Visita al PIT-CNT
El Presidente Vázquez destacó reducción de índices de
pobreza y tasa de desocupación
Durante la visita a la sede del Pit-Cnt,
el Presidente defendió las políticas implementadas para
atenuar los efectos de la crisis. Dijo que existen indicios
que en el segundo semestre comenzará a revertirse la
situación, retomando el camino de crecimiento. Hizo
referencia a la reducción de la pobreza y la desocupación.
Además, solicitó que los razonamientos sobre el país se
realicen en base a la realidad y no a intenciones futuras.
El Presidente de la República, Tabaré
Vázquez, visitó la nueva sede del Pit-Cnt, participando de
la inauguración del seminario “Las alternativas ante las
crisis”.
En la oportunidad, el Mandatario expresó
que la obtención de este local es un reconocimiento a la
trayectoria institucional de los trabajadores uruguayos
sindicalizados.
Vázquez señaló que quienes trabajan de
forma subordinada enajenan uno de los bienes más sagrados
del ser humano que es la libertad. El intercambio de
libertad por dinero genera tensiones en los núcleos
sociales que hacen inevitables la generación de conflictos.
Por tal motivo, una verdadera democracia es aquella donde
se escuchan las voces de quienes sólo tienen la herramienta
del trabajo para defender sus derechos.
El Presidente recordó que durante este
período de Gobierno se intentó mantener la defensa de los
derechos humanos fundamentales, entre los que se encuentra
la libertad sindical, a través de negociaciones colectivas
y el respeto a los convenios internacionales de trabajo
promovidos por la OIT.
En relación con nuestro sistema
económico, Vázquez reconoció que las crisis afectan
inevitablemente las tasas de empleo y actividad. En tal
sentido, la actual crisis mundial impactó fundamentalmente
en los países desarrollados. Las economías satélites
sufrirán las consecuencias de esta crisis a través del
crecimiento de la tasa de informalidad, con un incremento
de la flexibilización laboral.
A pesar de esta situación, Vázquez
señaló que Uruguay muestra indicios de que en el segundo
semestre del año se revertirá la situación de crisis,
iniciando nuevamente un camino de crecimiento.
Agregó que al inicio del Gobierno, la
tasa de desocupación era del 13% y actualmente se sitúa en
7,5%. Esta mejora fue cuantitativa y cualitativamente, a
través, por ejemplo, de las ocho horas para los
trabajadores rurales y el reconocimiento a la
sindicalización de las trabajadoras domésticas.
El fortalecimiento de la economía de
Uruguay y de los países de la región permitió afrontar la
crisis con efectos menos negativos para las clases sociales
más vulnerables. En Uruguay, el crecimiento permitió la
redistribución del ingreso en forma equitativa con una
recuperación del salario real que se sitúa en un 20%,
previéndose su aumento para el final del período.
Además, dijo que los proyectos de
inversión generados fueron una fuente de empleo. En tal
sentido, los últimos datos del Instituto de Estadística
indican que el desempleo en el mes de junio fue seis
décimas menor a mayo, lo que demuestra que el país está en
camino de revertir la crisis.
El Presidente solicitó que los
razonamientos de la situación del país deben realizarse
sobre la realidad y no sobre hechos virtuales o intenciones
hacia el futuro. Por tal motivo, recordó las cifras de
reducción de la pobreza. Al inicio del Gobierno, en el país
había más de un millón de pobres, hoy la cifra se sitúa en
650 mil, lo que representa 350 mil menos de uruguayos
pobres.
Agregó que al comienzo de la
Administración 150 mil ciudadanos se encontraban en la
pobreza extrema, actualmente son 100 menos los uruguayos
indigentes.
Vázquez considera que esta mejora de la
situación es el resultado de un esfuerzo colectivo de los
trabajadores, empresarios y el Gobierno.
Por tal motivo, instó a los sectores
sociales a continuar el camino del trabajo conjunto y a
profundizar el diálogo social, propulsor de las políticas
laborales.
El Secretario de Relaciones
Internacionales del PIT-CNT, Juan Castillo, destacó la
presencia de un Presidente de la República en una sede
sindical, al tiempo que reconoció al directorio del BPS que
cedió las instalaciones donde hoy funciona la sede de la
central sindical.
Destacó que el movimiento sindical de
nuestro país y la región luchan para que las consecuencias
de la crisis internacional no la deban pagar los
trabajadores. Considera que es posible atenuar los efectos
de la crisis mientras no se apliquen nuevamente políticas
de corte neoliberal, cuyas recetas consistían en el ajuste
fiscal, la contención del gasto público, el recorte de
jubilaciones y los despidos de trabajadores.
Por tal motivo, la central sindical
considera que los trabajadores deben ser parte integral del
proceso de cambio de la conciencia colectiva que hasta el
momento permitió contar con un nuevo mapa político.
Finalmente, Castillo reiteró el concepto
manifestado en la Conferencia de OIT en cuanto a que los
cambios, profundización democrática y de derecho son una
tarea urgente.
Por su parte, el director regional de la
OIT, Guillermo Miranda, señaló que el diálogo social es una
herramienta sustantiva para enfrentar la crisis. De todos
modos, para que este diálogo exista es necesaria la
presencia de actores sociales fuertes y organizaciones
sindicales sustantivas.
Agregó que en la región, durante los
últimos años, surgieron un conjunto de políticas públicas
destinadas a enfrentar la crisis, buscando atenuar sus
efectos en el empleo. En tal sentido, Miranda recordó la
extensión del seguro de desempleo y el fortalecimiento de
los institutos de capacitación.
Palabras del Presidente de la República,
Tabaré Vázquez, al inaugurar el Seminario “Las alternativas
ante la crisis”, en la sede del PIT-CNT el 13 de agosto de
2009
PRESIDENTE VAZQUEZ: Buenos días para todos
ustedes. Es con gran satisfacción –y además, créanme, con
mucha emoción, por qué no reconocerlo- que he entrado hoy
por primera vez a vuestra nueva sede, que lleva el nombre
del tan querido y recordado compañero “José ´Pepe’ D’Elía”.
Hay homenajes y reconocimientos justos, pero, entre ellos,
creo que es el más justo. El “Pepe” merecía tener este
reconocimiento, y muchos otros más.
Lleguen, entonces, mis felicitaciones a
todos los que hicieron posible esta concreción. Un local
más adecuado a vuestras necesidades y cuya obtención,
buscando, no una controversia, pero sí agregar algo a lo
que acaba de decir Juan. La obtención de este lugar es, de
algún modo, un reconocimiento a vuestra trayectoria
institucional y que, además, sin duda, albergará en un
sitio más acorde las mismas jornadas fermentales, trabajo
sindical con iguales normas de ética, autonomía e igualdad
que han marcado la trayectoria de los trabajadores
uruguayos sindicalizados desde siempre.
El PIT CNT fue el heredero, a la salida del
gobierno de facto en nuestro país, de la legendaria
Convención Nacional de Trabajadores y del Plenario
Intersindical de Trabajadores, constituyendo un ejemplo de
organización sindical, no sólo reconocida y apreciada por
los uruguayos, sino también, sin dudas, a nivel
internacional. Mis felicitaciones y mi reconocimiento a los
compañeros trabajadores.
Hoy transitamos momentos históricos, en los
cuales deberíamos reflexionar juntos y plantearnos que,
quienes trabajan en forma subordinada enajenan de algún
modo, uno de los bienes más sagrados del ser humano: la
libertad. Este intercambio, libertad por dinero, genera
todo tipo de tensiones en los núcleos sociales que hace
inevitable la generación de conflictos.
Una verdadera democracia, amplia,
pluralista, es aquella donde pueden y deben escucharse
todas las voces, las de aquellos que detentan el poder
económico; pero sobre todo la de los más débiles y
desprotegidos, las de aquellos que sólo tienen en sus manos
la herramienta del trabajo y la fortaleza de su voluntad
para agruparse y defender los derechos que les son comunes.
Nuestro Gobierno, con aciertos y con
errores, ha pretendido mantener esa impronta: la de la
defensa de los derechos humanos fundamentales y, entre
ellos, la libertad sindical, poniendo el acento en las
negociaciones colectivas y con un gran respeto a los
convenios internacionales de trabajo promovidos por la OIT.
Hemos recibido el reconocimiento de
expertos internacionales, de ser el país miembro de esa
Organización que tiene ratificado el más alto número de
estos lineamientos, reconocimiento que nos honra, y no es
mérito exclusivo del Gobierno, sino de los uruguayos, de
los trabajadores.
En nuestro sistema económico, el trabajo
es uno de los ejes fundamentales y cualquier fenómeno que
se produzca sobre el primero, es decir sobre el sistema
económico, tendrá consecuencias inevitables sobre el
segundo, es decir sobre el trabajo.
Históricamente, las crisis económicas han
afectado las tasas de empleo y actividad en una simbiosis
que, aunque no deseable, resulta casi natural. La crisis
mundial –no regional, como la del 2002, que pegó
fuertemente en los países de la región, y vaya si en el
Uruguay la sufrimos-, hoy la crisis mundial, la actual, de
inicio netamente financiero, ha impactado a los países
desarrollados de una manera feroz. Y aquellas economías
catalogadas como “fuertes” se encuentran ahora con tasas de
desempleo de hasta un 20%, con verdadera destrucción de
puestos de trabajo y con pérdidas de legítimos empleos.
Las economías satélite sufrirán sin ser
culpables de esta crisis –cómo no reconocerlo- las
consecuencias de ello, viendo crecer sus tasas de
informalidad, provocando un renacer de la desregulación o
flexibilización del derecho del trabajador.
Sin embargo, en Uruguay, donde ya hay
indicios que están alentando a que en el segundo semestre
de este año comencemos a revertir la situación de crisis,
el Uruguay tome el camino, nuevamente, del crecimiento, hoy
podemos decir que cuando llegamos al Gobierno Nacional la
tasa de desocupación en el Uruguay rondaba el 13%, y hoy es
del 7,5% en todo el país.
Tratamos de mejorar no sólo
cuantitativamente sino cualitativamente las condiciones de
trabajo, las condiciones laborales. Y vaya si en algún
sentido queda mucho por hacer, muchísimo, pero si en algún
sentido se ha logrado, con la contemplación de las ocho
horas de los trabajadores rurales, el reconocimiento a la
sindicalización de las trabajadoras domésticas.
No obstante, la reacción en algunos países
de América Latina, como el nuestro, que han creado
rápidamente medidas económicas de protección, es lo que ha
permitido afrontar esta situación con efectos menos
negativos para las clases sociales más vulnerables.
Durante los últimos cuatro años la mayoría
de los países de la región han fortalecido sus economías y
han crecido en forma sostenida de manera apreciable. En
nuestro país el crecimiento es notorio y ha permitido la
redistribución del ingreso en forma equitativa, con una
recuperación del salario real que se aproxima, a la fecha,
a un 20%, previéndose para el final del periodo un
porcentaje por encima de este valor.
Hemos estimulado –creo que lo hemos
conseguido- la instalación de desarrollo de múltiples
proyectos de inversión que se han convertido en verdaderas
fuentes generadoras de empelo. No se puede dejar de
reconocer, por más que haya quienes pretenden tapar el sol
con las manos, que los últimos datos del Instituto Nacional
de Estadística indican que el desempleo abierto en el mes
de junio, como decía hace algún momento, se sitúa en el
7,5% -seis decimos menos que en mayo de este mismo año-, lo
que nos hace pensar que realmente estamos revirtiendo la
crisis que comenzó a fines del año pasado.
No podemos ni debemos hablar, ante estas
cifras, del fin de la crisis en nuestro país, pero tampoco
podemos ignorar que son mediciones de la realidad. Y hoy,
cuando el país comienza a transitar –ya está transitando
una etapa electoral- creo que el razonamiento lo debemos
hacer sobre la realidad, y no sobre la entelequia. Sobre
la realidad y no sobre hechos virtuales. Sobre la realidad
y no sobre intenciones hacia futuro.
Veo con asombro que se discute qué pasó con
la pobreza en nuestro país durante estos cuatro años, y se
sacan conclusiones, y papeles que dicen que organismos
financieros internacionales elogiaban otros gobiernos y
otras etapas, pero la realidad es caprichosa y es una sola.
Se podrá mirar desde distintos lados, pero es una sola.
La realidad en este país es que cuando
llegamos al Gobierno había más de un millón de pobres. ¿O
miento, uruguayas y uruguayos? Y hoy hay 650.000 pobres.
Nos duele enormemente. Es mucho más lo que hay que hacer,
pero hoy –cuatro años y medio después de llegar al
Gobierno- hay 350.000 pobres menos en nuestro país, que
tiene tres millones de habitantes.
Cuando llegamos al Gobierno Nacional había
150.000 uruguayos y uruguayas que vivían en la pobreza
extrema. Hoy hay 50.000 que nos duelen enormemente, pero
hay 100.000 uruguayas y uruguayos que salieron de la
indigencia.
Esta es la realidad. No se puede, desde un
Gobierno obtener milagros. Los milagros no existen. Se
obtiene con trabajo, con dedicación, con atención a los
sectores que más lo necesitan. Y creemos que hemos
trabajado en esa dirección.
Los uruguayos todos, los uruguayos sin
distinción de banderías políticas debemos reconocer que se
trata del resultado de un esfuerzo colectivo: a) de los
trabajadores, que con empuje y organización han actuado con
responsabilidad, priorizando el bien común; b) de algunos
empresarios, muchos, que han aportado una y otra vez a
emprendimientos e inversiones en nuestro país, y c) al
Gobierno, que no ha abandonado un minuto el seguimiento y
control de la crisis para que esta impactara de la manera
más leve sobre los uruguayos y uruguayas más desprotegidos.
Y el diálogo social, tan frecuentemente
promovido por la Organización Internacional del Trabajo, ha
sido el motor propulsor en el desarrollo de la política de
relaciones laborales a lo largo de estos cuatro años y
medio.
Amigas y amigos, es así que los resultados
mencionados son pues, producto del esfuerzo de todos y
nuestro equipo de Gobierno se siente orgulloso de ello, e
insta a los sectores sociales a seguir transitando por este
camino, porque juntos, podemos. Sin exclusiones,
participando activamente, con todo el aporte positivo que
cada uno de nosotros podemos hacer.
Lo hemos reconocido siempre desde el
Gobierno Nacional, antes de estar en el Gobierno nacional,
cuando fuimos intendente de Montevideo y antes de ser
intendente de Montevideo. Con cada uno de los ciudadanos
uruguayos, en cada una de las salidas, en cada uno de los
contactos, hemos aprendido siempre, y mucho. Y mucho es lo
que hemos aprendido a lo largo de nuestra vida, de las
trabajadoras y de los trabajadores uruguayos.
Les deseo un feliz y productivo trabajo en
este Seminario, y les agradezco enormemente esta
oportunidad que me han dado para poder estar con todos
ustedes. Muchas gracias. |