JND en Naciones Unidas
Uruguay reivindica respeto a los Derechos Humanos
en la lucha contra las drogas
El Presidente y el Secretario
General de la Junta Nacional de Drogas, Jorge Vázquez y
Milton Romani, respectivamente, participaron de la Mesa
Redonda del Segmento de Alto Nivel del 52º Período de
la Comisión de Estupefacientes de Naciones Unidas. Este
evento, se denominó: “Retos actuales y futuros. Nuevas
tendencias y pautas de problema mundial de las drogas y
posibles mejoras del sistema de evaluación”.
En
oportunidad de este evento, el Secretario General de
la Junta Nacional de Drogas, Milton Romani, realizó
una intervención. Explicó que Uruguay posee un
abordaje de la problemática de las drogas que se
sustenta –ante todo- sobre la base de los Derechos
Humanos. Añadió que su país, adhiere al
multilateralismo como forma de evaluación y se opone
a las certificaciones unilaterales. En cuanto a la
Pasta Base de Cocaína, explicó que esta sustancia no
recibe una atención especial a la hora del
relevamiento, por parte de los organismos
internacionales y agregó que es uno de los emergentes
de una nueva situación en el Cono Sur.
En
otro tramo de su exposición, Romani dijo que los
sistemas sanitarios muchas veces no llegan a dar
cobertura a todos quienes lo requieren.
También dedicó un capítulo a la situación en el
sistema carcelario donde, según afirmó, se encuentra
en situación de hacinamiento y superpoblación y
redunda en una experiencia negativa para todos
quienes padecen de un uso problemático de las drogas.
A
continuación, se difunde la exposición completa del
Secretario General de la JND, Milton Romani,
integrante de la Delegación Uruguaya:
Hemos venido a participar en esta
mesa redonda con la aspiración de intercambiar
opiniones y puntos de vista. No nos parece que las
simples declaraciones de cada Delegación, sin centrar
el tema en debate, sean provechosas.
¿Cuál
es el reto que tenemos planteado, al realizar el
balance de diez años de estrategia mundial?
Los
aspectos centrales, Uruguay los plantea en su
intervención como país.
Permítanme expresar que se trata de dilucidar cuál es
la mejor manera de enfrentar el tema, respetando las
singularidades de cada país, e incluyendo todas las
voces, por parte de la comunidad internacional.
Acaba
de antecederme en la palabra -en nombre del Reino
Unido- un ex adicto e integrante de una ONG, que hizo
una excelente intervención, la que felicitamos. Se
refirió al fenómeno mundial de las drogas, desde un
nuevo paradigma: se trata de aportar a un
desarrollo humano integral, justo y equitativo con un
enfoque de Derechos Humanos.
Acabamos de escuchar el Informe del Secretario
Ejecutivo de ONUDD, Antonio María Costa, quien tomó
distancia de la denominada “guerra contra las
drogas”.
Se
abre paso, de a poco, un nuevo enfoque que también
toma distancia de este concepto de “guerra” que ha
sido hegemónico y que tantos daños ha sumado al
problema.
A la
hora de los balances nos preguntamos ¿Cómo evaluamos?
es decir, qué mecanismos tenemos para realizar un
diagnostico confiable, serio y con evidencia
científica. Es un tema en discusión.
Nos
interesa plantear acá, las evaluaciones respecto a
los estudios sobre consumo de sustancias, sobre
tráfico y en materia de asistencia y tratamiento.
Tres ítems que dan idea de la situación de la
problemática de las drogas, en cada país y en la
región.
Los
mecanismos de evaluación de Naciones Unidas, no
parecen ser los más idóneos.
“Problema Drogas: Compromiso de Todos”
Permítanme una reflexión sobre la
importancia del respeto de los Derechos Humanos en el
problema de las drogas. En la necesidad de tener una
política criminal focalizada hacia el tráfico (con
criterio de proporcionalidad entre el daño y la pena)
y no hacia los consumidores.
Las
respuestas de los ciudadanos encuestados sobre
consumo son diferentes hacia un Estado que penalice
el consumo, o hacia otro, que proteja las libertades
y garantías fundamentales. La incidencia de la
protección de los DDHH, hace a la fiabilidad de los
resultados.
Uruguay integra el esfuerzo realizado por seis países
de la región, en una acción apoyada por ONUDD y por
la CICAD-OEA, donde se realizan encuestas de jóvenes
y de hogares, con la misma metodología y en forma
permanente. Estos datos han sido recogidos
recientemente por la Junta Internacional de
Fiscalización de Estupefacientes (JIFE). Es apenas
una tentativa permanente de lograr datos tendenciales
sobre consumo.
Por
otra parte, Uruguay adhiere al multilateralismo
como forma de evaluación, tal como se hace a
través del Mecanismo de Evaluación Multilateral de la
OEA. No somos partidarios de las certificaciones
unilaterales.
Sobre nuevas rutas de tráfico ilegal,
reiteramos lo ya planteado en la Cumbre de
Presidentes del MERCOSUR, cumpliendo con las
Recomendaciones de la XII Reunión de Autoridades en
Drogas del MERCOSUR y países amigos.
La
Pasta Base de Cocaína (PBC) no forma parte de
atención especial del relevamiento de los organismos
internacionales. Y es uno de los emergentes de una
nueva situación en el Cono Sur. Se trata de nuevas
rutas, que derivan de un efecto globo del control de
precursores químicos, de una nueva territorialización
de la producción de cocaína (con la diseminación de
las llamadas “cocinas” en territorios del Sur) y del
desplazamiento de grupos de crimen organizados hacia
el sur del continente.
El
tráfico y consumo de pasta base de cocaína es también
un tema de responsabilidad común y compartida.
La
comunidad internacional y los mercados consumidores,
deben incorporar e identificar este problema que
acucia a los sectores más vulnerables de nuestros
pueblos. Seguiremos fiscalizando el tránsito de
cocaína y de precursores químicos. Esto, ahora vemos,
es solo un aspecto del problema. Convocamos a
incorporar todos los problemas que ahora, implican la
apertura de un mercado de consumo local.
Los
sistemas de asistencia y tratamiento
son variables evaluadores de la
magnitud del problema. Además deben ser evaluados
desde el punto de vista de sus normas y su
eficiencia. Dos precisiones sobre este punto: el
derecho humano a la salud debe estar garantizado para
los adictos en todo el sistema sanitario. En el
público, en forma prioritaria. Pero en
complementación con las ONG y el sector privado de la
salud. Se trata de un derecho humano.
“Problema Drogas: Compromiso de Todos”
La participación de la sociedad y de
los usuarios es un tema central. No lo hemos podido
instrumentar plenamente en mi país, porque los
esfuerzos han estado orientados a cumplir las
obligaciones –omitidas- del Estado. Pero es un
principio fundamental.
Por otra
parte: el sistema sanitario no siempre llega a todos
los adictos. Acá el esquema -más o menos represivo
de las políticas de drogas- también incide. Pero
estructuralmente el sistema no siempre llega a dar
servicio a quienes lo necesitan.
Es
importante insistir en que los dispositivos que
responden al modelo de Reducción de Daños -que
en nuestros países tienen un alto contenido de
inclusión social- responden a la necesidad de contar
con Dispositivos Intermedios, con alcance
comunitario hacia los adictos.
Por
último, pero que no es menos importante: tenemos las
cárceles hacinadas y superpobladas. En toda la
región no se garantiza la rehabilitación social.
La
política criminal con respecto a los consumidores debe
responder a un enfoque de derechos. Es un tema
sanitario, no penal. La población penitenciaria que
además tiene uso problemático de drogas, debe ser
atendida con un enfoque integral. Esto también es un
derecho humano. Un aspecto clave de la política de
drogas, porque de nada vale insistir en la “tolerancia
cero” y la pretendida dureza represiva para “retirar”
consumidores problemáticos y pequeños traficantes y
trasladar el problema. Algunos tienen la ilusión que al
sacarlos de las calles, el problema se resolvió. NO. Se
trasladó hacia los institutos penitenciarios donde
tenemos una situación grave y explosiva. |