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28 de abril, 2009

Protección a la infancia

Planifican taller con medios para definir criterios en manejo de casos de violencia infantil
Los casos de maltrato en niñas, niños y adolescentes no han aumentado, sino que al haberse descentralizado los servicios de atención, se puede cubrir mayor territorio y atender más situaciones, explicó la coordinadora del SIPIAV, María Elena Mizrahi. En cuanto al manejo del tema en los medios de comunicación, dijo que respeta el derecho a la información, pero que también deben respetarse los derechos del niño abusado.

La coordinadora del Sistema Integral de Protección a la Infancia y la Adolescencia contra la Violencia (SIPIAV), María Elena Mizrahi, recordó que el mismo surge de un acuerdo interinstitucional firmado en 2007. Explicó que se traduce en el trabajo de los distintos organismos del Estado que tienen que ver en el proceso de atención de casos de violencia contra niñas, niños y adolescentes: los ministerios de Desarrollo Social, Salud Pública e Interior, el INAU y la Enseñanza . Esta última, sobre todo en lo que tiene que ver con la detección de las situaciones, y luego el resto de los organismos realizan el tratamiento. Se cuenta con el aporte, además,  de diversas ONG vinculadas al tema.

“En estos dos años se ha trabajado mucho; se logró el mapa de ruta de Primaria y ahora se presenta el mapa de ruta del sector Salud, así como el protocolo de intervención de INAU”, informó.

En 2007 y 2008 se concretó un gran desarrollo del área metropolitana, incluyendo Montevideo, Canelones y San José. Una de las metas de 2009 es una cobertura nacional, que se denomina “sistema nacional”. El mismo consiste en confluir todos los recursos de ASSE y los recursos técnicos de INAU,  para poder dar respuesta a esta problemática en cada departamento del interior.

En cuanto a la capacitación, Mizrahi informó que en CENFORES (Centro de Formación y Estudios de INAU), más de 50 técnicos de INAU y 10 técnicos de ASSE y de la Enseñanza se están capacitando en metodología de abordaje, teniendo en cuenta que en el interior no siempre se cuenta con organizaciones gubernamentales para derivar las situaciones en atención.

Deben ser los propios técnicos del Estado, con los recursos existentes y complementándose,  quienes den respuesta a la situación.

Si bien se considera que los casos no aumentaron, al tener más dispositivos, como los mapas de ruta, la descentralización de INAU en los territorios o los SOCAF de Infamilia (Servicios de Orientación, Consulta y Atención Familiar), hacen que se puedan captar más las situaciones. “Eso hace a los derechos de los niños y favorece el tratamiento”, dijo la Coordinadora.

La especialista se refirió puntualmente al accionar en las escuelas. Aseguró que la mayoría de los docentes conocen el mapa de ruta y en ello se debe seguir trabajando. Mizrahi explicó que saben además, que ante una situación de violencia o maltrato pueden recurrir al centro INAU de la zona, llamar a la Línea Azul, y si es un caso grave,  pueden comunicarse con el Hospital Pereira Rossell. Éste se considera el último recurso, en tanto allí trabaja un equipo dedicado a casos extremos, cuando la violencia es tal que el menor requiere internación.

Toda esa batería de respuestas se dan a conocer a través de los informes de gestión que son de carácter anual, explicó.

Otro puntal importante en este proceso es el Sistema de Salud. El mismo cuenta con un mapa de ruta concreto, porque si bien en el Pereira Rossell hace mucho tiempo que un equipo está trabajando en la materia, era necesario ordenar en los distintos niveles de salud –primer, segundo y tercer nivel- qué le corresponde hacer a cada uno, y capacitar al sector salud en la problemática.

Desde 2007 se venía trabajando con ellos más específicamente en el tema de violencia doméstica contra la mujer; ahora es necesario colocar sobre la mesa la violencia contra niñas, niños y adolescentes, que no es contradictoria de la violencia de género y es parte de la violencia doméstica.

Por primera vez en el país, se cuenta con un relevamiento de situaciones, donde se puede dar cuenta de los casos que llegan. Hoy se conocen 600 casos, pero se cuenta con el desglose de datos de 369 casos (sexo, edad, tipo de violencia, cómo está constituida la familia, en qué hogares viven).

Se procura hacer llegar a todas partes donde hay atención, un software creado por Infamilia e INAU, para llevar un control. “No es tarea fácil, menos en un país donde no se estaba acostumbrado a evaluar ni cuantificar lo que se trabaja”, dijo.

El objetivo de cuantificar y mostrar cifras, no es por las cifras en si, sino “porque nos muestra cómo debemos atender mejor, dónde nos hace falta, cuáles son los dispositivos de atención que se necesitan en cada uno de los territorios o para cada una de las poblaciones”. Uno de los datos que surge es que probablemente los varones tengan más violencia física y las mujeres más abuso sexual.

El mapa de ruta de Primaria muestra una franja bien clara entre 6 y 12 años donde hay mayor cantidad de denuncias. Se está trabajando con el CODICEN para saber qué está pasando con los adolescentes,  para elaborar un protocolo de detección en adolescencia.

Es difícil cuantificar si existen más casos que en el pasado, porque en este país nunca hubo registros de las situaciones y eso es un problema, indicó Mizrahi. Lo que sí se puede saber,  es que hoy INAU con su política de descentralización, igulamente MSP con ASSE, y los CECAP de Infamilia, permiten estar más en los territorios, en la articulación. El INAU se está regionalizando,  lo que hace más sencillo el tema. Lo mismo en las escuelas, al contar con un mapa de ruta los maestros saben qué hacer, cómo reaccionar.

“Tenemos mayor captación de las situaciones, lo cual favorece a los derechos de niños, niñas y adolescentes”. A veces se comienza a trabajar con familias de menores, y cuando se habla con las madres que tienen entre 30, 40 y 50 años, relatan que fueron abusadas y sufrieron maltratos y en realidad nunca fueron atendidas, más aún en el interior del país.

En cuanto a la forma de comunicación que utilizan los medios, mayormente los televisivos sobre el tema, donde se destinan espacios para relatar la historia de personas agredidas, Mizrahi dijo que depende del manejo que se le dé,  la repercusión que pueda tener, si es positiva o negativa.

Como integrante del Consejo Consultivo de Lucha contra la Violencia Doméstica que preside Inmujer, Mizrahi dijo que no se niega el derecho a la información.  Se apunta sí,  a que los niños abusados y maltratados sean reconocidos en sus derechos. Por tanto, cuando se informa,  hay que ponerse en su lugar, porque luego salen sus datos filiatorios, su situación y la de su familia. Eso no beneficia a que otros niños puedan en alguna medida plantear su situación, por el contrario inhibe, explicó. “Si lo que buscamos es dar mayor difusión para mejorar la problemática –argumentó Mizrahi-, con esto estamos retaceando. En tal sentido expresó que  si un niño dice que su padre lo maltrató, lo golpeó,  y luego escucha a todos los vecinos en los medios diciendo -‘hay que matarlo’- , posiblemente ese chico no lo denuncie más, porque mal que bien, ese es su papá o su mamá”. Es necesario trabajar con ese vínculo, agregó.

Hace dos semanas en Florida se realizó un taller con los medios de comunicación. Se planifica para mediados de año –en conjunto con UNICEF- la realización de  otra experiencia de este tipo,  con todos los medios,  para ver cómo se trata esta problemática.

   
 
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  María Elena Mizrahi