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3 de septiembre, 2009

Adultos mayores

Encuentro iberoamericano para la promoción de la seguridad social durante toda la vida
Con motivo de presentar sugerencias a la próxima Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, se realizó un encuentro sobre adultos mayores que reunió a 15 países de Iberoamérica. Defender sus derechos, el justo retiro y una vida digna, tomando al envejecimiento como un logro de la vida sobre la muerte, fueron los principales aspectos que se tomaron para apostar a la protección de las personas durante toda la vida.

Este evento, organizado por la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA), la Organización Iberoamericana de Seguridad Social (OISS) y el Banco de Previsión Social (BPS), tuvo como objetivo identificar modelos y buenas prácticas, así como proponer líneas de acción para mejorar la calidad de vida de los adultos mayores.

De esta manera, el encuentro realizado durante los días 1º y 2 de setiembre, contó con la participación de representantes de 15 países y da cumplimiento al mandato de la XVIII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno realizada en 2008 en San Salvador.

El Presidente del Banco de Previsión Social, Ernesto Murro, señaló que existe una fuerte expectativa sobre las acciones de Uruguay en materia de protección al adulto mayor. En tal sentido, los demás países reconocieron el cambio que se dio en las políticas sociales.

Informó que Uruguay, a partir de 2008, recuperó el primer lugar en protección social en América Latina. Lugar que se tuvo, se perdió y gracias a los cambios que se gestaron, recuperó basado en la cobertura social para todas las personas, las que están en actividad y las que se retiraron. Anunció que desde el 1º de setiembre, por primera vez, los deportistas accedieron a todos los derechos de seguridad social y sus hijos.

Ernesto Murro afirmó que Uruguay está avanzando en materia de pasividades. De los 550.000 jubilados y pensionistas afiliados al BPS, 400.000 ya tuvieron una recuperación del 19% real y los 150.000 que ganaban menos recuperaron su jubilación un 30% por encima de lo que aumentaron los precios. Garantizó que el próximo ajuste de enero agregará nueva capacidad de compra, porque se espera que el porcentaje de ajuste duplique el aumento de los precios en este año.

"Esto y otras políticas marcan avances; y llama la atención a visitantes de otros países el grado de participación que tienen las organizaciones gremiales en el Uruguay", enfatizó el Presidente del BPS. En tal sentido, anunció que se está realizando una discusión bipartita con empresas privadas de servicio de compañía, para conformar un sistema nacional de cuidados en internación o a domicilio. Se busca aprovechar esta experiencia privada que tiene cerca de 300.000 socios y se espera extender a los jubilados y pensionistas de menores recursos a través de un sistema que pueda descontar de la pasividad a cambio de determinado servicio de compañía.

También se está por concretar un acuerdo que brinde soluciones habitacionales, luego de un período de casi diez años en el que no se construyeron viviendas para jubilados y pensionista. Para ello se está llamando a nuevas licitaciones con mejores precios y mejor calidad para construir 740 viviendas, varias de las cuales ya están en marcha. A su vez, se espera a que a principios de 2010 se alcancen los 500 subsidios por alquiler.

También se impulsa como alternativa -en base a los 90 hogares de ancianos registrados en BPS- recibir a jubilados y pensionistas con condiciones para acceder a una vivienda pero que aún no han accedido a ella. Se pagaría con parte de la jubilación y parte del fondo de vivienda del BPS.

En este encuentro, también se alcanzaron acuerdos bilaterales. Uno de ellos, con la Administración Nacional de Seguridad Social de Argentina (ANSES) para mejorar los trámites de solicitud de jubilaciones entre ambos países, en base al acuerdo del MERCOSUR. También se avanzó en acuerdos de cooperación con El Salvador así como también se concretaron acuerdos bilaterales entre otros países.

En otro orden, el Ministro de Trabajo y Seguridad Social, Julio Baraibar, enfatizó que todas las personas, sólo por el hecho de existir, deben recibir una jubilación cuando llegan a la tercera edad y dejan de trabajar. Afirmó que Uruguay y el resto de los países del continente aún están muy lejos de posibilitar esa realidad, propia de países desarrollados, pero que se debe trabajar para ello.

Sostuvo que el actual Gobierno, posibilitó la recuperación del salario real con un porcentaje del 22%, lo que se refleja también en las pasividades, ya que tienen un crecimiento asociado al salario real de los trabajadores. Pronosticó que al finalizar el Gobierno, el salario real habrá llegado a una recuperación del 25%, lo que se configura como el aumento más importante en los últimos cuarenta años.

Recordó que en 2005 existían pasividades de 250 a 500 pesos y que gracias a la gestión de ONAJPU se logró aumentar a cerca de 4.000 pesos. "No importa si una persona trabajó o no trabajó. Toda persona debería cobrara una base equivalente a la media canasta, que es lo necesario para vivir. Y a eso debería apostar cada nación", sostuvo Baraibar.

Del mismo modo, la Ministra de Desarrollo Social, Marina Arismendi, resaltó la importancia del trabajo no remunerado y de las personas que no aportaron a la seguridad social, quienes igualmente tienen derecho a recibir una retribución por los aportes realizados a la economía de los países. Los ancianos de hoy fueron los trabajadores de ayer, del Uruguay de las fábricas y del trabajo formal, de las familias que se nucleaban al rededor del salario de esas personas y formaron la sociedad actual.

Por su parte, el Secretario General de la Organización Iberoamericana de Seguridad Social (OISS), Adolfo Jiménez, manifestó que se debe cambiar la perspectiva del envejecimiento como problema, sino que por el contrario da cuenta del avance de las naciones y no del retroceso. Agregó que la jubilación no es un regalo, sino un derecho de la persona, resultado de los aportes realizados durante toda una vida. Del mismo modo, sostuvo que debería erradicarse el término "asilo" para los hogares de ancianos, ya que éstos deben tener la independencia de entrar y salir del lugar en el que residen, el cual deberá abogar por la mejor calidad de vida de las personas.

Finalmente, el Secretario General Iberoamericano, Enrique Iglesias, resaltó la que el hecho de que en un siglo se haya duplicado la esperanza de vida, es el gran triunfo de la vida frente a la muerte. En tal sentido, se debe tomar al envejecimiento como una oportunidad y no como un problema.

Es esencial asegurar una vida digna para los adultos mayores y la soledad que muchos padecen, lo cual es una tarea del Estado pero que además requiere del apoyo de toda la sociedad civil.

Al atender este tipo de temática, la comunidad iberoamericana tiene la oportunidad de darle más cuerpo a un valor fundamental como lo es el compromiso frente al pasado, tal como lo tenían las comunidades indígenas de estas tierras.

Recordó una frase de Octavio Paz en la cual decía que los grandes ideales de la Revolución Francesa debían verse reflejados en los siglos posteriores. En tal sentido, el siglo XIX fue el siglo de la libertad, el siglo XX de la búsqueda de la igualdad, pero este siglo deberá ser el siglo de la solidaridad. "Por tanto, esta es la oportunidad para mostrar que esos valores están incorporados en nuestra forma de ver la vida y en nuestra forma de comprometernos con ellos", sostuvo Iglesias.

Algunas conclusiones

El envejecimiento demográfico es un fenómeno mundial con perfiles propios en Iberoamérica. España, Portugal y Andorra tienen una población envejecida, mientras que en América Latina el proceso de envejecimiento se desarrolla de forma rápida. La gran parte de las personas mayores son mujeres, debido a su mejor expectativa de vida en relación a los hombres. Asimismo, son quienes padecen más vulnerabilidad porque tienen menos acceso a los sistemas de salud y a los beneficios de la protección social.

Las conclusiones que se desprenden de este encuentro indican que el envejecimiento no es sólo un importante reto, sino también una oportunidad que se debe aprovechar. En tal sentido, la atención de la seguridad de los adultos mayores es un importante factor de generación de actividad económica y creación de empleo del sector de los servicios sanitarios y sociales.

Asimismo, se toma la vejez como un logro social del derecho a la vida larga, pero no se acepta que la gran mayoría no viva en condiciones dignas. El alto porcentaje de personas mayores que carecen de ingresos suficientes, cobertura de salud y dependen de sus familias, son realidades que aumentan la vulnerabilidad de este grupo.

En América Latina la población mayor está creciendo más rápido que los demás grupos etáreos, pronosticando que en 2030 haya más ancianos que jóvenes. En este contexto, los países deben ser capaces de anticiparse a posibles conflictos intergeneracionales frente a las demandas sociales.

La política de protección social del adulto mayor no tiene por qué competir con el resto de las políticas sociales, sino que debe formar parte de una política integral e intersectorial, para todas las edades, que promueva el empleo y la productividad, garantizando la sustentabilidad de los sistemas de protección social.

Se constató que se están produciendo procesos de cambio y mejora de las políticas dirigidas a los adultos mayores en los países de Iberoamérica. Se espera impulsar nuevas iniciativas que contribuirán a mejorar la calidad de vida de los adultos mayores y desarrollar la capacidad de atención en todos los ámbitos.

Se apuesta, entonces, a políticas de generación de empleo, decente y productivo, con remuneraciones adecuadas, políticas de formalización de empresas y trabajadores que incrementen la capacidad contributiva.

Políticas de protección y generación de ingresos que respondan a estrategias de reducción de la pobreza, así como también políticas de salud que preserven el desarrollo del capital humano; incluyendo la salud sexual y reproductiva. Afrontar reformas de sistemas de pensiones, introduciendo esquemas de pensiones flexibles y jubilaciones parciales que permitan a los trabajadores elegir el momento de su retiro de acuerdo a sus circunstancias y preferencias personales.

De esta manera, se podrá avanzar hacia el objetivo propuesto por el Pacto Mundial para el Empleo de instaurar la protección social adecuada para todos, sustentada en un régimen básico que incluya el acceso a la atención sanitaria, la seguridad de ingreso para los adultos mayores y las personas con discapacidad, prestaciones por hijos a cargo y la seguridad de ingresos combinada con sistemas públicos de garantía del empleo para los desempleados y trabajadores pobres.

Además, se insta a ampliar las bases contributivas de los sistemas de protección social, mejorando las capacidades de las economías para crear trabajo decente para toda población. Para ello, es imprescindible complementar la protección contributiva con mecanismos solidarios no contributivos, que amplíen los umbrales de la protección social y eviten que los más desprotegidos se mantengan al margen de los sistemas de protección.

La superación del reto del envejecimiento depende de la construcción de una economía dinámica y próspera, con una productividad creciente, alto nivel de cohesión social y funcionamiento eficiente de los mercados. Para ello, es esencial desarrollar la capacidad de aprovechar plenamente los recursos humanos, con una estrategia que debe implicar la prolongación de la vida laboral y el aumento de la tasa de actividad de los jóvenes, mujeres y los trabajadores de edad.

También se requiere reformar los sistemas tributarios y de prestaciones sociales, la reforma de sistemas de pensiones y el aumento de la eficiencia del sistema de asistencia sanitaria y cuidados de larga duración.

El objetivo fundamental es garantizar una vida digna para los adultos mayores, buscando una combinación entre la extensión de la protección contributiva y el complemento de ésta a través de prestaciones no contributivas para quienes no logran alcanzar los niveles mínimos exigidos.

Se aspira a que brevemente los gobiernos consagren en la vigencia del Convenio Iberoamericano de Seguridad Social como instrumento fundamental para la extensión de la protección social en la región que beneficiará, igualmente, la protección económica en la vejez.

   
 
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