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18 de julio, 2009

Conmemoración del 18 de julio

Gonzalo Fernández destacó la Constitución de 1830 como ejemplo de sabiduría política
El Presidente Vázquez encabezó el acto por el 179 aniversario de la Jura de la Constitución que tuvo lugar en el Cabildo. El Canciller Fernández elogió la creación de un orden jurídico fundado en principios que todavía hoy están vigentes. Señaló que aquellas normas ejercieron una constante docencia cívica.

Consideró que "allí debemos buscar las clave de este recordatorio permanente que hacemos todos los días 18 de julio".

El acto de celebración de los 179 años de la Jura de la Constitución de 1830 fue encabezada por el Presidente Tabaré Vázquez en un acto que contó con la participación de ministros, legisladores, integrantes de las Fuerzas Armadas, y distintas autoridades nacionales y departamentales congregados en el Cabildo de Montevideo.

El Ministro de Relaciones Exteriores, Gonzalo Fernández, desarrolló una vibrante alocución a partir de la reflexión acerca del contenido de lo que celebra nuestro país en esta fecha.

"¿Acaso conmemoramos un acto, la formulación de la Constitución de 1830 o un momento simbólico, el acto de juramentarla? ¿Conmemoramos la elaboración del texto o simplemente el acto simbólico de juramentarlo?", expresó.

Recordó que "la Constitución de 1830 polarizó las opiniones entre quienes le dispensaron los mayores elogios y quienes por el contrario le atribuyeron ser la génesis de todas las calamidades".

El Ministro llamó a imaginar a los autores del texto constitucional "soñando un nuevo proyecto de país, con el ánimo encendido de los viejos profetas, modelando el embrión de un estado naciente".

"Es cierto que el proyecto de 1830 no se ajustaba a la republica caudillista que era nuestro país… Aún así, "esta Constitución logro sobrevivir casi un siglo, y eso es la mejor prueba de sus virtudes políticas frente a la cada vez más efímera vida de las constituciones posteriores que le fueron sucediendo".

"En realidad, creemos que el desajuste del texto constitucional con la época y la realidad social y política imperante no fue una omisión, no fue un error. Fue algo deliberado, fue la consecuencia buscada y querida de los constituyentes que quisieron ofrecerle a este país un nuevo modelo normativo".

"La Constitución de 1830 fue en ese sentido un ejemplo de sabiduría política porque creó un orden jurídico fundado en los principios que todavía hoy están vigentes. Y sus normas ejercieron a pesar de todos los pesares una constante docencia cívica. Creo que allí debemos buscar las claves de este recordatorio permanente que hacemos todos los días 18 de Julio".

"Conmemoramos este día porque el Uruguay surgió como Estado soberano en 1830, dotado de una Constitución escrita, que organizaba un gobierno unitario, presidencialista, con nítida separación de poderes, con una justicia independiente y con una amplia consagración de los derechos humanos".

"Esa Constitución se convirtió en la definición de un ideal político que el país buscaba empeñosamente. Y si no fue útil como instrumento de gobierno, sirvió de bandera a todas las revoluciones emprendidas contra el despotismo y la arbitrariedad, esencialmente por la tutela que la Constitución le prodigaba a la sociedad civil".

"La Constitución de 1830 logró resistir los embates de la hora, vivió sin paz pero con una pertinaz insistencia durante 87 años y se convirtió siempre en el obstáculo más temible para el despotismo".

La conmemoramos "porque es la Ley fundamental que echó los cimientos para la organización del Estado y del derecho público de esta Nación. Porque supo articular diques contra los factores reales de poder y sintetizar una visión anticipada, acaso enormemente anticipada de la evolución cultural y de la conciencia social del país".

"La conmemoramos en el día de su Juramento porque ella resume y estatuye todas las instituciones y principios de gobierno aún hoy vigentes".

El Ministro Gonzalo Fernández concluyó su mensaje expresando que esta conmemoración tiene el propósito "de renovar el canto laico de la democracia política, que se juega a los paraísos invencibles de la justicia o a los paraísos seculares de la verdad. Venimos cada año a renovar el juramento y a repetir la oración cívica de aquella infancia, de nuestra infancia lejana y próxima, cuando aprendimos a amar este suelo y entrevimos que era la tierra prometida".

   
 
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