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24 de agosto, 2009
Cárceles
Cuántas historias se construyen desde una cárcel! Nelson Mandela estuvo 27 años recluido en lugares que más que cárceles eran verdaderos antros, especie de leprosarios, donde resultaba difícil no enloquecer. Allí estudió y se recibió de abogado. Llegó a ser la máxima figura de Sudáfrica. Recibió el Premio Nóbel de la Paz.

Eleuterio Fernández Huidobro y Mauricio Rosencof, en medio del oprobio y aislamiento en el que vivieron larguísimos años de prisión, lograron comunicarse a través de golpecitos en la pared, vaya uno a saber usando qué códigos. Hoy, el Ñato es senador de la República y el Ruso Director de Cultura de la Intendencia de Montevideo. 

Obras maestras de la literatura han surgido desde cárceles. En Génova, Marco Polo con su libro sobre las maravillas. En Sevilla, nada menos que El Quijote de la Mancha.  

Días atrás se publicó una foto en la que aparezco cortando una gran torta  producida por una cooperativa  de reclusos, lo cual es una satisfacción para todos. Agrego además que no es la única, ya que existe la de mujeres para la  producción de artesanías. Agreguemos los talleres de capacitación  a cargo de SERPAJ para el diseño y confección de vestimenta industrial, etc. Todos detenidos que transitan el camino hacia la ansiada libertad, en aplicación de la redención de pena por trabajo y/o estudio.    

Ejemplos aleccionantes que constituyen un desafío político y ético para todos. Y digo TODOS. Porque estas experiencias nos exigen creer en el HOMBRE. Si así no fuere, más vale abandonar nuestra tarea. Somos parte de un país que tiene problemas de superpoblación en las cárceles, consecuencia, entre otras cosas, del crecimiento de los delitos en los últimos 20 años, de una mayor eficiencia policial, y de carencias de infraestructura carcelaria, que se arrastra de muchos años atrás.  

Tenemos que seguir concretando, promoviendo, corrigiendo cuando sea necesario, auténticas y renovadoras políticas carcelarias. En la medida de lo posible, entre todos. Felizmente contamos con señales positivas que nos siguen alentando en la tarea. Luego de cuatro años de aplicación de la ley de Humanización de Cárceles, aproximadamente el 75% de las personas liberadas se reinsertó plenamente a la sociedad. Se duplicó la cantidad de reclusos con actividades laborales, y triplicó el número de docentes y de  reclusas y reclusos que cursan actividades educativas. Todo como consecuencia de la aplicación de la redención de la pena creada en la ley 17897. Otros logros lo comentaremos en otra oportunidad

 ¿Suficiente? ¡Claro que no! Hay que consolidar y profundizar políticas de seguridad ciudadana, un tema muy sensible para nuestra sociedad, que requiere de enfoques globales, sociales, culturales, preventivos, educativos, y también represivos, de ser necesario. Y por supuesto, inversiones financieras. Y digo inversiones porque las que se hacen en infraestructura y formación son eso, y no gastos.   

Días atrás recibí de la comisión presidida por el Dr. Dardo Prezza, el proyecto definitivo de reforma del proceso penal, que harán llegar al Parlamento, y en el que han trabajado con enorme dedicación y sustento técnico. Tenemos por delante un trascendente y necesario debate en un tema en el que existe un  atraso de decenas de años.  

En definitiva, hay que continuar generando confianza, seguir proyectando calidad en la seguridad, lo cual se consigue profundizando en la modernización y profesionalización  institucional, que conlleva seguir dignificando la función policial y estimulando la participación ciudadana. ¡Y tantas otras cosas!  

Si será necesario deponer conductas unilaterales, partidarias, sectoriales, legítimas sin duda, pero que no contribuyen a los imprescindibles consensos nacionales. Esto es, una vez más,  como ayer, hoy, mañana, como siempre en definitiva: Política de Estado  

Como decía Benedetti: quiere el arroyo llegar a ser un río, y el río un mar. En eso estamos.   

Dr. Jorge R. Bruni

Ministro del Interior.