Proyectos INIA 2009
Innovación agropecuaria en constante sintonía con
el medioambiente y el productor rural
Desde hace 20 años el INIA trabaja
en la innovación científico-tecnológica del sector
agropecuario, con un enfoque integral que busca tanto
mejorar la competitividad a nivel nacional e
internacional, como el apoyo a la familia rural en el
desarrollo de su producción. Para este año, el cambio
climático, la adaptación y la generación de genética
serán los temas preponderantes a la hora de planificar
las investigaciones.
El Presidente del Instituto Nacional de
Investigaciones Agropecuarias, Dan Piestun, señaló que
para 2009 se espera desarrollar líneas de acción en el
ámbito del Programa Cooperativo para el Desarrollo
Tecnológico Agroalimentario y Agroindustrial del Cono
Sur (PROCISUR) donde se tratarán temas relativos al
cambio climático, la adaptación y la generación de
genética a nivel mundial. Para ello, se coordinarán
esfuerzos con instituciones claves a nivel
internacional, lo cual es posible debido al buen
posicionamiento de INIA en el mundo, que permite llegar
a asociaciones con instituciones relevantes en la
investigación. Piestun resaltó que en relación al
cambio climático, el estudio de la genética es clave y
la sintonía entre las distintas instituciones de
investigación del mundo es fundamental.
Por otra parte, se redefinirá la
política de comunicación de la institución y se
instrumentarán nuevas políticas referentes a la
difusión y transferencia de la tecnología, con el
objetivo de llegar a más productores rurales. En 2008,
el Instituto realizó más de 21 mil actividades (días de
campo, jornadas técnicas, jornadas de divulgación,
conferencias, reuniones técnicas, talleres, seminarios,
cursos, congresos) y publicó 152 investigaciones. En
tal sentido, Piestun subrayó que la investigación se
complementa con tareas de difusión para hacer llegar a
los diferentes actores del medio rural los logros
alcanzados a través de los distintos proyectos.
INIA trabaja con quince programas entre
los que se encuentran aquellos orientados por las
distintas cadenas de valor como lo son los programas
dirigidos a la investigación de carne y lana, arroz,
cultivos de secanos, producción lechera, hortícola,
frutícola y citricultura, entre otros. Además, existen
proyectos estratégicos como el de sustentabilidad/producción
ambiental y producción forrajera. Funcionan como
unidades transversales la de agroclima,
georeferenciamiendo y biotecnología; así como también
la unidad de comunicación y transferencia de tecnología
que es clave para difundir el trabajo que realiza este
instituto.
El INIA cuenta con cinco estaciones
experimentales ubicadas en Canelones, Colonia, Salto,
Tacuarembó y Treinta y Tres, varias de estas estaciones
datan de mucho tiempo antes de creado el Instituto. Si
bien el programa Carne y Lana que tiene base en la
estación de Tacuarembó, es un programa de alcance
nacional y cuenta con investigadores en todas las demás
estaciones experimentales. Esto refleja la importancia
de la producción pecuaria para el Uruguay. En Colonia
se desarrolla cultivos de secano (que no tienen aporte
de agua por parte del hombre) e investigaciones
vinculadas a cultivos de trigo y soja, mientras que la
estación de Treinta y Tres se dedica a la investigación
del arroz. INIA tiene un componente humano importante
que supera los 600 trabajadores, entre técnicos,
investigadores y funcionarios de soporte. 75 son
investigadores, de los cuales más del 50% tiene nivel
de doctorado o está culminándolo.
Piestun explicó que a la hora de
desarrollar sus investigaciones, el Instituto busca
tener un pie en la realidad y estar en sintonía con el
quehacer de los productores. Por ello, en la Junta
Directiva están representados los distintos sectores
productivos a través de las asociaciones gremiales. El
eje del trabajo del Instituto es la interacción
público-privada, lo cual es clave para tener éxito en
las líneas de investigación.
Los distintos programas de INIA
definieron en 2006 un plan estratégico y una serie de
proyectos de investigación para el quinquenio
2006-2011. En cada programa existen entre seis y doce
proyectos distintos, donde trabajan grupos de
investigadores en equipos interdisciplinarios que se
abocan a relevar la demanda existente, en base a la
cual se conforman los objetivos de las investigaciones,
con prioridades previamente definidas.
Esto se acompaña de una sintonía
permanente, ya sea a través de jornadas taller o
recorridas de los técnicos en el medio productivo. En
estas actividades se detectan nuevas realidades a tener
en cuenta a la hora de realizar las investigaciones,
intentando acomodar los proyectos y formulando nuevos
proyectos puntuales.
Por otra parte, a la hora de difundir
los conocimientos, se hace hincapié en las demandas que
deben ser atendidas con mayor prioridad, por ejemplo,
la situación de sequía donde se tuvo que coordinar
esfuerzos con distintas organizaciones de productores,
las intendencias municipales, el Consejo Agropecuario
Nacional y Departamentales, buscando apoyo para la
búsqueda de estrategias para poder afrontar esta
situación.
En este punto, Piestun aclaró que
también hay líneas de investigación en referencia al
cambio climático, que en definitiva es la causa de los
efectos extremos de sequías e inundaciones que se
registran a nivel de todo el planeta. En este sentido,
reiteró que la base en los programas de INIA, tanto de
la producción animal como vegetal, es la genética.
También en los proyectos de cooperación a nivel
regional se realiza un énfasis en este tema, sobre todo
el proceso de adaptación al cambio. En estas
investigaciones están vinculados los temas genéticos,
la sustentabilidad ambiental, los suelos, cómo se
siembran los cultivos y su manejo.
Piestun aseguró que ante períodos de
sequía o inundaciones el cuidado de los recursos
naturales, como el suelo, se vuelve clave. Entonces,
implica un esfuerzo de investigación encontrar los
puntos de adaptación. La genética es un elemento clave
en el cual se pone énfasis.
Ante la situación de sequía de los
últimos meses, INIA participó en la creación de medidas
de prevención y alerta a órganos de gobierno y al
público en general. Brindó asesoramiento para la toma
de decisiones, tanto a través del sitio web (www.inia.org.uy)
como en las jornadas en la que participaron gremiales y
productores además de otros órganos de gobierno.
También apoyó en el reparto de alimento
para el ganado y en la generación de fichas
explicativas sobre cómo alimentar mejor el ganado en
estas situaciones además de sugerencias a largo plazo,
por ejemplo, sobre el riego. Piestun subrayó que hay
que prepararse para el futuro ya que las sequías pueden
repetirse, por lo cual es importante concientizar a las
personas, difundiendo la importancia de determinadas
medidas. A modo de ejemplo, señaló que la producción
ganadera a nivel de producción de carne puede aumentar
hasta un 40%, solamente con proveer sombra y agua.
En 2008, INIA puso énfasis en proyectos
de Fondos Concursables Internos para tener una
interacción múltiple entre los distintos programas del
Instituto. Se presentaron 22 proyectos y en el primer
trimestre de este año se estarán definiendo cuáles
serán los ganadores. Se buscó generar una gran
interacción entre disciplinas y programas, apostando a
la formulación de proyectos con base en el medio
productivo y que, sobre todo, sean innovadores.
Además, se firmaron distintos convenios
vinculados con la genética del trigo, para lo cual se
generó un consorcio junto a los semilleristas para
liberación temprana de cultivares. Se trata que la
genética que se está trabajando y desarrollando en
INIA, se transfiera a disponibilidad de los productores
lo más rápido posible.
Piestun aclaró que el accionar de INIA
es licenciar, no pretende dedicarse a la producción y
comercialización de genética de semillas de cultivo,
sino que realizan licitaciones públicas para
postulantes que logren llevar el producto de INIA a los
mercados de la mejor manera.
En 2008 también se apuntó a la
consolidación de un consorcio regional de innovación en
torno a la lechería, donde la idea es participar junto
a otros actores del sector en la generación de
innovaciones, que pueda aplicarse en el medio rural.
Todo lo que INIA genera a nivel de
publicaciones es de circulación libre. Además, exporta
genética animal y vegetal. En este sentido, el
Instituto tiene un importante reconocimiento por la
calidad de sus investigaciones. Asimismo, se realizan
licenciamientos a empresas de la región para habilitar
la comercialización de la genética. De esta manera,
INIA contribuye con elementos tecnológicos para el
desarrollo del medio agropecuario y la familia rural.
Si bien el Instituto se dedica
principalmente a la investigación, su Presidente aclaró
que también existe una gran responsabilidad en llenar
el espacio que queda entre la generación de nuevas
tecnologías y la adopción de las mismas. Para ello,
existe una unidad de comunicación, transferencia de
tecnología y difusión que se ocupa de comunicar los
avances de las investigaciones a través de jornadas y
eventos abiertos a los productores. Además, se realizan
visitas a las estaciones experimentales y ensayos en
predios de productores. Piestun indicó que el medio
rural cuenta con otros programas que acercan las
innovaciones a los productores como los son, entre
otros, el Plan Agropecuario y los Consejos
Agropecuarios Departamentales. En tal sentido reconoció
que un componente necesario a desarrollar por el INIA
es la extensión agropecuaria. |