¿que medida de evaluación para saber que efectivamente se va a ahorrar en el Estado?

PRESIDENTE NIN NOVOA: Mire yo creo que hay un equipo de Gobierno muy responsable al cual el Presidente le ha pedido un plan de acción para enfrentar estas dificultades que van a venir o que están por venir, o que estarán llegando. Y esto, también tiene un fuerte alcance de simbología. Nosotros no podemos hablar de una crisis, sin también hacer frente a la crisis, personalmente, colectivamente como Gobierno ajustando aquellas cosas que se pueden ajustar. Por ejemplo, cuándo se dice que vamos a reducir el número de las misiones oficiales. Las misiones oficiales, habitualmente, salen con una o con dos personas. Y bueno, cuándo haya, cuándo sea posible se va a salir con una, en vez de con dos. El Presidente, obviamente, tendrá que salir, porque tampoco es cuestión de aislarse y encerrarse dentro de nuestra propia casa porque si nosotros no salimos, difícilmente nos vengan a buscar. Eso también hay que tenerlo claro. Así que, hay un plan que se va a presentar el próximo lunes 29 en el Consejo de Ministros, y yo creo que es un plan creíble, y que la ciudadanía podrá confiar en él, porque además la ciudadanía ya ha dado muestras de sumarse a esas exhortaciones del Gobierno. Cuando tuvimos que hacer un Plan de Ahorro de Energía que también es una fuente de energía el ahorro, la ciudadanía, los uruguayos ahorraron mucha energía. Y bueno, eso fue un esfuerzo compartido, que de alguna manera también nos sirve como base para mostrarle a la ciudadanía, al pueblo que vamos a hacer, un ahorro y un ajuste en la medida que sea necesario y su vez también pedirles, si es el caso, lo mismo a la gente.

PERIODISTA: Se nos termino el tiempo, señor Vicepresidente, fue un placer buenas tardes para todos y muy felices fiestas.

PRESIDENTE NIN NOVOA: Muchas gracias. Igualmente para todos.

 
   
 
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