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11 de marzo, 2009

Cultura y descentralización

Las Usinas de Cultura democratizan el acceso a nuevas tecnologías de producción cultural
El proyecto, impulsado por la Dirección de Cultura del MEC, consiste en el funcionamiento de ocho Usinas en distintos departamentos del país y una móvil, que recorrerá distintas localidades. Apunta a la descentralización, implementando infraestructura cultural en lugares con notorio déficit, estimula el desarrollo e integración entre las personas, promueve la socialización y el acceso a la plena ciudadanía cultural

La primera Usina de Cultura se inaugurará el próximo 19 de marzo,  en el Museo Histórico de Salto. El Coordinador de la iniciativa, José Luis Mostarda, explicó que se trata de “un espacio que procura construir ciudadanía cultural, de generar igualdad de oportunidades y proporcionar elementos para que los ciudadanos puedan manifestarse libremente y realizar su imaginario cultural”.

Hasta el presente, “lo que se venía haciendo era democratizar el acceso a la Cultura en términos de disfrute y goce. Ahora lo que vamos a intentar democratizar, es la producción cultural”, advirtió en noviembre del año pasado el Director Nacional de Cultura Hugo Achugar.

El Proyecto Usinas de Cultura es una iniciativa de esa repartición del Ministerio de Educación y Cultura (MEC) y cuenta con la colaboración de las direcciones de Cultura de las intendencias municipales y organizaciones sociales locales. Según Mostarda, procura satisfacer las necesidades básicas culturales a niveles de infraestructura, individual y comunidad. También aspira a promover la participación y producción de actividades culturales de las personas y a nivel comunitario, en diferentes puntos del país.

El acceso será libre y gratuito aunque se les dará preponderancia a los destinatarios con escaso poder adquisitivo y que tienen dificultades para acceder a los instrumentos apropiados para manifestarse culturalmente.

Aporte a la historia uruguaya

Los habitantes locales encontrarán en las Usinas de Cultura estudios de audio, video y fotografía con su respectivo equipamiento. Mostarda indicó que el estudio de grabación tiene instrumentos: batería, piano, órgano y guitarras eléctricas, bajos y percusión. “Hay una consola y lo que se produzca se puede editar”, adelantó. Algo similar sucederá en materia de video, donde se contará con cámaras profesionales, jirafa, monitor, pantallas protectoras y luces que permitirán editar diferentes productos audiovisuales.

Mostarda reconoce que “no es para cualquiera meterse con una cámara y editar. Si no tiene el conocimiento necesario, no lo va a poder hacer”. El equipamiento técnico será aportado por la Dirección de Cultura.

El funcionario aclaró que “la Usina no introduce contenidos, los contenidos son del usuario”, Adelantó que cada centro va a estar abierto al público de lunes a viernes y contará con su propio registro de todo lo que se produzca en sus instalaciones. Cada unidad, además, estará dirigida por un coordinador y dispondrá de instructores proporcionados por el MEC.

Según Mostarda, la infraestructura disponible permitirá, por ejemplo, recoger un testimonio sobre algún aspecto de la zona de influencia, una tradición del grupo social que también hace a la identidad y la tradición cultural del lugar. El informante manifestó que registrar situaciones que hacen a la vida cotidiana del lugar también constituyen un aporte a la historia del Uruguay.

A la Usina de Salto, seguirá la inauguración de la de Casavalle, en Montevideo, y a ésta se le sumarán otras, a un ritmo de una por mes, en los departamentos de Rocha, Treinta y Tres, Cerro Largo, Río Negro, Colonia, Tacuarembó y Durazno. A estas ocho, se les incorporará una usina móvil que recorrerá distintas localidades del país.  

“El acceso a la producción cultural estimula el desarrollo e integración entre las personas, además de promover la socialización y el acceso a la plena ciudadanía cultural”, señala un documento de la Dirección de Cultura. Y agrega que este proyecto “apunta a la descentralización, a partir de implantar infraestructura cultural en lugares que tengan un notorio déficit, así como democratizar el acceso a las nuevas tecnologías de producción cultural”.