Conmemoración del 18 de julio
Gonzalo Fernández destacó la Constitución de 1830 como
ejemplo de sabiduría política
El Presidente Vázquez encabezó el acto
por el 179 aniversario de la Jura de la Constitución que
tuvo lugar en el Cabildo. El Canciller Fernández elogió la
creación de un orden jurídico fundado en principios que
todavía hoy están vigentes. Señaló que aquellas normas
ejercieron una constante docencia cívica.
Consideró que "allí debemos buscar las
clave de este recordatorio permanente que hacemos todos los
días 18 de julio".
El acto de celebración de los 179 años
de la Jura de la Constitución de 1830 fue encabezada por el
Presidente Tabaré Vázquez en un acto que contó con la
participación de ministros, legisladores, integrantes de
las Fuerzas Armadas, y distintas autoridades nacionales y
departamentales congregados en el Cabildo de Montevideo.
El Ministro de Relaciones Exteriores,
Gonzalo Fernández, desarrolló una vibrante alocución a
partir de la reflexión acerca del contenido de lo que
celebra nuestro país en esta fecha.
"¿Acaso conmemoramos un acto, la
formulación de la Constitución de 1830 o un momento
simbólico, el acto de juramentarla? ¿Conmemoramos la
elaboración del texto o simplemente el acto simbólico de
juramentarlo?", expresó.
Recordó que "la Constitución de 1830
polarizó las opiniones entre quienes le dispensaron los
mayores elogios y quienes por el contrario le atribuyeron
ser la génesis de todas las calamidades".
El Ministro llamó a imaginar a los
autores del texto constitucional "soñando un nuevo proyecto
de país, con el ánimo encendido de los viejos profetas,
modelando el embrión de un estado naciente".
"Es cierto que el proyecto de 1830 no se
ajustaba a la republica caudillista que era nuestro país…
Aún así, "esta Constitución logro sobrevivir casi un siglo,
y eso es la mejor prueba de sus virtudes políticas frente a
la cada vez más efímera vida de las constituciones
posteriores que le fueron sucediendo".
"En realidad, creemos que el desajuste
del texto constitucional con la época y la realidad social
y política imperante no fue una omisión, no fue un error.
Fue algo deliberado, fue la consecuencia buscada y querida
de los constituyentes que quisieron ofrecerle a este país
un nuevo modelo normativo".
"La Constitución de 1830 fue en ese
sentido un ejemplo de sabiduría política porque creó un
orden jurídico fundado en los principios que todavía hoy
están vigentes. Y sus normas ejercieron a pesar de todos
los pesares una constante docencia cívica. Creo que allí
debemos buscar las claves de este recordatorio permanente
que hacemos todos los días 18 de Julio".
"Conmemoramos este día porque el Uruguay
surgió como Estado soberano en 1830, dotado de una
Constitución escrita, que organizaba un gobierno unitario,
presidencialista, con nítida separación de poderes, con una
justicia independiente y con una amplia consagración de los
derechos humanos".
"Esa Constitución se convirtió en la
definición de un ideal político que el país buscaba
empeñosamente. Y si no fue útil como instrumento de
gobierno, sirvió de bandera a todas las revoluciones
emprendidas contra el despotismo y la arbitrariedad,
esencialmente por la tutela que la Constitución le
prodigaba a la sociedad civil".
"La Constitución de 1830 logró resistir
los embates de la hora, vivió sin paz pero con una pertinaz
insistencia durante 87 años y se convirtió siempre en el
obstáculo más temible para el despotismo".
La conmemoramos "porque es la Ley
fundamental que echó los cimientos para la organización del
Estado y del derecho público de esta Nación. Porque supo
articular diques contra los factores reales de poder y
sintetizar una visión anticipada, acaso enormemente
anticipada de la evolución cultural y de la conciencia
social del país".
"La conmemoramos en el día de su
Juramento porque ella resume y estatuye todas las
instituciones y principios de gobierno aún hoy vigentes".
El Ministro Gonzalo Fernández concluyó
su mensaje expresando que esta conmemoración tiene el
propósito "de renovar el canto laico de la democracia
política, que se juega a los paraísos invencibles de la
justicia o a los paraísos seculares de la verdad. Venimos
cada año a renovar el juramento y a repetir la oración
cívica de aquella infancia, de nuestra infancia lejana y
próxima, cuando aprendimos a amar este suelo y entrevimos
que era la tierra prometida". |