Gestión integrada con la población
DINAMA trabaja para conservar áreas
naturales como acto de defensa de nuestra cultura
La Directora de Medio Ambiente, aseguró
que el Sistema Nacional de Áreas Protegidas ya es una
realidad, con áreas incorporadas como la Quebrada de los
Cuervos, Esteros de Farrapos e Islas del Río Uruguay. Se
realizaron audiencias públicas para el ingreso del área del
Cerro Verde, Cabo Polonio, Laguna de Rocha (Rocha) y
Chamangá (Flores). Están en proceso de elaboración y
presentación, las propuestas de otras tres áreas.
Cuando el país asume su condición de
Uruguay Natural -incluso fijando esta definición en la Ley
General del Ambiente- nunca se pensó en renunciar al
desarrollo necesario. Por el contrario, se apostó a
compatibilizar el desarrollo económico, el incremento de
las actividades agropecuarias, industriales y de servicios
con los imperativos de la conservación ambiental, explicó
la directora nacional de Medio Ambiente del MVOTMA, Alicia
Torres.
Así se mejoraron las herramientas legales
para evaluar los emprendimientos a instalarse en el país,
antes que se conviertan en hechos consumados, de modo de
incidir directamente en su sustentabilidad.
Se hizo foco en la racionalización y
potenciación de las capacidades de control, para que las
actividades humanas o emprendimientos instalados en el país
no salieran de los límites considerados aceptados.
Se inició un proceso de relacionamiento con
la sociedad, de participación real. La apuesta siempre fue
a promover la integración de la población en la gestión
ambiental y se demostró con hechos concretos.
También se apostó al cuidado y la
conservación de los recursos naturales, la dimensión
económica en la conservación ambiental, oportunidades de
trabajo que se abren, cuidado de recursos apreciados hoy, y
con cotización al alza en el futuro, captación de intereses
externos y con ello capitales que llegan para volcarse
localmente.
El hombre es un modelador de paisajes y el
territorio define a la gente, relató Torres, quien
consideró en esta dialéctica al territorio como un factor
clave de identidad. “Nuestra tierra es parte de nosotros
mismos, no podemos hablar de nuestras sociedades y
comunidades, sino en relación indivisible con los lugares,
la geografía y la diversidad que contiene”, dijo.
La conservación de las áreas naturales no
es apenas un acto simbólico, ni siquiera es –en primer
lugar- un acto económico; es un acto imprescindible de
defensa social. “Es la conservación de nosotros mismos como
sociedad, de nuestros valores, de nuestra cultura y de
nuestra historia”, explicó.
El país se tomó todo el siglo XX para
concluir la Ley de creación del Sistema Nacional de Áreas
Protegidas (SNAP), y dejó pasar un quinquenio más para
reglamentarla, y así completar las herramientas legales
imprescindibles para comenzar a construir el Sistema
Nacional que permita iniciar un camino de conservación
racional, sistemático y sostenido, reflexionó la Jerarca.
A dos años del anterior encuentro TURAP
realizado en Trinidad (2006), Torres realizó una puesta a
punto de los avances obtenidos rumbo a la construcción del
SNAP, lo que supuso una intensa labor.
Se aprobó y comenzó a funcionar el proyecto
de fortalecimiento del proceso de implementación del
Sistema de Áreas Protegidas en Uruguay. Se canalizó la
cooperación del Fondo Mundial para el Medio Ambiente y se
logró el apoyo de la Cooperación Internacional Española y
Francesa para apoyar a nuestro país en la construcción del
mencionado Sistema. Son siete millones de dólares que en
cuatro años –uno de ellos ya está corriendo- serán “el
motor fuera de borda” que impulsará y ayudará a consolidar
al Sistema en su conjunto.
Torres aseguró que el SNAP ya es una
realidad, con dos áreas incorporadas: la Quebrada de los
Cuervos y Esteros de Farrapos e Islas del Río Uruguay. Ya
se cuenta con un borrador de plan de manejo para la
Quebrada de los Cuervos, y en estos últimos dos años se
realizaron las audiencias públicas para el ingreso del área
del Cerro Verde, Cabo Polonio y Laguna de Rocha (Rocha) y
Chamangá (Flores).
Están en proceso de elaboración y
presentación, las propuestas de otras tres áreas: la cuenca
de los arroyos Laureles y las Cañas en Tacuarembó y Rivera,
los bosques del Queguay en Paysandú y los Humedales de
Santa Lucía en plena Área Metropolitana.
Ya se inició un proceso de integración para
el desarrollo de la región norte del país, creándose la
Mesa de Acuerdo Territorial que articula y potencia las
capacidades naturales y productivas de aquella región, tal
vez la más lejana para quienes viven en la capital, con un
epicentro en el Valle del Lunarejo, considerado el corazón
de un área que apuesta que a través de la articulación del
desarrollo productivo y el ecoturismo, tenga en ese eje
del área protegida una oportunidad para un mayor desarrollo
local.
En otro orden, se seleccionó -por riguroso
concurso- al Director del Área de la Quebrada de los
Cuervos, y a los Jefes de los Proyectos de las Quebradas
del Norte y de la Laguna de Rocha.
Torres destacó la preocupación por la
participación e integración de las comunidades en la
gestión ambiental.
A nivel de las Áreas Protegidas, se puede
decir que se recorrió un camino compartido en el Cabo
Polonio, que supuso un año de trabajo intenso y dedicación,
procurando acercar posiciones y trabajar así en un plano de
igualdad. Se trata de la labor conjunta de más de una
decena de instituciones y organizaciones, y decenas y
decenas de protagonistas directos de este proceso.
“Hoy se está al término de una etapa
intensa y rica, y apenas restan unos retoques para que el
Decreto que eleva al Poder Ejecutivo la incorporación del
Cabo Polonio al Sistema Nacional de Áreas Protegidas sea
una realidad”, informó.
También se promovieron procesos
participativos en la zona de Laureles en Tacuarembó, en
torno a la Laguna de Rocha, en San Javier y Nuevo Berlín,
puertas de entrada a los Esteros de Farrapos, y así se
continuarán promoviendo áreas pensando en la tierra, en los
recursos que ésta nos brinda y en la gente que la habita
como un todo. Por ello se concretaron también convenios
para promover y mejorar el trabajo conjunto con entidades
de productores rurales, como la Comisión Nacional de
Fomento Rural, o la Asociación de Mujeres Rurales del
Uruguay.
Preocupa mucho la educación, la
capacitación de la población para trabajar en estos temas,
porque sin conocimiento no es posible la participación
efectiva, dijo. Así se desplegó una experiencia de
educación ambiental en los Humedales de Santa Lucía,
llegando al 100% de las escuelas de la región, y publicaron
una guía de educación ambiental para esa zona.
Por otra parte, se organizaron cursos de
gestión ambiental para funcionarios municipales, ediles y
ONG. (Uno se dictó en La Paloma, Rocha y otro en Las Cañas,
Río Negro).
Se financiaron cursos específicamente
adaptados para la población de Cabo Polonio, para que
estuvieran en las mejores condiciones de aprovechar
oportunidades de capacitación, en la futura visión de lo
que será el desarrollo de esta área en el SNAP. (Cursos de
gastronomía, de tecnologías alternativas y uso de la
energía solar).
Asimismo, realizaron un boletín del Sistema
Nacional de Áreas Protegidas que, con un tiraje de mil
ejemplares en edición impresa y una versión digital, llega
a toda la población y actores interesados en las Áreas
Protegidas, con información de primera mano, con datos del
área que tienen de referencia y del sistema todo, y
contando los avances y sobre todo lo que está pensando la
gente y lo que proyecta sobre ese futuro Sistema.
En otro orden, realizaron un llamado para
seleccionar proyectos de realización audiovisual sobre las
áreas protegidas. El último Día del Medio Ambiente se
presentaron ocho cortometrajes, materiales de gran calidad
y utilidad hechos por producción nacional 100%, que ahora
son herramientas del trabajo, para que todos puedan llevar
a lo largo de todo el país una visión directa, no solo de
los valores ambientales de cada una de las áreas, sino
también de cómo trabaja la gente dentro de ellas.
Se publicó el libro titulado “Uruguay:
tierra de encuentros”, donde autores indiscutidos de
diversas disciplinas reflexionan sobre los valores
naturales del país, su historia, su vínculo con la gente,
en medio de pinceladas poéticas y con un despliegue
fotográfico nunca visto del Uruguay.
“Los hitos fundamentales que hemos logrado
en estos últimos dos años, muestran claramente que no hemos
perdido el tiempo. Nos hemos esforzado mucho para
aceleradamente saldar la deuda histórica que Uruguay tenía
con su naturaleza y su gente. Y hemos encarado esta tarea
caminando sobre los principios que consideramos
fundamentales, aún cuando esto implicara ausencia de
caminos rectos y presencia segura de muchos dolores de
cabeza. Estamos creando un Sistema cuya característica
fundamental es la diversidad en la unidad”, sostuvo Torres,
quien considera que la descentralización es la clave, y por
ello se radican recursos humanos y económicos en cada una
de las áreas.
El Sistema es territorio y es gente, por
ello se fortalece la capacidad de la sociedad local para
facilitar su mejor y mayor involucramiento.
Pero este balance está lejos de significar
que el trabajo ha concluido, aclaró la Jerarca.
Se cuenta con tres áreas prácticamente
prontas para ingresar este mismo año al Sistema de Áreas
Protegidas, y se continúa afinando la definición de todos
los rincones del país que deben estar incluidos en algún
momento en el Sistema.
Se designará por concurso personal para
Esteros de Farrapos y se preverán nuevos llamados para las
áreas que ingresarán en el corto plazo. Preparan con
PROBIDES un curso de Guías de Naturaleza para ofrecer en
la modalidad de educación a distancia para llegar a la
mayor cantidad de gente posible.
Se trabaja en la adecuación de las
herramientas de educación ambiental como se concretó en los
Humedales de Santa Lucía, para darle uso en otras zonas e
incluso en todo el territorio nacional. Se está promoviendo
la investigación científica nacional para acercarse más a
su realidad, y completar las “lagunas” existentes en el
conocimiento de las cosas.
Se está reafirmando con hechos el
compromiso indeclinable con el desarrollo sustentable del
país, con todo lo que ello significa: generación de
riqueza, promoción del equilibrio social y territorial,
promoción de la participación ciudadana y conservación
ambiental.
Torres aseguró que reafirman con hechos su
compromiso con el desarrollo local, con la generación de
oportunidades, para que todo aquel que desee quedarse en su
pago tenga los medios y la gratificación para hacerlo.
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