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1° de mayo, 2009

Primero de Mayo

Gobierno protegió consumo interno, empleo y poder adquisitivo de salarios
El Ministro Bonomi dijo que la crisis global afecta al sistema financiero internacional y al consumo de los países desarrollados. Consideró que las recomendaciones de la OIT para enfrentarla promueven incrementar el consumo interno y coinciden con orientaciones económicas, laborales y sociales del Gobierno. Añadió que el país modificó el monto y duración del seguro de desempleo y flexibilizó acceso a jubilaciones y pensiones.

El Ministro de Trabajo y Seguridad Social, Eduardo Bonomi, dirigió un mensaje a la ciudadanía con motivo de celebrarse el Primero de Mayo.

En la oportunidad, se refirió a la crisis global y dijo que es una crisis distinta: "afecta el sistema financiero internacional, afecta la capacidad de consumo de los habitantes de los países desarrollados y dificulta enormemente la capacidad de los países del primer mundo de financiar sus compras".

Bonomi explicó que en noviembre de 2008, la Mesa del Consejo de Administración de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), abordó el tema de la crisis y el empleo, en donde se consideró que no era la hora de adoptar medidas tradicionales de ajuste del gasto y rebaja salarial.

Añadió que la OIT sostuvo en el mes de marzo, complementariamente a lo señalado en noviembre, que para los países de América Latina y El Caribe el sector externo no sería el motor de la reactivación. Contrariamente, se ponderaba la importancia de proteger el consumo interno, el empleo y el poder adquisitivo de los salarios.

En consecuencia, el titular de la cartera de Trabajo y Seguridad Social, instó a todos los actores a preservar los empleos y sus remuneraciones, lo cual se constituye en un elemento central de la demanda. Enfatizó que "el trabajo no representa únicamente el costo laboral de la empresa, sino que también constituye el pilar del consumo interno".

Posteriormente, explicitó seis recomendaciones de la OIT para enfrentar la crisis global: 1) Políticas fiscales y monetarias anticíclicas; 2) Apoyo específico a las micros y pequeñas empresas; 3) Fortalecer la protección social frente a la crisis; 4) Introducir programas de empleo de emergencia; 5) Moderar los aumentos salariales, procurando mantener el poder adquisitivo, 6) Asegurar el monitoreo de los derechos básicos en el trabajo y fomentar el diálogo social.

Bonomi consideró que el Gobierno tomó sus previsiones antes que aparecieran las recomendaciones de OIT y dijo que la reseña sirve par comprender por qué Uruguay está considerado como uno de los tres países en mejores condiciones de enfrentar la crisis. Enfatizó que el reconocimiento internacional se sustenta en que la política económica, la política laboral y social lo ayudaron a salir de la crisis heredada y a adelantarse a las complicaciones originadas por el contexto internacional adverso.

Sostuvo también que el país, además de tener un seguro de desempleo, modificó el monto y duración de los mismos –privilegiando a los mayores de 50 años- y flexibilizó las condiciones de acceso a las jubilaciones y pensiones, permitiendo que un mayor número de trabajadores pueda acceder a las mismas. Asimismo, precisó que se incluyeron cláusulas de salvaguarda en todos los acuerdos de la tercera ronda de los Consejos de Salarios que se realizaron el año pasado y se realizó, al iniciar este Gobierno, un plan de emergencia.

Palabras del Ministro de Trabajo y Seguridad Social, Eduardo Bonomi, en transmisión simultánea por radio y televisión con motivo de la celebración del Día de los Trabajadores, el 1º de mayo de 2009.

MINISTRO BONOMI: Este es el último mensaje del Primero de Mayo que se realice durante el mandato de este gobierno. Teníamos la intención de hacer un balance de lo actuado: lo qué hicimos, lo qué no pudimos hacer y lo que ha quedado pendiente.

Sin embargo, este es un año muy especial: hace nueve meses que se ha desatado una crisis de grandes dimensiones que comenzó en los Estados Unidos, se extendió a Europa, luego a Japón y ahora amenaza al mundo.

Es una crisis global. No es una crisis focalizada, como las anteriores por las que pasaron los últimos gobiernos. Esta crisis es distinta: afecta el sistema financiero internacional, afecta la capacidad de consumo de los habitantes de los países desarrollados y dificulta enormemente la capacidad de los países del primer mundo de financiar sus compras.

En noviembre de 2008, la Mesa del Consejo de Administración de la OIT, Consejo que Uruguay volvió a integrar desde mediados del año pasado, trató, como tema central, la crisis y el empleo: "Posibles repercusiones de la crisis financiera y económica y posibles respuestas".

A diferencia de otras veces, consideró que no era la hora de adoptar medidas tradicionales, de ajuste del gasto y rebaja salarial.

Este documento fue tratado nuevamente en marzo de este año y se aprobó por el pleno del Consejo. A su vez, luego, se hicieron consideraciones generales y se adoptaron recomendaciones para los países de América Latina y el Caribe.

Se concluyó que, en nuestros países, el sector externo no va a ser el motor de la reactivación, y que la contracción de la inversión privada sólo va a ser compensada parcialmente por la inversión pública. Aunque en Uruguay la inversión privada se ha mantenido a un ritmo igual, incluso superior, al del año pasado. Se afirmó, también, que en esta crisis cumplirá un papel fundamental la protección del consumo interno. Es así que se debe prestar especial preocupación en proteger el empleo y el poder adquisitivo de los salarios y de los ingresos, de forma tal que las personas puedan sostener su consumo.

Por lo tanto, es importante que todos los actores entiendan la importancia que tiene en la actualidad preservar los empleos y sus remuneraciones como elemento central de la demanda. De tal forma, el trabajo no representa únicamente el costo laboral de la empresa, sino que también constituye el pilar del consumo interno.

Las recomendaciones de la OIT frente a la crisis apuntan tanto a las políticas generales, con impacto en el empleo, así como a las políticas más específicas al mandato de la OIT: políticas de empleo, de protección social, de fomento del diálogo social y de apoyo al cumplimiento de las normas laborales.

Recomendación 1: Políticas fiscales y monetarias anticíclicas.

No es el momento de aplicar ajustes de tipo tradicional. Donde sea posible las políticas fiscales y monetarias deben estimular la economía. Es esencial considerar el factor empleo implícito en las distintas inversiones y gastos, privilegiando las inversiones que tengan un elevado impacto en el empleo.

Recomendación 2: Apoyo específico a las micros y pequeñas empresas.

Considerando la importancia que tiene este tipo de empresas en el empleo, se recomienda la creación y/o el fortalecimiento de líneas de crédito para estas empresas con apoyo público: por ejemplo, a través de fondos de garantía.

Recomendación 3: Fortalecer la protección social frente a la crisis.

La estrategia debe incluir respuestas tanto de los programas vinculados al mercado laboral como aquellos destinados a apoyar los ingresos y el bienestar de los hogares sin necesariamente estar ligados al desempeño del empleo.

En esta recomendación, se pone especial atención en señalar que hay países que cuentan con seguro de desempleo y otros que no lo tienen. Uruguay lo tiene… Y, no sólo lo tiene, sino que, antes que se manifestara la crisis, le hizo modificaciones en el sentido apuntado por la OIT: modificó el monto y la duración de los mismos, privilegiando, de alguna manera, a los mayores de 50 años, flexibilizó, y facilitó, las condiciones de acceso a las prestaciones del desempleo, y también de las jubilaciones y pensiones, permitiendo que un mayor número de trabajadores pueda acceder a las mismas.

Recomendación 4: Introducir programas de empleo de emergencia.

En situaciones de emergencia en el mercado laboral, se justifican los programas de empleo de emergencia con recursos del sector público. Su objetivo es de suavizar el aumento del desempleo y de proveer ingresos a los trabajadores cesantes que, en el caso contrario, caerían en situación de extrema pobreza.

La crisis requiere muchas veces un cambio de énfasis en las políticas de mercado laboral, desde una focalización en grupos de difícil inserción hacia una focalización en jefas y jefes de hogar de cuyos ingresos depende la supervivencia del grupo familiar.

Uruguay comenzó esta política, no cuando se empezó a hablar de la crisis, en julio agosto del año pasado, sino cuando asumimos el gobierno y tuvimos que afrontar las consecuencias de las crisis anteriores, especialmente las de 2002, y se puso en práctica el plan de emergencia.

Recomendación 5: Moderar los aumentos salariales, procurando mantener el poder adquisitivo.

En la búsqueda de mantener el poder adquisitivo de los salarios, y consolidar la recuperación alcanzada, se recomienda fiscalizar el cumplimiento del salario mínimo. Y, en los países donde la negociación colectiva este desarrollada, sería importante que se posibilitara la incorporación de cláusulas de contingencia negociadas entre las partes, para enfrentar la crisis con los menores costos posibles.

En el caso de negociaciones de larga duración, sería posible incorporar cláusulas de salvaguarda que previeran la posibilidad de modificar lo acordado en el caso que la crisis altere, sustantivamente, los parámetros considerados originalmente. Y, así como las partes lleguen a acordar fórmulas para enfrentar la crisis en forma más equitativa con aportes de ambos lados, sería deseable desarrollar fórmulas que planteen una idea de cómo se distribuirán los beneficios en la fase de crecimiento.

Una vez más, Uruguay tomó sus previsiones antes que aparecieran las recomendaciones de OIT, incluyendo cláusulas de salvaguarda en todos los acuerdos de la tercera ronda de los Consejos de Salarios que se realizaron el año pasado.

Recomendación 6: Asegurar el monitoreo de los derechos básicos en el trabajo y fomentar el diálogo social.

El impacto de la crisis puede llegar a debilitar la voz de los trabajadores a través de despidos, así como una mayor indefensión frente a situaciones de violación de sus derechos. Es importante que tanto los trabajadores, como los empleadores, mantengan su capacidad de mantener sus derechos durante la crisis, Se ha comprobado que el diálogo social es una herramienta muy valiosa para generar consensos y tomar medidas, tanto a nivel de la empresa como a nivel sectorial o nacional.

Para lograr estos objetivos la OIT recomienda mantener el monitoreo respecto del cumplimiento de las normas, así como tomar un rol activo para generar espacios de diálogo social a nivel nacional.

Esta breve reseña de las 6 recomendaciones de OIT puede servir para comprender porque Uruguay, considerado uno de los tres países en mejores condiciones de enfrentar la crisis, está en ese lugar...

Está en ese lugar porque, tanto la política económica, como la política laboral y social que ha llevado adelante, lo ayudaron, no sólo a salir de la crisis que heredamos y a que el desempeño de la actividad económica y el empleo en nuestro país siga siendo bastante superior al de la región, sino también a adelantarnos a otras complicaciones que pudiéramos vivir en el futuro.

   
 
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