Adultos mayores
Encuentro iberoamericano para la promoción de la
seguridad social durante toda la vida
Con motivo de presentar sugerencias a
la próxima Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de
Gobierno, se realizó un encuentro sobre adultos mayores que
reunió a 15 países de Iberoamérica. Defender sus derechos,
el justo retiro y una vida digna, tomando al envejecimiento
como un logro de la vida sobre la muerte, fueron los
principales aspectos que se tomaron para apostar a la
protección de las personas durante toda la vida.
Este evento, organizado por la
Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), el Fondo de
Población de Naciones Unidas (UNFPA), la Organización
Iberoamericana de Seguridad Social (OISS) y el Banco de
Previsión Social (BPS), tuvo como objetivo identificar
modelos y buenas prácticas, así como proponer líneas de
acción para mejorar la calidad de vida de los adultos
mayores.
De esta manera, el encuentro realizado
durante los días 1º y 2 de setiembre, contó con la
participación de representantes de 15 países y da
cumplimiento al mandato de la XVIII Cumbre Iberoamericana
de Jefes de Estado y de Gobierno realizada en 2008 en San
Salvador.
El Presidente del Banco de Previsión
Social, Ernesto Murro, señaló que existe una fuerte
expectativa sobre las acciones de Uruguay en materia de
protección al adulto mayor. En tal sentido, los demás
países reconocieron el cambio que se dio en las políticas
sociales.
Informó que Uruguay, a partir de 2008,
recuperó el primer lugar en protección social en América
Latina. Lugar que se tuvo, se perdió y gracias a los
cambios que se gestaron, recuperó basado en la cobertura
social para todas las personas, las que están en actividad
y las que se retiraron. Anunció que desde el 1º de
setiembre, por primera vez, los deportistas accedieron a
todos los derechos de seguridad social y sus hijos.
Ernesto Murro afirmó que Uruguay está
avanzando en materia de pasividades. De los 550.000
jubilados y pensionistas afiliados al BPS, 400.000 ya
tuvieron una recuperación del 19% real y los 150.000 que
ganaban menos recuperaron su jubilación un 30% por encima
de lo que aumentaron los precios. Garantizó que el próximo
ajuste de enero agregará nueva capacidad de compra, porque
se espera que el porcentaje de ajuste duplique el aumento
de los precios en este año.
"Esto y otras políticas marcan avances;
y llama la atención a visitantes de otros países el grado
de participación que tienen las organizaciones gremiales en
el Uruguay", enfatizó el Presidente del BPS. En tal
sentido, anunció que se está realizando una discusión
bipartita con empresas privadas de servicio de compañía,
para conformar un sistema nacional de cuidados en
internación o a domicilio. Se busca aprovechar esta
experiencia privada que tiene cerca de 300.000 socios y se
espera extender a los jubilados y pensionistas de menores
recursos a través de un sistema que pueda descontar de la
pasividad a cambio de determinado servicio de compañía.
También se está por concretar un acuerdo
que brinde soluciones habitacionales, luego de un período
de casi diez años en el que no se construyeron viviendas
para jubilados y pensionista. Para ello se está llamando a
nuevas licitaciones con mejores precios y mejor calidad
para construir 740 viviendas, varias de las cuales ya están
en marcha. A su vez, se espera a que a principios de 2010
se alcancen los 500 subsidios por alquiler.
También se impulsa como alternativa -en
base a los 90 hogares de ancianos registrados en BPS-
recibir a jubilados y pensionistas con condiciones para
acceder a una vivienda pero que aún no han accedido a ella.
Se pagaría con parte de la jubilación y parte del fondo de
vivienda del BPS.
En este encuentro, también se alcanzaron
acuerdos bilaterales. Uno de ellos, con la Administración
Nacional de Seguridad Social de Argentina (ANSES) para
mejorar los trámites de solicitud de jubilaciones entre
ambos países, en base al acuerdo del MERCOSUR. También se
avanzó en acuerdos de cooperación con El Salvador así como
también se concretaron acuerdos bilaterales entre otros
países.
En otro orden, el Ministro de Trabajo y
Seguridad Social, Julio Baraibar, enfatizó que todas las
personas, sólo por el hecho de existir, deben recibir una
jubilación cuando llegan a la tercera edad y dejan de
trabajar. Afirmó que Uruguay y el resto de los países del
continente aún están muy lejos de posibilitar esa realidad,
propia de países desarrollados, pero que se debe trabajar
para ello.
Sostuvo que el actual Gobierno,
posibilitó la recuperación del salario real con un
porcentaje del 22%, lo que se refleja también en las
pasividades, ya que tienen un crecimiento asociado al
salario real de los trabajadores. Pronosticó que al
finalizar el Gobierno, el salario real habrá llegado a una
recuperación del 25%, lo que se configura como el aumento
más importante en los últimos cuarenta años.
Recordó que en 2005 existían pasividades
de 250 a 500 pesos y que gracias a la gestión de ONAJPU se
logró aumentar a cerca de 4.000 pesos. "No importa si una
persona trabajó o no trabajó. Toda persona debería cobrara
una base equivalente a la media canasta, que es lo
necesario para vivir. Y a eso debería apostar cada nación",
sostuvo Baraibar.
Del mismo modo, la Ministra de
Desarrollo Social, Marina Arismendi, resaltó la importancia
del trabajo no remunerado y de las personas que no
aportaron a la seguridad social, quienes igualmente tienen
derecho a recibir una retribución por los aportes
realizados a la economía de los países. Los ancianos de hoy
fueron los trabajadores de ayer, del Uruguay de las
fábricas y del trabajo formal, de las familias que se
nucleaban al rededor del salario de esas personas y
formaron la sociedad actual.
Por su parte, el Secretario General de
la Organización Iberoamericana de Seguridad Social (OISS),
Adolfo Jiménez, manifestó que se debe cambiar la
perspectiva del envejecimiento como problema, sino que por
el contrario da cuenta del avance de las naciones y no del
retroceso. Agregó que la jubilación no es un regalo, sino
un derecho de la persona, resultado de los aportes
realizados durante toda una vida. Del mismo modo, sostuvo
que debería erradicarse el término "asilo" para los hogares
de ancianos, ya que éstos deben tener la independencia de
entrar y salir del lugar en el que residen, el cual deberá
abogar por la mejor calidad de vida de las personas.
Finalmente, el Secretario General
Iberoamericano, Enrique Iglesias, resaltó la que el hecho
de que en un siglo se haya duplicado la esperanza de vida,
es el gran triunfo de la vida frente a la muerte. En tal
sentido, se debe tomar al envejecimiento como una
oportunidad y no como un problema.
Es esencial asegurar una vida digna para
los adultos mayores y la soledad que muchos padecen, lo
cual es una tarea del Estado pero que además requiere del
apoyo de toda la sociedad civil.
Al atender este tipo de temática, la
comunidad iberoamericana tiene la oportunidad de darle más
cuerpo a un valor fundamental como lo es el compromiso
frente al pasado, tal como lo tenían las comunidades
indígenas de estas tierras.
Recordó una frase de Octavio Paz en la
cual decía que los grandes ideales de la Revolución
Francesa debían verse reflejados en los siglos posteriores.
En tal sentido, el siglo XIX fue el siglo de la libertad,
el siglo XX de la búsqueda de la igualdad, pero este siglo
deberá ser el siglo de la solidaridad. "Por tanto, esta es
la oportunidad para mostrar que esos valores están
incorporados en nuestra forma de ver la vida y en nuestra
forma de comprometernos con ellos", sostuvo Iglesias.
Algunas conclusiones
El envejecimiento demográfico es un
fenómeno mundial con perfiles propios en Iberoamérica.
España, Portugal y Andorra tienen una población envejecida,
mientras que en América Latina el proceso de envejecimiento
se desarrolla de forma rápida. La gran parte de las
personas mayores son mujeres, debido a su mejor expectativa
de vida en relación a los hombres. Asimismo, son quienes
padecen más vulnerabilidad porque tienen menos acceso a los
sistemas de salud y a los beneficios de la protección
social.
Las conclusiones que se desprenden de
este encuentro indican que el envejecimiento no es sólo un
importante reto, sino también una oportunidad que se debe
aprovechar. En tal sentido, la atención de la seguridad de
los adultos mayores es un importante factor de generación
de actividad económica y creación de empleo del sector de
los servicios sanitarios y sociales.
Asimismo, se toma la vejez como un logro
social del derecho a la vida larga, pero no se acepta que
la gran mayoría no viva en condiciones dignas. El alto
porcentaje de personas mayores que carecen de ingresos
suficientes, cobertura de salud y dependen de sus familias,
son realidades que aumentan la vulnerabilidad de este
grupo.
En América Latina la población mayor
está creciendo más rápido que los demás grupos etáreos,
pronosticando que en 2030 haya más ancianos que jóvenes. En
este contexto, los países deben ser capaces de anticiparse
a posibles conflictos intergeneracionales frente a las
demandas sociales.
La política de protección social del
adulto mayor no tiene por qué competir con el resto de las
políticas sociales, sino que debe formar parte de una
política integral e intersectorial, para todas las edades,
que promueva el empleo y la productividad, garantizando la
sustentabilidad de los sistemas de protección social.
Se constató que se están produciendo
procesos de cambio y mejora de las políticas dirigidas a
los adultos mayores en los países de Iberoamérica. Se
espera impulsar nuevas iniciativas que contribuirán a
mejorar la calidad de vida de los adultos mayores y
desarrollar la capacidad de atención en todos los ámbitos.
Se apuesta, entonces, a políticas de
generación de empleo, decente y productivo, con
remuneraciones adecuadas, políticas de formalización de
empresas y trabajadores que incrementen la capacidad
contributiva.
Políticas de protección y generación de
ingresos que respondan a estrategias de reducción de la
pobreza, así como también políticas de salud que preserven
el desarrollo del capital humano; incluyendo la salud
sexual y reproductiva. Afrontar reformas de sistemas de
pensiones, introduciendo esquemas de pensiones flexibles y
jubilaciones parciales que permitan a los trabajadores
elegir el momento de su retiro de acuerdo a sus
circunstancias y preferencias personales.
De esta manera, se podrá avanzar hacia
el objetivo propuesto por el Pacto Mundial para el Empleo
de instaurar la protección social adecuada para todos,
sustentada en un régimen básico que incluya el acceso a la
atención sanitaria, la seguridad de ingreso para los
adultos mayores y las personas con discapacidad,
prestaciones por hijos a cargo y la seguridad de ingresos
combinada con sistemas públicos de garantía del empleo para
los desempleados y trabajadores pobres.
Además, se insta a ampliar las bases
contributivas de los sistemas de protección social,
mejorando las capacidades de las economías para crear
trabajo decente para toda población. Para ello, es
imprescindible complementar la protección contributiva con
mecanismos solidarios no contributivos, que amplíen los
umbrales de la protección social y eviten que los más
desprotegidos se mantengan al margen de los sistemas de
protección.
La superación del reto del
envejecimiento depende de la construcción de una economía
dinámica y próspera, con una productividad creciente, alto
nivel de cohesión social y funcionamiento eficiente de los
mercados. Para ello, es esencial desarrollar la capacidad
de aprovechar plenamente los recursos humanos, con una
estrategia que debe implicar la prolongación de la vida
laboral y el aumento de la tasa de actividad de los
jóvenes, mujeres y los trabajadores de edad.
También se requiere reformar los
sistemas tributarios y de prestaciones sociales, la reforma
de sistemas de pensiones y el aumento de la eficiencia del
sistema de asistencia sanitaria y cuidados de larga
duración.
El objetivo fundamental es garantizar
una vida digna para los adultos mayores, buscando una
combinación entre la extensión de la protección
contributiva y el complemento de ésta a través de
prestaciones no contributivas para quienes no logran
alcanzar los niveles mínimos exigidos.
Se aspira a que brevemente los gobiernos
consagren en la vigencia del Convenio Iberoamericano de
Seguridad Social como instrumento fundamental para la
extensión de la protección social en la región que
beneficiará, igualmente, la protección económica en la
vejez. |