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16 de junio, 2009

Gestión integrada con la población

DINAMA trabaja para conservar áreas naturales como acto de defensa de nuestra cultura
La Directora de Medio Ambiente, aseguró que el Sistema Nacional de Áreas Protegidas ya es una realidad, con áreas incorporadas como la Quebrada de los Cuervos, Esteros de Farrapos e Islas del Río Uruguay. Se realizaron audiencias públicas para el ingreso del área del Cerro Verde, Cabo Polonio, Laguna de Rocha (Rocha) y Chamangá (Flores). Están en proceso de elaboración y presentación, las propuestas de otras tres áreas.

Cuando el país asume su condición de Uruguay Natural -incluso fijando esta definición en la Ley General del Ambiente- nunca se pensó en renunciar al desarrollo necesario. Por el contrario, se apostó a compatibilizar el desarrollo económico, el incremento de las actividades agropecuarias, industriales y de servicios con los imperativos de la conservación ambiental, explicó la directora nacional de Medio Ambiente del MVOTMA, Alicia Torres.

Así se mejoraron las herramientas legales para evaluar los emprendimientos a instalarse en el país, antes que se conviertan en hechos consumados, de modo de incidir directamente en su sustentabilidad.

Se hizo foco en la racionalización y potenciación de las capacidades de control, para que las actividades humanas o emprendimientos instalados en el país no salieran de los límites considerados aceptados.

Se inició un proceso de relacionamiento con la sociedad, de participación real. La apuesta siempre fue a promover la integración de la población en la gestión ambiental y se demostró con hechos concretos.

También se apostó al cuidado y la conservación de los recursos naturales, la dimensión económica en la conservación ambiental, oportunidades de trabajo que se abren, cuidado de recursos apreciados hoy, y con cotización al alza en el futuro, captación de intereses externos y con ello capitales que llegan para volcarse localmente.

El hombre es un modelador de paisajes y el territorio define a la gente, relató Torres, quien consideró en esta dialéctica al territorio como un factor clave de identidad. “Nuestra tierra es parte de nosotros mismos, no podemos hablar de nuestras sociedades y comunidades, sino en relación indivisible con los lugares, la geografía y la diversidad que contiene”, dijo.

La conservación de las áreas naturales no es apenas un acto simbólico, ni siquiera es –en primer lugar- un acto económico; es un acto imprescindible de defensa social. “Es la conservación de nosotros mismos como sociedad, de nuestros valores, de nuestra cultura y de nuestra historia”, explicó.

El país se tomó todo el siglo XX para concluir la Ley de creación del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP), y dejó pasar un quinquenio más para reglamentarla, y así completar las herramientas legales imprescindibles para comenzar a construir el Sistema Nacional que permita iniciar un camino de conservación racional, sistemático y sostenido, reflexionó la Jerarca.

A dos años del anterior encuentro TURAP realizado en Trinidad (2006), Torres realizó una puesta a punto de los avances obtenidos rumbo a la construcción del SNAP, lo que supuso una intensa labor.

Se aprobó y comenzó a funcionar el proyecto de fortalecimiento del proceso de implementación del Sistema de Áreas Protegidas en Uruguay. Se canalizó la cooperación del Fondo Mundial para el Medio Ambiente y se logró el apoyo de la Cooperación Internacional Española y Francesa para apoyar a nuestro país en la construcción del mencionado Sistema. Son siete millones de dólares que en cuatro años –uno de ellos ya está corriendo- serán “el motor fuera de borda” que impulsará y ayudará a consolidar al Sistema en su conjunto.

Torres aseguró que el SNAP ya es una realidad, con dos áreas incorporadas: la Quebrada de los Cuervos y Esteros de Farrapos e Islas del Río Uruguay. Ya se cuenta con un borrador de plan de manejo para la Quebrada de los Cuervos, y en estos últimos dos años se realizaron las audiencias públicas para el ingreso del área del Cerro Verde, Cabo Polonio y Laguna de Rocha (Rocha) y Chamangá (Flores).

Están en proceso de elaboración y presentación, las propuestas de otras tres áreas: la cuenca de los arroyos Laureles y las Cañas en Tacuarembó y Rivera, los bosques del Queguay en Paysandú y los Humedales de Santa Lucía en plena Área Metropolitana.

Ya se inició un proceso de integración para el desarrollo de la región norte del país, creándose la Mesa de Acuerdo Territorial que articula y potencia las capacidades naturales y productivas de aquella región, tal vez la más lejana para quienes viven en la capital, con un epicentro en el Valle del Lunarejo, considerado el corazón de un área que apuesta que a través de la articulación del desarrollo productivo y el ecoturismo,  tenga en ese eje del área protegida una oportunidad para un mayor desarrollo local.  

En otro orden, se seleccionó -por riguroso concurso- al Director del Área de la Quebrada de los Cuervos, y a los Jefes de los Proyectos de las Quebradas del Norte y de la Laguna de Rocha.

Torres destacó la preocupación por la participación e integración de las comunidades en la gestión ambiental.

A nivel de las Áreas Protegidas, se puede decir que se recorrió un camino compartido en el Cabo Polonio, que supuso un año de trabajo intenso y dedicación, procurando acercar posiciones y trabajar así en un plano de igualdad. Se trata de la labor conjunta de más de una decena de instituciones y organizaciones, y decenas y decenas de protagonistas directos de este proceso.

“Hoy se está al término de una etapa intensa y rica, y apenas restan unos retoques para que el Decreto que eleva al Poder Ejecutivo la incorporación del Cabo Polonio al Sistema Nacional de Áreas Protegidas sea una realidad”, informó.

También se promovieron procesos participativos en la zona de Laureles en Tacuarembó, en torno a la Laguna de Rocha, en San Javier y Nuevo Berlín, puertas de entrada a los Esteros de Farrapos, y así se continuarán promoviendo áreas pensando en la tierra, en los recursos que ésta nos brinda y en la gente que la habita como un todo. Por ello se concretaron también convenios para promover y mejorar el trabajo conjunto con entidades de productores rurales, como la Comisión Nacional de Fomento Rural, o la Asociación de Mujeres Rurales del Uruguay.

Preocupa mucho la educación, la capacitación de la población para trabajar en estos temas, porque sin conocimiento no es posible la participación efectiva, dijo. Así se desplegó una experiencia de educación ambiental en los Humedales de Santa Lucía, llegando al 100% de las escuelas de la región, y publicaron una guía de educación ambiental para esa zona.

Por otra parte, se organizaron cursos de gestión ambiental para funcionarios municipales, ediles y ONG. (Uno se dictó en La Paloma, Rocha y otro en Las Cañas, Río Negro).

Se financiaron cursos específicamente adaptados para la población de Cabo Polonio, para que estuvieran en las mejores condiciones de aprovechar oportunidades de capacitación, en la futura visión de lo que será el desarrollo de esta área en el SNAP. (Cursos de gastronomía, de tecnologías alternativas y uso de la energía solar).

Asimismo, realizaron un boletín del Sistema Nacional de Áreas Protegidas que, con un tiraje de mil ejemplares en edición impresa y una versión digital, llega a toda la población y actores interesados en las Áreas Protegidas, con información de primera mano, con datos del área que tienen de referencia y del sistema todo, y contando los avances y sobre todo lo que está pensando la gente y lo que proyecta sobre ese futuro Sistema.    

En otro orden, realizaron un llamado para seleccionar proyectos de realización audiovisual sobre las áreas protegidas. El último Día del Medio Ambiente se presentaron ocho cortometrajes, materiales de gran calidad y utilidad hechos por producción nacional 100%, que ahora son herramientas del trabajo, para que todos puedan llevar a lo largo de todo el país una visión directa, no solo de los valores ambientales de cada una de las áreas, sino también de cómo trabaja la gente dentro de ellas.

Se publicó el libro titulado “Uruguay: tierra de encuentros”, donde autores indiscutidos de diversas disciplinas reflexionan sobre los valores naturales del país, su historia, su vínculo con la gente, en medio de pinceladas poéticas y con un despliegue fotográfico nunca visto del Uruguay.

“Los hitos fundamentales que hemos logrado en estos últimos dos años, muestran claramente que no hemos perdido el tiempo. Nos hemos esforzado mucho para aceleradamente saldar la deuda histórica que Uruguay tenía con su naturaleza y su gente. Y hemos encarado esta tarea caminando sobre los principios que consideramos fundamentales, aún cuando esto implicara ausencia de caminos rectos y presencia segura de muchos dolores de cabeza. Estamos creando un Sistema cuya característica fundamental es la diversidad en la unidad”, sostuvo Torres, quien considera que la descentralización es la clave, y por ello se radican recursos humanos y económicos en cada una de las áreas.

El Sistema es territorio y es gente, por ello se fortalece la capacidad de la sociedad local para facilitar su mejor y mayor involucramiento.   

Pero este balance está lejos de significar que el trabajo ha concluido, aclaró la Jerarca.

Se cuenta con tres áreas prácticamente prontas para ingresar este mismo año al Sistema de Áreas Protegidas, y se continúa afinando la definición de todos los rincones del país que deben estar incluidos en algún momento en el Sistema.

Se designará por concurso personal para Esteros de Farrapos y se preverán nuevos llamados para las áreas que ingresarán en el corto plazo. Preparan con PROBIDES un  curso de Guías de Naturaleza para ofrecer en la modalidad de educación a distancia para llegar a la mayor cantidad de gente posible.

Se trabaja en la adecuación de las herramientas de educación ambiental como se concretó en los Humedales de Santa Lucía, para darle uso en otras zonas e incluso en todo el territorio nacional. Se está promoviendo la investigación científica nacional para acercarse más a su realidad, y completar las “lagunas” existentes en el conocimiento de las cosas.

Se está reafirmando con hechos el compromiso indeclinable con el desarrollo sustentable del país, con todo lo que ello significa: generación de riqueza, promoción del equilibrio social y territorial, promoción de la participación ciudadana y conservación ambiental.

Torres aseguró que reafirman con hechos su compromiso con el desarrollo local, con la generación de oportunidades, para que todo aquel que desee quedarse en su pago tenga los medios y la gratificación para hacerlo.

   
 
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