Exitosa campaña de seguro obligatorio contra terceros alcanza las 170 mil afiliaciones

El presidente del Banco de Seguros del Estado, Gustavo Vilaró, expresó su satisfacción por la convocatoria lograda hasta el momento en materia de seguro obligatorio contra terceros.

Vilaró informó que vendieron 170 mil seguros e incluso muchos de ellos optaron por una cobertura más amplia. En cuanto a la fiscalización, dijo que aún no se definió cuándo comenzará, pero que apuntará a quienes suelen resistirse a este tipo de medidas.  

El seguro obligatorio contra terceros integra una serie de medidas que procuran organizar y mejorar el tránsito en el Uruguay. En este caso le brinda amparo a aquellas personas que puedan resultar lesionadas.

Hasta ahora, podía ocurrir que el causante del daño no tuviera el seguro contratado y en consecuencia quien se viera afectado no tendría una reparación a su perjuicio.

El seguro se viene vendiendo muy bien, incluso sorprendió la cantidad de gente y la rápida respuesta de los uruguayos que no lo tenían contratado, indicó.

Ya se contabilizaron unos 170 mil seguros vendidos a consecuencia de la implantación del seguro obligatorio. Mucha gente optó además por contratar una cobertura más amplia.

En cuanto a la fiscalización, Vilaró informó que la misma la definirá en un tiempo el Ministerio del Interior –de acuerdo a lo que establece la Ley- en acuerdo con las Intendencias.

Ya existe una fiscalización de orden administrativo, porque no se pueden realizar trámites de empadronamiento ni de titularidad y otras gestiones municipales si no se demuestra tener el seguro contratado.

“No puede ser de golpe, porque la gente se va incorporando, alguna con más lentitud. Progresivamente, en un tiempo prudencial se aplicará la fiscalización”, añadió.

Vilaró recordó que la propia Ley da un plazo de seis meses. En algún momento será necesaria la fiscalización, pero reiteró que la mayoría ya respondió satisfactoriamente.

En ese caso, el control se dirigirá a quienes son más resistentes a contratar el seguro, que muchas veces son quienes circulan –por ejemplo- con una patente vieja.