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16 de julio, 2009

Gripe A (H1N1)

Representante de OPS estima un descenso del número de casos al final del invierno
José Fernando Dora, de la Organización Panamericana de la Salud coincidió con las medidas impulsadas en la materia por el MSP. Se mostró partidario de que los trabajadores de servicios de salud sean el primer grupo que disponga de la vacuna, pues es el más expuesto a la enfermedad. Luego -y debido a que las primeras partidas de vacuna no alcanzarán para todos-, señaló que su distribución debería extenderse a otras poblaciones.

El representante en Uruguay de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), José Fernando Dora, coincidió con las medidas adoptadas por las autoridades de la Salud y coincidió con el Presidente de la República, Tabaré Vázquez, en cuanto a que, en una primera etapa la gripe A (H1N1) transita por un incremento de casos, luego ingresa en una meseta para, posteriormente, descender en su número. "En toda enfermedad infecciosa transmisible, ocurre eso", indicó Dora.

Según el portavoz del organismo internacional, "cuando mayor es el número de casos, desciende el número de (personas) susceptibles que puedan contraer la enfermedad. Éstas, luego se transforman en resistentes y adquieren inmunidad contra la enfermedad y ya no son más susceptibles. El punto es identificar cuándo esa meseta da lugar a una caída de los casos", explicó.

"Ahora se está en una etapa de ascenso (del número de casos) de acuerdo a los registros que se tienen. Estamos al inicio del invierno y es posible que no estemos en el momento de la meseta", puntualizó.

Dora expresó que "históricamente" en el invierno es superior el incremento de enfermedades respiratorias agudas en los países de la región por lo que "ha de esperarse que tengamos casos hasta el final del invierno". Siguiendo esa línea de razonamiento, el especialista estimó que "de acuerdo a la historia que tenemos de la Influenza, al final del invierno, va a comenzar a caer la curva (del número de casos)".

Dora recordó que en estos momentos, a nivel mundial, se superan los 100.000 casos. "Al principio, lo que se trataba era dificultar el ingreso (de la enfermedad) a los países. Después de (registrado) el ingreso a los países (la prioridad pasó a ser) evitar una difusión muy grande. Una vez que ya está instalado, la idea fue que los tratamientos y los diagnósticos se hicieran lo más temprano posible".

El vocero de la OPS sostuvo que "cuando en un país la mayoría de los diagnósticos comienzan a ser los de la gripe A (H1N1), entonces se asume que la mayoría de los casos son ocasionados por este tipo de agente, entonces se debe dedicar los mayores esfuerzos y recursos posibles al tratamiento precoz y adecuado de los enfermos".

"Los países no esconden el problema"

Consultado por la exactitud y verosimilitud de los datos oficiales que trascienden en los diferentes países de la región, Dora aseveró que "nadie consigue registrar e informar la totalidad de los casos porque además existen casos que son subclínicos, casos que son muy débiles, y (al carecer de) gravedad hace que la gente no busque atención médica". Agregó que "es natural en cualquier enfermedad, que los registros sean sub-registros de lo que en verdad ocurre. Con más razón en casos de epidemias y pandemias porque requieren muchos más recursos y esfuerzos. No creo –dijo- que ningún país esté escondiendo el problema. Pero si es posible que algunos, por diferentes criterios de cómo conceptualizar qué es un caso o un brote, no presenten un número uniforme. Eso hace que las enfermedades se registren de acuerdo a la capacidad del país de atender y registrar, y también a la gravedad de los problemas que ocurren".

En el final, y en relación a la disponibilidad de vacunas para tratar la enfermedad en los países en vías de desarrollo Dora se mostró escéptico respecto a los anuncios de los laboratorios de que en los próximos meses se pueda disponer de ellas.

"Cuando se comienza a producir una vacuna se empieza desde cero y la demanda es muy grande. La gran discusión que se plantea es que los países más ricos quieren disponer de la vacuna para toda su población. Y tal vez no alcancen las primeras producciones para atender a toda la población del planeta. Por eso, nuestra recomendación es que se establezcan grupos de riesgo. Damos prioridad a que la gente de los servicios de salud que trabaja en atención a los enfermos sea el primer grupo que tenga vacunas porque son los que están más expuestos". En su opinión luego, la distribución de la vacuna, debe ir extendiéndose a otras poblaciones.

   
 
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