Gripe A (H1N1)
Representante de OPS estima un descenso
del número de casos al final del invierno
José Fernando Dora, de la Organización
Panamericana de la Salud coincidió con las medidas
impulsadas en la materia por el MSP. Se mostró partidario
de que los trabajadores de servicios de salud sean el
primer grupo que disponga de la vacuna, pues es el más
expuesto a la enfermedad. Luego -y debido a que las
primeras partidas de vacuna no alcanzarán para todos-,
señaló que su distribución debería extenderse a otras
poblaciones.
El representante en Uruguay de la
Organización Panamericana de la Salud (OPS), José Fernando
Dora, coincidió con las medidas adoptadas por las
autoridades de la Salud y coincidió con el Presidente de la
República, Tabaré Vázquez, en cuanto a que, en una primera
etapa la gripe A (H1N1) transita por un incremento de
casos, luego ingresa en una meseta para, posteriormente,
descender en su número. "En toda enfermedad infecciosa
transmisible, ocurre eso", indicó Dora.
Según el portavoz del organismo
internacional, "cuando mayor es el número de casos,
desciende el número de (personas) susceptibles que puedan
contraer la enfermedad. Éstas, luego se transforman en
resistentes y adquieren inmunidad contra la enfermedad y ya
no son más susceptibles. El punto es identificar cuándo esa
meseta da lugar a una caída de los casos", explicó.
"Ahora se está en una etapa de ascenso
(del número de casos) de acuerdo a los registros que se
tienen. Estamos al inicio del invierno y es posible que no
estemos en el momento de la meseta", puntualizó.
Dora expresó que "históricamente" en el
invierno es superior el incremento de enfermedades
respiratorias agudas en los países de la región por lo que
"ha de esperarse que tengamos casos hasta el final del
invierno". Siguiendo esa línea de razonamiento, el
especialista estimó que "de acuerdo a la historia que
tenemos de la Influenza, al final del invierno, va a
comenzar a caer la curva (del número de casos)".
Dora recordó que en estos momentos, a
nivel mundial, se superan los 100.000 casos. "Al principio,
lo que se trataba era dificultar el ingreso (de la
enfermedad) a los países. Después de (registrado) el
ingreso a los países (la prioridad pasó a ser) evitar una
difusión muy grande. Una vez que ya está instalado, la idea
fue que los tratamientos y los diagnósticos se hicieran lo
más temprano posible".
El vocero de la OPS sostuvo que "cuando
en un país la mayoría de los diagnósticos comienzan a ser
los de la gripe A (H1N1), entonces se asume que la mayoría
de los casos son ocasionados por este tipo de agente,
entonces se debe dedicar los mayores esfuerzos y recursos
posibles al tratamiento precoz y adecuado de los enfermos".
"Los países no esconden el problema"
Consultado por la exactitud y
verosimilitud de los datos oficiales que trascienden en los
diferentes países de la región, Dora aseveró que "nadie
consigue registrar e informar la totalidad de los casos
porque además existen casos que son subclínicos, casos que
son muy débiles, y (al carecer de) gravedad hace que la
gente no busque atención médica". Agregó que "es natural en
cualquier enfermedad, que los registros sean sub-registros
de lo que en verdad ocurre. Con más razón en casos de
epidemias y pandemias porque requieren muchos más recursos
y esfuerzos. No creo –dijo- que ningún país esté
escondiendo el problema. Pero si es posible que algunos,
por diferentes criterios de cómo conceptualizar qué es un
caso o un brote, no presenten un número uniforme. Eso hace
que las enfermedades se registren de acuerdo a la capacidad
del país de atender y registrar, y también a la gravedad de
los problemas que ocurren".
En el final, y en relación a la
disponibilidad de vacunas para tratar la enfermedad en los
países en vías de desarrollo Dora se mostró escéptico
respecto a los anuncios de los laboratorios de que en los
próximos meses se pueda disponer de ellas.
"Cuando se comienza a producir una
vacuna se empieza desde cero y la demanda es muy grande. La
gran discusión que se plantea es que los países más ricos
quieren disponer de la vacuna para toda su población. Y tal
vez no alcancen las primeras producciones para atender a
toda la población del planeta. Por eso, nuestra
recomendación es que se establezcan grupos de riesgo. Damos
prioridad a que la gente de los servicios de salud que
trabaja en atención a los enfermos sea el primer grupo que
tenga vacunas porque son los que están más expuestos". En
su opinión luego, la distribución de la vacuna, debe ir
extendiéndose a otras poblaciones. |