Imprimir 

12 de febrero, 2009

Sistema de trenes y carreteras

Experto Ferroviario aseguró que Uruguay podría ser un país modelo en el mundo
Samuel Rachdi dijo que con un millón de dólares es posible la recuperación de la Estación Central y elogió la red ferroviaria uruguaya. Destacó beneficios económicos de trenes históricos con fines turísticos y sugirió que aquí podrían implementarse para paseos de fin de semana, con tarifa más elevada y mejor confort que los trenes comunes. Consideró que constituiría una opción atractiva para turistas que arriban en cruceros.

El consultor de la Cooperativa Internacional para el Desarrollo de los Ferrocarriles Latinoamericanos (AIFFLA) e integrante de la Asociación de Amigos de los Ferrocarriles Latinoamericanos, Samuel Rachdi, recorrió, en una gira por los países de la región y que incluyó Uruguay, la Estación Central “General Artigas”. Lo hizo acompañado de integrantes del Grupo de Pasajeros en Defensa de la Estación Central. El especialista suizo, quien sostuvo que “el futuro del transporte público es, sin dudas, el ferrocarril”, se mostró preocupado por el estado de abandono en que se encuentra la emblemática terminal ferroviaria inaugurada en 1897. No obstante, Rachdi adelantó que si se decidiera recuperar hoy ese monumento histórico la tarea demandaría una cifra que, en su opinión, no superaría el millón de dólares. En su visión, las importantes dimensiones de la antigua terminal permitirían su convivencia con otros emprendimientos de carácter comercial que contribuirían a su propio mantenimiento.

La Estación Central fue adquirida por el Banco Hipotecario del Uruguay en 1999 para la realización del proyecto inmobiliario Plan Fénix que, según los integrantes del Grupo de Pasajeros, no tuvo en cuenta los argumentos técnicos contrarios a la clausura de la terminal ferroviaria y terminó en un “rotundo fracaso”.

El especialista, que en su estadía en Uruguay no tiene previsto entrevistarse con autoridades del riel ni del transporte, elogió la red ferroviaria uruguaya existente debido a que llega a todas partes del país. Si bien reconoció el significativo aporte del transporte de carga para la economía nacional, aseguró que recuperar esa red puede ser de inestimable utilidad también para el transporte de pasajeros. “Con esta red ferroviaria sería posible instrumentar, a su vez, una red complementaria de carreteras para constituir un sistema integrado de trenes y del sistema carretero para la carga y los pasajeros. De esta forma, Uruguay podría ser un modelo no sólo para América Latina sino para el mundo entero”, aseveró.

Las dos asociaciones que integra Rachdi tienen su sede en Suiza, y promueven el desarrollo ferroviario en América Latina. Además de ese país, sus socios provienen mayoritariamente de Austria y Alemania. En la región, cuentan con proyectos ferroviarios implementados en el estado brasileño de Santa Catarina y en el ramal Tacna-Constitución, en Chile. En lo relativo a nuestro país, el visitante adelantó que en Europa viene llevando adelante gestiones para financiar la compra de coches motor. En ese sentido, reconoció que la tarea “es muy difícil” porque “Uruguay no es considerado un país del tercer mundo”.

Rachdi, que fue guardabarreras en el país helvético, destacó, en su reciente visita a Brasil, la organización y buen funcionamiento de los trenes históricos-turísticos. Confió que “quedamos muy impresionados de cómo funcionan (los trenes) en ese lugar”. En el caso del existente en Campinhas, Rachdi advirtió que los vio “mejor organizados” y “más limpios” que en Suiza.

Volviendo a nuestro país, el especialista sugirió pensar en la incorporación de trenes históricos-turísticos como complemento a otros tipos de tren. “Son un buen negocio”, afirmó. “Así como hay muchos brasileños que pueden pagar un precio más elevado por un medio de transporte de estas características, seguramente también haya gente aquí que pueda hacerlo como una alternativa de paseos de fin de semana”, razonó. Un tren turístico tiene horarios que están ideados para que la gente viaje en su tiempo libre. Está conformado por vagones restaurados y locomotoras en algunos casos, a vapor, están equipados con materiales históricos,  pueden contar con ventanas más amplias para contemplar mejor el paisaje y un servicio de guías que realizan una reseña histórica de los lugares transitados. En este caso, es importante ofrecer al pasajero más comodidades que en un tren común porque la tarifa es más alta, indicó Rachdi. El entrevistado sostuvo que este servicio, incluso, es muy apropiado y tendría buena demanda de parte de los turistas extranjeros que arriban a nuestro país durante las temporadas de cruceros.

   
 
  Samuel Rachdi