"Laptops en la escuela uruguaya": artículo
publicado en el diario La Nación de Buenos Aires
El diario La Nación publicó un
artículo firmado por Rodrigo Arboleda que da cuenta de
la experiencia uruguaya respecto a la implementación
del Plan Ceibal. Se destaca en el mismo el papel
protagónico del Presidente Tabaré Vázquez para aplicar
un programa escolar a nivel nacional, inspirado en "One
Laptop per Child" de Nicholas Negroponte.
Los médicos adquieren instintos que
el resto de los mortales no tenemos. Uno de ellos es el
sentido de la urgencia. Saben que si no actúan rápido
el paciente se les puede morir. Aquellos que trabajan
con epidemias adquieren adicionalmente la necesidad de
buscar antídotos o vacunas. Buscan, investigan,
experimentan y si no son ellos los que las descubren,
saben quién lo ha hecho. Y cuando finalmente encuentran
una, se les dispara un tercer y contundente instinto,
el de vacunar a todo ser humano que se les atraviese
por su lado. El caso que más rápido se nos hace
presente es el de la vacuna Salk contra la polio.
Se necesitó entonces que un médico,
oncólogo para más datos, quien todavía practica la
medicina los viernes de cada semana y por caprichos del
destino y vaya uno a saber qué otro bicho lo picó, se
metió en política, llegara a ser presidente de su país
y tuviera el olfato de descubrir que había una vacuna
que nadie más había detectado. El decidió aplicársela a
toda la población, que la necesitaba. ¡Descubrió la
vacuna contra la ignorancia!
El médico del que hablamos es el
doctor Tabaré Vázquez, presidente de Uruguay. Los
pacientes, los chicos de primaria de su país.
Hace unos dos años y medio se enteró
en Davos, Suiza, del proyecto One Laptop Per Child o
"Una computadora portátil para cada niño", cuando
Nicholas Negroponte lo presentó ante el World Economic
Forum. El proyecto, que, como su nombre lo dice,
aspiraba a dotar de una computadora portátil a cada
niño en edad escolar de primaria, conectada a Internet
de alta velocidad y banda ancha, se presentó como una
verdadera revolución educativa y una redención para los
países en vías de desarrollo.
Tabaré Vázquez entendió
inmediatamente, y sin que nadie se lo hiciera saber,
que este proyecto proporcionaba lo más cercano que
había encontrado como antídoto o vacuna contra la
ignorancia. Hablamos de esa ignorancia crasa que genera
miseria y esa miseria extrema que lleva a las gentes a
la violencia. Ese mal endémico, esa patología dramática
que se ha convertido en la maldición de los países en
vías de desarrollo.
Hizo cuentas rápidas: Uruguay, tiene
unos 3.700.000 habitantes, con unos 260.000 chicos en
edad escolar primaria. Regresó a su país y, sin
pensarlo mucho ni hacer muchísimos estudios de
factibilidad ni crear comisiones de notables ni paneles
de expertos que discutieran hasta la saciedad la bondad
o maldad de una vacuna de este tipo, armado simple y
llanamente con su instinto de médico, que tiene el
sentido de la urgencia y de vacunar a las personas
cuando se encuentra una vacuna efectiva contra una
epidemia, ordenó precisamente 260.000 computadoras
portátiles y toda la parafernalia necesaria para
conectarlas a Internet de alta velocidad y banda ancha.
Entre el momento en que escuchó la
propuesta de Negroponte y la llegada a puerto uruguayo
de las primeras laptops pasó menos de un año.
Un año y tres meses después de la
llegada de la primera de estas computadoras a suelo
uruguayo, la transformación de la sociedad es patente.
Se han entregado más de 170.000 portátiles, con una
eficiencia y velocidad que en la actualidad ronda las
1500 computadoras diarias entregadas a los docentes y a
los estudiantes de primaria.
Los chicos son los dueños de las
portátiles. Las llevan a sus casas y, en muchos casos,
son ellos los que están enseñando a sus padres, pues
muchos de éstos nunca fueron a la escuela y no saben
leer ni escribir. No se han perdido, ni robado ni
vendido ni empeñado casi ninguno, pues un inteligente
sistema de control posibilita desactivarlo a control
remoto, por lo que la computadora robada sólo puede ser
usada como pisa papeles.
Se ha duplicado, en muchos casos, la
asistencia escolar. Se ha minimizado la deserción de
estudiantes; se ha observado un aumento de hasta el 50
por ciento del número de horas que los chicos
permanecen en la escuela.
Para poder entregar una computadora
portátil, tiene que haberse llevado a cabo un intenso
proceso de inducción y entrenamiento con los docentes,
quienes son los primeros en recibir una máquina y,
obviamente, con los alumnos. Las escuelas deben haber
sido dotadas de un servidor y de los puntos de acceso
de la señal de Internet, y la corriente eléctrica debe
haber sido estabilizada para no fundir los equipos. Las
portátiles vienen cargadas con hasta doscientos libros
de todo tipo, escogidos por país, y esto permite un
ahorro de dinero que facilita la financiación.
Para septiembre, Uruguay será el
primer país del mundo en el cual la totalidad de los
niños de primaria tendrá una computadora portátil
personal conectada a Internet de banda ancha. Si lo
conocíamos como la Suiza de América, tendremos que
cambiarle el eslogan, porque tocará llamarlo la
Finlandia de América o, mejor, llamar a Finlandia "la
Uruguay de Europa", porque ningún país del Viejo
Continente podrá darse el lujo de decir, como Uruguay,
que tiene vacunados a todos sus niños de primaria
contra la epidemia de la ignorancia.
Rodrigo Arboleda
Para LA NACIÓN |