Imprimir 

27 de octubre, 2009

Trabajo infantil

Jornada de sensibilización busca orientar la educación para su erradicación
La Directora General de Educación Secundaria, Alex Mazzei, afirmó que se debe enfocar la educación como una herramienta fundamental para erradicar el abuso en el trabajo infantil. Señaló que desde su Administración se prioriza el trabajo como eje transversal en todo el sistema educativo en el sentido de la defensa de los Derechos Humanos.

En el salón de Actos de la Dirección Nacional de Impresiones y Publicaciones Oficiales- IMPO- se llevó a cabo la Jornada de Sensibilización acerca del Trabajo Infantil y Acercamiento de la Metodología SCREAM de OIT "Defensa de los Derechos del niño a través de la educación y los medios de comunicación".

Este taller se dirigió hacia directores y docentes de los liceos del Programa de Impulso a la Universalización y Programas de Aulas Comunitarias. Así como a integrantes del Programa ProNiño, Comité de Erradicación del Trabajo Infantil, y Programa de Participación Infantil y Adolescente de INAU.

Estas jornadas son organizadas por el Comité Nacional de Erradicación del Trabajo Infantil y cuenta con el apoyo del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, el INAU, PIT CNT, IMPO y Proniño y fueron declaradas de interés por el Consejo Directivo Central del CODICEN.

En el lanzamiento estuvo presente el Subsecretario del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, Nelson Loustaunau; la Presidenta del CETI, Cristina Demarco; la Directora General de Enseñanza Secundaria, Alex Mazzei y la Coordinadora del IPEC para Chile y Uruguay.

Por trabajo infantil se entiende a las actividades que los niños, niñas y adolescentes realizan, adecuados a su edad y positivos para la integración de responsabilidades y la cooperación con los y las demás. Existe otro conjunto de tareas que perturban su desarrollo, impiden la formación y los/las exponen a situaciones de riesgo y/o explotación.

Se puede identificar el trabajo realizado por un niño o niña que no alcance la edad mínima especificada para un determinado trabajo y que por consiguiente, impida probablemente la educación y su pleno desarrollo del niño o de la niña.

También se encuentra el trabajo que se denomina trabajo peligroso porque, ya sea por su naturaleza o por las condiciones en que se realiza, pone en peligro el bienestar físico, mental o moral de niños, niñas y adolescentes que están por encima de la edad mínima para trabajar.

Finalmente, se encuentran las incuestionables peores formas de trabajo infantil, que son formas de explotación económica de la niñez y adolescencia, asimilables a la esclavitud y al trabajo forzoso, y que cometen quienes reclutan y mantienen a cualquier persona menor de 18 años en estas formas de explotación. Estas incluyen la esclavitud y las formas análogas, como la venta y trata de niños y adolescentes con fines de explotación, la explotación sexual y la utilización de las personas menores de edad para realizar actividades ilícitas.

La Directora General de Educación Secundaria dijo que desde su Administración, se prioriza el trabajo como eje transversal en todo el sistema educativo en la línea de los Derechos Humanos. Afirmó que se debe exigir responsabilidades adultas, porque donde existe el trabajo de un niño, hay un adulto que está incumpliendo su responsabilidad.

Asimismo, indicó que se tiene que saber distinguir lo que constituye un trabajo remunerado de lo que es un trabajo forzado. Aclaró que los niños tienen que aprender que el trabajo en condiciones dignas es saludable. Entiende que la problemática del trabajo infantil es un tema en el mundo entero. Recordó que Uruguay cuenta con la aprobación de un Código de Niñez y de la Adolescencia, que implica trabajar para prevenir las situaciones de abuso hacia los niños y adolescentes. En ese sentido, manifestó que se realiza un fuerte trabajo educativo, fundamentalmente desde la Educación Media

Para Mazzei, se debe cuidar muy bien lo que tiene que ver con el trabajo en el sentido de lo positivo de la construcción del sujeto y lo que tiene que ver con el trabajo en el sentido del mercado laboral y de la utilización de un niño o de un adolescente como una herramienta de trabajo de mercado. Por otro lado, informó que existe una fuerte deserción en el sistema educativo, principalmente en el tramo de Bachillerato. En este sentido, reveló que se están construyendo políticas desde el Ministerio de Trabajo conjuntamente con las direcciones de enseñanza para crear programas. Al mismo tiempo, dijo que desde el propio sistema educativo, se están implementando programas extraedad, para que alumnos que dejaron de estudiar puedan incorporarse.

Por su parte, la Presidenta del CETI, Cristina Demarco, expresó que desde el 2005 a la fecha se trabaja para colocar a la educación como herramienta fundamental para combatir los abusos de los niños y adolescentes en el ambiente laboral.

En tanto, el Subsecretario del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, Nelson Loustaunau, expuso que en su Cartera, el tema del trabajo infantil no es un tema menor. Sostuvo que se debe impulsar un fuerte compromiso de toda la sociedad con la erradicación del fenómeno.

Explicó que en su experiencia dentro del Ministerio de Trabajo le tocó presenciar situaciones muy dolorosas de trabajo infantil y destacó que los docentes tienen un grado de responsabilidad superlativa en esta temática.

El Comité Nacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (CETI) funciona en nuestro país desde el año 2000 y tiene como objetivos: asesorar, coordinar sugerir políticas tendientes a la eliminación del Trabajo Infantil; elaborar y proponer un Plan Nacional de Acción para la eliminación del Trabajo Infantil y propiciar espacios de encuentro y actuación fomentando el compromiso local de acuerdo a los objetivos propuestos.

Entre las acciones que se vienen realizando se destacan como líneas fundamentales la sensibilización e información de la sociedad a propósito del tema: su significado, sus consecuencias, su relación con otras formas de vulneración de los derechos de niños, niñas y adolescentes; así como la formación de agentes a nivel de las redes educativas y sociales para la detección y atención de este fenómeno en los distintos niveles de intervención.