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27 de abril, 2009

SIPIAV llamó a la reflexión

La prevalencia del maltrato a niñas, niños y adolescentes ronda el 50% de los hogares
Los diferentes grados de violencia que expresa la sociedad preocupan a las autoridades. No solo la agresión física o violación son demostración de violencia, también el maltrato verbal y psicológico, que deriva en muchos casos en niños, niñas y adolescentes violentos en todos los estratos sociales. Desde hace dos años se trabaja en un abordaje interinstitucional, creando protocolos y hojas de ruta que definan cómo proceder.

En el marco del segundo aniversario del Sistema Integral de Protección a la Infancia y la Adolescencia contra la Violencia (SIPIAV), se realizó una puesta a punto y se presentaron una serie de iniciativas.

Del acto participaron: la ministra de Desarrollo Social, Marina Arismendi; el director de Infamilia, Julio Bango; el director del INAU, Jorge Ferrando; la coordinadora del SIPIAV, María Elena Mizrahi; la directora del Consejo de Educación Primaria, Edith Moraes, y el asesor del Ministerio del Interior, Miguel Migliónico, entre otras autoridades.

El SIPIAV es implementado por el INAU, ministerios del Interior, de Salud Pública y de Desarrollo Social y la ANEP, con el apoyo de UNICEF y PNUD.

Fue concebido con el objetivo de construir un sistema nacional de atención, mediante un abordaje interinstitucional que responda a la problemática de la violencia contra la niñez y la adolescencia.

En la oportunidad se presentaron protocolos y mapas de ruta, se dio a conocer el informe 2008, se expusieron campañas de difusión, capacitación y un modelo de atención.

La Ministra Arismendi destacó la importancia del material que se presentó en la jornada, dado que es parte de una rendición de cuentas.

Hace dos años, al presentarse el SIPIAV, se hizo público un diagnóstico, y “todos quedamos espantados y nos autoanalizamos”, indicó la jerarca, dado que todos tenemos una familia.

La interacción del Estado con el gobierno nacional y los gobiernos departamentales y locales, con las organizaciones sociales, hace que se ubique el tema en la dimensión que tiene.

“Si un niño o niña nace en un hogar donde el grito es la manera más común de comunicarse entre los adultos, donde el insulto es la manera de establecer vínculos, donde el denigrar al otro en su autoestima, en su autovalía es la manera de valorizar lo que la otra persona hace, seguramente al poco tiempo va a ejercer esta forma de comunicarse”, sostuvo. Además, algunas veces se reproduce esta forma de relacionarse en la escuela.

Se apuesta a que esas persona excluidas, con los lazos sociales rotos o nunca establecidos, se quieran a si mismas y sean capaces de querer a otros, que confíen en que pueden hacer las cosas, quieran aprender, se enamoren, se alegren, disfruten de una salida, explicó.

Si bien se avanzó mucho, resta aún más por hacer, dijo la Ministra, quien aclaró que no se debe confundir la violencia con los límites.

Desde su rol de docente, Arismendi recordó que un simple dibujo animado puede variar la actitud de un niño. Actualmente los personajes matan indiscriminadamente y los juegos electrónicos consisten en ganar puntos a cambio de matar más y mejor.

Se ve con naturalidad bombardear una ciudad hasta que quede destruida, y se hace pública la guerra en si misma, “como quien da los datos del tiempo”, comparó.

Finalmente, recordó que siempre se está hablando de derechos; derecho a una vida sana, a ser feliz, a construir una perspectiva de vida basada en el reconocimiento, en el crecimiento, en la posibilidad de aprender; derecho a la  salud, a la educación y a la vivienda digna, pero además, el derecho a establecer vínculos sociales con herramientas para hacerlo.

Julio Bango explicó que en la jornada se brinda un informe del SIPIAV sobre las acciones desarrolladas en el último año, del que se destaca: centros abiertos para el tratamiento de niñas, niños y adolescentes en situación de maltrato físico o psicológico, la construcción de los mapas de ruta para el tratamiento de estas situaciones, porque a veces en la escuela, en un centro CAIF o en una policlínica se detecta un hecho de violencia contra un niño, y no se sabe cómo actuar.

Es necesario generar la coordinación para que cada técnico sepa   qué hacer, a qué servicios se puede derivar el tratamiento. Este es un logro para el país, dijo.

Los mapas de ruta no son generales a nivel nacional, sino por zona, de manera que en cada zona se conozcan los recursos que se tiene para atender esta problemática.

En los próximos días el Ministerio de Desarrollo Social presentará un informe sobre una investigación realizada en Montevideo y el Área Metropolitana que da cuenta de las prácticas de crianza de los uruguayos con sus hijos en los hogares. Este informe permitirá reflexionar sobre cómo construimos las relaciones con nuestros hijos, de modo de encarar el problema que tiene repercusiones a nivel social, indicó Bango.

Como forma de adelanto, el Jerarca brindó algunos datos, que además están contenidos en el informe presentado en la jornada por SIPIAV. En este sentido, dijo que si se mira la frecuencia con que suceden los hechos de maltrato, a nivel crónico la prevalencia del maltrato, ronda el 50% de los hogares. El maltrato psicológico ronda cifras similares. Esto refiere a cuando el hecho se da repetidas veces en el hogar.

Más allá del tipo de violencia, esta situación atraviesa a todas las clases sociales y estratos culturales. Esto da la pauta que tenemos un problema que debemos resolverlo como sociedad. El Estado tiene que asumir su responsabilidad, pero “tenemos que darnos el espacio como sociedad para reflexionar sobre nuestras propias prácticas”, reflexionó Bango.  

Jorge Ferrando, por su parte, aseguró que aún resta un largo camino por recorrer. Es necesario analizar los roles para saber qué estamos dispuestos a promover. Los medios deben analizar qué informan, porque lo que se ve dice muy poco de lo que se está haciendo, indicó.

Se trata de construir derecho, ciudadanía y otras formas de convivencia. “no podemos perder el rumbo de lo que queremos”, aseguró.

Edith Moraes realizó una recopilación de estos dos años de labor, y confirmó que el mapa de ruta aplicado para las escuelas comenzó a dar sus frutos.

La Jerarca destacó la labor de todas las instituciones en pro de elaborar protocolos y presentar propuestas, además del compromiso para concretarlas.

Es necesario modificar las prácticas e incorporarlas en las rutinas escolares, para apostar a la detección temprana y la prevención.

Miguel Migliónico, en tanto, resaltó las políticas de articulación de los diferentes actores y llamó a trabajar todos en la lucha contra la violencia.

El asesor del Ministerio del Interior, recordó que el SIPIAV no es solamente una organización articuladora, ya que permite discutir e intercambiar sobre el tema para mejorar las prácticas –como dijo Moraes-, reflexionar y modificarlas, todo mediante un trabajo unificado.

   
 
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