Primero de Mayo
Gobierno protegió consumo interno, empleo y poder
adquisitivo de salarios
El Ministro Bonomi dijo que la
crisis global afecta al sistema financiero
internacional y al consumo de los países desarrollados.
Consideró que las recomendaciones de la OIT para
enfrentarla promueven incrementar el consumo interno y
coinciden con orientaciones económicas, laborales y
sociales del Gobierno. Añadió que el país modificó el
monto y duración del seguro de desempleo y flexibilizó
acceso a jubilaciones y pensiones.
El Ministro de Trabajo y Seguridad
Social, Eduardo Bonomi, dirigió un mensaje a la
ciudadanía con motivo de celebrarse el Primero de Mayo.
En la oportunidad, se refirió a la
crisis global y dijo que es una crisis distinta:
"afecta el sistema financiero internacional, afecta la
capacidad de consumo de los habitantes de los países
desarrollados y dificulta enormemente la capacidad de
los países del primer mundo de financiar sus compras".
Bonomi explicó que en noviembre de
2008, la Mesa del Consejo de Administración de la
Organización Internacional del Trabajo (OIT), abordó el
tema de la crisis y el empleo, en donde se consideró
que no era la hora de adoptar medidas tradicionales de
ajuste del gasto y rebaja salarial.
Añadió que la OIT sostuvo en el mes
de marzo, complementariamente a lo señalado en
noviembre, que para los países de América Latina y El
Caribe el sector externo no sería el motor de la
reactivación. Contrariamente, se ponderaba la
importancia de proteger el consumo interno, el empleo y
el poder adquisitivo de los salarios.
En consecuencia, el titular de la
cartera de Trabajo y Seguridad Social, instó a todos
los actores a preservar los empleos y sus
remuneraciones, lo cual se constituye en un elemento
central de la demanda. Enfatizó que "el trabajo no
representa únicamente el costo laboral de la empresa,
sino que también constituye el pilar del consumo
interno".
Posteriormente, explicitó seis
recomendaciones de la OIT para enfrentar la crisis
global: 1) Políticas fiscales y monetarias anticíclicas;
2) Apoyo específico a las micros y pequeñas empresas;
3) Fortalecer la protección social frente a la crisis;
4) Introducir programas de empleo de emergencia; 5)
Moderar los aumentos salariales, procurando mantener el
poder adquisitivo, 6) Asegurar el monitoreo de los
derechos básicos en el trabajo y fomentar el diálogo
social.
Bonomi consideró que el Gobierno
tomó sus previsiones antes que aparecieran las
recomendaciones de OIT y dijo que la reseña sirve par
comprender por qué Uruguay está considerado como uno de
los tres países en mejores condiciones de enfrentar la
crisis. Enfatizó que el reconocimiento internacional se
sustenta en que la política económica, la política
laboral y social lo ayudaron a salir de la crisis
heredada y a adelantarse a las complicaciones
originadas por el contexto internacional adverso.
Sostuvo también que el país, además
de tener un seguro de desempleo, modificó el monto y
duración de los mismos –privilegiando a los mayores de
50 años- y flexibilizó las condiciones de acceso a las
jubilaciones y pensiones, permitiendo que un mayor
número de trabajadores pueda acceder a las mismas.
Asimismo, precisó que se incluyeron cláusulas de
salvaguarda en todos los acuerdos de la tercera ronda
de los Consejos de Salarios que se realizaron el año
pasado y se realizó, al iniciar este Gobierno, un plan
de emergencia.
Palabras del Ministro de Trabajo y
Seguridad Social, Eduardo Bonomi, en transmisión
simultánea por radio y televisión con motivo de la
celebración del Día de los Trabajadores, el 1º de mayo
de 2009.
MINISTRO BONOMI: Este es el último
mensaje del Primero de Mayo que se realice durante el
mandato de este gobierno. Teníamos la intención de
hacer un balance de lo actuado: lo qué hicimos, lo qué
no pudimos hacer y lo que ha quedado pendiente.
Sin embargo, este es un año muy
especial: hace nueve meses que se ha desatado una
crisis de grandes dimensiones que comenzó en los
Estados Unidos, se extendió a Europa, luego a Japón y
ahora amenaza al mundo.
Es una crisis global. No es una
crisis focalizada, como las anteriores por las que
pasaron los últimos gobiernos. Esta crisis es distinta:
afecta el sistema financiero internacional, afecta la
capacidad de consumo de los habitantes de los países
desarrollados y dificulta enormemente la capacidad de
los países del primer mundo de financiar sus compras.
En noviembre de 2008, la Mesa del
Consejo de Administración de la OIT, Consejo que
Uruguay volvió a integrar desde mediados del año
pasado, trató, como tema central, la crisis y el
empleo: "Posibles repercusiones de la crisis financiera
y económica y posibles respuestas".
A diferencia de otras veces,
consideró que no era la hora de adoptar medidas
tradicionales, de ajuste del gasto y rebaja salarial.
Este documento fue tratado
nuevamente en marzo de este año y se aprobó por el
pleno del Consejo. A su vez, luego, se hicieron
consideraciones generales y se adoptaron
recomendaciones para los países de América Latina y el
Caribe.
Se concluyó que, en nuestros países,
el sector externo no va a ser el motor de la
reactivación, y que la contracción de la inversión
privada sólo va a ser compensada parcialmente por la
inversión pública. Aunque en Uruguay la inversión
privada se ha mantenido a un ritmo igual, incluso
superior, al del año pasado. Se afirmó, también, que en
esta crisis cumplirá un papel fundamental la protección
del consumo interno. Es así que se debe prestar
especial preocupación en proteger el empleo y el poder
adquisitivo de los salarios y de los ingresos, de forma
tal que las personas puedan sostener su consumo.
Por lo tanto, es importante que
todos los actores entiendan la importancia que tiene en
la actualidad preservar los empleos y sus
remuneraciones como elemento central de la demanda. De
tal forma, el trabajo no representa únicamente el costo
laboral de la empresa, sino que también constituye el
pilar del consumo interno.
Las recomendaciones de la OIT frente
a la crisis apuntan tanto a las políticas generales,
con impacto en el empleo, así como a las políticas más
específicas al mandato de la OIT: políticas de empleo,
de protección social, de fomento del diálogo social y
de apoyo al cumplimiento de las normas laborales.
Recomendación 1: Políticas
fiscales y monetarias anticíclicas.
No es el momento de aplicar ajustes
de tipo tradicional. Donde sea posible las políticas
fiscales y monetarias deben estimular la economía. Es
esencial considerar el factor empleo implícito en las
distintas inversiones y gastos, privilegiando las
inversiones que tengan un elevado impacto en el empleo.
Recomendación 2: Apoyo
específico a las micros y pequeñas empresas.
Considerando la importancia que
tiene este tipo de empresas en el empleo, se recomienda
la creación y/o el fortalecimiento de líneas de crédito
para estas empresas con apoyo público: por ejemplo, a
través de fondos de garantía.
Recomendación 3: Fortalecer la
protección social frente a la crisis.
La estrategia debe incluir
respuestas tanto de los programas vinculados al mercado
laboral como aquellos destinados a apoyar los ingresos
y el bienestar de los hogares sin necesariamente estar
ligados al desempeño del empleo.
En esta recomendación, se pone
especial atención en señalar que hay países que cuentan
con seguro de desempleo y otros que no lo tienen.
Uruguay lo tiene… Y, no sólo lo tiene, sino que, antes
que se manifestara la crisis, le hizo modificaciones en
el sentido apuntado por la OIT: modificó el monto y la
duración de los mismos, privilegiando, de alguna
manera, a los mayores de 50 años, flexibilizó, y
facilitó, las condiciones de acceso a las prestaciones
del desempleo, y también de las jubilaciones y
pensiones, permitiendo que un mayor número de
trabajadores pueda acceder a las mismas.
Recomendación 4: Introducir
programas de empleo de emergencia.
En situaciones de emergencia en el
mercado laboral, se justifican los programas de empleo
de emergencia con recursos del sector público. Su
objetivo es de suavizar el aumento del desempleo y de
proveer ingresos a los trabajadores cesantes que, en el
caso contrario, caerían en situación de extrema
pobreza.
La crisis requiere muchas veces un
cambio de énfasis en las políticas de mercado laboral,
desde una focalización en grupos de difícil inserción
hacia una focalización en jefas y jefes de hogar de
cuyos ingresos depende la supervivencia del grupo
familiar.
Uruguay comenzó esta política, no
cuando se empezó a hablar de la crisis, en julio agosto
del año pasado, sino cuando asumimos el gobierno y
tuvimos que afrontar las consecuencias de las crisis
anteriores, especialmente las de 2002, y se puso en
práctica el plan de emergencia.
Recomendación 5: Moderar los
aumentos salariales, procurando mantener el poder
adquisitivo.
En la búsqueda de mantener el poder
adquisitivo de los salarios, y consolidar la
recuperación alcanzada, se recomienda fiscalizar el
cumplimiento del salario mínimo. Y, en los países donde
la negociación colectiva este desarrollada, sería
importante que se posibilitara la incorporación de
cláusulas de contingencia negociadas entre las partes,
para enfrentar la crisis con los menores costos
posibles.
En el caso de negociaciones de larga
duración, sería posible incorporar cláusulas de
salvaguarda que previeran la posibilidad de modificar
lo acordado en el caso que la crisis altere,
sustantivamente, los parámetros considerados
originalmente. Y, así como las partes lleguen a acordar
fórmulas para enfrentar la crisis en forma más
equitativa con aportes de ambos lados, sería deseable
desarrollar fórmulas que planteen una idea de cómo se
distribuirán los beneficios en la fase de crecimiento.
Una vez más, Uruguay tomó sus
previsiones antes que aparecieran las recomendaciones
de OIT, incluyendo cláusulas de salvaguarda en todos
los acuerdos de la tercera ronda de los Consejos de
Salarios que se realizaron el año pasado.
Recomendación 6: Asegurar el
monitoreo de los derechos básicos en el trabajo y
fomentar el diálogo social.
El impacto de la crisis puede llegar
a debilitar la voz de los trabajadores a través de
despidos, así como una mayor indefensión frente a
situaciones de violación de sus derechos. Es importante
que tanto los trabajadores, como los empleadores,
mantengan su capacidad de mantener sus derechos durante
la crisis, Se ha comprobado que el diálogo social es
una herramienta muy valiosa para generar consensos y
tomar medidas, tanto a nivel de la empresa como a nivel
sectorial o nacional.
Para lograr estos objetivos la OIT
recomienda mantener el monitoreo respecto del
cumplimiento de las normas, así como tomar un rol
activo para generar espacios de diálogo social a nivel
nacional.
Esta breve reseña de las 6
recomendaciones de OIT puede servir para comprender
porque Uruguay, considerado uno de los tres países en
mejores condiciones de enfrentar la crisis, está en ese
lugar...
Está en ese lugar porque, tanto la
política económica, como la política laboral y social
que ha llevado adelante, lo ayudaron, no sólo a salir
de la crisis que heredamos y a que el desempeño de la
actividad económica y el empleo en nuestro país siga
siendo bastante superior al de la región, sino también
a adelantarnos a otras complicaciones que pudiéramos
vivir en el futuro. |