Protección a la infancia
Planifican taller con medios para definir criterios
en manejo de casos de violencia infantil
Los casos de maltrato en niñas,
niños y adolescentes no han aumentado, sino que al
haberse descentralizado los servicios de atención, se
puede cubrir mayor territorio y atender más
situaciones, explicó la coordinadora del SIPIAV, María
Elena Mizrahi. En cuanto al manejo del tema en los
medios de comunicación, dijo que respeta el derecho a
la información, pero que también deben respetarse los
derechos del niño abusado.
La coordinadora del Sistema Integral de
Protección a la Infancia y la Adolescencia contra la
Violencia (SIPIAV), María Elena Mizrahi, recordó que el
mismo surge de un acuerdo interinstitucional firmado en
2007. Explicó que se traduce en el trabajo de los
distintos organismos del Estado que tienen que ver en
el proceso de atención de casos de violencia contra
niñas, niños y adolescentes: los ministerios de
Desarrollo Social, Salud Pública e Interior, el INAU y
la Enseñanza . Esta última, sobre todo en lo que tiene
que ver con la detección de las situaciones, y luego el
resto de los organismos realizan el tratamiento. Se
cuenta con el aporte, además, de diversas ONG
vinculadas al tema.
“En estos dos años se ha trabajado
mucho; se logró el mapa de ruta de Primaria y ahora se
presenta el mapa de ruta del sector Salud, así como el
protocolo de intervención de INAU”, informó.
En 2007 y 2008 se concretó un gran
desarrollo del área metropolitana, incluyendo
Montevideo, Canelones y San José. Una de las metas de
2009 es una cobertura nacional, que se denomina
“sistema nacional”. El mismo consiste en confluir todos
los recursos de ASSE y los recursos técnicos de INAU,
para poder dar respuesta a esta problemática en cada
departamento del interior.
En cuanto a la capacitación, Mizrahi
informó que en CENFORES (Centro de Formación y Estudios
de INAU), más de 50 técnicos de INAU y 10 técnicos de
ASSE y de la Enseñanza se están capacitando en
metodología de abordaje, teniendo en cuenta que en el
interior no siempre se cuenta con organizaciones
gubernamentales para derivar las situaciones en
atención.
Deben ser los propios técnicos del
Estado, con los recursos existentes y complementándose,
quienes den respuesta a la situación.
Si bien se considera que los casos no
aumentaron, al tener más dispositivos, como los mapas
de ruta, la descentralización de INAU en los
territorios o los SOCAF de Infamilia (Servicios de
Orientación, Consulta y Atención Familiar), hacen que
se puedan captar más las situaciones. “Eso hace a los
derechos de los niños y favorece el tratamiento”, dijo
la Coordinadora.
La especialista se refirió puntualmente
al accionar en las escuelas. Aseguró que la mayoría de
los docentes conocen el mapa de ruta y en ello se debe
seguir trabajando. Mizrahi explicó que saben además,
que ante una situación de violencia o maltrato pueden
recurrir al centro INAU de la zona, llamar a la Línea
Azul, y si es un caso grave, pueden comunicarse con el
Hospital Pereira Rossell. Éste se considera el último
recurso, en tanto allí trabaja un equipo dedicado a
casos extremos, cuando la violencia es tal que el menor
requiere internación.
Toda esa batería de respuestas se dan a
conocer a través de los informes de gestión que son de
carácter anual, explicó.
Otro puntal importante en este proceso
es el Sistema de Salud. El mismo cuenta con un mapa de
ruta concreto, porque si bien en el Pereira Rossell
hace mucho tiempo que un equipo está trabajando en la
materia, era necesario ordenar en los distintos niveles
de salud –primer, segundo y tercer nivel- qué le
corresponde hacer a cada uno, y capacitar al sector
salud en la problemática.
Desde 2007 se venía trabajando con
ellos más específicamente en el tema de violencia
doméstica contra la mujer; ahora es necesario colocar
sobre la mesa la violencia contra niñas, niños y
adolescentes, que no es contradictoria de la violencia
de género y es parte de la violencia doméstica.
Por primera vez en el país, se cuenta
con un relevamiento de situaciones, donde se puede dar
cuenta de los casos que llegan. Hoy se conocen 600
casos, pero se cuenta con el desglose de datos de 369
casos (sexo, edad, tipo de violencia, cómo está
constituida la familia, en qué hogares viven).
Se procura hacer llegar a todas partes
donde hay atención, un software creado por Infamilia e
INAU, para llevar un control. “No es tarea fácil, menos
en un país donde no se estaba acostumbrado a evaluar ni
cuantificar lo que se trabaja”, dijo.
El objetivo de cuantificar y mostrar
cifras, no es por las cifras en si, sino “porque nos
muestra cómo debemos atender mejor, dónde nos hace
falta, cuáles son los dispositivos de atención que se
necesitan en cada uno de los territorios o para cada
una de las poblaciones”. Uno de los datos que surge es
que probablemente los varones tengan más violencia
física y las mujeres más abuso sexual.
El mapa de ruta de Primaria muestra una
franja bien clara entre 6 y 12 años donde hay mayor
cantidad de denuncias. Se está trabajando con el
CODICEN para saber qué está pasando con los
adolescentes, para elaborar un protocolo de detección
en adolescencia.
Es difícil cuantificar si existen más
casos que en el pasado, porque en este país nunca hubo
registros de las situaciones y eso es un problema,
indicó Mizrahi. Lo que sí se puede saber, es que hoy
INAU con su política de descentralización, igulamente
MSP con ASSE, y los CECAP de Infamilia, permiten estar
más en los territorios, en la articulación. El INAU se
está regionalizando, lo que hace más sencillo el tema.
Lo mismo en las escuelas, al contar con un mapa de ruta
los maestros saben qué hacer, cómo reaccionar.
“Tenemos mayor captación de las
situaciones, lo cual favorece a los derechos de niños,
niñas y adolescentes”. A veces se comienza a trabajar
con familias de menores, y cuando se habla con las
madres que tienen entre 30, 40 y 50 años, relatan que
fueron abusadas y sufrieron maltratos y en realidad
nunca fueron atendidas, más aún en el interior del
país.
En cuanto a la forma de comunicación
que utilizan los medios, mayormente los televisivos
sobre el tema, donde se destinan espacios para relatar
la historia de personas agredidas, Mizrahi dijo que
depende del manejo que se le dé, la repercusión que
pueda tener, si es positiva o negativa.
Como integrante del Consejo Consultivo
de Lucha contra la Violencia Doméstica que preside
Inmujer, Mizrahi dijo que no se niega el derecho a la
información. Se apunta sí, a que los niños abusados y
maltratados sean reconocidos en sus derechos. Por
tanto, cuando se informa, hay que ponerse en su lugar,
porque luego salen sus datos filiatorios, su situación
y la de su familia. Eso no beneficia a que otros niños
puedan en alguna medida plantear su situación, por el
contrario inhibe, explicó. “Si lo que buscamos es dar
mayor difusión para mejorar la problemática –argumentó
Mizrahi-, con esto estamos retaceando. En tal sentido
expresó que si un niño dice que su padre lo maltrató,
lo golpeó, y luego escucha a todos los vecinos en los
medios diciendo -‘hay que matarlo’- , posiblemente ese
chico no lo denuncie más, porque mal que bien, ese es
su papá o su mamá”. Es necesario trabajar con ese
vínculo, agregó.
Hace dos semanas en Florida se realizó
un taller con los medios de comunicación. Se planifica
para mediados de año –en conjunto con UNICEF- la
realización de otra experiencia de este tipo, con
todos los medios, para ver cómo se trata esta
problemática. |