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3 de septiembre, 2009

Financiado por Naciones Unidas

Avanza proyecto que permitirá que el Guayabo mejore condiciones de vida de los productores
Se estima que a fin de año los productores familiares de Juanicó recibirán las primeras plantas de Guayabo del País para incorporarlas en sus predios. Uruguay es centro de origen de esa fruta y los técnicos realizan prospecciones de materiales de interés productivo en todo el país. Desde el Centro Regional del Sur, de Facultad de Agronomía, se cree que no falta mucho tiempo para que el consumidor se reencuentre con esta fruta.

La Asociación de Fomento y Defensa Agraria de Juanicó (AFYDAJ) realizó, en la localidad homónima, la presentación de los Avances del Trabajo en el Vivero de Frutales Nativos.

La actividad estaba contemplada en el proyecto “Estudio de las frutas nativas como alternativa para productores familiares” que es financiado por el Programa de Pequeñas Donaciones (SGP) del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM) – Uruguay de Naciones Unidas y que cuenta con la participación de la UDELAR y del INIA.

La actividad incluyó una recorrida por el vivero de frutos nativos del establecimiento del productor Ricardo Masculiatte, donde se encuentra una colección de Guayabo del País (Acca sellowiana). En el transcurso de la jornada también se presentaron los resultados parciales y se organizó una mesa redonda de intercambio entre los participantes en la Estación Experimental Centro Regional Sur (CRS) de la Facultad de Agronomía.

El coordinador de Fruticultura del CRS, Félix Fuster, reconoció avances significativos luego de la visita a nuestro país, hace cuatro meses, del investigador del centro HortReserch de Nueva Zelanda, Grant Thorp. Ese país, además de Chile, Estados Unidos y Colombia llevaron materiales genéticos de estas especies autóctonas, los mejoraron y hoy comercializan estas frutas con gran éxito en Europa, logrando excelentes precios. Nueva Zelanda aventaja ostensiblemente a Uruguay en materia de investigación debido a que, según Thorp, allí se comenzó el mejoramiento genético de nuestra Guayaba a partir del año 1908 (ver en archivo de noticias: “Rescatan, investigan y promueven a la Guayaba como una opción productiva sostenible”, del 4 de mayo de 2009).

Fuster señaló que la presencia del especialista neocelandés aportó pautas de trabajo y conocimientos técnicos. “Desde el punto de vista de la producción hoy presentamos las plantas nuevas que oportunamente serán repartidas entre los productores locales. En su mayoría son Guayabos del País, pero hemos introducido otras que han estado fuera del proyecto como Guaviyú y Arazá, que serán distribuidas al finalizar el año”.

El Guayabo del País es un árbol nativo, originario de la región noreste del Uruguay y sur de Brasil. Es de fácil cultivo y da fruto a los pocos años. El período de floración de esta especie se extiende desde octubre a mediados de noviembre, y dependiendo de los materiales y de la zona del país donde se ubique el cultivo. La fecha de cosecha va desde fines de febrero, en el norte, hasta mediados de mayo para plantas cultivadas en el sur del territorio. Este fruto es relativamente grande, pulposo y de sabor agradable. Tiene un valor nutricional muy importante por su alto contenido en vitamina C y en yodo (ver en archivo de noticias: “INIA investiga la producción orgánica de frutos nativos”, del 20 de febrero de 2009).

“Nuestro país es centro de origen de estas especies, por lo que la adaptación que tienen es estupenda en comparación con el resto de las especies que se están cultivando. Desde el punto de vista sanitario, productivo y climático estas plantas tienen un comportamiento estupendo”, aseguró Fuster.

El técnico indicó que “hay una parte de difusión del conocimiento de estas frutas nativas que eran comunes en la alimentación hace mucho tiempo entre los habitantes de esta zona pero hoy son desconocidas para la mayoría de la gente. Por eso uno de los trabajos más importantes que estamos tratando de hacer es educar a los chicos de las escuelas sobre las propiedades y posibilidades que tienen las frutas nativas en Uruguay”.

 Desarrollo, investigación y promoción

El proyecto persigue el objetivo de mejorar las condiciones de vida de los productores familiares en aspectos sociales, ambientales y culturales, mediante la utilización de frutales nativos como alternativa productiva sostenible.

Hasta la fecha se obtuvieron en vivero 700 plantines de Guayabo de semilla, 57 portainjertos (raigones), 5 injertos prontos, 84 estacas y semilla de esa especie  para sembrar. Además, 17 plantines de Arazá amarillo y 42 de Arazá rojo y semilla para sembrar. Otras dos especies trabajadas fueron: Guaviyú (42 plantines y 40 plantines germinando) y Pitanga (10 plantines y 6 plantas). En materia de germoplasma fueron identificadas 54 poblaciones de Guayabo del País, 6 de Pitanga, 2 de Arazá y 2 de Guaviyú.

Se encontraron dificultades en los diferentes métodos de estaquillado utilizados (de invierno, de otoño y de verano). Se utilizó para las estaquillas rama del año, de diferentes diámetros y rama de dos años. Los injertos realizados en 2008 se efectivizaron en el invierno. Los resultados logrados no fueron positivos debido a que se logró un prendimiento de un 5%. No obstante, la reproducción por semillas mostró resultados satisfactorios por lo que se continuará trabajando con este método.

El entrevistado destacó la labor de la técnica de la Estación Experimental de Salto de la Facultad de Agronomía, Beatriz Vignale y del coordinador de Frutos Nativos, del Programa Nacional de Investigación en Producción Frutícola del INIA, Danilo Cabrera, quienes, desde hace algún tiempo, realizan prospecciones de materiales de Guayabo del País, de interés productivo. “La idea es evaluar aquéllas variedades que son más promisorias desde el punto de vista de la calidad de la fruta para ver como responden en diferentes zonas del país”, relató.

El responsable del CRS se mostró optimista en cuanto a que no cree que falte mucho tiempo para que los consumidores puedan encontrar al Guayabo del País en las góndolas de los supermercados. “Este y otros trabajos de vivero que se están haciendo, permitirán presentar una oferta comercial homogénea en cuanto a las características organolépticas y presentación que nos facilitarán ingresar a los supermercados. Debemos lograr una masa crítica de producción que permita un abastecimiento más continuo y extenso en todo el país”, confió.

Fuster consideró que a nivel nacional se debería encarar una política de desarrollo de las frutas nativas que no sólo involucren a la parte privada, sino también a la pública, a la investigación y la promoción. Porque si otros países venden nuestra Guayaba en Europa a buenos precios, ¿por qué nuestro país no lo puede hacer?, se preguntó.