Imprimir 

23 de septiembre, 2009

T.V. en el “Albert Einstein”

Dijo que ignorar la dignidad de la gente es la ruina de la libertad y de la democracia
El Presidente Vázquez en el Instituto “Albert Einstein” sostuvo que vivir dignamente no es ninguna ciencia y que la ciencia no es ajena a esa dignidad, sin la cual la vida es apenas una agobiante espera de la muerte. Explicó que su Gobierno estudia la realidad del país, la analiza, fija procedimientos e instrumentos para mejorarla, asumiendo competencias y responsabilidades para que Uruguay avance sin que nadie quede atrás

El Presidente de la República, Tabaré Vázquez, realizó una exposición ante las autoridades, académicos y estudiantes del Colegio de Medicina, Departamento de Neurociencia del “Instituto Albert Einstein” en Nueva York.

En su alocución, tras agradecer la hospitalidad y expresar su emoción por compartir ese momento con colegas, incluso algunos uruguayos, recordó la importancia de los valores humanos en la medicina. “La ciencia sin conciencia es la ruina del alma”, dijo.

Vázquez aseguró que esto es aplicable a la gestión de gobierno, teniendo en cuenta que ignorar la dignidad de la gente es la ruina de la libertad y la democracia.

“No me corresponde a mi como Presidente de la República decir si el sistema de políticas que se está instrumentando en Uruguay para mejorar la vida de la población y en especial en los sectores más vulnerables y desposeídos de la misma, es científico o no”, dijo, pero aclaró que aborda clínicamente la realidad.

En ese sentido, Vázquez alegó que su gobierno está haciendo lo que prometió hacer, está procesando cambios que en algunos casos responden a situaciones de emergencia.

El Mandatario calificó estos cambios como “progresivos y homeostáticos”, y recordó que no se trata de un proyecto accidental o improvisado. No es neutral pero tampoco arbitrario.

Expresó que su gobierno apoya más a los que menos tienen,  por convicción ética y responsabilidad social –y no por resentimiento u odio a los que más tienen-  aclaró.

“No pretendemos quedar bien con todos por igual, pero queremos que el Uruguay avance sin que nadie quede atrás, ni tenga que renunciar a lo que es. No nos asusta la diversidad, ni la libertad de cada uno. Pero queremos justicia e igualdad de oportunidades para todos”, enfatizó.

Por otra parte, Vázquez indicó que no olvidan ni niegan el pasado, por el contrario, promueven llegar a la verdad y dar paso a la justicia respecto a hechos del pasado reciente en nuestro país.

De todas formas, sostuvo que apuestan a vivir el presente de cara al futuro. “Gobernar no es una ecuación, es más bien un testimonio”, finalizó diciendo Vázquez, quien instó a todos a ser mejores ciudadanos, dado que esa es la condición esencial, “tan fundamental como el aire que respiramos”.

Palabras del Presidente de la República, Tabaré Vázquez, en el Colegio de Medicina “Albert Einstein” en Nueva York, el 22 de setiembre de 2009.

PRESIDENTE VÁZQUEZ: Amigas y amigos, directivos de esta casa de estudios, estudiantes. No sé si lograré pero deseo que las primeras palabras de esta intervención expresen mi agradecimiento y mi emoción.

Agradecimiento al Colegio de Medicina “Albert Einstein” por su invitación que me honra como gobernante, como científico y como ciudadano identificado con los valores y principios de esta prestigiosa institución de educación e investigación.

Agradecimiento a todos ustedes por el afecto con que me han recibido, créanme que aquí entre ustedes estimados compañeros de oficio médico me siento como en casa.

Emoción por encontrar entre ustedes a varios compatriotas. Los uruguayos somos pocos pero bastante andariegos, cuanto más andamos por el mundo más uruguayos nos sentimos, y porque conocemos el lado oscuro de las peregrinaciones obligadas nos ilumina tanto encontrarnos o reencontrarnos.

Emoción por estar en una institución que lleva el nombre nada menos que de Albert Einstein. A este hombre podría aplicársele aquel breve pero formidable verso de la poetisa uruguaya Idea Vilariño,  cuando decía: “Inútil decir más, nombrarlo alcanza”. ¿Qué decir de Albert Einstein que ya no se haya dicho? Nombrarlo alcanza.

Amigas y amigos, ciertamente la ciencia sin conciencia es la ruina del alma. No hay base científica sin valores humanistas. El Código de Nuremberg (1947) la Declaración de Helsinki (1964) y sucesivos pronunciamientos de la Asociación Médica Mundial, por citar apenas algunos casos referidos a nuestra profesión nos lo recuerdan.

Y ello también es válido para la actividad política y la gestión de gobierno. Ignorar la dignidad de la gente es la ruina de la libertad y de la democracia.

Vivir dignamente no es ninguna ciencia, pero la ciencia no ha de ser ajena a esa dignidad sin la cual la vida es apenas una agobiante espera de la muerte.

No me corresponde a mi como Presidente de la República,  decir si el sistema de políticas que se está instrumentando en Uruguay para mejorar la vida de la población y en especial en los sectores más vulnerables y desposeídos de la misma, es científico o no. Sobre eso pueden opinar mejor, o por lo menos decir más nuestros amigos los cientistas y comunicadores sociales. Lo que sí puedo transmitirles es que abordamos la realidad clínicamente,  al decir de Pierre Rouviere, que justo es decirlo no era médico. Esto es, la estudiamos, la analizamos, fijamos procedimientos para mejorarla y los instrumentamos asumiendo las competencias y responsabilidades del caso.

En tal sentido, estamos haciendo lo que prometimos hacer. Nosotros cuando prometemos, nos comprometemos,  y los compromisos los cumplimos.

En el Uruguay prometimos cambios y estamos procesando cambios que en algunos casos responden a situaciones de emergencia, la pobreza no espera, en otros casos a transformaciones estructurales de mediano y largo plazo.

Los cambios en curso son progresivos y homeostáticos.

Nuestro proyecto no es accidental o improvisado, pero tampoco es el plano inmodificable del paraíso.

No es un proyecto neutral, ¿se puede ser neutral ante la angustia de los semejantes? Pero tampoco es arbitrario.

Apoyamos más a los que menos tienen por convicción ética y responsabilidad social, no por resentimiento u odio a los que más tienen.

No pretendemos quedar bien con todos por igual, pero queremos que el Uruguay avance sin que nadie quede atrás, ni tenga que renunciar a lo que es.

No nos asusta la diversidad, ni la libertad de cada uno. Pero queremos justicia e igualdad de oportunidades para todos.

No olvidamos ni negamos el pasado, por el contrario, promovemos llegar a la verdad y dar paso a la justicia respecto a hechos terribles del pasado reciente de nuestro país. Pero vivimos el presente de cara al futuro. Por eso también dedicamos especial atención y apoyo al principal patrimonio que tiene cualquier país, sus niños, sus jóvenes, ellos son nuestra mejor garantía de futuro. Claro que nada de esto es sencillo, ni está libre de obstáculos y errores.

Gobernar no es una ecuación, es más bien un testimonio. No es esta una definición muy exacta de Gobierno, pero tampoco el oficio que comparto con ustedes es -valga la redundancia- una ciencia exacta.

Yo no tengo vocación de profeta, ni de héroe, ni de estatua, ni me considero ejemplo de nada. En todo caso “no paso de ser yo y mis circunstancias” al decir de Ortega y Gasset.

Pero desde esas circunstancias, me permito muy modestamente invitarlos a ser cada día no sólo mejores médicos, sino también mejores ciudadanos, porque eso somos por encima de diplomas o cargos, somos ciudadanos. Y esa condición que a muchos parece trivial, aburrida e insignificante, es en realidad tan fundamental como el aire que respiramos.

   
 
  Tabaré Vázquez
 
  Ver Video (WMV)
 
  Ver Video (Flash)